Los desaf¨ªos de Microsoft post Ballmer
Steve Ballmer, el CEO de Microsoft durante m¨¢s de 13 a?os y uno de los dirigentes principales casi desde su fundaci¨®n, ha anunciado que se retira. En este art¨ªculo repasamos su legado y examinamos los retos que tendr¨¢ que afrontar el pr¨®ximo presidente de la compa?¨ªa.
Una de las noticias de la semana pasada, en plena vor¨¢gine de la Gamescom, fue sin duda la dimisi¨®n de Steve Ballmer. El directivo que ha estado al frente Microsoft durante m¨¢s de 30 a?os, y como m¨¢ximo responsable desde 2000, cesar¨¢ de su puesto de CEO a lo largo de los pr¨®ximos 12 meses. Un personaje peculiar, con gran car¨¢cter, que logr¨® junto a Bill Gates convertir una peque?a empresa de software en un aut¨¦ntico monopolio, pero que ha visto a lo largo de los ¨²ltimos a?os c¨®mo los cimientos sobre los que se asentaba han empezado a no ser tan s¨®lidos. Se echar¨¢n de menos sus declaraciones controvertidas, sus llamativas apariciones en presentaciones de la compa?¨ªa vociferando y saltando, o sus sorprendentes y divertidos anuncios en los que no mostraba un ¨¢pice de verg¨¹enza.
A su paso deja como legado un gigante dormido, una maquinaria enorme que necesita ponerse en funcionamiento y pronto, si no quiere extinguirse en esta nueva era de Internet, donde el PC ya no es el centro del acceso a la informaci¨®n. En este art¨ªculo vamos a repasar algunos de los desaf¨ªos m¨¢s inmediatos a los que se enfrenta la compa?¨ªa, con una retrospectiva sobre c¨®mo se ha llegado a esta situaci¨®n y qu¨¦ retos debe afrontar el nuevo presidente. Aunque MeriStation es una web eminentemente sobre videojuegos, hemos considerado conveniente analizar m¨¢s aspectos sobre Microsoft que los estrictamente ligados a este ocio. Sabiendo no s¨®lo lo que significa Xbox para los videojuegos, sino el peso que tambi¨¦n tiene Windows, e incluso el papel que puede llegar a jugar Windows Phone, la situaci¨®n global de la compa?¨ªa es muy relevante en este negocio.
Dejar de jugar a la defensiva
Si algo ha caracterizado a Microsoft a lo largo de su historia es haber sabido imponerse a sus rivales partiendo en desventaja. La compa?¨ªa nunca ha sido especialmente innovadora, lo que es sorprendente para una empresa dedicada casi enteramente al software. Esta afirmaci¨®n puede hacer arquear las cejas a m¨¢s de uno, pero es f¨¢cil extraerla viendo c¨®mo ha ido forjando su modelo de negocio. Su primer producto de ¨¦xito y el que inici¨® su imperio fue MS-DOS. Es muy conocida la historia de c¨®mo enga?aron a IBM, quien los hab¨ªa contratado para desarrollar un sistema operativo, comprando uno ya existente (86-DOS) y manteniendo los derechos sobre el mismo. Esto permiti¨® que IBM popularizara MS-DOS al mismo tiempo que Microsoft pod¨ªa vend¨¦rselo a otros fabricantes y, poco a poco, construir un monopolio de facto. A?os despu¨¦s sali¨® Windows, que beb¨ªa claramente de la interfaz de los Macintosh (aunque estos ya se hab¨ªan ¡°inspirado¡± en Xerox) y sufri¨® las primeras disputas por patentes con Apple. Adem¨¢s, Windows fue lanzando mientras Microsoft trabajaba en un nuevo sistema operativo junto con IBM, OS/2, y tambi¨¦n hubo enfrentamientos judiciales por los obvios conflictos de intereses y la sospecha de que hab¨ªan reutilizado conceptos y tecnolog¨ªa de OS/2 en la creaci¨®n de Windows.
Podr¨ªamos extendernos en mucho m¨¢s detalle hist¨®rico, pero eso queda fuera del objeto de este art¨ªculo. Sin embargo, daremos algunos ejemplos muy relevantes. Office no fue desde luego la primera suite ofim¨¢tica lanzada al mercado, pero gracias al amplio dominio de Microsoft en los sistemas operativos y a que evitaba que otras aplicaciones interactuaran con sus ficheros, se termin¨® imponiendo como un est¨¢ndar no oficial. Algo similar ocurri¨® con Internet Explorer, que arras¨® con Netscape y de paso con los est¨¢ndares de la web durante muchos a?os. Una vez m¨¢s, la aplicaci¨®n no naci¨® en Microsoft sino que fue adquirida. MSN Search, el primer buscador de Microsoft, en sus inicios mostraba resultados de otros buscadores. Hotmail, el popular servicio de correo, fue comprado por Microsoft para integrarse en MSN. MSN Messenger s¨ª sali¨® de las cocinas de Microsoft, pero para extender su uso inclu¨ªa interconexi¨®n con el servicio de chat de AOL, si bien esta ¨²ltima nunca lo hab¨ªa autorizado y termin¨® bloque¨¢ndolo a la fuerza.
Habr¨ªa muchos m¨¢s ejemplos que dar, ya que en tantos a?os Microsoft ha sacado multitud de productos, y tambi¨¦n ser¨ªa injusto decir que ninguno de ellos fue pionero, pero desde luego no fue la gran mayor¨ªa de ellos. Microsoft siempre ha sido agresiva en los negocios, eliminando rivales en todos los sectores que tocaba por los medios que fuera necesario. No obstante, como compa?¨ªa de software, era m¨¢s bien reactiva. La mayor¨ªa de ejemplos mostrados arriba se cuentan por ¨¦xitos, al menos en su momento, si bien todos ellos llegaron antes del a?o 2000, curiosamente (o quiz¨¢ no) antes de que Steve Ballmer fue nombrado CEO. El dominio de Microsoft se basaba en que Windows es suyo, y ten¨ªa el monopolio de la inform¨¢tica, as¨ª que cualquier cosa que viniera de serie tendr¨ªa mucha mayor facilidad para ser utilizada que algo que hab¨ªa que instalarse expresamente (esto acarre¨® sanciones por parte de la Uni¨®n Europea). Cuando le tocaba pelear desde abajo, no bastaba con sacar todos sus millones. Ah¨ª est¨¢ Zune, un t¨ªmido intento de luchar contra el iPod que pas¨® sin pena ni gloria.
La llegada de Internet cambi¨® completamente el panorama. Es cierto que Microsoft se subi¨® al carro a mediados de los 90, pero la red en sus inicios era obviamente muy precaria. En 2000, la burbuja de las puntocom que pinch¨® era la de los megaportales de acceso a informaci¨®n, muy distinta de la Internet que conocemos ahora. A partir de ese momento se transform¨® y comenz¨® a convertirse en un sistema operativo universal en la nube. Ya no era necesario tener una aplicaci¨®n instalada para chatear, ni para leer el correo, ni para consultar informaci¨®n (la muerte de Encarta), ni para reproducir m¨²sica o v¨ªdeos, ni incluso para editar documentos de Office. L¨®gicamente la transici¨®n no fue instant¨¢nea, pero s¨ª hubo quien supo ver la tendencia. B¨¢sicamente, as¨ª es como Apple ha ganado terreno con sus iPhones y sus iPads: ya no necesito una m¨¢quina potente para mi d¨ªa a d¨ªa, ya que son los servidores los que hacen el trabajo pesado, s¨®lo necesito una interfaz de acceso sencilla a Internet. No supieron ver que el futuro estaba en la movilidad, aunque discutiremos m¨¢s profundamente sobre esto en otro apartado.
El gigante fall¨® en adaptarse a la web 2.0, donde el software ya no se ejecutaba abriendo un ¡°.exe¡±. Su gran proyecto de megaportal que fue live.com muri¨® sin provocar muchos lamentos entre los usuarios. El buscador Bing sobrevive por el dinero que siguen invirtiendo en ¨¦l. MSN Messenger ya no existe y tuvieron que comprar Skype. De hecho, el ¨²nico producto de ¨¦xito en la red que conserva Microsoft es Hotmail, ahora renombrado a Outlook, porque el correo electr¨®nico es de las pocas cosas que no han evolucionado significativamente desde que se cre¨®. Es cierto que tienen algunas oportunidades ah¨ª, como SkyDrive, aunque no son muchas y la evoluci¨®n no es clara. El caso m¨¢s significativo de esta debacle es Internet Explorer. Primero Firefox, y luego Chrome, consiguieron acabar con su dominaci¨®n e imposici¨®n de est¨¢ndares, dejando atr¨¢s la tortura que fue Internet Explorer 6. Y esto ocurri¨® en el terreno de Microsoft, en Windows, lo que demuestra que ya no tiene la misma fuerza ni siquiera jugando en casa.
Si Microsoft quiere dejar de ceder terreno, tiene que lanzarse al ataque. La estrategia del monopolio y de vencer por aplastamiento ya no funciona, ya no es el ¨²nico pez grande del acuario. Si quieren empezar a ganar de nuevo deben parir productos innovadores en la web y no limitarse a reaccionar a lo que hace la competencia. A su vez, si quieren imponerse a servicios o productos ya existentes, deben hacerlo por la v¨ªa de la calidad. Es decir, lo que hicieron con Xbox y Xbox 360. Y justo lo contrario a lo que pretend¨ªan hacer con Xbox One, volver a las viejas costumbres ahora que hab¨ªan conseguido una cuota de mercado significativa con las pol¨ªticas de la segunda mano y dem¨¢s. El rechazo fue obviamente inmediato, ya que si algo ha demostrado la historia de los videojuegos a lo largo de los a?os es que ser l¨ªder una generaci¨®n no te garantiza ganar la siguiente. En definitiva, son una compa?¨ªa de software, deber¨ªan tener una cultura de la innovaci¨®n de la que actualmente carecen y que por contra sus rivales llevan muy dentro.
Una compa?¨ªa de compa?¨ªas
Toda multinacional que se dedica a varios negocios es complicada de dirigir. Si fabricas coches, o ropa, o un refresco, todos tus empleados saben lo que tienen que hacer. Si eres como Sony, que se adentra en el cine, la m¨²sica, los m¨®viles, los electrodom¨¦sticos y equipos de entrenimiento, la inform¨¢tica y las consolas, tienes divisiones muy claras y dif¨ªciles de unificar. La compa?¨ªa nipona est¨¢ ahora luchando por aprovechar las sinergias que le generan sus actividades, y Microsoft no est¨¢ en una situaci¨®n muy diferente. Al fin y al cabo, los de Redmond tienen Windows, Office, Xbox, distintos servicios web, aplicaciones y servicios corporativos y otras muchas patas. Cabr¨ªa pensar que si bien secciones como Xbox podr¨ªan funcionar de manera diferenciada, deber¨ªa haber m¨¢s comunicaci¨®n entre las otras, cuando claramente no es as¨ª. Al fin y al cabo, por ejemplo, Windows y Office deber¨ªan ir de la mano en cuanto a nuevas caracter¨ªsticas, y los servidores y tecnolog¨ªas para empresas deber¨ªan influir el desarrollo del sistema operativo.
Microsoft en cambio, hasta hace poco m¨¢s de un mes, operaba con departamentos muy diferenciados, cada uno trabajando en su parcela y no s¨®lo no mirando al de al lado, sino incluso compitiendo entre s¨ª. Es muy f¨¢cil apreciarlo con los eventos recientes entorno a Windows 8. ?ste ha llegado al mercado casi a la par que Office 2013, y en cambio las aplicaciones ofim¨¢ticas no est¨¢n adaptadas como es debido a la nueva interfaz. Tanto es as¨ª que Windows RT, la versi¨®n para procesadores ARM que s¨®lo permite aplicaciones Modern UI, tiene que hacer ¡°trampas¡± ejecut¨¢ndose como un programa tradicional de Windows, ya que no estaba listo para la salida del nuevo sistema operativo. Hasta Windows 8.1 ni siquiera tendr¨¢ Outlook. En otro ¨¢rea, cualquiera que sea programador sabr¨¢ el cambio radical que ha llegado a la hora de desarrollar programas para Windows con Windows 8. El framework .NET, del que hablaremos en breve, ha perdido mucho peso frente a las tecnolog¨ªas web, relegando tecnolog¨ªas como WPF o Silverlight, que hasta ayer eran la forma m¨¢s moderna de crear aplicaciones de escritorio y para Windows Phone, dejando fuera de juego a muchos desarrolladores.
Por suerte, parece que las cosas podr¨ªan cambiar. Hace algo m¨¢s de un mes, Microsoft anunci¨® una reestructuraci¨®n de la compa?¨ªa, para reducir el n¨²mero de divisiones y conseguir mayor cooperaci¨®n entre estas. Es el camino a seguir si Microsoft quiere seguir siendo el intermediario entre el usuario y lo que ¨¦ste quiere hacer. Cuando llegue el nuevo CEO, seguramente ser¨¢ ¨¦sta su primera y principal tarea. Y no ser¨¢ una sencilla, porque tendr¨¢ que enfocar miles de empleados a un objetivo com¨²n, dejando a un lado los recelos. Esto ¨²ltimo es lo m¨¢s importante, ya que estamos hablando de reconciliar aut¨¦nticos rivales, algo favorecido por la cultura de empresa de Microsoft. En cualquier caso, Xbox One es un buen comienzo, incluyendo servicios de entretenimiento, Skype, una interfaz similar a la de Windows 8, estando de hecho basado en ¨¦ste tambi¨¦n en su n¨²cleo, y por supuesto Xbox Live.
Microsoft en la web social
No nos vamos a extender mucho en este apartado pues ya discutimos la debacle que ha sufrido Microsoft con su servicios en Internet al principio del art¨ªculo. A d¨ªa de hoy, Microsoft tiene a¨²n vivosservicios en l¨ªnea claves: Skype, SkyDrive, Outlook (antiguo Hotmail), Bing y Bing Maps. Se puede decir que todos est¨¢n funcionando razonablemente bien, algunos m¨¢s que otros claro, dado que Bing a¨²n est¨¢ a mucha distancia de Google, pero ¨¦sa no es una batalla que vayan a ganar pronto y al menos est¨¢n poniendo todos los medios para conseguirlo. El problema no es tanto lo que tienen, como lo que no tienen. Esto enlaza de nuevo con la cuesti¨®n de la innovaci¨®n, ya que si quiere seguir siendo un jugador importante en Internet, necesitan un cat¨¢logo de servicios mucho m¨¢s amplio. Por otro lado, tambi¨¦n deben reforzar su faceta como vendedores de publicidad, ya que a d¨ªa de hoy si Google es lo que es no es por otra cosa que por la publicidad que no s¨®lo inserta en sus servicios, sino en millones de p¨¢ginas por la red.
Windows Phone, luchando desde abajo
Cuando el iPhone apareci¨®, nadie supo anticipar una irrupci¨®n de tal calibre en el mercado de la telefon¨ªa m¨®vil. Sobre el papel, el dispositivo de Apple no era el m¨¢s avanzado en ning¨²n aspecto. Sin embargo, el cambio radical de interfaz junto al lanzamiento de la App Store, trastorn¨® el sector de forma inesperada. Todos los jugadores tradicionales estaban fuera de juego y les era imposible combatir a la amenaza multit¨¢ctil. De la noche a la ma?ana, sistemas operativos como el de BlackBerry, Symbian o Windows Mobile parec¨ªan de otra era, completamente desfasados. Hasta que, como ca¨ªdo del cielo, lleg¨® Android. De repente, el sistema operativo de Google permit¨ªa a los fabricantes competir de t¨² a t¨² con el iPhone, igual¨¢ndolo no s¨®lo en prestaciones sino tambi¨¦n en usabilidad. Todo ello gratuitamente, siempre y cuando no les importara casarse con Google. Los fabricantes abandonaron Symbian, en el que muchas empresas hab¨ªan contribuido, y tambi¨¦n se alejaron de Windows Mobile, ya que su mayor apoyo hasta la fecha, HTC, se pas¨® a Android sin dudar, con grandes resultados, todo sea dicho. Microsoft logr¨® reaccionar, sacando uno de sus mejores productos de los ¨²ltimos a?os: Windows Phone. ?El problema? Tuvo un apoyo escaso, dado que los pocos tel¨¦fonos que salieron eran m¨¢s para como medida defensiva por si resultaba ser un ¨¦xito, que porque realmente creyeran en ello. Lleg¨® tan tarde que ya nadie lo quer¨ªa, o casi nadie...
Nokia ten¨ªa unos planes muy ambiciosos antes de la salida del iPhone. Quer¨ªan dejar un mero fabricante de m¨®viles y convertirse en una empresa de servicios. Sus tel¨¦fonos ser¨ªan el portal a una serie de servicios como una tienda de aplicaciones, correo electr¨®nico, almacenamiento en la nube de archivos, una tienda de m¨²sica e incluso videojuegos con la marca N-Gage, todo englobado bajo la marca Ovi. Por desgracia para ellos, Apple provoc¨® que una necesidad en los consumidores que antes no exist¨ªa, la de una interfaz ¨¢gil, agradable a la pista y muy accesible, y Nokia no ten¨ªa nada de eso, as¨ª que por muy buenos servicios que construyera, si no vend¨ªa tel¨¦fonos no ir¨ªan a ninguna parte. Al no haber sido nunca una compa?¨ªa de software, se movieron muy lentos, y sus planes con Symbian, Maemo y posteriormente Meego junto a Intel se desmoronaron completamente. ?Al otrora mayor fabricante de tel¨¦fonos m¨®viles del mundo le tocaba capitular, rendirse y convertirse en uno m¨¢s dentro del competitivo mundo Android? En eso lleg¨® Microsoft con su Windows Phone, y Nokia contrat¨® a un exdirectivo de los de Redmond como CEO para resolver esa crisis, Stephen Elop, con lo que el acuerdo era obvio. Nokia tendr¨ªa que ceder en alguna de sus aspiraciones, pero ganar¨ªa con la integraci¨®n de sus servicio de mapas en Windows Phone gracias a su empresa Navteq, y a¨²n podr¨ªa mantener otros elementos como la tienda de m¨²sica. La salvaci¨®n parec¨ªa haber llegado para los dos, aunque a¨²n est¨¢n luchando, pues est¨¢n muy lejos de los n¨²meros de Apple y Google.
Una amenaza clara a esta alianza es que una compa?¨ªa del tama?o de Nokia no puede vivir mucho tiempo m¨¢s as¨ª, si no logra continuar creciendo a pasos agigantados. Si bien est¨¢ haciendo grandes progresos, les queda mucho camino por recorrer. Como decimos Windows Phone no es un mal producto en absoluto, y tiene poco que envidiar t¨¦cnicamente a la competencia. El problema es que ahora Microsoft no act¨²a como el monopolio, sino que est¨¢ en la situaci¨®n totalmente opuesta, y padece en sus carnes lo que los usuarios de MacOS o Linux han sentido durante a?os: la falta de apoyos de las desarrolladoras de software.Es el problema de la pescadilla que se muerde la cola, o lo que es lo mismo, necesitan muchas ventas para lograr apoyos de desarrolladores de software, pero estas ventas son dif¨ªciles si carecen de aplicaciones populares que s¨ª est¨¢n en la competencia. Google no est¨¢ dispuesta a hacerle ning¨²n favor a su gran rival dada su actual cuota de mercado, y a d¨ªa de hoy es dif¨ªcil entender un Internet sin sus servicios, como el buscador, YouTube, Gmail, Hangouts y dem¨¢s. En cambio, Microsoft se ve en la obligaci¨®n de sacar sus aplicaciones como Outlook, Office, Skype o SkyDrive tanto en la App Store como en Google Play, a riesgo de perder relevancia si los usuarios de esos sistemas tienen que buscar alternativas.
Windows en la era t¨¢ctil
Si bien la situaci¨®n de Microsoft en el sector de la telefon¨ªa m¨®vil no era ideal con la llegada del iPhone, a priori no deb¨ªa hacer saltar las alarmas. Al fin y al cabo, su sistema operativo de escritorio disfrutaba de una salud envidiable, y tras el fiasco de Windows Vista hab¨ªan recobrado la confianza de los consumidores. As¨ª que todo iba bien en casa Redmon... hasta que apareci¨® el iPad. De repente, se iniciaba lo que muchos han llamado la era Post-PC: con un iPhone y un iPad tengo acceso a todo el entretenimiento que necesito, puedo navegar por Internet e incluso trabajar si mis labores son sobre todo de gesti¨®n, con acceso al correo o aplicaciones de ofim¨¢tica. Adem¨¢s los dispositivos de Apple ofrec¨ªan acceso a una tienda de aplicaciones ¨²nica que se hab¨ªa demostrado un ¨¦xito, algo de lo que Microsoft carec¨ªa. Google pudo reaccionar r¨¢pido, y adaptar Android a tabletas, con lo que de nuevo todos los fabricantes siguieron la tendencia. Microsoft ten¨ªa que hacer algo y surgi¨® Windows 8.
Una vez m¨¢s Microsoft llegaba tarde, pero esta vez estaba siendo atacada donde m¨¢s le dol¨ªa: Windows. ?Qu¨¦ decidi¨® hacer? Pues una vez m¨¢s, copiar a sus rivales. ?Los usuarios quer¨ªan una experiencia t¨¢ctil? Ofrezc¨¢mosela. Claro que, ?qu¨¦ hacer con la retrocompatibilidad y las miles de aplicaciones para Windows no adaptadas a una interfaz t¨¢ctil? Soportarlas. Microsoft quer¨ªa hacer un cambio radical, pero a la vez no pod¨ªa hacerlo, ya que tirar a la basura todo eso ser¨ªa perder la principal ventaja que siempre han tenido: todo el software est¨¢ disponible en Windows, y a la competencia s¨®lo le quedan las migajas. Hay mucha gente que se ha expresado a favor de Windows 8, pero tambi¨¦n hay otra mucha que ve en esa divisi¨®n entre aplicaciones de escritorio y de Modern UI un error. Lo que parece objetivamente claro es que tener dos tipos de interfaces tan diferenciadas e incompatibles entre s¨ª rompe completamente la experiencia de usuario. Ni siquiera Apple se ha atrevido a dar tal paso, y sigue vendiendo sus Mac con una interfaz cl¨¢sica.
Junto a la experiencia t¨¢ctil hab¨ªa otro frente que salida de Windows 8 deb¨ªa afrontar. Dispositivos como el iPad y las tabletas Android utilizan procesadores ARM, que son m¨¢s baratos y con menor consumo energ¨¦tico que los de Intel. A d¨ªa de hoy no pueden igualar las prestaciones de un ordenador de gama alta, pero para m¨®viles y tabletas resultan perfectos. Intel es otra que se ha visto sobrepasada por la era Post-PC y no ha sido hasta este a?o que los fabricantes de Android han confiado en sus procesadores, como algunos modelos de Asus o Lenovo entre otros, gracias a la llegada de las CPUs Merrifield. Si Microsoft quer¨ªa bajar hasta ese nicho, ten¨ªa por tanto que contar con una versi¨®n para ARM, y as¨ª nac¨ªa Windows RT. A diferencia de Windows 8, esta nueva versi¨®n no ten¨ªa que mantener ning¨²n tipo de retrocompatibilidad, ya que no exist¨ªan aplicaciones de escritorio compatibles con ARM, por lo que decidieron cerrarla y que s¨®lo se pudieran instalar aplicaciones a trav¨¦s de su tienda. Esto supuso, claro est¨¢, que el software disponible fuera bastante reducido, tanto comparando con Windows 8 como con la competencia, y no ha terminado de cuajar en el mercado. De hecho, Microsoft tuvo que declarar p¨¦rdidas de 900 millones de d¨®lares a causa de sus tablets Surface con Windows RT no vendidos.
Windows 8 rompe muchas cosas que eran tradicionales en el PC: multitarea real, m¨²ltiples aplicaciones en pantalla en lugar de una a pantalla completa, men¨²s adaptados al uso del rat¨®n y no de un dedo, libertad para instalar programas desde cualquier fuente y mucho m¨¢s. Es cierto que ah¨ª sigue el escritorio como si fuera un Windows 7, que suele ser el argumento de los que defienden el nuevo sistema operativo, pero si tienes que recurrir a ¨¦l entonces no est¨¢s sacando provecho a las nuevas caracter¨ªsticas y todo ese lavado de cara pierde sentido. En cualquier caso identificar los problemas es m¨¢s o menos sencillo, la cuesti¨®n es encontrar una soluci¨®n a ese dilema que se le ha planteado a Microsoft: c¨®mo satisfacer a los que quieren la interfaz tradicional para trabajar frente a los que buscan un ocio m¨¢s accesible con una pantalla t¨¢ctil.
Microsoft en la empresa 3.0
No todo son sombras en la gesti¨®n de Steve Ballmer. Tanto en este apartado como en el siguiente vamos a ilustrar algunos de sus mayores aciertos. En esta era de la movilidad, con la progresiva p¨¦rdida de relevancia del PC, otro de los grandes pilares de la empresa amenazaba con venirse abajo: Office. Si bien Office tambi¨¦n est¨¢ presente en los Mac, su gran influencia viene claramente dada por ir de la mano de Windows y su masivo dominio. A¨²n a d¨ªa de hoy es dif¨ªcil reemplazar completamente esta suite ofim¨¢tica, ya que los usuarios est¨¢n acostumbrados a su uso y aunque existen alternativas, algunas libres como OpenOffice, y otras tanto para iPhone/iPad como para Android, ninguna es capaz de soportar todas sus funcionalidades y aplicaciones. No obstante, aunque lentamente, estas soluciones van ganando terreno, o bien por su gratuidad, o bien por ofrecer otras ventajas siendo igualmente m¨¢s econ¨®micas. Es el caso especialmente de los servicios de Google al respecto, con correo, archivos y calendario en la nube y clones de Word, Excel y dem¨¢s que a un gran n¨²mero de usuarios les resultan suficientes. Hubo grandes empresas que empezaron migraciones a Google Apps for Business buscando sobre todo un ahorro de costes, con lo que Microsoft tuvo que ponerse las pilas.
Una vez m¨¢s, y ya van unas cuantas en este art¨ªculo, Microsoft ha reaccionado tarde, pero a diferencia de las otras situaciones mencionadas, su ventaja les ha permitido no tener que moverse tan r¨¢pido, y la soluci¨®n parece que podr¨ªa convencer al mercado. Con Office 365 no s¨®lo son capaces de competir con lo que Google o Apple ofrecen, sino que lo superan, ya que adem¨¢s lleva Office a todo tipo de dispositivos, no s¨®lo los suyos. Al estar en la nube, las empresas ya no tienen que desplegar servidores de correo propios, y al funcionar mediante suscripci¨®n, tampoco tienen que hacer un desembolso inicial importante en licencias. De este modo, incluso aunque Windows muriera ma?ana, Office se est¨¢ asegurando su existencia m¨¢s all¨¢ del PC. Eso s¨ª, pese a que te¨®ricamente est¨¢n haciendo las cosas bien, tambi¨¦n es cierto que Office nunca ha tenido una amenaza mayor que la actual. Es m¨¢s, el riesgo es a¨²n mayor, ya que otros servicios como SharePoint o Lync, aunque t¨¦cnicamente independientes, van realmente ligados al ¨¦xito de Office, as¨ª que la ca¨ªda de ¨¦ste provocar¨ªa un efecto en cascada.
Los servicios de Microsoft para empresas no acaban l¨®gicamente en Office. Uno de los mayores logros de Steve Ballmer fue el desarrollo del framework .NET. Resulta dif¨ªcil de explicar para aquellos ajenos a la programaci¨®n, pero groso modo, es un entorno de ejecuci¨®n y una serie de librer¨ªas que consiguieron que programar para Windows fuera much¨ªsimo m¨¢s sencillo. No se trataba s¨®lo de programas de escritorio, sino tambi¨¦n, y especialmente, de aplicaciones corporativas y servicios web, de forma que pudieran luchar contra Java y el dominio de Linux en ese terreno. Tambi¨¦n contaban con su propio servidor de aplicaciones y de base de datos, entre otras tecnolog¨ªas. Si no hubiera sido por todo esto, y aunque siguen sin ser el actor principal, a d¨ªa de hoy Windows Server y Microsoft en general estar¨ªan en una situaci¨®n de irrelevancia en este sector. Ahora llega la computaci¨®n en la nube y su gran baza es Azure, pero, ?oh sorpresa!, otra vez tienen que recuperar el terreno perdido frente a Amazon o Google, entre otros, por lo que ¨¦se es su gran desaf¨ªo a d¨ªa de hoy.
Como nota curiosa de lo bueno que es el framework .NET, el lenguaje C#, que naci¨® al calor del mismo, fue tan bien acogido, que a d¨ªa de hoy va mucho m¨¢s all¨¢ de su intenci¨®n original, y podemos encontrarlo por ejemplo en videojuegos gracias al motor Unity. El hecho de que sus especificaciones sean libres (nada habitual en Microsoft), permite que haya implementaciones de .NET m¨¢s all¨¢ de Windows y ha hecho que se extienda a m¨®viles y ahora a consolas, incluyendo Wii U y las plataformas de Sony. Esto supone que, por primera vez desde que se creaban los juegos en puro c¨®digo m¨¢quina y ensamblador, el lenguaje C++ pueda verse desbancado, aunque a¨²n tardar¨¢ mucho en pasar, si es que ocurre.
Xbox y los videojuegos en PC
Se dice que, cuando Microsoft se plante¨® la creaci¨®n de Xbox, Steve Ballmer no era precisamente uno de sus principales valedores. Bill Gates, a¨²n CEO cuando el proyecto se inici¨®, era mucho m¨¢s optimista, mientras que su sustituto no mucho despu¨¦s no estaba convencido de que Microsoft debiera adentrarse en un mercado tan diferente al que estaban acostumbrados. En cualquier caso, m¨¢s all¨¢ de lo que opinara, apoy¨® el proyecto de la primera Xbox, aun sabiendo que acabar¨ªan perdiendo dinero con ella. El objetivo era abrirse un hueco y darse a conocer, aunque no fuera rentable desde el principio, y lo cierto es que su primera m¨¢quina no lo hizo nada mal consiguiendo igualar e incluso ligeramente superar a Nintendo. Estaba claro que PlayStation 2 estaba en otra liga, y adem¨¢s salieron significativamente m¨¢s tarde, pero lograron establecer licencias como Halo y llevaron el juego en l¨ªnea a las consolas con Xbox Live, siguiendo la estela de SEGA con Dreamcast, de donde de hecho ven¨ªan muchos directivos que se pasaron a Microsoft cuando la compa?¨ªa japonesa ces¨® la fabricaci¨®n de su consola.
Con Xbox 360 quer¨ªan evitar salir de nuevo a la sombra de Sony, as¨ª que atacaron antes y muy fuerte. Invirtieron mucho en exclusivas y gracias a sus magn¨ªficas herramientas de desarrollo lograron el apoyo de la industria, que ven¨ªa de sufrir la complicada PS2. Incluso trataron de desembarcar en el mercado japon¨¦s con t¨ªtulos como Blue Dragon o Lost Odyssey, pero esto ya no les sali¨® tan bien. Tambi¨¦n pagaron el hecho de salir tan pronto a causa de su inexperiencia como fabricantes de hardware, y surgi¨® el problema de las luces rojas. Esta cuesti¨®n podr¨ªa dar para un art¨ªculo m¨¢s largo, pero lo cierto es que el balance de Microsoft con Xbox 360 ha sido m¨¢s que positivo: m¨¢s de 70 millones de unidades vendidas, en un empate t¨¦cnico con PlayStation 3, y n¨²mero positivos de la divisi¨®n en los ¨²ltimos a?os.
Ahora Microsoft tiene por delante el lanzamiento de una nueva consola, que ya es un reto en s¨ª mismo. Su intenci¨®n desde el principio era que lo mismo que el PC era la puerta al entretenimiento para muchos usuarios, colocar su m¨¢quina en esa posici¨®n en el sal¨®n. Sus aspiraciones van claramente m¨¢s all¨¢ de los videojuegos, y la tecnolog¨ªa actual les permite ofrecer que Xbox One ofrezca servicios desde Skype a Netflix sin necesidad de un ordenador. Dejando atr¨¢s los amagos con las pol¨¦micas pol¨ªticas que ya no van a implementar, lo que queda de eso es que buscan ofrecer la consola continuamente conectada a Internet, donde incluso la computaci¨®n en la nube tiene cabida. Est¨¢ por ver qu¨¦ tal funciona la estrategia, y si consiguen ¨¦xitos realmente m¨¢s all¨¢ de los videojuegos, que haya gente que compre su m¨¢quina como centro de entretenimiento y no simplemente como consola. Hay una pieza en concreto que causa m¨¢s dudas, que no es otra que Kinect. Cuando Microsoft lo present¨® parec¨ªa la respuesta al mando de Wii para ganarse sus usuarios. Ten¨ªa tecnolog¨ªa extremadamente avanzada, y hac¨ªa muchas cosas que Wii no pod¨ªa ni so?ar con ellas, pero cuando sali¨® fue cuando la fiebre por los controles por movimiento empezaba a bajar. Ahora vuelven a intentarlo, con m¨¢s y mejoradas funciones, pero una vez m¨¢s sin juegos que demuestren su potencial m¨¢s all¨¢ del control por voz, que da la sensaci¨®n que es lo ¨²nico a lo que le est¨¢n sacando provecho.
En lo que respecta a los videojuegos en PC, Windows 8 ha amenazado con alterar la situaci¨®n actual. Microsoft siempre quiso que los ordenadores fueran m¨¢quinas para jugar, y que dichos juegos estuvieran s¨®lo para Windows, ya que al fin y al cabo eso les garantizaba m¨¢s ventas de su sistema operativo. La aparici¨®n de DirectX supuso que los videojuegos para ordenador quedaran atados a su sistema, ya que nadie m¨¢s lo pod¨ªa usar, y siendo superior a OpenGL, se convirti¨® en el est¨¢ndar. Esto le otorg¨® tambi¨¦n una ventaja competitiva con Xbox 360, y as¨ª vimos unos cuantos juegos que sal¨ªan en ambas plataformas pero no en PS3. PS4 en cambio parece que soportar¨¢ DirectX, aunque no est¨¢ claro c¨®mo han podido licenciarlo y no es una informaci¨®n oficialmente anunciada. Pero volviendo al PC, durante a?os Microsoft parec¨ªa conformarse con eso, con que los videojuegos salieran s¨®lo para su sistema. La llegada de Xbox 360 y el creciente ¨¦xito de Steam les hizo replantearse la situaci¨®n, y anunciaron Games For Windows LIVE, a reflejo de Xbox Live pero en PC, no s¨®lo con juego en l¨ªnea sino tambi¨¦n con una tienda a trav¨¦s de Internet.
Si bien hay muchos juegos que salieron con este servicio, la apuesta no parece que fuera del todo rentable y no hace tanto que anunciaron que cerrar¨ªan tanto la tienda como el servicio. En Windows 8 de hecho ya no existe Games for Windows LIVE como tal, sino Xbox Games, que es capaz de conectar las cuentas de sus consolas con los PCs, ofreciendo logros y juego en l¨ªnea. La diferencia es que este servicio ya s¨®lo es compatible con juegos lanzados en la Tienda Windows, dejando fuera t¨ªtulos aparecidos por ejemplo en Steam. Normalmente esos juegos son sencillos, del estilo de los que encontramos para m¨®viles o tabletas, y no hablamos de t¨ªtulos AAA. No obstante, en un pr¨®ximo Windows, Microsoft podr¨ªa ir m¨¢s all¨¢ y acabar con las aplicaciones de escritorio, centraliz¨¢ndolo todo en su tienda y dejando fuera a Steam u Origin entre otros. Lo que es seguro es que a d¨ªa de hoy no tienen una posici¨®n fuerte en el PC, y algo tendr¨¢n que hacer.
Buscando un nuevo CEO
El legado de Ballmer no debe verse como absolutamente negativo. Mientras ha estado como CEO, la compa?¨ªa ha triplicado los ingresos y ha abierto nuevos mercados. El principal de ellos est¨¢ encabezado por Xbox con la divisi¨®n de entretenimiento en su conjunto, pero tambi¨¦n est¨¢n creando centros de datos para dar soporte a sus servicios en la nube como Office 365 o Azure. Del mismo modo, Windows Phone est¨¢ teniendo mucha m¨¢s relevancia de la que tuvieron Windows Mobile o las PDAs con PocketPC, pese a que a¨²n est¨¢ lejos de la competencia. Lo que s¨ª se le puede achacar es la gesti¨®n que ha hecho de su gallina de los huevos de oro, Windows, no s¨®lo por la situaci¨®n actual, sino por fallos como el de Windows Vista. El sistema operativo est¨¢ ahora mismo amenazado como nunca antes, cuando hasta hace no tanto disfrutaba de un monopolio aplastante y sin visos de cambiar. Adem¨¢s, desde que fue nombrado CEO, los accionistas han visto c¨®mo sus acciones se han quedado estancadas en los 30 d¨®lares, frente a los 60 que llegaron a alcanzar justo antes de que Bill Gates se retirase, perdiendo tambi¨¦n la tendencia alcista.
Hay posiciones encontradas en cuanto a qui¨¦n deber¨ªa dirigir la nueva Microsoft. Lo que est¨¢ claro es que en esta era de transici¨®n Microsoft necesita savia nueva, no alguien como Steve Ballmer que lleva m¨¢s de 30 a?os en los puestos superiores del organigrama. La duda es de d¨®nde deber¨ªa llegar ese nuevo l¨ªder. Tras la muerte de Steve Jobs, parec¨ªa claro que Apple deb¨ªa continuar por la misma senda. Al fin y al cabo ellos eran los innovadores y los que no dejaban de romper el mercado. De este modo, Tim Cook, un hombre de dentro y que segu¨ªa la filosof¨ªa de Jobs, fue puesto como su sustituto. El propio Steve Jobs volvi¨® en su momento como CEO de Apple en una historia bien conocida, tras ser despedido de la empresa que ¨¦l mismo fund¨®, y la convirti¨® en lo que ahora es. En el lado opuesto podr¨ªamos poner a Yahoo. Su fundador, Jerry Yang, retorn¨® en 2007 como CEO para tratar de corregir el rumbo de la puntocom, y fue incapaz de conseguirlo. Ahora la compa?¨ªa est¨¢ en plena transformaci¨®n y tratando de resurgir y todo gracias a Marissa Mayer, una ex de Google que vino a insuflar nuevos aires a una empresa que iba camino a la tumba.
Por tanto es dif¨ªcil saber cu¨¢l es la f¨®rmula del ¨¦xito. Por un lado est¨¢n los que apuestan por alguien de dentro. Suenan nombres como Tami Reller, actual directora de Marketing quien estuvo a cargo de las finanzas de la divisi¨®n de Windows, o Julie Larson-Green, quien ahora dirige la divisi¨®n de entretenimiento pero fue responsable de planificaci¨®n de Windows 7 y Windows 8, adem¨¢s de introducir la barra Ribbon en office. Buscando un perfil m¨¢s innovador se podr¨ªa mencionar a Satya Nadella, el cual gestiona la divisi¨®n de servicios a empresas, uno de los departamentos que m¨¢s se est¨¢ diversificando y avanzando dentro de la compa?¨ªa. Tony Bates era CEO de Skype cuando Microsoft la compr¨®, y aunque ahora sigue dentro de la empresa en labores de estrategia comercial, no ser¨ªa totalmente un viejo conocido en la direcci¨®n de los de Redmond. En el otro extremo de la balanza est¨¢n los que quieren un cambio m¨¢s radical, y ah¨ª suena fuerte Scott Forstall. Este directivo de Apple fue uno de los m¨¢ximos responsables del ¨¦xito del iPhone y su interfaz t¨¢ctil, pero tambi¨¦n estuvo a cargo del nuevo servicio de mapas que fue un aut¨¦ntico fracaso, lo que lo llev¨® a su despido. Alguien as¨ª podr¨ªa dar a Microsoft las herramientas necesarias para transformar Windows en la nueva revoluci¨®n inform¨¢tica. Reed Hastings, actual CEO de Netflix, no es completamente ajeno a Microsoft pues hasta el a?o pasado se sentaba en el comit¨¦ ejecutivo, pero no es alguien que llevara el d¨ªa a d¨ªa de la empresa y su posici¨®n de cofundador de Netflix garantizar¨ªa emprendimiento y b¨²squeda de nuevos servicios.
Es curioso pero entre los rumores est¨¢ sonando mucha gente que estuvo en Microsoft pero ya no, que directivos actuales. Paul Maritz fue el m¨¢ximo responsable del software para escritorio y servidores de Microsoft hasta el a?o 2000, encabezando iniciativas como Windows 95, Windows NT o Internet Explorer. Tras fundar una peque?a empresa que fue comprada por la due?a de VMWare, paso a ser CEO de ¨¦sta, pero es uno de los que podr¨ªa retornar al hogar. Otro es Stephen Elop, actual CEO de Nokia, que tiene en su haber el conseguir reconducir la estrategia de la compa?¨ªa finlandesa con un cambio radical de prioridades, algo que podr¨ªa llevar a cabo en Microsoft. Steven Sinofsky fue el m¨¢ximo responsable de Windows que consigui¨® arreglar el fiasco de Vista con la salida de Windows 7, pero tambi¨¦n estuvo detr¨¢s de Windows 8, aunque su salida de la empresa te¨®ricamente no tuvo que ver con la tenue acogida que est¨¢ teniendo la ¨²ltima versi¨®n del sistema operativo. Lo que est¨¢ claro es que es un hombre con ideas que podr¨ªa dar un esp¨ªritu m¨¢s innovador a Microsoft. Uno de los menos probables, pero que tambi¨¦n se ha escuchado, es Vic Gundotra. El ex manager general de Microsoft se fue a Google para dirigir su divisi¨®n social, es decir, Google+, pero ni ¨¦sta ni su anterior proyecto, Windows Live, han sido todo lo exitosos que sus empresas esperaban.
?Y Bill Gates? Nos tememos que no, que ya ha afirmado que no tiene inter¨¦s en ponerse de nuevo al frente.