Diablo III

¡°Nos estamos tomando muy en serio la expansi¨®n de Diablo III a las consolas¡±, Josh Mosqueira, Blizzard, Agosto 2011. De la incredulidad al desmentido, del desmentido al coqueteo, del coqueteo al deseo, y del deseo al hecho. ?ste es el camino que ha seguido la producci¨®n de Diablo III para consolas, t¨ªtulo que se anunci¨® como exclusivo incuestionable para el PC, plataforma en la que se estren¨® en mayo del 2012 cosechando buenas cr¨ªticas en la prensa especializada, pero llev¨¢ndose de propina merecida las iras de los jugadores incapaces de conectar a sus servidores -recordemos- obligatorios para jugar por los problemas de conexi¨®n. Aquello qued¨® en el pasado y Blizzard, la madre del tit¨¢nico proyecto, encar¨® su futuro tomando decisiones pr¨¢cticas sobre el terreno aprendiendo de lo que ped¨ªa la comunidad de jugadores.

De este proceso de aprendizaje y a partir del clamor popular, casi por insistencia, deriva la versi¨®n de Diablo III para consolas de sobremesa, en concreto para Xbox 360 y para Playstation 3 (m¨¢s tarde llegar¨¢ a m¨¢quinas next gen), un juego que es mucho m¨¢s que una mero port, pues reformula los pilares del original para conseguir adaptarse al mando y a las funcionalidades de estas m¨¢quinas. Se puede decir que Blizzard casi echa la casa abajo en su totalidad para alcazar la visi¨®n deseada de lo que debe ser una experiencia Diablo en consolas de sobremesa. Jugar a este juego de rol y acci¨®n en PS3 y en Xbox 360 no es igual a hacerlo en compatibles, es una experiencia diferente en muchos sentidos, con cambios razonados para hacerlo m¨¢s atractivo en estas plataformas. M¨¢s de un a?o de vida en PC y una expansi¨®n anunciada preceden a su aproximaci¨®n a consolas.

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Aqu¨ª tienes el mando

Es inevitable. La primera cuesti¨®n que se plantea un jugador cuando recibe Diablo III para consolas hace referencia directa a c¨®mo se adaptar¨¢ el juego al mando y si no echar¨¢ de menos el teclado y el rat¨®n. Por imposible que parezca, Blizzard ha realizado un trabajo contundente a la hora de utilizar el pad en este juego de rol. Y es que los controles son suficientemente pr¨¢cticos como para no echar en falta las teclas. Ni sobran botones ni faltan. M¨¢s all¨¢ de funciones indiscutibles como el chat de texto siempre m¨¢s solido con teclado, el combate se vuelve ¨¢gil en consolas usando la combinaci¨®n de botones establecida. Gatillos, botones de acci¨®n, cruceta y sticks anal¨®gicos son suficientes para que nuestro h¨¦roe se enfrente a las hordas el mal.

Mientras que con el stick izquierdo controlamos el movimiento del personaje, con el derecho podemos esquivar los ataques de los enemigos, con el gatillo superior izquierdo lanzar pociones y con los botones restantes realizar hechizos, ataques y movimientos. La cruceta sirve para navegar por los ¨²ltimos objetos obtenidos y para abrir el mapa. El sistema de ataque tambi¨¦n se ha modificado con un apuntado autom¨¢tico para los ataques cuando no se utiliza el stick. Sin n¨²meros ni teclas se consigue un esquema de control que se ajusta a la perfecci¨®n a las consolas, pero que ser¨ªa inviable en la versi¨®n para ordenador tal y c¨®mo la conocemos por razones obvias. Y es que, adem¨¢s del control, Blizzard ha modificado otros elementos del juego de rol al poner rumbo a consolas como detallaremos en pr¨®ximas l¨ªneas. Pero el control es el que es y funciona.

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No es necesario entrar en detalles sobre la trama principal del juego m¨¢s all¨¢ de incidir en el duelo a muerte entre las fuerzas del bien y del mal, los ¨¢ngeles ca¨ªdos sobre la Tierra y las traiciones entre facciones (puedes ampliar los datos sobre el imaginario de Diablo III desde aqu¨ª). Tan solo recordar que el t¨ªtulo se divide en cuatro actos con una duraci¨®n de 15-20 horas m¨¢s o menos, y cinco clases de personaje seleccionables, m¨¦dico brujo, mago, cazador de demonios, monje y b¨¢rbaro, cada una de ellas especializada en un estilo de combate propio y con una evoluci¨®n dirigida por la progresi¨®n de niveles, el desbloqueo de habilidades y la asociaci¨®n de runas a ¨¦stas para personalizarlas. La clave de Diablo III no est¨¢ en la ¡°primera vuelta¡±, sino en la cantidad de horas que ofrece por su rejugabilidad gracias al juego online.

Blizzard tambi¨¦n ha modificado por completo el sistema de configuraci¨®n de personajes, adapt¨¢ndolo a un men¨² circular donde cada bot¨®n del mando tiene asignado un tipo de habilidad que se puede modificar seleccionando entre las disponibles (lo mismo para colocar las runas). Con la gesti¨®n de objetos sucede exactamente lo mismo; el men¨² circular tiene asignados cada una de las partes del cuerpo que pueden equipar objetos, de modo que recorriendo el c¨ªrculo podemos ir equipando objetos sobre el personaje. Los objetos quedan repartido en un inventario limitado a 60 items clasificados siempre por categor¨ªas y con un sistema visual que permite identificar r¨¢pidamente objetos mejores de los que llevamos puestos. Adem¨¢s, directamente desde el escenario, sin acceder al men¨², la cruceta permite repasar los ¨²ltimos objetos recogidos y equiparlos.

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Sacrificios: Benditos y mal¨¦volos

Como en todo ritual demoniaco, los sacrificios son necesarios, as¨ª que Blizzard, en un examen de sinceridad, ha retirado de Diablo III para consolas ciertos elementos incluidos en compatibles que dif¨ªcil penetraci¨®n pod¨ªan tener en PS3 y en Xbox 360. Son a todas luces sacrificios honestos, algunos incluso positivos para el proyecto que dan foma a esta adaptaci¨®n preparada para el mando tradicional. Uno de esos sacrificios es la desaparici¨®n de la Casa de Subastas, elemento que por otra parte ha sido extensamente criticado en PC y que hasta puede llegar a mutar en compatibles en el futuro. El comercio a cambio de dinero real desaparece dejando al margen cualquiera de los problemas detectados en PC, pero tambi¨¦n sufre una simplificaci¨®n. Parte de este cambio es la eliminaci¨®n de Battle.net, la red de los jugadores de Blizzard, que no tiene presencia en las versiones para consolas dependientes de sus propios servidores.

Con la desaparici¨®n de la Casa de Subastas y la reducci¨®n del ¡°factor comunidad¡± se produce uno de esos sacrificios favorables que coment¨¢bamos, y es que Diablo III para PS3 y Xbox 360 no requiere de conexi¨®n permanente para jugar. Se acab¨® la pol¨¦mica conectividad permanente justificada por aquello de tener el personaje ¡°en la nube¡±. Ahora tus h¨¦roes est¨¢n en la consola, con tu perfil, en un entorno c¨®modo, ligero y solvente donde jugar, en un espacio que no te obligar¨¢ a estar conectado a Internet para echar partidas. Resulta ir¨®nico que una simplificaci¨®n de esquemas realizada por y para cubrir las exigencias y las limitaciones de las consolas termine eliminando uno de los elementos te¨®ricamente indisolubles de la versi¨®n para PC. Recordemos que Blizzard no conceb¨ªa un Diablo III sin conexi¨®n permanente de ninguna de las maneras.

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Con el sistema de comercio simplificado y relegado al trato directo entre jugadores, Blizzard ha apostado por otro recorte comprensible sobre el sistema de looteo de objetos en el juego. El n¨²mero de items que dejan caer los enemigos se ha reducido sensiblemente en comparci¨®n con PC, dejando los objetos de nivel alto en manos de los rivales relevantes, automatizando la obtenci¨®n de oro y haciendo que el proceso de recogida de objetos sea visual e intutitivo para que no tengas que visitar el men¨² cuando consigues un item para saber su potencial. Es una decisi¨®n comprensible (aplicar el mismo sistema que en PC usando el mando ser¨ªa bastante ca¨®tico), pero a la par reduccionista. Y no es que falten objetos o que cueste m¨¢s conseguirlos (el dropeo es m¨¢s selectivo), pero s¨ª se nota el cambio si vienes de compatibles.

Otro de los a?adidos derivados de llamar a la puerta de las consolas de sobremesa es la incorporaci¨®n de un modo para cuatro jugadores directamente desde la misma consola y con cuatro mandos. Es tan sencillo como pulsar ¡°Start¡±, seleccionar perfil y acceder a la partida en cualquier momento. Funciona de forma instant¨¢nea, r¨¢pida y permite que cada perfil guarde su personaje con nivel, habilidades y objetos, de modo que en una misma casa puede haber varios jugadores perfectamente personalizados y que compartan sesiones simult¨¢neas. El cooperativo a cuatro resulta atractivo, divertido y eficaz, y presenta pocas sombras, como que en situaciones pobladas de enemigos la localizaci¨®n de los personajes puede resultar ca¨®tica a pesar de la inclusi¨®n de avisos de colores que se activan pulsando el stick anal¨®gico.

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Jugar a cuatro en un mismo dispositivo es otro de esos modos ¡°imposibles¡± en la versi¨®n de PC que lucen notables en la edici¨®n para consolas. De hecho, y a pesar de que se incluye el modo online (pueden jugar tres jugadores en local y uno a trav¨¦s de Internet), el cooperativo de sof¨¢ es una de las mejores formas de disfrutar de Diablo III en PS3 y en Xbox 360, pues crea una experiencia de juego en local de esas que se vienen perdiendo en m¨¢quinas de sobremesa, de las que la industria olvida cuando atiende a los modos online y deja atr¨¢s los cl¨¢sicos del pasado. Que cada jugador mantenga las estad¨ªsticas de personaje y no tenga que conectarse a la partida con un avatar gen¨¦rico como sucede en otros juegos de rol es un detalle indispensable acometido por Blizzard. No cabe duda de que ¨¦ste ser¨¢ uno de los modos estrella en consolas.

Diablo III puede durar tantas horas como pasi¨®n deposites por tus personajes o amigos tengas en el multijugador. ?sta es precisamente una de las fortalezas de estos juegos. La caza de compa?eros de viaje en el online se puede filtrar por procedencia geogr¨¢fica (sin limitaci¨®n regional), por idioma, por escenario y por dificultad. Aqu¨ª se apuesta por Normal, Pesadilla, Infierno y Averno, ahora con ocho subniveles de dificultad adicionales (F¨¢cil, Media, Dificil, Maestro I, II, III, IV y V), los primeros dedicados a aquellos jugones que no han tenido contacto con la serie jam¨¢s en en PC o en consolas (recordemos aquel primer Diablo en PSX). En el online, como en el cooperativo local, las opciones se pueden modificar sobre la marcha desde el men¨², y en caso de que uno de los jugadores se ausente, su personaje se trasladar¨¢ autom¨¢ticamente con el grupo.

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La simplificaci¨®n de elementos tambi¨¦n se nota en el apartado gr¨¢fico, que recibe una peque?a reducci¨®n en comparaci¨®n con PC sin entrar en demasiados recortes. La esencia de los escenarios se mantiene. Lo mismo sucede con la estabilidad y la tasa de im¨¢genes por segundo, solo lastrada en algunos momentos puntuales con descensos de frame rate que nunca suponen demasiado mal para la sesi¨®n. El motor, sin novedades, soporta las consolas con solera y ofrece un viaje visualmente equilibrado por las tierras de Santuario, sin ser un tit¨¢n en cuanto a acabado visual -ya no lo era en PC en 2012-. Eso s¨ª; el esp¨ªritu creativo y la labranza t¨¦cnica de Blizzard se mantienen intactos, sin perder la identidad a pesar las modificaciones. Los dise?os de enemigos y de escenarios que en PC cautivaban por su acabado art¨ªstico aqu¨ª siguen sorprendiendo igual.

Jugar en la tele, a la distancia, puede no resultar c¨®modo para los m¨¢s acostumbrados a la cercan¨ªa de la pantalla del ordenador. Para cubrir esta situaci¨®n, Blizzard ha adaptado la interfaz, colocando las habilidades en la zona inferior izquierda y el mapa en el lado opuesto. El n¨²mero de elementos de identificaci¨®n (barras de salud, da?os causados, etc.) que veremos en pantalla se puede controlar desde el men¨² apostando por una versi¨®n minimalista que no muestre nada o por un mosaico algo desordenado de elementos sobre la pantalla. Los controles tambi¨¦n se pueden personalizar asignando a cada bot¨®n la habilidad deseada, aunque el sistema dise?ado por defecto es solvente.

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En consolas no se han eliminado los ¡°Retos¡± de la versi¨®n para compatibles, peque?os logros desbloqueables con determinadas acciones, y se han incorporado las haza?as mayores al sistema de logros y de trofeos desbloqueables de Xbox LIVE Y Playstation Network. Todo sea por alargar la vida ¨²til de un t¨ªtulo altamente rejugable, capaz de divertir durante meses a los seguidores del rol y la acci¨®n, y de satisfacer las necesidades de multijugador de los m¨¢s conectados. La evoluci¨®n del multijugador depender¨¢ de la comunidad que se forme a partir del lanzamiento y del soporte que Blizzard quiera dar a la versi¨®n de consolas con actualizaciones, nuevos contenidos como esa expansi¨®n que no est¨¢ anunciada para estas ediciones, etc.