Company of Heroes 2
- PlataformaPC8.5
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorRelic Entertainment
- Lanzamiento25/06/2013
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorSEGA
Company of Heroes 2
Relic regresa con la secuela de uno de los mejores RTS, un trabajo continuista para actualizar y depurar una f¨®rmula ganadora. Espect¨¢culo visual, gran variedad de situaciones y la misma brillantez en multijugador.
En un cat¨¢logo de t¨ªtulos donde la cantidad no garantiza la calidad y mientras los ¡°dictados de la industria¡± apuestan por evitar riesgos, muy de vez en cuando, aparecen ciertos hitos que crean escuela. En 2006 Relic Entertaiment marc¨® uno de esos hitos con Company of Heroes. La misma compa?¨ªa ya lo hab¨ªa conseguido siete a?os antes con Homeworld, y repiti¨® despu¨¦s con Warhammer 40.000, ambos ETR convertidos, con raz¨®n, en t¨ªtulos de culto. Company of Heroes, al igual que Homeworld, no supon¨ªa una aut¨¦ntica revoluci¨®n en un g¨¦nero, el de la Estrategia en Tiempo Real, donde la mayor¨ªa de los t¨ªtulos beb¨ªan de las fuentes de Command & Conquer y Age of Empires, pero consigui¨® dotarse de los suficientes matices como para convertirse en el que perfectamente podr¨ªa ser el mejor ETR de la pasada d¨¦cada, en dura pugna con los Warcraft y Starcraft de Blizzard.
Desde 2006 Company of Heroes se ha mantenido vivo gracias a sus expansiones, por un lado, y a los ¡°mod¡± que la comunidad ha venido creando a su alrededor, pero por fin ha llegado el momento de la sucesi¨®n. La misma Relic, con el mismo equipo de desarrollo al frente, y flanqueada por Blizzard (Starcraft, World of Warcraft) y por Creative Assambly (Total War) forman la alianza m¨¢s reconocida en lo que a la actual estrategia se refiere. Aun disponiendo de tanto talento, la apuesta en CoH2 es continuista, evitando esta vez asumir riesgos que puedan empa?ar el que podr¨ªa ser el referente en ETR de los pr¨®ximos a?os. En estos momentos pocos quedar¨¢n que no hayan tenido ya alg¨²n contacto con CoH2. Sega ha hecho un excelente trabajo generando la expectaci¨®n que el t¨ªtulo merece y lleva meses alimentando nuestras ansias hasta el excelente colof¨®n que ha supuesto la beta p¨²blica. Quiz¨¢ por ello resulte redundante volver a describir c¨®mo esta entrega nos traslada al frente oriental, all¨ª donde se sucedieron los acontecimientos m¨¢s decisivos en la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo hay que incidir en esta circunstancia ya que en ella residen gran parte de las novedades de esta entrega. Adem¨¢s de las l¨®gicas que conlleva el meter en conflicto al ej¨¦rcito rojo, con su indumentaria y armamento, todo el guion de la campa?a e importantes matices del juego buscan coincidir con lo que supuso que aquella campa?a se convirtiera en la m¨¢s brutal y enajenada carnicer¨ªa de nuestra era. Por un lado se nos presenta con toda su crudeza, en ocasiones de forma excesiva, la conocida pol¨ªtica de Stalin al frente de su ej¨¦rcito, bien definida por su ¡°orden 227¡±, aquella que obligaba a sus hombres a disparar contra cualquier compa?ero que retrocediera bajo la acusaci¨®n de traici¨®n a la patria. Esta falta de escr¨²pulos, soportada por el hecho de que el ej¨¦rcito rojo carec¨ªa de casi todo, menos de soldados a los que mandar a la carga, no s¨®lo es el centro de la campa?a, sino que se reflejar¨¢ en las misiones donde veremos como las tropas rusas caen por centenares, antes de arrollar a la Wehrmacht simplemente por saturaci¨®n (se estima que en esta contienda perdieron la vida 27 millones de sovi¨¦ticos haciendo frente a un ej¨¦rcito alem¨¢n de 6 millones).
El otro factor que hizo tan brutal esta contienda es el climatol¨®gico, el denominado ¡°General Invierno¡±; el mismo que acab¨® con m¨¢s de medio mill¨®n de soldados de Napole¨®n en 1812, conden¨® tambi¨¦n las aspiraciones hitlerianas de conquistar Rusia. El invierno de 1942 destac¨® por sus baj¨ªsimas temperaturas en Rusia, de entre -20 a -50 ¡ãC y ese es el segundo matiz por el que vamos a clasificar este CoH2; c¨®mo afectan estas condiciones extremas al combate. Sobre este contexto, Relic nos presenta un modo de un solo jugador o campa?a, girando alrededor de un oficial sovi¨¦tico, Isakovich, preso despu¨¦s de la campa?a en Siberia por traici¨®n, y sobre cuyos recuerdos iremos encadenando cada misi¨®n. Este hilo argumental, prescindible para muchos, representa otro esfuerzo de Relic insistiendo en la brutalidad de lo que all¨ª ocurri¨®, pero supone tambi¨¦n una limitaci¨®n a la hora de representar las distintas batallas acontecidas en el Frente Oriental al limitarlas a las vividas por el citado oficial.
La soluci¨®n aportada es tan sencilla como permitir un modo ¡°Teatro de guerra¡± donde quedan reflejadas el resto de batallas imprescindibles, como Minsk, Odessa, Leningrado¡ Siendo adem¨¢s el escenario ideal para permitir partidas en cooperativo contra la IA o retos de un solo jugador que difieren de lo que es la campa?a cl¨¢sica. Volviendo a la campa?a y entrando ya en la mec¨¢nica de juego, CoH2 se mantiene como un calco respecto a las entregas anteriores. El control de nuestras tropas, agrupadas en pelotones especializados, se realiza con el cl¨¢sico clic de rat¨®n en la posici¨®n deseada, buscando abrigo o cubierta frente al fuego enemigo y dirigiendo su atenci¨®n en una determinada direcci¨®n. Hay que hacer menci¨®n aparte del sistema de visi¨®n de las unidades. Estas ven en una ¨²nica direcci¨®n y si un objeto les obstaculiza, no sabremos lo que hay inmediatamente detr¨¢s aunque estemos a unos metros. Nada de visi¨®n en 360¡ã en otro intento de acercar el escenario de combate a la realidad.
Los pelotones siguen comport¨¢ndose como unidades individuales. Su uso en combate les hace ganar experiencia que a su vez podemos cambiar por mejoras. Todos sus componentes pierden conjuntamente salud hasta que empiezan a sufrir bajas; bajas que podemos reponer manteniendo la experiencia m¨¢xima alcanzada por el propio pelot¨®n siempre que sobreviva alguno de ellos. La cantidad de fuerzas y de funciones especiales que estas puedan ejecutar siguen dependiendo del mismo apartado de recursos cl¨¢sico en CoH. El control de determinados puntos nos genera recursos que invertiremos en forma de mejoras, ataques especiales o nuevas unidades. Nada nuevo que impida que el conocedor de la saga controle perfectamente el juego desde el primer minuto, quedando casi obligado a afrontarlo en su modo de campa?a m¨¢s dif¨ªcil de los tres disponibles, el de ¡°General¡±.
Las novedades las encontramos en el escenario. Estos se limitan a bosques y a asentamientos m¨¢s o menos importantes, entre el cl¨¢sico poblado de madera de los Urales y la inmensa Stalingrado. La primera novedad la percibimos en el comportamiento de estos escenarios. Se ha aumentado notablemente la posibilidad de interactuar con ellos. Es posible derribar edificios, muros, puentes o arrasar con un lanzallamas todo un bosque. Si bien no es una caracter¨ªstica fundamental del juego, abre nuevas posibilidades t¨¢cticas y aumenta su realismo. M¨¢s decisiva ser¨¢ la nieve. Este fen¨®meno va mucho m¨¢s all¨¢ de ser ornamental, llegando a ser determinante, sobre todo en partidas multijugador. Por un lado afectar¨¢ al movimiento de las tropas. Atendiendo a la altura de la nieve, estas se mover¨¢n torpe y lentamente, dejando tras de s¨ª las l¨®gicas huellas que delatar¨¢n su posici¨®n. Esta caracter¨ªstica dota de mayor importancia a los transportes y, en general, a moverse por caminos o donde la nieve est¨¢ ya apelmazada. M¨¢s curioso es el intento de Relic de representar el riesgo que las bajas temperaturas supusieron para ambos bandos. Se estima que de los 300.000 soldados alemanes atrapados en Stalingrado, fallecieron 220.000, la mayor¨ªa por congelaci¨®n e inanici¨®n.
En el juego, en determinadas misiones el frio ser¨¢ tan intenso que las tropas no podr¨¢n sobrevivir apartadas de un fuego o fuera del refugio que suponga una casa o un veh¨ªculo. Adem¨¢s sufriremos tormentas de nieve que nos dejar¨¢n pr¨¢cticamente ciegos. Relic ha bautizado estos condicionantes como ¡°simulador clim¨¢tico ColdTech¡±. Se trata de otra dificultad t¨¢ctica y, por tanto, otro aliciente en el modo campa?a. Sin embargo, nos atrevemos a apostar a que no ser¨¢ tan exitosa en una supuesta partida multijugador. Una vez ¡°en harina¡±, las misiones mantienen tambi¨¦n el corte que ha hecho tan reconocida a la saga; combinaci¨®n de misiones masivas, con otras m¨¢s lentas y t¨¢cticas. Misiones de carros blindados, de francotiradores, de artiller¨ªa pesada¡ Y lo que sin duda m¨¢s destaca de CoH, las defensas de una posici¨®n con el cuchillo entre los dientes, hasta el ¨²ltimo hombre. Misiones donde, antes de un masivo ataque enemigo, disponemos de escaso tiempo para disponer nuestras defensas, con sus minas, alambradas, ca?ones anticarro, morteros¡ y defender hasta el final la posici¨®n en un paroxismo de acero y sangre que te hace amar esta saga.
Estas defensas o contraataques finales enemigos suponen el mayor punto de dificultad de la campa?a, no demasiado exigente a rasgos generales, donde el contar o apropiarse de artiller¨ªa pesada hacen demasiado sencillo el ir arrasando desde la distancia las posiciones enemigas. No pod¨ªa faltar el m¨ªtico cami¨®n lanzacohetes BM-13 Katyusha, apodado ¡°el ¨®rgano de Stalin¡±, y que es un exponente muy bueno de lo que era aquel ej¨¦rcito ruso; masivo, contundente, eficaz¡ pero para nada certero. Exactamente igual que los bastos carros T-34, toscos y casi primitivos, pero que fueron capaces de arrasar los Tiger y Panzer germanos a fuerza de superarles en n¨²mero. La campa?a s¨®lo se puede jugar desde el bando sovi¨¦tico y con sus 14 misiones mantiene una duraci¨®n que se antoja algo corta, pero que se ve compensada de sobra con las opciones ofrecidas por los otros modos de juego.
En el ¡°debe¡± s¨ª que debemos entrar en lo que se nos antoja el gran lastre de la campa?a o cualquier modo de juego con tropas controladas por la IA. Y es que esta Inteligencia Artificial se muestra pobre, sin representar un aut¨¦ntico rival para el jugador. Las tropas controladas por la IA cargar¨¢n alocadas contra el fuego, sobrepasando en ocasiones su objetivo para buscar err¨¢ticamente una cubierta desde la que disparar. Este funcionamiento, sumado a la din¨¢mica del juego en el que es necesario que cada soldado reciba varios disparos para mostrarse da?ado, presentan situaciones dif¨ªcilmente clasificables como realistas.
Esta carencia de una IA exigente hace a¨²n m¨¢s interesante la opci¨®n de jugar contra otros jugadores reales. Se hace evidente que Relic ha apostado muy fuerte por el multijugador, sin duda escuchando a la fiel comunidad que CoH mantiene. Una comunidad que a bien seguro no tardar¨¢ en ponerse a trabajar sobre esta entrega aportando contenido que en ocasiones supera a la obra original (texturas de veh¨ªculos, nuevos modelados y mods como el excelente Blitzkrieg). Mantener ¡°mimada¡± a esta comunidad es fundamental para alargar la vida de cada t¨ªtulo. Los otros dos fundamentos son una interfaz r¨¢pida y s¨®lida, con variadas posibilidades de enfrentamiento y que el juego en s¨ª se muestre ¡°balanceado¡±. En principio CoH2 cuenta con todo ello. Entrar partidas privadas o crearlas es r¨¢pido y sencillo, como est¨¢ demostrando la Beta, permitiendo enfrentamientos en cooperativo o modos de entre 1 Vs 1 y 4 Vs 4. El balance en las partidas parte de buen lugar, con mapas equilibrados que dejan todo el protagonismo a la estrategia de los jugadores, si bien a¨²n habr¨¢ que retocar algunos detalles, como los morteros, demasiado devastadores y accesibles.
Otra mejora en el multijugador la agradeceremos a la hora de gestionar nuestros desbloqueos. Ya no ser¨¢ casi obligado apostar por una rama de evoluci¨®n y olvidar el resto, permitiendo explorar combinaciones menos ¡°cl¨¢sicas¡±. Podremos evolucionar tres ramas diferentes y elegir cualquiera de ellas atendiendo a cada partida. Por otra parte estos desbloqueos ayudar¨¢n al jugador, pero no tanto como para ser determinantes. Las mejoras que aportan est¨¢n ah¨ª, pero son demasiado leves como para garantizar la victoria frente a un rival menos ¡°evolucionado¡±. Acabaremos describiendo el apartado t¨¦cnico, donde tanto en el aspecto visual como en el sonoro s¨ª que hacen evidente que los tiempos han cambiado. Aunque los distintos escenarios difieren poco entre s¨ª, se les ha dotado de un grado de detalle que podr¨ªamos calificar casi de innecesario, todo en pos de obtener tanto mayor realismo como espectacularidad. Nos referimos a la capacidad de acercar la c¨¢mara hasta el primer plano de la acci¨®n y comprobar c¨®mo a d¨ªa de hoy hay algunos juegos en primera persona que tienen peor aspecto, cuando la pr¨¢ctica totalidad del juego lo haremos desde el punto de vista m¨¢s lejano y que m¨¢s escenario nos permita ver. Es en esos cambios de c¨¢mara y planos cerrados donde comprobamos el desarrollo hecho con el nuevo motor Essence 3.0.
Ya el primer CoH nos sorprendi¨® con lo espectacular de sus explosiones, con su contundencia. Esa premisa se mantiene y se potencia, siendo uno de las caracter¨ªsticas visuales que m¨¢s nos llamar¨¢ la atenci¨®n. El sonido tambi¨¦n muestra un nivel muy alto, no s¨®lo ambientando y respondiendo a lo que se espera de ¨¦l, tambi¨¦n mostr¨¢ndose preciso a la hora de informarnos de qu¨¦ est¨¢ pasando y d¨®nde. La m¨²sica aparece en los momentos oportunos, siempre con melod¨ªas que cualquiera podr¨ªa asociar a una contienda militar sovi¨¦tica. En cuanto a la f¨ªsica, otro apartado que se ven¨ªa anunciando como como innovador en esta segunda entrega, hay que destacar por encima de todo c¨®mo la afectan la nieve y el hielo, as¨ª como el movimiento de los carros de combate, ahora m¨¢s pesados, si bien no es una caracter¨ªstica que nos vaya a llamar especialmente la atenci¨®n.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.