Los mayores fiestones y desfases del cine

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El mundo del cine no es ajeno a esto, sino que lo ha usado de forma habitual en cintas dirigidas sobre todo a un p¨²blico menor de 20 a?os, convirti¨¦ndolo incluso en la base de sus propuestas. Con motivo del estreno de Resac¨®n 3 en nuestras pantallas ¨Ccinta que la cr¨ªtica no ha tratado bien y el p¨²blico no ha respondido tampoco, quiz¨¢s por haberse apartado demasiado del estilo de la primera cinta-, vamos a hacer un repaso en Meri+ de los m¨¢s sonados, de los mayores desfases, fiestas y momentos socialmente incorrectos que hemos visto en una pantalla de cine. Como siempre no son todos los que est¨¢n, pero hemos intentado cubrir m¨¢s cosas que solamente el mero t¨®pico de intoxicaci¨®n et¨ªlica + fiesta con chicas de ensue?o. Aqu¨ª vamos. Y preparad el chubasquero, porque arrancamos con fuerza y mucha¡­. Sangre.

Una d¨¦cada antes de comenzar el proyecto Vengadores. Siete a?os antes de que Chris Nolan devolviese a Batman al status de icono oscuro que siempre le ha pertenecido. Y un a?o despu¨¦s de que Joel Schumacher perpetrase ese atentado colorista a los sentidos y al personaje en Batman & Robin, Marvel empez¨® a tomarse en serio el enorme potencial de su cantera tras las primerizas Capit¨¢n Am¨¦rica, The Punisher y¡­ Howard el Pato. Actualizando el personaje y su universo ¨CDeacon Frost, el villano m¨¢s recordado, se adapt¨® a la ¨¦poca de finales de los 90 tambi¨¦n-, la primera Blade era una oda a la estilizaci¨®n videoclipera en base a m¨²sica ca?era y constantes movimientos de c¨¢mara. Pero tambi¨¦n sigue siendo, a pesar de sus deficientes efectos CGI, una gran cinta, con la contundencia que el personaje requer¨ªa. Su inicio fue una verdadera declaraci¨®n de intenciones que nos dej¨® a muchos impactados ante lo que ve¨ªamos: Una pelirroja agresiva con un pasado de rosca rubito en un matadero en el que se celebra una Rave salvaje a ritmo del temazo dance Confusion, de los brits New Order. Chicas en sujetador, menages a trois y una est¨¦tica con iluminaci¨®n t¨ªpica de pista de baile eran solo el principio. Porque pronto el supuesto invitado ¨Catenci¨®n a la presentaci¨®n de Deacon- se daba cuenta de verdad de d¨®nde estaba realmente. Una escena espectacularmente filmada. Efectista, pero contundente como pocas, en la que las palabras del DJ ¡®Ba?o de Sangre¡¯ no eran un mero truco. La culminaci¨®n llegaba con la presentaci¨®n de Blade, tan seca como sobria en la que incluso la m¨²sica daba un martillazo sonoro y se deten¨ªa.

A pesar de no ser la primera de su clase ¨Cluego hablaremos de El Guateque-, Desmadre a la Americana es una de las cintas m¨¢s representativas del cine americano popular. Y su historia, homenajeada por ese cap¨ªtulo de Los Simpson en que Homer asiste a la Universidad, consiste sobre todo en una hermandad de estudiantes borrachos, sucios, pasotas ¨Cy siempre tios que parece que tienen 30 a?os en vez de 20- que quieren hacerle la pu?eta al Decano serio y protot¨ªpico de este sub-g¨¦nero en el que se incluyen Porky¡¯s o La Revancha de los Novatos. Con una fabulosa Banda Sonora ¨Csi algo hace bien John Landis es escoger canciones-, seleccionar un momento de esta oda a las fraternidades universitarias yankees es dif¨ªcil, sobre todo por el desfase de un John Belushi plet¨®rico y a punto de caer en la decadencia de alcohol y drogas que lo mat¨®. Pero nos quedamos con la escena de la canci¨®n Shout y el momento Fiesta de las Togas romanas, al que antecedi¨® ese grito de guerra USA que pod¨¦is ver aqu¨ª: ¡°Toooga, toooga, tooooga!!!¡±

Amado/Odiado. Condenado/Reverenciado. Lo cierto es que Quentin Tarantino es un tipo que o es un genio del cine, o un reciclador constante de la caspa de Serie B y Z, del spaguethi western m¨¢s cutre o de t¨ªtulos olvidados hasta por sus creadores. Pero de lo que no se puede dudar es de la incre¨ªble fuerza que su consolidaci¨®n sigue teniendo. Pulp Fiction, quintaesencia de lo Tarantiniano, nos despliegua un tel¨®n de personajes con adicciones de toda clase ¨CSamuel L. Jackson y su verborrea b¨ªblica, simplemente geniales- que culminan en varios highlights visuales. Y quiz¨¢s el m¨¢s recordado es el del agujazo a una p¨ªcara Uma Thurman, esposa del jefe de John Travolta, cuando ¨¦sta se ha puesto hasta arriba de la hero¨ªna de alto octanaje que Vincent Vega hab¨ªa pillado. Tras entrar en shock, Vega la lleva a la casa de su camello para administrarle una inyecci¨®n de adrenalina. Con surrealismos marca de la casa como el momento rotulador, el apu?alamiento y posterior reacci¨®n de Mia siguen impactando, sobre todo con ella temblando y la aguja clavada en su pecho mientras intenta saber qu¨¦ ha pasado. Como remataba Vincent al dejarla en su mansi¨®n, ¡°ahora me voy a casa a tener un ataque al coraz¨®n¡±.

Que el cine de Michael Bay es sin¨®nimo de odio cr¨ªtico es algo usual, pero que este tipo tiene un talento ¨²nico para crear experiencias visuales sin parang¨®n es algo que se debe tener en cuenta tambi¨¦n. Oda a la est¨¦tica absoluta, la secuela de su debut Dos Polic¨ªas Rebeldes (Bad Boys 1994) cogi¨® por sorpresa a una audiencia que no se esperaba semejante torrente visual, estil¨ªstico y pasado de rosca ¨Cel plano de las dos ratas teniendo sexo es delirante-, encabezado por un Jordi Moll¨¢ remedo visual y sonoro del Pacino de Scarface. Desfase define cada escena de Bad Boys II, llevadas todas a su l¨ªmite, pero s¨®lo el genio visual de Bay pod¨ªa concebir un plano que comenzase en los cielos de Miami, con un helic¨®ptero entrando en encuadre, siguiese con un picado radical hacia un edificio, navegase por entre conductos de ventilaci¨®n y terminase en un club en el que la c¨¢mara navega siempre en contrapicado extremo por entre las piernas y pechos de Go G¨®s de ensue?o, entre las que se inclu¨ªa una adolescente Megan Fox (en las escenas cortadas del DVD). Saturaci¨®n de luz extrema, ¨¢ngulo extremo, y todo extremo, el tema trance Stuck in the Middle de Starecase casa perfectamente con este universo de los clubs VIPS USA que Bay siempre nos brinda, por m¨¢s que algunos prefiramos el portentoso tiroteo contra los haitianos filmado magistralmente.

En una pel¨ªcula sobre la que un cr¨ªtico se?al¨® que ¡°la sangre es el segundo fluido corporal que m¨¢s sale¡±, los hermanos Wayans ¨Clos mismos de Dos Rubias de Pelo en Pecho y dem¨¢s- no escogieron la parodia estilo de los Zucker y las Spoof movies estilo Aterriza como Puedas, sino que los chistes a costa de Scream, Se lo que hicisteis el ¨²ltimo verano y dem¨¢s Slashers 90s de cuando el g¨¦nero resurgi¨® se adscribieron al sub-g¨¦nero de las Gross Out Movies en el estilo de Algo Pasa con Mary o Dos Tontos muy Tontos, protagonizando uno de los momentos m¨¢s recordados cuando el Wayans m¨¢s joven y sus colegas se quedan sin recursos para liarse una pipa y usan un enorme? acuario. El instante en que el asesino de la m¨¢scara blanca aparece dispuestos a matarlos y termina peg¨¢ndole un? buen chute al acuario mientras todos gritan ¡°Cala, cala, cala!!¡±, surgiendo con la expresi¨®n de la m¨¢scara convertida de amenaza a sonrisa, arranc¨® sonoras carcajadas de los espectadores. Aunque el rap posterior que el asesino se marcar¨ªa no termin¨® con muy buenos resultados, al igual que la escena de sexo de Anna Faris, el instante m¨¢s carcajeante de toda la cinta.

Bastante mejor de lo que sus stills de rodaje hac¨ªan presagiar, lo cierto es que el nuevo film basado en el contundente Juez Dredd que vimos el a?o pasado se dej¨® de elaborados dise?os de producci¨®n y recargado vestuario del original de Silvester Stallone ¨Cque en ocasiones m¨¢s parec¨ªa una reinona Drag con esos tacones y los brillos dorados, aunque la BSO era un portento de Silvestri- para entregarnos una ultra-violenta y pesimista visi¨®n que acertaba con la esencia justiciera del personaje. Con un Karl Urban que jam¨¢s se quita el casco, la trama de este Dredd que obtuvo el benepl¨¢cito de la cr¨ªtica pero no del p¨²blico (una peli a redescubrir sin duda) nos presentaba a un villano que la tatuada Lena Heady -300, Las Cr¨®nicas de Sarah Connor, Cersei Lannister en Juego de Tronos- carg¨® de presencia con pocas escenas en pantalla. A?adiendo unas gotas de la rockera Patty Smith y sus propios tatuajes, Heady interpret¨® a su Ma, ( Ma-Ma en espa?ol) prostituta rajada por su chulo al que castr¨® a posteriori en plena felaci¨®n, que se erigir¨ªa en jefa y distribuidora de una nueva droga, la Slow-Mo, que te hace ver la realidad a un 1% de su velocidad normal. Las escenas filmadas a c¨¢mara superlenta ilustraron momentos como un violent¨ªsimo tiroteo, pero tambi¨¦n remarcaron la pl¨¢stica presentaci¨®n de Ma-Ma en escena de forma hipn¨®tica tras tomarse una dosis de su propia co-invenci¨®n.

Desde luego, esta escena no era la m¨¢s desfasada de la cinta, pero a los fans de la Jessica Alba de Dark Angel, Honey o Los 4 Fant¨¢sticos ciertamente nos dej¨® desfasados cuando la vimos bailando con una sensual cadencia como hasta ese momento no la hab¨ªamos visto. ¡°La dulce y flaca Nancy Callahan¡± hab¨ªa crecido, y como, desde los primeros momentos hasta la segunda parte de la magistral Sin City en la historia de Ese Bastardo Amarillo que muchos consideran la mejor de las tres l¨ªneas narradas en el film. La voz de un Bruce Willis enorme como Hartigan era el remate a uno de los pocos instantes que no eran absolutamente fidedigno como el resto de la cinta ¨Csimplemente el detalle de que Nancy bailaba en Top less en el comic de Miller, algo que Alba rechaz¨® de pleno. Uno de los mayores reclamos en la campa?a de promoci¨®n-algunos seguimos con ese poster colgado en la pared-, lo cierto es que estamos deseando ver si casi una d¨¦cada despu¨¦s, Nancy Callahan volver¨¢ a bailar en la secuela que Rodriguez ha rodado.

Nicolas Cage, ¨¦l solo, ha pasado de convertirse en un respetado ganador del Oscar a tener una carrera que cada vez se aparta m¨¢s de aquella de finales de los 80-mediados de los 90. En su trilog¨ªa de acci¨®n post-Oscar, tras la ¨¦pica La Roca y la divertida Con Air, Cage trabaj¨® junto a John Travolta y el maestro John Woo en Cara a Cara, una cinta 100%100 Woo que se convertir¨ªa en lo mejor de su director en la etapa americana, antes de que por fortuna regresase a su Oriente natal a filmar de nuevo maravillas como Red Cliff. En su papel de Castor Troy, un super-delincuente pasado tres veces de rosca, podemos destacar media pel¨ªcula, pero sin duda nos quedamos con su delirante momento como un cura bailongo al son del Haleluya de Haendel. Entre esos pasos m¨¢s apropiados para un Zumba Fitness que para un tema cl¨¢sico, su canto y esa cara ¨²nica de verdadero loco que sabe poner cuando ¡®ayuda¡¯ a la virginal adolescente, Nic Cage se lo ha ganado a pulso. Aunque posteriormente tenga m¨¢s fama por el momento ¡°Not the bees!¡± de The Wicker Man, carne de meme en estado puro.

Con una cinta que tuvo buenos resultados de taquilla, New Line y Marvel quisieron seguir con la historia ¡°del que ha visto la luz¡±. Blade II se convirti¨® en manos del siempre estupendo Guillermo del Toro en un torrente de filtros de luz y pur¨ªsima adrenalina visual. Quiz¨¢s excesiva, ya que pr¨¢cticamente un 70% de la cinta eran escenas de acci¨®n y el resto apenas daba para construir esa historia Shakesperiana de drama familiar vamp¨ªrico con los Segadores. Repitiendo secuencia con un club lleno de chupasangres y m¨²sica dance, y aunque el tema era tambi¨¦n muy bueno ¨CTao of The Machine, de The Roots y BT que luego oir¨ªamos en la BSO del NFS Most Wanted de PS2-, lo cierto es que carece del impacto y la visceralidad sangu¨ªnea del original de Blade, por m¨¢s que Del Toro nos ense?e besos con cuchillas de afeitar o modificaciones corporales extremas en primer plano. A recordar sin duda el momentazo con las miras lasers entre Wesley Snipes y el ic¨®nico Ron Perlman. Y la sonrisa de Snipes al pillar a Santiago Segura.

Orgulloso de su alfombra. Gran jugador de bolos. Y bebedor compulsivo de Rusos Blancos ¨CVodka, licor de caf¨¦ y nata l¨ªquida o leche. Dejadnos que os presentemos a El Nota (The Dude), uno de los personajes m¨¢s redondos que existen en la filmograf¨ªa de los Hermanos Coe y que Jeff Bridges dio vida con una convicci¨®n absoluta. Sus sue?os son varios a lo largo de la absurda y disparatada trama de mafiosos y alfombras meadas ¨Ccomo siempre una excusa argumental para que los Cohen desplieguen su lis¨¦rgica magia-, pero este de aqu¨ª era el remate absoluto en el que se mezclan desde Saddam Hussein d¨¢ndole unas zapatillas de bolos doradas y plateadas, hasta valkyrias, herramientas, coreograf¨ªas y pesadillas castradoras. Imposible de describir visualmente, mejor nos callamos ya y dejamos que El Nota se presente por s¨ª mismo.

"?Le Can-Can!" Nos cantaba un speedico Harold Zidler como introducci¨®n a su Moulin Rouge, un absoluto delirio visual del firmante de la ahora en pantalla grande The Great Gatsby. Su mejor pel¨ªcula sin duda, Lurhman us¨® de nuevo su estilo de golpetazos de c¨¢mara constante acelerando o decelerando la imagen a su gusto, siempre buscando hacernos sentir como el personaje de Ewan McGregor, sorprendidos ante nuestra primera visita a un Par¨ªs bohemio como nunca hab¨ªamos visto. Una absoluta extravaganza de colores, comedia, drama tr¨¢gico y pastiche musical de canciones cl¨¢sicas y modernas mezcladas unas con otras, Moulin Rouge sigue siendo un musical tan extraordinario como poco recomendado para los amantes de cosas m¨¢s cl¨¢sicas como Chicago o Les Miserables, ya que montajes al son de FatBoy Slim pueden agotar a los menos acostumbrados. Y aunque la parte de El Tango de Roxanne tenga la mayor fuerza de la cinta ¨CBaz lo bord¨® al ponerse serio-, este primer viaje al m¨ªtico cabaret parisino era mucho m¨¢s desfasado ¡°Cause is good for your mind!!¡± que cantaba el inocente Christian hasta arriba de la m¨¢gica Absenta.

Con cintas como Step Up Revolution, es tentador establecer esa facilona comparativa con el cine para adultos en el que se pasan las escenas de di¨¢logo porque no interesan, yendo directamente a la acci¨®n. Esta nueva entrega de la serie, que de nuevo cruz¨® la barrera de los 100 millones de d¨®lares en la taquilla USA, ten¨ªa una historia de esas predecible no, t¨®pica tampoco, sino lo siguiente, por lo que las escenas de baile en 3D se convert¨ªan en el mayor reclamo. Y de hecho empezaba tan fuerte, que apenas superaba el paroxismo de su inicio. Un flashmob repentino en las calles de Miami ¨Cesa DJ que monta el equipo en dos golpes de plano- cierra el Boulevar Ocean para representar una espectacular coreograf¨ªa cuidada al detalle que incluye coches pegando saltos junto a los bailarines. Y momentos tan est¨²pidos como ese padre que tapa los ojos a su ni?a para que no vea a las bailarinas, aunque el torso desnudo del prota s¨ª que lo filman y de cerca adem¨¢s.? Con un final que se anticipa desde el tr¨¢iler, la cinta es eso: Una escena de baile tras otra sin m¨¢s. Aunque m¨¢s de uno le ha criticado el apartarse de las coreograf¨ªas de las otras Step Up m¨¢s realistas y acercarse demasiado al espect¨¢culo.

En los 80 eran Flashdance o Footloose. En la actualidad son las Step Up. Y en los 90 el ritmo de un Hip Hop que abanderar¨ªa gran parte del estilo de los primeros a?os de la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX, se convirti¨® en el centro de House Party, uno de esos films montados alrededor de un grupo de m¨²sica para que se luzcan en la BSO y en las coreograf¨ªas. Esta escena en particular resume el esp¨ªritu del momento y de la comunidad afroamericana. Con dos papeles escritos inicialmente para Will Smith y su DJ Jazzy Jeff, finalmente el grupo Kid N Play ¨Catenci¨®n al del peinado estilo Bart Simpson gangsta- protagoniz¨® la pel¨ªcula y luci¨® un vestuario y pasos de baile ahora risibles, pero de ¨²ltim¨ªsima moda en el 90. Si os suena el DJ os daremos una pista sobre qui¨¦n es: imagin¨¢oslo con una pistola junto a Will Smith.

Portentosa. Prohibida. Demente. Hipn¨®tica. Repulsiva. Se usen los adjetivos que se usen, La Naranja Mec¨¢nica ser¨¢ por siempre una de las pel¨ªculas m¨¢s violentas, complejas, enfermizas y la definici¨®n por excelencia de un director siempre en boca de todos a cada film que estrenaba. El genio de Stanley Kubrick se atrevi¨® con un relato que transgredi¨® como pocas obras lo han hecho en forma de pu?etazo directo hacia la familia, la sociedad, y un Villano de protagonista que jam¨¢s se redime. Su obertura, al son del Funeral of Queen Mary ya deja entrever su poder de fascinaci¨®n con un lento travelling que se inicia en la ic¨®nica mirada de Alex, rodeado de sus tres drugos, tomando la leche adulterada Plus del Milk Bar y su grotesca y machista ¨Ces bien sabido de Kubrick- decoraci¨®n, que les ¡°aguzaba los sentidos y nos dejaba listos para una nueva sesi¨®n de ultraviolencia¡±.

Hace pocos a?os, y con la complicidad de Robert ¡®Iron Man¡¯ Downey Jr, Guy Ritchie us¨® su particular estilo visual y narrativo de Lock & Stock y Snatch para renovar a un personaje tan brit como el venerado y complejo Sherlock Holmes, pillando desprevenido a los que se pensaban ver una adaptaci¨®n cl¨¢sica. Con toques de Steampunk aunque con m¨¢s toques de fidelidad de lo que muchos creyeron en un momento ¨Cla cojera de Watson, la capacidad de visualizaci¨®n de detalles de Sherlock-, esta perversi¨®n con toques sonoros y argumentales del cine de Jerry Bruckheimer ¨Cuna partitura de Hans Zimmer tan extra?a como redonda- conten¨ªa un momento en el que la adicci¨®n de Holmes a ciertas sustancias lo ayudaban a pensar con claridad para resolver la trama y dar con el culpable ¨Cotro detalle de los cuentos de Conan Doyle. Downey Jr, el actor ideal para una escena tan lis¨¦rgica como esta, era el centro de un montaje a golpes de flashes tan efectista como efectivo. Una pena que la oscuridad de su inicio se diluyese en un tramo final de peleas, explosiones y resoluci¨®n de hilos.

Que levanten la mano los que alguna vez se hayan tomado un chupito. Y ahora los que alguna vez lo han hecho en vez de un vaso, directamente de la pierna de Salma Hayek y de su boca. Abierto hasta el Amanecer, un film que ha envejecido bien, ten¨ªa muchas cosas buenas si sab¨ªamos aceptar esa radical vuelta de g¨¦nero que pegaba en su mitad, convirtiendo un relato de dos hermanos fugitivos ¨Cenorme el carisma que George Clooney despliega- en una jungla de cristal de Serie B vamp¨ªrica al sur de la frontera que abraza el gore divertido y el puro cine de g¨¦nero sin complejo alguno. Hay varias escenas a destacar ¨Cestando Tom Savini y llam¨¢ndose Sex Machine imagin¨¢os-, pero por supuesto nos quedamos con la Hayek demostrando poder¨ªo y curvas latinas, con una serpiente enroscada y bailando de una forma irresistible el sensual After Dark de Tito & Tar¨¢ntula. Alucinados nos quedamos muchos en su momento, aunque ese era el fin de Sat¨¢nica Pandemonium¡­

Puede que algunos solamente hayan conocido al insigne personaje de la DC en cines a trav¨¦s de las soberbias adaptaciones de Christopher Nolan, pero esas vinieron despu¨¦s. Y fue el venerado Tim Burton el primero que se atrevi¨® a poner en pantalla la oscuridad de Batman y la locura psic¨®tica de El Joker despu¨¦s de la campy y colorista versi¨®n sesentera, que luego Joel Schumacher recuperar¨ªa. A pesar de que Warner no le dej¨® filmar su versi¨®n de esa obra maestra que es El Regreso del Se?or de la Noche de Frank Miller, Burton se veng¨® adue?¨¢ndose de parte de su oscuridad en un film que ahora mismo muchos padres USA no dejar¨ªan ver a sus ni?os Disney Channel ¨Cy mucho menos la secuela de Batman Returns y ese Ping¨¹ino que nos amarg¨® la infancia a m¨¢s de uno. Est¨¢ claro que no es Nolan, su est¨¦tica o pulcritud, pero s¨ª que es puro Burton, un Batman igual de oscuro y vengativo, atrapado por su pasado, que se mueve en una ciudad de g¨®tica atm¨®sfera, aspecto, arquitectura y con ese aroma a comic destilando en cada plano, am¨¦n de un Danny Elfman que para siempre inmortaliz¨® al h¨¦roe con su banda sonora.? Con un Jack Nicholson GIGANTE como El Guas¨®n, su interpretaci¨®n en esta escena entrando en el Museo de Gotham al son del Partyman de Prince es inimitable, delirante y genial junto a cada movimiento y l¨ªnea de di¨¢logo como ese ¡°?Afeitale la barba!¡±. Citando al anta?o Jack Napier: ¡°Caballeros, entramos en el templo de la cultura¡±.

Masacrado en su momento por la cr¨ªtica y la comunidad cubana en los USA por sus excesos en forma de violencia gr¨¢fica ¨Cla escena del ba?o- y lenguaje ofensivo, hoy considerado pieza de culto sobre todo en la comunidad afroamericana rapera, El Precio del Poder es hoy d¨ªa un ejemplo vivo del cine ochentero, de su est¨¦tica, su ecl¨¦ctica BSO y vestuario, que narra el ascenso al poder? y el sue?o americano de un inmigrante cubano, al que Al Pacino interpreta con un imposible acento pero con una convicci¨®n y fuerza considerables como lo suelen ser en Michael Corleone o S¨¦rpico. En uno de los mayores desfases f¨ªlmicos del cine, cortes¨ªa del maestro De Palma, tenemos aqu¨ª la escena de un ya condenado Tony Montana corro¨ªdo por sus demonios, que prescinde de toda sutilidad y mete la cabeza entera en un mont¨®n de coca dentro de su opulenta mansi¨®n convertida en mausoleo familiar. Una cinta ¨²nica, ahora no tan chocante como en su estreno, que merece la pena verse al menos una vez, y cuya influencia sigue presente en canciones, discos o incluso sagas como GTA.

Estrenada en las peores fechas posibles para una pel¨ªcula espa?ola ¨Cen pleno verano del 97, con estrenos como Batman & Robin, Con Air o El Quinto Elemento-, masacrada a mansalva por la cr¨ªtica, Airbag se convirti¨® en un bombazo que super¨® los mil millones de pesetas de recaudaci¨®n y que solamente fue superada por Torrente un a?o despu¨¦s. Con una excusa argumental nimia y estructura de corto hinchado, la gamberrada del antip¨¢tico Bajo Ulloa sigue siendo una locura que si bien en ocasiones tiene chistes y situaciones que no funcionan y se alargan en exceso, como las persecuciones, cuenta con personajes como ese pol¨ªtico corrupto de Santiago Segura, o el genial gallego mafioso de Manuel Manqui?a ¨C¡°El conceto¡­ Esa es la cuesti¨®¡±, o soluciones visuales sorpresivas en el cine espa?ol de hace 16 a?os. La b¨²squeda de un anillo perdido en el culo de una prostituta mulata arrastra a tres ni?os pijos de prost¨ªbulo en prost¨ªbulo busc¨¢ndolo, mezcl¨¢ndose la trama con drogas, personajes variopintos y momentos que siguen haciendo reir. Hemos destacado este momento de los Airbag, que cargados de una droga que no les pertenece, l¨ªa todav¨ªa m¨¢s la trama, al tiempo que convierte al coche de Konrad en una bolsa de coca gigante. Una pe?a que Karlos Argui?ano no siguiera en el cine, pues pod¨ªa ser uno de los mejores actores de comedia espa?ol.

Adaptar a Frank Miller respetando su estilo exige mucho. Robert Rodriguez lo consigui¨® en Sin City. Y Zack Snyder hizo otro tanto en 300. Una macho movie en el pleno sentido del t¨¦rmino, la gesta ¨¦pica del rey Le¨®nidas I y sus trescientos espartanos fue plasmada con una est¨¦tica que estilizaba al m¨¢ximo las vi?etas de Miller en una org¨ªa de sangre, abdominales perfect¨ªsimos y decapitaciones a c¨¢mara ultra lenta cuyo estilo y est¨¦tica han sido repetidos e imitados ¨CImmortals lo intent¨®, pero sin lograr su ¨¦xito-, pero no igualados. Aquellos que no estaban familiarizados con la obra original, se quedaron de piedra al ver a un Jerjes algo alejado del real, m¨¢s en plan aspirante a reinona Drag Queen. Y, sobre todo, el momento de la fiesta de Jerjes, cuando el traidor Ephialtes acude a ¨¦l tras ser rechazado por los espartanos. Y es que entre mutilados, deformes y animales tocando c¨ªtares, el Rey de los Persas s¨ª que sab¨ªa c¨®mo divertirse. Este a?o lo veremos en una precuela en la que ¨¦l ser¨¢ el protagonista. A ver con qu¨¦ excesos nos deleita esta vez.

Alcanzar tus sue?os y el paso de un ambiente m¨¢s de campo a una gran ciudad eran algunos de los temas que El Bar Coyote manejaba, una cinta que promet¨ªa m¨¢s en su tr¨¢iler pero que finalmente se qued¨® en una cinta correcta y con esa carga de buenos sentimientos y superaci¨®n que al cine USA se le da tan bien. Lo mejor ven¨ªa sin duda de una BSO variada y de las fiestas que las camareras se montaban en el Coyote Ugly al ritmo ya fuese de INSX o de aromas Country. La newbie Violet alucinaba al ver a unas desfasadas Tyra Banks, Izabella Miko y Bridget Moynahan d¨¢ndolo todo subidas a una barra de bar que hasta ard¨ªa en llamas para acompa?ar a la coreograf¨ªa. Los momentos country con las cinco Coyotes bailando el The Devil went down to Georgia y el poderoso Unbelievable de EMF, que acompasaba al tr¨¢iler, siguen siendo objeto de imitaci¨®n en m¨¢s de una fiesta cuando la inhibici¨®n se ha perdido en la madrugada. Pero un consejo a las m¨¢s atrevidas que se lancen a lo alto de la barra: Tened cuidado con las botellas vac¨ªas.

Cuando anta?o en los 90 la animaci¨®n gamberra ten¨ªa en Los Simpson su m¨¢ximo exponente, la MTV contraatacaba con Beavis y Butthead, dos amigos asociales adolescentes sin moral, casi analfabetos obsesionados con el sexo y con su tele y la m¨²sica. Cuatro a?os despu¨¦s, y dado el enorme ¨¦xito que tuvieron en esa ¨¦poca en que la MTV s¨ª era un canal de videos musicales, su creador Mike Judge dio a sus criaturas el salto a un largometraje en el que las obsesiones y la forma de ser de ambos los llevaba en una misi¨®n por recuperar su televisi¨®n por toda Am¨¦rica -delirante el momento en que el rubio Beavis toma una sobredosis de p¨ªldoras de caf¨¦ y empieza con lo de "Soy Porculete, papel para mi ojete" una y otra vez. En un momento dado, ambos terminan en un desierto sin agua ni nada, y empiezan a tener alucinaciones con la ayuda de un cactus de peyote. A partir de este momento, y durante casi dos minutos, asistimos a un delirio surrealista absoluto que recordar¨¢ al estilo Br¨¹tal Legend pero llevado al extremo. Una secuencia soberbiamente dise?ada y animada que corri¨® a cargo del conocido Rob Zombie, m¨²sico metido con ¨¦xito a director que firm¨® la bizarra La Casa de los Mil Cad¨¢veres o Los Renegados del Diablo entre otras.

Aunque en comparaci¨®n con la original francesa perd¨ªa algo de mala leche, lo cierto es que en plena Am¨¦rica de los 90, Nichols nos arranc¨® carcajadas ¨Cy lo sigue haciendo- en base a un plantel de actores que est¨¢n simplemente soberbios. Desde un Robin Williams con bigot¨®n hasta su ¡®esposa¡¯, un Nathan Lane plet¨®rico o m¨¢s bi¨¦n 'plet¨®rica', Hank Azaria (Los Simpson, Godzilla) de criado alocado, rematando con el mejor: el serio Gene Hackman, uno de los mejores actores de su generaci¨®n, que se pasaba toda la pel¨ªcula como un castrista senador americano ultra-republicano de esos que condenan la homosexualidad y la libertad de expresi¨®n y elecci¨®n. Al final, para evitar el acoso de la prensa, su personaje acaba travestido con un peluc¨®n tan blanco como su traje (¡°?Les dije que el blanco me hace gordo!)¡± y canturreando el himno ¡®We Are Family¡¯ en la secuencia m¨¢s tronchante de la cinta, acompa?ado de su hija, una Calista Flockhart pre-Ally Mcbeall. Y a¨²n nos quedaba el remate del cachondeo de su conductor, y de la boda con un Lane lloroso y una pl¨¦tora de invitados del novio y de la novia que se miran como su fueran de mundos distintos, cuando en realidad todos somos familia.

Tras la oscarizada Jerry McGuire y su ¡°?ense?ame la pasta!¡±, Cameron Crowe retrocedi¨® a su ¨¦poca Teen en la que trabaj¨® como reportero para el magazine Rolling Stone en una ¨¦poca de m¨²sica y desfase como fueron los setenta.? De los momentos m¨¢s recordados es el famoso ¡°I¡¯m on Drugs!!¡° que un colocado Billy Crudup como miembro del grupo Stillwater entona antes de tirarse desde lo alto de una casa a la piscina. Una cinta que sigue siendo una delicia por un plantel de actores que inclu¨ªan a Philip Seymour Hoffman, Jason ¡®Mallrats¡¯ Lee, el descubrimiento de Kate Hudson o la encantadora Zooey Deschanel y la True Blood Anna Paquin, Crowe nos dej¨® fuera mucho de esa ¨¦poca de excesos, pero a cambio entreg¨® una de esas cintas USA que siempre dejan una sonrisa al terminar y buenos sentimientos en el espectador.

Aunque ahora ya lo conocemos bien tras cuatro pel¨ªculas a cual m¨¢s zafia? -aunque el colmo vino con la ¨²ltima, Lethal Crisis, y el uso m¨¢s asqueroso del efecto 3D que se ha hecho con diferencia- el polic¨ªa machista, guarro como ¨¦l solo, pervertido, sin moral y del Atl¨¦tico de Madrid a muerte, que Santiago Segura bautiz¨® como Jose Luis Torrente ya es parte de la cultura de este pa¨ªs, ya que varias veces ha salvado la cuota del cine espa?ol am¨¦n de crear el estilo de humor torrentil. Con una quinta entrega en ciernes tras el taquillazo de la cuarta, hemos querido volver a la primera, la que sent¨® las bases, para mostrar uno de sus mejores momentos: Torrente dejando K.O. a un DJ y colando en plena discoteca el temazo Torito Bravo de su adorado El Fary. Spain is Different.

Antes de convertirse en firmante de car¨ªsimos blockbusters como Hancock o BattleShip, el debut del actor reconvertido en director Peter Berg hac¨ªa suponer una carrera distinta de la que al final ha tomado. Una despedida de solteros que sale mal es algo usual. Pero una que termina con una prostituta con la cabeza atravesada y un guarda muerto a cuchilladas no lo es tanto. Y como ¡°lo que sucede en Las Vegas se queda en Las Vegas¡±, Cristian Slater y su grupo ¨Centre ellos un Jon Favreau antes de convertirse precisamente en otro director de espect¨¢culos como Iron Man o Cowboys Vs Aliens- no tienen otra cosa m¨¢s que descuartizar los cad¨¢veres. Humor negro, negr¨ªsimo y corrosivo que ya desde ese coitus interruptus por la muerte desemboca en un final tan depresivo y poco sutil como el resto de su desarrollo. Y es que, como cantaba Chris Isaak, ¡°Baby did a bad, bad thing¡±

¡°Restringida. Menores de 17 requieren del acompa?amiento de un adulto. Contenido Sexual y Violento, Desnudez, Drogas, Alcohol, Lenguaje Soez, Comportamiento Destructivo, y Adolescentes envueltos en todo tipo de Locuras¡±. La propia MPAA ya advierte antes del tr¨¢iler de lo que vamos a ver. El found footage, ese g¨¦nero que consiste en narrarlo todo a trav¨¦s de videograbaciones encontradas estilo Holocausto Canibal ¨Cpionera-, La Bruja de Blair o Paranormal Activity se est¨¢ adue?ando de todos los g¨¦neros (el ejemplo Chronicle en el cine de superh¨¦roes), y la m¨¢xima novedad de Project X, en¨¦sima historia del geek yankee virgen que intenta convertirse en popular por una sola vez en su vida, fue precisamente su narraci¨®n usando esta t¨¦cnica. Queriendo ir m¨¢s all¨¢ de todo lo visto, pero contando lo mismo que Desmadre a la Americana lleva cont¨¢ndonos desde 1978, Project X se dedica a poner en im¨¢genes una rave en la que los t¨®picos de tias buenas y dispuestas, minifaldas cort¨ªsimas, alcohol, drogas, nerds que se convierten en dioses por una noche y ligan con aut¨¦nticos bellezones y una piscina para tirarse, conforman la base de una fiesta que termina siendo llevada al extremo absoluto del g¨¦nero y que acaba con una carga policial antidisturbios, coches hundidos, helic¨®pteros, lanzallamas y tres amigos que al d¨ªa siguiente ser¨¢n los reyes del instituto. Criticada por provocar precisamente fiestas en la vida real a gran escala que terminaron mal, todo Project X es un desfase que pronto tendr¨¢ secuela en la que la escalada ser¨¢ a¨²n mayor, prometiendo un desfase mayor.

La m¨²sica. La ropa. La est¨¦tica. El baile. Todo lo que dieron de s¨ª los a?os 80 lo convirtieron en una d¨¦cada irrepetible y rompedora. Y el cine, que en esos diez a?os estren¨® t¨ªtulos m¨ªticos como Indiana Jones, El Imperio Contraataca, Regreso al Futuro, Los Cazafantasmas o Los Goonies, no se qued¨® atr¨¢s. De entre las cintas musicales de la ¨¦poca hay para escoger ¨CFlashdance, Fame, Dirty Dancing-, pero nosotros nos quedamos con la mega-party que se montan cuando ya el drama ha terminado bien y hay que salir del cine no s¨®lo con una sonrisa, sino canturreando y marc¨¢ndonos unos pasos. Y nada mejor que Kenny Loggins y su eterno Footloose, que abr¨ªa y cerraba la cinta original. Esta fue objeto de un remake hace dos a?os, potenciado para un p¨²blico MTV con nuevas rutinas que reemplazasen a las ¡®risibles¡¯ de hace 30 a?os. Pero ni el nuevo prota ten¨ªa el carisma de Kevin Bacon ni mucho menos la horrenda versi¨®n Country de Footloose ten¨ªa la misma potencia que la original. Nada m¨¢s cierto en este caso que eso de que las comparaciones son horribles.?

Si desde luego hay un sitio en el mundo, un escenario ¨²nico para que las cosas pasen de 0 a 180 en un segundo, esa es desde luego la fabulosa Las Vegas. Con su regla de que todo lo que all¨ª ocurre no sale jam¨¢s de sus fronteras, ?a qui¨¦n no le ha pasado lo que a los tres amigos de Resac¨®n en Las Vegas? La super-exitosa comedia ¨Cun verdadero ¨¦xito econ¨®mico que su secuela aument¨® encima- ?nos regala todo tipo de situaciones provocadas por la t¨ªpica juerga que empieza suave, se desenfrena y luego, cuando nos hemos despertado ¨Cen cualquier parte menos en la cama-, se nos ha perdido el novio que se nos casa en cinco horas, tenemos un tigre en la habitaci¨®n o hemos perdido un diente. Podemos destacar la escena del T¨¢ser en la comisaria ¨Cese ni?o a c¨¢mara lenta- o el tigre en el asiento trasero del coche a lo Saints Row The Third. Pero si de verdad hay un momento absurdo, desfasado y descacharrante es el asi¨¢tico saltando desnudo por completo y pele¨¢ndose en pelotas contra Bradley Cooper y cia, que ten¨¦is a partir de 08:32. Como dir¨ªa Elvis Presley: ¡°Viva Las Vegas¡±.

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La soberbia Amor a Quemarropa del tristemente difunto Tony Scott ten¨ªa a un Brad Pitt pre-megaestrella en uno de los papeles m¨¢s recordados de la cinta, el de un porreta colgado todo el d¨ªa de nombre Floyd. El productor/director Judd Apatow se pregunt¨® qu¨¦ pasar¨ªa en una historia que se dedicase a seguir a este personaje saliendo a la calle y vi¨¦ndose perseguido por los malos en medio de una trama de asesinato. Dicho y hecho, el gui¨®n de Superfumados mezcla testigos de asesinatos, humo a raudales y una droga, la Pineapple Express, que solamente distribuye un colgado James Franco que lo borda y se convierte en lo mejor de toda la cinta: Verlo describir su creaci¨®n o la forma en que ha concebido el porro perfecto ¨C con tres puntas en uno de sus extremos que se supone fue dise?ado por el mismo arquitecto que dise?¨® el Golden Gate¡­- que se enciende por tres partes ¡°para que el humo converja creando una trifecta de poder del cigarrillo. Esto es lo que tus nietos van a fumar. Es el futuro¡±. Por tener, la cinta ten¨ªa hasta persecuciones y una parte final de acci¨®n y pelea, como no pod¨ªa ser de otra manera, dentro de un criadero de plantas.

Diez a?os antes de Desmadre a la Americana, el maestro Blake Edwards ¨CDesayuno con Diamantes, La Pantera Rosa- sent¨® las bases del desmadre f¨ªlmico en interiores con una sencilla premisa, El Guateque, en la que el genial Peter Sellers interpreta a un actor hind¨² ¨Cse pasa toda la cinta con la cara maquillada de oscuro- que es invitado a una fiesta en Hollywood y la acaba liando considerablemente. La parte final, con la casa entera convertida en un gigantesco ba?o de espuma, es uno de los instantes m¨¢s definitorios de una cinta rompedora, chocante para la ¨¦poca y que fue vista como ¡°un experimento radical¡± en la que el talento de Sellers da pie a una serie de set-pieces (la escena del cuarto de ba?o) que la convirtieron en un film de absoluto culto. En esta escena, quiz¨¢s muy 60s para la mayor¨ªa, brilla con luz propia el tema de uno de los genios de las bandas sonoras por excelencia, Henri Mancini, mientras la espuma y la felicidad lo inundan todo y a (casi) todos.

¡°Algunos ni?os quieren crecer y convertirse en presidentes¡­Otros quieren convertirse en doctores¡­Yo s¨®lo quiero ser malo¡±

La mayor¨ªa de ejemplos que hemos visto en este reportaje hasta ahora, como Project X, ese club de Bad Boys II, Step Up Revolution o House Party se han dedicado a quedarse con los t¨®picos de los desfases: Sexo, drogas, machismo, mujeres espectaculares y divertirse sin m¨¢s, sin asumir la responsabilidad. Y Spring Breakers, estrenada este mismo a?o, tambi¨¦n los tiene, a?adi¨¦ndole toques l¨¦sbicos y personajes salidos de un Scarface del Siglo XXI. Pero en la soberbia, radical, rompedora, speedica cinta que un siempre lis¨¦rgico Harmony Korine ha concebido en un conato de enorme lucidez dentro de su habitual carrera ¨Crealmente hay que echarle narices para soportar sus alucinaciones como la desagradable y puramente freak Gummo y la demasiado experimental y ciertamente insoportable Trash Humpers-, es otra cosa. Korine nos sumerge en la tradici¨®n de vacaciones de primavera que hay en Estados Unidos, mostr¨¢ndonos lo divertido que es el exceso cuando se tiene dinero. Pero la diversi¨®n no es gratis, sobre todo cuando la pasta la has obtenido atracando. Las cuatro amigas de perennes bikinis conocen lo que es pagar por tus actos, y la salvaci¨®n viene en forma de un inmenso James Franco como un Tony Montana a ritmo Trance.

Descrita de cientos de maneras ¨Cnos quedamos con esa de que la peli es un ¡°El Precio del Poder conoce a Britney Spears¡±- Spring Breakers puede ser vista como una sencilla historia t¨®pica contada a ritmo de chute y sampler fusionado con un estilo visual extremo, o tambi¨¦n como la deconstrucci¨®n absoluta jugando y a la vez pervirtiendo sus reglas de la actual moral y comportamiento de la juventud USA, sobre todo de esa corriente de princesas Disney Channel que nos invade ¨CSelena Gomez, por descontado, es la que menos se pringa las manos, aunque se le reconoce la valent¨ªa de participar en ella. Una gozada, una aut¨¦ntica gozada visual, sonora ?y estil¨ªstica que es al cine comercial lo que juegos como Catherine son para las librer¨ªas de PS3 y 360, Spring Breakers es un desfase constante tan desatado como a la vez calculado en su caos, que empieza fuert¨ªsimo ¨Cla violencia que suscita ese trabajo de c¨¢mara en el atraco, remedo del de Tony Kay en la soberbia American History X- y que contin¨²a para desembocar en un final que remata con el mismo nivel de violencia sugerida una pel¨ªcula que esperamos sirva para que Harmony Korine contin¨²e en esa onda en un futuro.

Dawn

Y terminamos ya este repaso por todo lo que han dado de s¨ª varias d¨¦cadas de desfase, fiestas, juergas, resacones y dem¨¢s en la Historia del Cine. Nos hemos dejado muchas, much¨ªsimas, y hemos intentado cubrir no solo ejemplos de fiestas sin m¨¢s. No est¨¢n todas las que son ni son todas las que est¨¢n, por lo que os animamos a contarnos cu¨¢les ejemplos habr¨ªais escogido vosotros. Pero ahora nos despedimos. Y lo haremos al son del temazo ¡®Scary Monsters And Nice Sprites¡¯ de Skrillex (autora de la BSO del film), que precisamente fue usado para el tr¨¢iler de la ¨²ltima pel¨ªcula comentada.

Amanece. En la playa, en el campo, en la ciudad, en donde sea que estemos. Amanece, la noche termina. No sabemos bien qu¨¦ ha pasado, no nos acordamos, la cabeza nos martillea, la boca nos sabe a destiler¨ªa, a barra de bar, a cenicero¡­ Pero sonre¨ªmos de manera inconsciente, quiz¨¢s porque subconscientemente nuestra mente nos est¨¢ chivando sin querer que sepamos toda la verdad que ciertamente lo hemos pasado de muerte las horas anteriores, justo cuando la noche es m¨¢s oscura y las risas m¨¢s fuertes. Y seguimos sonriendo. Estamos hechos polvo, con ganas de vomitar, o hambrientos hasta la m¨¦dula, cansados sin poder dar un paso. Puede que incluso medio vestidos y sin el m¨®vil que nos podr¨ªa aportar las pruebas veraces de lo sucedido...

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...Pero seguimos sonriendo.

¡°Spring Break 4Ever, Bitches¡±