Army of Two: The Devil's Cartel

En los third person shooters cooperativos, adem¨¢s de las brillantes campa?as compartidas de Gears of War y algunas otras buenas ejecuciones, la serie Army of Two dijo much¨ªsimo desde principios de la generaci¨®n. Salem y R¨ªos fueron de los primeros personajes en ense?ar su cara menos amable pero coordinada y contundente en los disparos desde cobertura en t¨ªtulos HD, dejando en la mano de los jugadores decisiones como los repartos zonales, los flanqueos paralelos, la distracci¨®n mientras se prepara un ataque sorpresa, la apertura de puertas con apoyo o la protecci¨®n constante del compa?ero. Este tipo de mec¨¢nicas habituales hoy en shooters cooperativos dieron vida y gran calado a la primera entrega, se retomaron en su secuela The 40th Day y ahora buscan un ¨²ltimo fil¨®n en este AoT: The Devil's Cartel, el tercer episodio y ya el menos sorprendente o irresistible.

Con dos nuevos personajes y entorno, el mundo m¨¢s violento de la lucha contra los c¨¢rteles de droga mexicanos pone en pie esta ensalada de tiros tan espectacular como lineal y poco inspirada. The Devil's Cartel no aspira a probar novedades ni a crear tendencia, se conforma con ser un TPS intenso, s¨®lido y divertido, tres atributos que sin lugar a dudas posee y son su mejor baza. El incondicional de la franquicia tiene ante s¨ª un nuevo reflote de adrenalina y testosterona militar sostentado en la nueva unidad TWO, los enmascarados Alpha y Bravo, sucesores de Salem y R¨ªos en la que quiz¨¢ sea la ¨²ltima operaci¨®n del escuadr¨®n. Violencia, camarader¨ªa fanfarrona, espect¨¢culo y ritmo al servicio del gatillo f¨¢cil y la comunicaci¨®n entre dos s¨²per soldados, dos hombres que van a recorrer los rincones m¨¢s inh¨®spitos de M¨¦xico en busca de acabar con La Guada?a y su l¨ªder, Esteban Bautista, un peligroso y poderoso narcotraficante sin escr¨²pulos. Pero hay un nombre m¨¢s en toda esta historia repleta de t¨®picos y estereotipos, el de ella, Fiona...

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Operaci¨®n de ataque

Como comando especializado en tareas de rescate, limpieza de guaridas, salvamento de civiles y agresi¨®n a c¨¦lulas criminales, los nuevos TWO empezar¨¢n a hacerse al gatillo y la puesta a cubierto junto a Salem y R¨ªos, sus mentores y quienes incluso les acompa?ar¨¢n en los primeros actos. Es en la primera misi¨®n donde conocer¨¢n a Fiona, una joven mexicana que est¨¢ al tanto de los movimientos de la c¨²pula narcotraficante del pa¨ªs y puede enterarse de los planes de los c¨¢rteles, ultra poderosos tras una situaci¨®n de desequilibrio que ha llevado a varias ciudades a guerras civiles en sus calles. En medio del conflicto y para poner paz -en el sentido m¨¢s norteamericano, matando enemigos- entrar¨¢n Alpha y Bravo en escena, los dos personajes controlables y desde donde viviremos la trama, jugando en solitario o con un acompa?ante, en la misma pantalla (dividida) u online.

Herramientas como el satisfactorio chat de voz o las indicaciones con gestos de los personajes y comandos de ¨®rdenes nos dejar¨¢n jugar a distancia con el mismo perfecto flujo de la partida que si compartimos pantalla. Sin duda, el trabajo de EA Montreal por lograr una experiencia cooperativa plena ha vuelto a dar sus frutos, estamos ante un shooter muy cuidado en este sentido. No es para menos, aunque la IA de nuestro acompa?ante en caso de jugarlo en singleplayer es coherente y ¨¢gil, como en los anteriores Army of Two el gran incentivo es recorrer todos sus acompa?ados, compartiendo los mejores momentos, las mejoras del equipo, la poderosa traca final o la relaci¨®n comunicativa que el juego busca para determinadas situaciones donde repartir tareas que deben resolverse de forma simult¨¢nea -yo cuido de que no se acerquen al reh¨¦n mientras t¨² te cargas esa torreta que no nos deja avanzar-. Los caminos, como anta?o, llegan a bifurcarse en ocasiones, y habr¨¢ que decidir qui¨¦n hace qu¨¦.

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The Devil's Cartel superpone una misi¨®n tras otra a medida que se esboza su no del todo imaginativo argumento, tampoco sorprendente ni con giros espectaculares. Los t¨®picos y el humor desenfadado se intercalan en una historia de crimen y valores bastante b¨¢sicos, de buenos contra malos, de soldados contra delincuentes. Las bajas humanas parecen no significar nada y las armas son simples herramientas de trabajo en un t¨ªtulo donde matar y matar es lo esencial, lo divertido y lo que pone a prueba los reflejos. Pero hay un factor que ha determinado los anteriores y vuelve en este episodio, el Aggro. Jugar a pecho descubierto, con destrezas como hacer una cadena de muertes cuerpo a cuerpo o ir por el centro de una calle con una ametralladora y lanzando granadas tiene premio aqu¨ª, suponiendo m¨¢s puntos de experiencia y mejores resultados tras cada nivel que si apostamos m¨¢s por un avance con sigilo, escondite constante, preparaci¨®n minuciosa de los ataques...

Esto no viene m¨¢s que a demostrar el enorme inter¨¦s de Army of Two: The Devil's Cartel por la acci¨®n desenfrenada, sin parones y poniendo al m¨¢ximo las capacidades de punter¨ªa y movimiento de los jugadores. Dentro de la partida, lo verdaderamente importante m¨¢s que saber colocarse y aguantar sin recibir ni un rasgu?o es atinar. Hacer headshots, respaldar una baja que estaba haciendo el compa?ero, matar cuerpo a cuerpo pulsando el stick derecho o destrozar una cobertura por sorpresa suponen m¨¢s puntos que limitarse a acertar. Y estos puntos son esenciales no solo para mejorar las armas en el nuevo y completo men¨² de evoluci¨®n de equipo, sino tambi¨¦n para poner en pr¨¢ctica la Aniquilaci¨®n (Overkill), un modo revisado que pone todo a c¨¢mara lenta, hace a nuestros personajes invulnerables, les da granadas infinitas o convierte cada bala en explosivo. Una locura ultra poderosa que desataremos en dos escalas: Individual o Doble.

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Si esperamos al compa?ero para activar la Aniquilaci¨®n, a que su barra de ira se llene como la nuestra, podremos disparar la Doble, gener¨¢ndose uno de los mejores espect¨¢culos del juego con dos sobrenaturales destrozando todo a su paso y llegando a desmembrar a los enemigos que manchan todo de sangre y enfatizan el tono visceral y gore del t¨ªtulo, tono que ha llegado a censurarlo en su versi¨®n alemana. El efecto es m¨¢s duradero y se tienen determinadas ventajas que activando la Aniquilaci¨®n de forma individual no se consiguen. Pero no siempre merece la pena esperar, a menudo el otro jugador lleva otros niveles en la barra de ira y es m¨¢s pr¨¢ctico lanzar individuales. Esta inserci¨®n le da un nuevo aire a Army of Two, pero no termina de ser suficiente para que lleguemos a hablar de un The Devil's Cartel que cambia los c¨¢nones establecidos en la marca. Algo similar ocurre con la destrucci¨®n de los escenarios, la gran raz¨®n para apostar por el Frostbite 2 como motor que mueva toda esta lluvia de balas y explisiones.

Esquinas y coberturas a media altura se derrumban con los impactos de las balas y explosiones en Army of Two: The Devil's Cartel. De hecho, el juego llega a ser un poco exagerado en la fragilidad de los escondites, ech¨¢ndolos abajo con rapidez y obligando tanto a los jugadores como a los enemigos a cambiar r¨¢pido de un resguardo a otro. Esto es posible gracias a la aplicaci¨®n de elementos destruibles que ha implementado Visceral Games sobre todos los niveles y constantes tiroteos. M¨¢s all¨¢ del resultado visual, ¨®ptimo, lo importante de todo esto es que se cambia el ritmo del combate y las exigencias, ya no basta con asegurarse una posici¨®n privilegiada e ir limpiando, ahora con una sola r¨¢faga podr¨¢n desmontarnos ese altar, quedando as¨ª nuestro personaje totalmente descubierto, y esto supone movimiento, cambio, rapidez en las decisiones de d¨®nde ir a continuaci¨®n.

El equipo ten¨ªa claro en cuanto vio esta capacidad del Frostbite 2 para generar texturas desechables que lo quer¨ªa para este nuevo Army of Two, y Electronic Arts tampoco tard¨® en ofrecerlo a sus desarrolladores. Este gameplay con tanta acci¨®n armada se presta completamente a tirar de estos recursos. El problema viene en que pese a todas las ideas que se barajaban, a la hora de la verdad la jugabilidad tampoco se ve tan afectada por ellas, no se puede hablar de un The Devil's Cartel que innove respecto a sus antecesores puesto que todas las bases se mantienen, en exceso y sin sorprender hoy u ofrecer algo diferente a otros. Ocurre esto tambi¨¦n con su sistema de mejora de armas y desbloqueables, los dos grandes incentivos para la rejugabilidad y una segunda vuelta, necesaria si se quieren poner todas las armas al m¨¢ximo, mejorar el nivel de los personajes y encontrar los coleccionables (m¨¢scaras especiales, trajes, secretos..).

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Bastante visual y limpio, la herramienta de mejora de arsenal se ofrece tras cada misi¨®n, en los recuentos y estad¨ªsticas de final de fase. De esta forma, cada jugador lleva su propio progreso y concentrado en las armas que mejor se le den, retoc¨¢ndoles partes como el ca?¨®n para lograr mayor da?o, la empu?adura para mejorar la estabilidad, o el cargador para ampliar la munici¨®n que soportan. Nada nuevo, aunque queda muy bien representado en pantalla el sistema por piezas y moldes que se ha utilizado, teniendo siempre en cuenta los puntos obtenidos, lo que invita a jugar mejor y conseguir t¨¢cticas avanzadas para hacer puntuaciones elevadas. La evoluci¨®n del armamento es esencial a medida que se avanzan los actos, quedando como poco efectiva para determinadas oleadas o enemigos m¨¢s resistentes si no se le presta atenci¨®n. El juego no avisa demasiado de esto y puede coger por sorpresa a quien se salte los momentos en que mejorar su equipo, subi¨¦ndose inevitablemente la dificultad y exigiendo m¨¢s puestas a cubierto y cuidado, ralentiz¨¢ndose as¨ª su frenetismo.

Para aderezar variedad, no faltan los tramos especiales, con los protagonistas sobre torretas, veh¨ªculos, sigilo o teniendo que defender a un aliado. Fiona tambi¨¦n tendr¨¢ un papel activo en toda la acci¨®n, armada y no limit¨¢ndose a ser la doncella en apuros. Adem¨¢s, protagoniza algunos de los mejores momentos argumentales y dialog¨ªsticos, poniendo orden entre los varones que no paran de vacilarse y fanfarronear entre disparo y disparo, justo otra de las gracias de la propuesta del juego, el carisma y actitudes de Alpha, Bravo, Salem y R¨ªos. Tiroteos en la niebla, derribo de estructuras arquitect¨®nicas, plazas con varios accesos, tramos sin puntos de cobertura, callejuelas laber¨ªnticas o interiores que invitan a la escopeta y el cuerpo a cuerpo son recursos que sus creadores han utilizado para conseguir una variedad de situaciones admisible, que no superlativa, pero que al menos disipa en cierta medida la sensaci¨®n de repetici¨®n.

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Por ¨²ltimo est¨¢ la visi¨®n TWO, que permite contemplar trucos de realidad aumentada que pueden servir como pistas o sugerencias, adem¨¢s de permitir el acceso a algunos caminos a priori sellados. El paso de una cobertura a otra se hace con una doble pulsaci¨®n del bot¨®n principal, es el comando central, y esta visi¨®n ayuda ingame a ver a d¨®nde podemos llegar sin poner demasiado la cabeza a cubierto. Funciona de maravilla. Tambi¨¦n en ciertos segmentos de explosiones y espectacularidad cinematogr¨¢fica que se al¨ªa a toma r¨¢pida de decisiones jugables encontraremos ¨²til este sistema de visi¨®n. O en tramos donde lo ideal es dar ¨®rdenes a nuestros aliados, con una buena gesti¨®n desde la CPU, por cierto. El dise?o (cerrado y casi siempre en l¨ªnea recta) de los escenarios y c¨®mo van cambiando ayudan a que la experiencia no decaiga y trucos visuales como ¨¦ste no se queden en una mera ayuda, sino que aporten algo tambi¨¦n a los que se ven tan capaces que hubieran preferido prescindir de ello. Sobre esto, hay que decir que la dificultad es bastante adecuada, con selector inicial y modo extremo desbloqueable al completarlo.

Frostbite 2 para los TWO

En juegos como Battlefield 3 en consolas hemos visto que el engine Frostbite 2, pese a no alcanzar el impresionante nivel de texutras, iluminaci¨®n y detalles que logra n PC, se comporta bastante bien y busca la espectacularidad y la interacci¨®n y ruptura de los escenarios frente al acabado sobrio. En The Devil's Cartel se ha empleado una vez m¨¢s el motor, original de EA DICE, y ni de lejos se ha conseguido aquel resultado. Bien es cierto que las texturas destruibles de este Army of Two son muchas, o los enemigos en pantalla sin actuaciones scriptadas y prefijadas, pero detalles como el tratamiento de la luz o la fluidez de animaciones y realistas comportamientos f¨ªsicos aqu¨ª no est¨¢n presentes. De hecho es un juego que flojea en f¨ªsicas, en nivel de detalles o en rugosidad de texturas. Explosiones que no tienen por qu¨¦ producirse, enemigos que saltan por los aires con un solo balazo acertado o metales que vuelan como papel son solo algunos tropiezos f¨ªsicos que se presencian. O los enemigos, con animaciones algo toscas y peor acabado que los protagonistas. Eso s¨ª, hasta que entra en escena el modo Aniquilaci¨®n, donde se ha velado m¨¢s por el espect¨¢culo y se cuidan mejor estos y otros detalles.

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El contundente sonido de las armas que posibilita este motor es uno de los par¨¢metros que sorprendi¨® al mundo cuando se ense?¨® por primera vez Battlefield 3. En Army of Two esto s¨ª est¨¢ recuperado, un disparo de escopeta suena atronador y una ametralladora no se limita a sonar a traca. La inmersi¨®n sonora con efectos as¨ª de robustos es perfecta por tanto, estropeada en parte quiz¨¢ y ¨²nicamente por una gama menos expl¨¦ndida de lo que cabr¨ªa esperar, repiti¨¦ndose las mismas explosiones para distintas situaciones, los alaridos de los ca¨ªdos, etc. El doblaje al castellano es notable, a cargo de REC, con actores del estudio que dio vida a los personajes de Uncharted o la serie de televisi¨®n Padre de Familia, pero no est¨¢ a la altura interpretativa de estos dos otros trabajos, ejemplares. La m¨²sica, por su parte, acompa?a perfectamente la acci¨®n y llena de ¨¦pica algunas secuencias, pero se limita a esto y no busca composiciones inolvidables o mezclas sugerentes.