Virtue's Last Reward

Son incontables las obras que abordan la siempre escabrosa cuesti¨®n del Tiempo y de los eternamente incontestables 'what if' que tanto gustan a la audiencia, desde la atormentada mente del Dr. Manhattan en Watchmen a Scott Fitzgerald en El Curioso Caso de Benjamin Button, cuya adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica fue recibida con entusiasmo hace poco menos de dos a?os. De una forma u otra, la cuesti¨®n "qu¨¦ hubiese pasado si..." aparece en nuestras vidas como la sombra del Destino, de la predeterminaci¨®n o del supuesto papel relevante que todos estamos llamados a cumplir en este mundo. Todo ser humano ha de tomar decisiones a lo largo de su vida; gracias a ello crece intelectualmente. Se suele decir que cuando uno entiende la repercusi¨®n de sus actos alcanza por fin la consciencia social que se requiere para comprender las extra?as motivaciones y deseos que empujan a los otros a comportarse de ¨¦sta o aquella forma. Tomar una decisi¨®n y aceptar sus consecuencias es, en fin, una de las constantes que se formulan diariamente en nuestras vidas.

No s¨®lo los tebeos, la literatura o el cine se han atrevido a abordar estas cuestiones, tambi¨¦n la industria del videojuego ha ofrecido su peculiar forma de entender el libre albedr¨ªo con sonados ¨¦xitos de ventas. Algunas franquicias de nuevo cu?o se han destapado como obras de gran inter¨¦s mediatico gracias, en parte, al grado de obsesi¨®n que invierten los guionistas a la hora de crear un universo alternativo cre¨ªble para los jugadores y entretenido para los espectadores. Sin embargo una buena historia no siempre lo es todo, y al igual que podemos hablar de grandes ¨¦xitos en el g¨¦nero podemos hacer lo propio de t¨ªtulos que no supieron jugar bien sus bazas y fracasaron estrepitosamente. Hace unos a?os se atribu¨ªa esta falta de empaque a la premisa de que toda historia "profunda" presentaba por necesidad innumerables di¨¢logos que no lograban captar la atenci¨®n del jugador durante el tiempo suficiente. Sin embargo, los nuevos dispositivos tecnol¨®gicos han permitido que el g¨¦nero se enfoque desde otra perspectiva.

Hace dos a?os apareci¨® en el mercado japon¨¦s y norteamericano 999: 9 Horas, 9 Personas, 9 Puertas, una suerte de novela digital que empleaba distintos puzles como medio de interacci¨®n entre los jugadores y la historia en cuesti¨®n. La obra se dej¨® ver en Nintendo DS sin llamar la atenci¨®n hasta que algunos medios especializados la incluyeron en las listas de los mejores juegos de 2011. Chunsoft, la compa?¨ªa encargada de su creaci¨®n, tard¨® alg¨²n tiempo en asumir que su peque?o reto?o hab¨ªa logrado superar en ventas a varios pesos pesados del mercado. Su ¨¦xito pronto gener¨® el dinero suficiente para reactivar el mecanismo creativo de la empresa, que poco menos de un a?o despu¨¦s de terminar con su ¨²ltimo proyecto, se puso manos a la obra para comenzar con el desarrollo de Virtue's Last Reward, el t¨ªtulo que hoy aparece para Nintendo 3DS y PSVita. En ¨¦l corrige casi todo lo que no gust¨® de su antecesor, aportando una nueva trama, nuevos personajes y retos que pondr¨¢n a prueba nuestra capacidad de investigaci¨®n.

En nombre de la virtud
Virtue's Last Reward se divide en dos partes fundamentales. La primera, sin duda la que alberga el peso del argumento, sigue las pautas de una novela digital al uso. Al comenzar la partida y tras una breve introducci¨®n, tan confusa como el propio planteamiento del gui¨®n, el protagonista comienza a recobrar la consciencia perdida tras un misterioso incidente que le lleva a estar encerrado en un cuarto con una tambi¨¦n misteriosa muchacha. El di¨¢logo se impone durante estos primeros compases, con ambos personajes manteniendo una acalorada conversaci¨®n de la que extraemos varias situaciones que no pod¨ªan faltar en un thriller: "?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? ?Qui¨¦n nos ha hecho esto? ?D¨®nde estamos?" y lo m¨¢s importante: ?Corremos alg¨²n riesgo? En este primer bloque es frecuente asistir a una narraci¨®n apoyada en un cromado est¨¢tico en el que se resumen los puntos m¨¢s importantes de la historia, o simplemente los pensamientos m¨¢s profundos del protagonista.

El protagonista responde al nombre de Sigma y parece tener problemas para recordar algunas cuestiones b¨¢sicas, como su nombre o su fecha de nacimiento. Phi, la compa?era que est¨¢ con ¨¦l en el peque?o cuarto donde ambos despiertan, presenta un comportamiento propio de un robot. Su nula empat¨ªa y aparente dificultad para socializar hacen de ella un personaje enigm¨¢tico aunque altamente interesante, muestra de uno de los distintos perfiles psicol¨®gicos que se manejan en esta aventura. Despu¨¦s de contrastar la informaci¨®n que posee cada uno, Sigma se lanza a la exploraci¨®n del escenario, abriendo as¨ª el segundo bloque por el que se compone la parte jugable, es decir: la que realmente nos permite realizar una toma de contacto con los escenarios que nos rodean.

Este segundo bloque es el que caracteriza VLR como un t¨ªtulo que se sale de la norma. Esta secci¨®n nos coloca ante una situaci¨®n de riesgo en la que nos solemos hallar en una habitaci¨®n cerrada a cal y canto. A veces es menester hacer frente a una cuenta atr¨¢s mientras batallamos contra el reloj, mientras que otras tenemos todo el tiempo del mundo para resolver los acertijos que se presentan dentro de la sala. Pongamos como ejemplo La primera toma de contacto de la que habl¨¢bamos anteriormente, durante la misma introducci¨®n. El primer puzle que se presenta requiere interactuar con varios objetos: un cajero dispensador, varios p¨®steres colgados en la pared, un ascensor y una caja fuerte que encontraremos en todas las salas bloqueadas de ahora en adelante. Nuestro objetivo consiste, a grandes rasgos, en descubrir el c¨®digo secreto con el que se abre la caja fuerte, donde posteriormente encontraremos la llave que nos servir¨¢ para regresar al primer bloque, donde encontraremos al elenco de personajes que conforma el plantel de VLR.

Extra?os sin remedio
El argumento de VLR situa a un grupo de personajes es un recinto industrial desconocido para ellos. Por culpa de los golpes que recibieron al ser capturados, la memoria no parece permitir recordar con claridad c¨®mo fueron apresados o, lo que es m¨¢s importante, qui¨¦n fue el encargado de llevarla hasta el extra?o recinto. Un extra?o conejo se presenta a poco de empezar la aventura como Zero III, una entidad con forma de mu?eco controlada por una Inteligencia Artificial dise?ada por el art¨ªfice de toda la trama. ?l dice controlar todos los accesos al vasto recinto, de colores oscuros y gris¨¢ceos, en general deprimentes. Aunque en un principio Sigma se encuentra s¨®lo con Phi, tras solventar el primer puzle acceden a la estancia principal del recinto, donde se re¨²nen con otros personajes que se encuentran bajo las mismas circunstancias. El caos y la confusi¨®n reinan entre los captivos, que portan consigo un reljo con una numeraci¨®n espec¨ªfica. Al fondo del escenario aparece una enorme puerta con un 9 dibujado justo en el centro. As¨ª comienza la tercera edici¨®n del denominado 'Nonary Game', tan relacionado con el n¨²mero nuevo como con la misteriosa personalidad de los que all¨ª se re¨²nen.
La premisa de la historia, como advierte uno de los personajes secundarios, no es del todo innovadora, no en vano es pr¨¢cticamente la misma que la que pudimos disfrutar en 999 tiempo atr¨¢s. Los sucesos acaecidos en aqu¨¦l entonces son aqu¨ª relevantes para tratar de desvelar la personalidad de Zero, del que se sospecha nuevamente que pueda figurar entre la lista de personajes que est¨¢n en el almac¨¦n. La paranoia crece r¨¢pidamente en el grupo, que se ve sometido constantemente a pruebas de confianza entre compa?eros, as¨ª como a distintas pruebas que han de superar en forma de puzle.

El juego que propone Zero est¨¢ relacionado con la numeraci¨®n que aparece en los relojes y el color de los propios n¨²meros. Dentro del recinto los personajes encuentran varias puertas, algunas coloreadas, otras bautizadas con la placa "Ambidex Room". Las primeras sirven para obtener el pase de entrada para las segundas, siempre despu¨¦s de haber solucionado un puzle de mayor o menor complejidad. Los personajes han de hacer varios grupos de tres teniendo en cuenta el resultado de la suma de su color, su numeraci¨®n (el n¨²mero de puntos que han obtenido en el juego hasta ese momento) y los planos de los que disponen antes de dar comienzo la partida. Superar las pruebas que se plantean ser¨ªa relativamente sencillo de no ser por el denominado "factor humano": no todos los personajes se aceptan entre s¨ª. Cada uno presenta un determinado perfil psicol¨®gico al que tenemos que atender antes de mandar aleatoriamente una expedici¨®n a explorar una habitaci¨®n. Este punto es crucial para entender el sistema de Alianza o Traici¨®n al que nos sometemos tras salir con vida de una habitaci¨®n cerrada.

Amigo o enemigo
Las condiciones de Zero son b¨¢sicamente las siguientes: nadie puede saltarse las reglas o morir¨¢. El primero que obtenga 9 BP podr¨¢ salir con vida del recinto, pero para hacerlo necesita obligatoriamente la colaboraci¨®n de sus compa?eros. Si antes dec¨ªamos que la mec¨¢nica se divide en dos bloques, ser¨ªa interesante considerar un tercero en el que es necesario elegir si queremos aliarnos con nuestro compa?ero o si preferimos traicionarlo, un procedimiento con el que se cierra el planteamiento jugable. Como siempre se juzga al tercer personaje en cuesti¨®n (entra una pareja y un tercero individualmente), la duda que se plantea no es tanto qu¨¦ debemos hacer nosotros, sino qu¨¦ har¨¢ ese otro que tambi¨¦n puede dejarnos en la estacada. No sabemos el resultado de nuestras decisiones hasta que termina todo el proceso, as¨ª que s¨®lo es cuesti¨®n de imaginar los sentimientos que afloran al descubrir que ese personaje en quien confi¨¢bamos nos ha traicionado, llev¨¢ndose consigo 3 BP y restando 2 en nuestro casillero. La partida s¨®lo termina cuando el contador llega a 0.

No basta con ser siempre "bueno", porque de esta manera podemos perder r¨¢pidamente todos los BP. Tampoco llegaremos muy lejos traicionando siempre a nuestros compa?eros, porque as¨ª perder¨¢n la poca confianza que desde el principio ten¨ªan en nosotros. La ¨²nica forma de precedir sus acciones es estudiar su forma de afrotnar determinadas circunstancias que tienen lugar durante la aventura. Una de las grandes mejores que incluye VLR con respecto a su antecesor es la posibilidad de volver hacia atr¨¢s en el tiempo para situarnos justo antes de tomar una decisi¨®n capital. Si en 999 se castigaba al jugador con la necesidad de superar toda la partida de nuevo para llegar hasta ese punto, en Virtue's Last Reward el sistema se agiliza hasta el punto de volverse adictivo. Lo dec¨ªamos en la introducci¨®n y lo mantenemos ahora: si la vida se basa en tomar decisiones, nada m¨¢s atractivo que la posibilidad de tomarlas para ver qu¨¦ sucede teniendo opci¨®n a regresar en el tiempo para ir por otro camino. En este sentido, Chunsoft ha explotado una de las taras que m¨¢s afectaban a su anterior creaci¨®n.

Adem¨¢s, esto tambi¨¦n afecta notablemente a la hora de tomar decisiones y de afrontar sus consecuencias. Por culpa del sistema de juego, el entorno de VLR apenas permite variaciones visuales significativas, por lo que las consecuencias de nuestras acciones se palpan en la actitud que muestran los compa?eros de Sigma ante sus decisiones. Es posible afrontar una partida en la que sea visto como un irresponsable y otra en la que su opini¨®n sea tenida en alta estima. Todo depende de c¨®mo afrontemos cada situaci¨®n, a sabiendas de que es posible explorar una habitaci¨®n con un elenco de personajes totalmente distinto entre s¨ª. L¨®gicamente este sistema tiene ciertas restricciones que se deben tener en cuenta, como el hecho de que Sigma cuente con un halo de protagonismo pese a ser, en efectos pr¨¢cticos, un muchacho universitario bastante despistado. La calidad del gui¨®n, notable pese a los altibajos que presenta, resta importancia a la falta de coherencia en la actitud de los personajes en determinadas circunstancias. Es una historia adulta y madura que ofrece m¨¢s de 25 horas de juego, con varios finales y caminos distintos por recorrer, con un perfil muy superior a lo que solemos ver en el cat¨¢logo de la consola.

La t¨¦cnica por partida doble
Si mejorar el argumento o pulir las aristas de la mec¨¢nica de juego era una tarea que se deb¨ªa exigir a Chunsoft, se dir¨ªa que la mejora t¨¦cnica se daba por sentado ante el cambio generacional del juego. El cambio gr¨¢fico es muy apreciable: atr¨¢s quedan las im¨¢genes est¨¢ticas de personajes para dar paso a animaciones en 3D que se ajustan a las emociones que supuestamente experimentan en ese momento. El dise?o del elenco de protagonistas sigue las pautas de su antecesor, y al perfil psicol¨®gico hay que sumar una determinada manera de vestir y de expresarse. Aunque quiz¨¢ en este sentido Chunsoft no ha mejorado el producto todo lo que cab¨ªa esperar, es cierto que el recinto en el que tiene lugar la aventura presenta una definici¨®n muy superior al barco de 999, un aspecto que se aprecia especialmente en la versi¨®n de PSVita. Ambas ediciones son, por cierto, pr¨¢cticamente id¨¦nticas entre s¨ª. Mientras que la versi¨®n de Sony presenta una mejor resoluci¨®n de pantalla y m¨¢s definici¨®n en los objetos y puzles, 3DS ofrece un sistema m¨¢s pr¨¢ctico. Esto se aprecia sobre todo a la hora de tomar notas, una pr¨¢ctica un tanto inc¨®moda en Vita. Lo cierto es que gr¨¢ficamente se esperaba m¨¢s presencia de animaciones en los puzles pero, al margen de esto, VLR cumple con lo previsto.