Tomb Raider

Crash Bandicoot, Broken Sword, Alien Trilogy, Dungeons & Dragons: Shadow over Mystara, Lunar: Silver Star Story Complete, Toonstruck, Warcraft II: Beyond the Dark Portal¡­ Leer una lista de todo lo que sali¨® durante esas 48 semanas es remover inmediatamente miles de recuerdos para muchos de nosotros. Y uno en especial sin duda, pues fue en 1996, cuando PlayStation y Saturn se miraban con el deseo ¨Cen aquel entonces no lo ten¨ªamos tan f¨¢cil para poder renovar el parque consolero cada next gen que saliese- que hoy mirar¨ªamos la siguiente generaci¨®n como PlayStation 4. Un juego de esos ¡®modernos¡¯ que se ve¨ªan en 3D y para nada como los t¨ªtulos 2D que muchos segu¨ªamos jugando en salones recreativos y consolas con m¨¢s de 6 a?os a su espalda y un montonazo de horas que jam¨¢s se romp¨ªan en su primer a?o ni conoc¨ªan luces rojas. Un t¨ªtulo que parejo a compa?eros de generaci¨®n como Resident Evil o Super Mario 64 se convertir¨ªa no s¨®lo en testigo de una ¨¦poca sin igual en la que el videojuego se convirti¨® de ni?o a adolescente, sino en pioneros, definidores de g¨¦neros, de mec¨¢nicas, de formas de crear y narrar. Una experiencia que brind¨® al mundo un personaje ¨²nico, irrepetible y que ha regresado algo distinta, pero en plena forma. Hablamos del padre de las aventuras 3D ¨Cque no el abuelo, ese es el olvidado Fade to Black-, de la exploraci¨®n, del uso cinem¨¢tico de la m¨²sica. Y de la madre de las hero¨ªnas de acci¨®n y s¨ªmbolo femenino de protagonismo virtual y coraje.

Hablamos de Tomb Raider. Y de Lara Croft.

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En 1993, cuando la popularidad de la guerra SEGA-Nintendo por ofrecer la mayor calidad jugable -y no por el abyecto y vil metal como las compa?¨ªas de ahora- nos regalaba una obra de arte tras otra de las 2D y la mejor de las jugabilidades, fue cuando seis benditos locos que trabajaban en Core Design decidieron mirar al futuro y adentrarse en la tercera dimensi¨®n del juego, una en la que el personaje iba hasta el fondo de la pantalla de espaldas y no de forma lateral hacia los m¨¢rgenes. Comenzando por un t¨ªtulo no muy lejos de los arcades de acci¨®n bal¨ªstica de entonces, y protagonizado por el protot¨ªpico y testoster¨®nico macho alfa inspirado por el Swarzenneger de Commando, el estudio pronto decidi¨® cambiar el sexo a un personaje femenino que encajase mejor con el nuevo giro a los puzles y las plataformas hacia el que su proyecto se iba encauzando, dejando la acci¨®n en un segundo plano. As¨ª naci¨® de la mano de Toby Gard, su padre, la aguerrida y militarista Laura Cruz, a la que nunca vimos al evolucionar a una ¡®se?orita¡¯ de modales m¨¢s ingleses con una traum¨¢tica experiencia del pasado. Jugando incluso con ideas como que el personaje tuviese poderes temporales al hallar una serie de diamantes azules que finalmente fueron descartadas, la british Lara Croft nac¨ªa primero en kits de desarrollo para Saturn, aunque pronto pas¨® a los circuitos de PlayStation, sistema del que partir¨ªan los ports de la consola de SEGA y de PC, que se benefici¨® de las primerizas tarjetas aceleradoras 3D. El resto, como suele decirse, es Historia del Videojuego.

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Esta fue la primera toma de contacto con el pasado del personaje, texto que ven¨ªa en el manual del juego y que hemos reproducido de forma ¨ªntegra. Nada m¨¢s necesit¨¢bamos saber, incluso era demasiado, ya que anta?o val¨ªa m¨¢s la fuerza del protagonista y del juego que el tener que tejerle un background hist¨®rico y narrativo para apoyarlo, aunque en este caso lo ten¨ªa, y realmente logrado. Manejando una historia que comenzaba al m¨¢s puro estilo JJ Abrams: Con una explosi¨®n nuclear en 1954, en Los ?lamos, Nuevo M¨¦xico (como parte del tristemente c¨¦lebre experimento Manhattan), revelando ¨¦sta una estructura cristalina parecida a una prisi¨®n que encerraba a un ser de apariencia humana. La acci¨®n salta de repente a 1996, a un hotel de Calcuta en el que conocimos por primera vez a Lara Croft tras sus gafas de sol. Un ¡®gracioso¡¯ de nombre Larson Conway le presenta a Jacqueline Natla, CEO y duela de Natla Technologies, que le propone recuperar un artefacto perdido en alguna parte de las monta?as del Per¨², llamado Scion ¨Cpron¨²nciese /ski?.¨»n/. Despu¨¦s de una recordada CG en la que el personaje demuestra de lo que es capaz en una escaramuza contra varios lobos, Lara Croft entra en una monta?a, se quita las gafas y deja que seamos nosotros los que tomemos el control, comenzando la leyenda.

Con evidentes ecos a Indiana Jones, la p¨¢tina religiosa del h¨¦roe con nombre de perro inventado por George Lucas desaparec¨ªa en una historia que nos llevaba por todo el mundo, saltando de escenario en escenario a cual m¨¢s enrevesado. La primera fase, Cuevas, ya era s¨ªntoma del ambiente que se apoderar¨ªa de la serie para siempre, con un personaje al que movemos por entornos no desolados, pero s¨ª carentes casi de vida a excepci¨®n de los enemigos. Tomb Raider acierta de lleno creando una sensaci¨®n de soledad palpable, de angustia constante. Es la quietud, la opresiva quietud en el 80% de las localizaciones la que otorg¨® esa atm¨®sfera ¨²nica. Para un p¨²blico predominantemente acostumbrado a juegos de m¨²sica constante, ritmo acelerado y tantos elementos en pantalla, el recorrer una cueva que nadie ha explorado en 3.000 a?os sin que se mueva nada, solo las puertas, sin que oigamos m¨¢s que ecos y el jadeo de Lady Croft al realizar alguna acci¨®n f¨ªsica, el cambio fue realmente radical, como los primeros escenarios ¨CVilcabamba- nos mostraban.

(Aviso: Detalles de la trama en los dos siguientes p¨¢rrafos) Despu¨¦s de un inicio sin apenas datos, al recuperar la primera parte del Scion en La Tumba de Qualopec ¨Ctras ser testigos de una fase previa totalmente inesperada, el famoso Mundo Perdido que compon¨ªa el tercer nivel y que contiene uno de esos momentos particulares de la Historia del videojuego, Lara Vs un gigantesco T-Rex- es cuando el hilo argumental comienza a crecer, narr¨¢ndonos una historia de tintes fant¨¢sticos con civilizaciones milenarias y de leyenda. A partir de aqu¨ª, el enemigo queda claro, y el objetivo del juego establecido: Debemos recuperar otras dos partes del artefacto, llev¨¢ndonos la siguiente a Grecia, lugar que acoge La Locura de San Francisco, toda una obra maestra del dise?o vertical y la jugabilidad plataformera. Es en Grecia donde hallamos uno de los instantes visuales m¨¢s poderosos del juego: la visualizaci¨®n de un gigantesco coliseo romano que surge de la oscuridad ¨Cefecto creado tambi¨¦n por la limitaci¨®n del motor gr¨¢fico-, una imagen acompasada de un tema coral en rendici¨®n que sigue, casi 20 a?os despu¨¦s y a pesar del evidente envejecimiento gr¨¢fico, sobrecogiendo como nunca.

Vilcabamba

Tras sobrevivir a la avaricia de Midas ¨Cimpagable muerte provocada por nuestra propia morbosa curiosidad-, el tercer acto nos traslada a un entorno de arena y simbolog¨ªa egipcia, Khamoon, coronado por otra de esas visualizaciones ¨²nicas: Lara, al descifrar el secreto de Khamoon, sube a una enorme plataforma curvada por la que descendemos, y que resulta ser una esfinge a tama?o natural ¨Cbrillante ascensi¨®n que nos obliga a medir cada salto. Con el tercer pedazo de Scion, la trama se nos revela por completo, indic¨¢ndonos la incre¨ªble localizaci¨®n que abarcar¨¢ la ¨²ltima y m¨¢s fren¨¦tica etapa del juego. Dentro de la Atl¨¢ntida, visualizada con paredes latentes como si la ciudad entera estuviese viva, nos encontramos el instante jugable m¨¢s bizarro de todos los que ver¨ªamos en la quinta generaci¨®n, en forma de una Doppelganger ante la que es f¨¢cil gastar toda la munici¨®n de Uzi hasta darnos cuenta de lo que ten¨ªamos que hacer. Con un ritmo muy cinematogr¨¢fico en su momento, lo mejor de la historia del primer Tomb es basar su fuerza no en el concepto de epatarnos con un climax constante como ahora, sino en hacernos part¨ªcipes de ese sentimiento que se desprende al caminar, descubrir y tocar la Historia. Lent¨ªsimo para los c¨¢nones actuales, la narrativa nos obliga a aceptar sus reglas, sumergi¨¦ndonos en una aventura de exploraci¨®n en la que ¨¦sta s¨ª tiene importancia, y no est¨¢ disfrazada de falsa sensaci¨®n dentro de una linealidad marcada y constante. La historia perge?ada por Vicky Arnold, sigue siendo un ejemplo de c¨®mo jugar con los t¨®picos del g¨¦nero que Indiana Jones instaur¨®, pervertirlos y darle ese halo de misticismo mesi¨¢nico perfectamente v¨¢lido hoy en d¨ªa, como TR Anniversary se encarg¨® de demostrar al hacer los cambios justos para que la trama encajase con el reboot del personaje tras Legend.

Intentar definir un n¨²mero de horas es algo realmente complicado, ya que Tomb Raider es de esos juegos que a muchos nos llev¨® semanas e incluso meses terminar ¨Cde hecho provoc¨® el retraso en un disco de U2 porque Bono y cia se pasaron el d¨ªa jugando en vez de grabar, as¨ª como fue uno de los detonantes del primer divorcio de Angelina Jolie, demostrando que el Destino no est¨¢ exento de cierta iron¨ªa. Con un conocimiento de las fases, no estaremos m¨¢s de unos d¨ªas pegados al mando -en youtube se puede ver recorridos de usuarios que llegan al final en menos de 8 horas de forma cuasi perfecta, aunque obviando muchos elementos-, aunque si es la primera vez que encaramos esta aventura, y sobre todo para los que lo hac¨ªamos con la inocencia jugable de ese momento, la experiencia se dilatar¨¢ en el tiempo sin importar el n¨²mero de horas que se le eche, algo que la insana dificultad de los puzles y las plataformas extiende junto a la b¨²squeda de lugares de guardado y al sentimiento de perdernos literalmente en mitad de un nivel. Acostumbrados como estamos a que sea el juego el que guarde por nosotros, TR nos obliga a tener que salvar la partida solamente cuando encontremos un diamante azul flotante ¨Cpensad en el de Los Sims, pero de otro color y m¨¢s grande-, siendo adem¨¢s su localizaci¨®n demasiado dispersa y no tan a menudo como querr¨ªamos o m¨¢s bien como necesitar¨ªamos, sobre todo tras pasarnos una hora o dos encallados en un puzle o en una secci¨®n de plataformas particularmente complicada acompa?ada de combates, morir por una tonter¨ªa y tener que repetir toda la secci¨®n entera, que en casos como en la parte final del juego exige toneladas de paciencia. Aunque los usuarios de la versi¨®n PC ¨Cdisponible en plataformas como Steam- s¨ª que podr¨¢n salvar en el momento en que deseen. Uno de sus elementos m¨¢s criticables y que ciertamente corrigieron en la secuela.

La verdad es que a muchos os suena a cantinela de viejos gamers eso de que los juegos de ahora, los puzles y los retos a que nos someten, no son nada comparados con anta?o. Pero bastan 10 minutos con TR para los usuarios m¨¢s j¨®venes acostumbrado a Uncharteds o Assassin¡¯s Creeds se pregunten ¡°?D¨®nde est¨¢ el mapa? ?Por qu¨¦ no hay alg¨²n tipo de GPS que gu¨ªe al siguiente objetivo? ?Y las NPCs que me ayudan? ?Por qu¨¦ el personaje no se agarra solo a las plataformas? ?Y por qu¨¦ est¨¢n tan alejadas, que hay que calcular siempre al mil¨ªmetro el salto? ?Botiquines? ?Y la salud regenerativa y la munici¨®n pesada? ?Por qu¨¦ tenemos que buscar las armas como la escopeta y las UZI encima, no hay una tienda en la que comprarlas? El juego es  largo, ?no se han guardado nada para los DLC?¡± ?Historia solamente, y el Multijugador qu¨¦?¡±. Hablar de la dificultad de antes no es solamente elucubrar eso de ¡°Cualquier tiempo pasado fue mejor¡±, sino enunciar lo que es verdad. Como decimos, bastan 10 primeros minutos para morir por primera vez en TR, ya sea desnucando a Lara por no calcular bien el salto, por caer en las decenas de trampas como los falsos suelos o por ahogarnos nadando al calcular mal las distancias.

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Y ello no era provocado por una mala jugabilidad. Al contrario, TR puede presumir de ser uno de los referentes al estilo Prince of Persia o Flashback en cuanto a movilidad del personaje y animaciones. Bien es cierto que ahora mismo manejar a esta primeriza Lara es como controlar a un estoico androide de rob¨®ticos movimientos que corre siempre de la forma m¨¢s recta y erguida posible, que siempre apunta hacia arriba hasta que detecte un objetivo o que salta con el cuerpo extendido al m¨¢ximo, cost¨¢ndonos verdaderos horrores el girar con la cruceta ¨Cel DualShock y los sticks llegar¨ªan despu¨¦s. De hecho, es tan r¨ªgido el manejo, sobre todo al girar, que Core implant¨® en los gatillos pasos laterales y en C¨ªrculo la habilidad de girar en redondo para dejar a Lara mirando en la posici¨®n contraria, algo ideal en los tiroteos. Incluso entonces, momento en que se alab¨® hasta el exceso la variedad de acciones, la jugabilidad requer¨ªa hacerse con ella, implementado incluso la posibilidad de observar el escenario, aunque no rotando la c¨¢mara con el mismo grado de libertad de ahora, sino haciendo girar la cabeza de Lara. TR sigue siendo de esos t¨ªtulos que nos pide algo a cambio de hacernos disfrutar. Lo mejor es que, incluso 17 a?os despu¨¦s, el juego sigue siendo una verdadera prueba de fuego para aquellos que gusten de las plataformas.

En instantes como volver a lo alto de la citada Esfinge se nos obliga a escalar por un sendero de piedras en el que las superficies deslizantes se confunden con los lugares seguros, y todo cada vez m¨¢s lejos del suelo, por lo que o tocaba cargar de nuevo o lo ¡®mejor¡¯ que pod¨ªa pasarnos si ca¨ªamos era dar con un elemento del escenario deslizante y suavemente deslizarnos hasta el suelo, debiendo empezar el ascenso de nuevo. El movimiento m¨¢s apreciado, aquel que sigue sorprendiendo a ojos del que no lo conoce, es el famoso Salto de Angel, que requiere de combinar salto, el bot¨®n de andar y la cruceta, y que gustaba de usarse siempre en los lugares m¨¢s elevados del juego ¨C La Cisterna, El Obelisco de Khamoon- que tuvieran un tramo de agua en el que caer. Tambi¨¦n es posible, con la misma combinaci¨®n de botones, el subirse a una plataforma no aup¨¢ndose Lara con los brazos de forma normal, sino realizando una gimn¨¢stica volterera que, si bien no sirve para nada a nivel jugable, s¨ª que luce enormemente bien a nivel est¨¦tico.

Y junto a la exploraci¨®n y las plataformas hallamos otro componente en forma de combate, limitado a armas de fuego solamente. Pistolas por defecto, Pistolas mejoradas ¨CMagnum-, Escopeta ¨Cla m¨¢s ¨²til-  y Uzis ¨Clas favoritas de la mayor¨ªa- son todo el arsenal con el que contamos, siendo lo mejor de todo el hecho de que debemos descubrirlas por nuestra cuenta y de que encima todas excepto las pistolas de inicio cuentan con munici¨®n limitada. Estas apuntar¨¢n por defecto a un enemigo si las tenemos desenfundadas, lo que nos ayuda a tenerlo marcado en caso de que sea particularmente escurridizo. Seg¨²n la posici¨®n de Lara, dispararemos a una o dos manos en caso de equipar otra arma que no sea la escopeta. El ratio de enemigos es amplio aunque no especialmente numeroso en peleas, y va desde murci¨¦lagos hasta osos, gorilas, tigres, tiranosaurios, humanos ¨CPierre y Larson-, cocodrilos, momias, centauros e incluso gigantescas criaturas ¨Cinolvidable el Final Boss m¨¢s grande de todo el juego. Tanto algunos clips de munici¨®n como las armas eran considerados secretos del juego, siendo posible pasarse el juego con las pistolas normales aunque nada recomendable, ya que sin ni siquiera escopeta ¨Clas pistolas negras tampoco eran tan poderosas y las Uzis gastaban cargadores en un segundo- la dificultad alta de por s¨ª aumentaba. El poder saltar y darnos la vuelta con las armas desenfundadas otorga dinamismo al tiempo que movilidad para poder esquivar, coronada con un detalle redondo que sol¨ªamos usar al terminar las refriegas: Enfundar mientras salt¨¢bamos a un lado o hacia atr¨¢s.

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El ¨²ltimo elemento de la jugabilidad son los puzles. Pionero en usar dentro de un esquema 3D elementos como llaves ocultas, cajas, objetos e interruptores ¨Ctanto que durante mucho tiempo se hablaba de un juego diciendo ¡°con puzles a lo Tomb Raider¡±-, la creaci¨®n de Core Design llev¨® al borde del desquiciamiento a m¨¢s de uno colocando un interruptor clave en una pared para la que hab¨ªa que mover a lo mejor 4 bloques de piedra hasta llegar a ella, o una llave o un objeto para una puerta en el punto m¨¢s equidistante ¨CLa locura de San Francisco fue el remate. La amplitud del entorno visual en cada nivel as¨ª como el n¨²mero de estancias y los distintos niveles entre estas requiere de explorar hasta el m¨ªnimo rinc¨®n, procurando recordar la habitaci¨®n de la que venimos, hacia la que vamos, si hemos pasado antes por all¨ª o no. No contamos con un mapa que se despliega con Select, ni con GPS, ¨²nicamente nos podemos valer de nuestro sentido de la orientaci¨®n, clave en lugares como Khamoon, por lo que es normal, hasta usual, acabar dando vueltas por los mismos lugares hasta encontrar ese hueco en una pared que nos lleva a una estancia escondida con una mano de oro gigante, o con un Scion sobre un altar. Para poder entrenar todos estos elementos, saltos, exploraci¨®n, el estudio incluy¨® un tutorial en forma de paseo guiado por la mansi¨®n de Lady Croft, algo que a?adi¨® veracidad al personaje y que se convirti¨® en una se?a de identidad que se perdi¨® a partir de TR IV y que Legend recuper¨®. Un nivel que el propio Toby Gard recuerda que dise?¨® y desarroll¨® en un solo fin de semana.

 Visto ahora, est¨¢ claro que el primer TR es un desfile de texturas de baj¨ªsima resoluci¨®n, planas, y con una protagonista con senos en forma de tri¨¢ngulo que se convirti¨® en una de las an¨¦cdotas de entonces. Pero que su vintage, arcaico/desfasado aspecto t¨¦cnico no os eche para atr¨¢s, puesto que el juego sigue siendo un Triple A en cuanto a sucesi¨®n de escenarios en forma de ex¨®ticas tumbas, palacios, valles, monumentos, frescos, pinturas, jerogl¨ªficos y ciudades de civilizaciones antiguas capaz de superar en variedad visual y sorpresa constante a cualquiera de los de ahora, contando incluso con efectos de iluminaci¨®n como los rayos en la habitaci¨®n de Thor. Narrativamente tenemos escenas realizadas tanto con el motor del juego como CGs, estas ¨²ltimas a modo de recompensa tras obtener cada parte del Scion y que hac¨ªan avanzar la historia aparte de abrir/cerrar cada parte del juego. ?nicamente la ¨²ltima de todas se nos antoja demasiado breve, en un cierre algo brusco que hubiera requerido de mejores planos para el personaje y un cierre a la altura de todo el juego.

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Y, si a nivel visual el juego denota el tiempo pasado por ¨¦l, a nivel sonoro ha envejecido mucho mejor. Con escenas CG y con el motor del juego dobladas ¨Cal ingl¨¦s, Lara no habl¨® espa?ol hasta las siguientes entregas-, la maestr¨ªa de todo el juego estriba no tanto en lo que vemos como en lo que o¨ªmos, ya que la mayor¨ªa de las veces solamente escuchamos el retumbar de los pasos de Lara Croft y sus jadeos junto a efectos de sonido de bloques desliz¨¢ndose, objetos siendo colocados, gru?idos, gritos, los particulares tonos de cuando hallamos algo, un secreto o un objeto, o el sonido del agua en las fases de buceo. Aunque no se puede comparar a un dise?o de sonido actual ¨Clos sonidos enlatados de fogueo de las armas al disparar- su uso sigue siendo tan intachable como el otro elemento que defini¨® la atm¨®sfera: la Banda Sonora. Obra de Nathan McCree, y ayudado por Martin Iverson, el uso cinem¨¢tico que se le dio a la partitura tiene buena parte de culpa de la sensaci¨®n de exploraci¨®n y descubrimiento que el juego sigue exudando. Sonando solamente en instantes puntuales, siempre para remarcar acciones como descubrir un templo, una ciudad o para alertarnos de la presencia de enemigos, la ominosidad de su tema inicial, iniciado por un oboe y creciendo en orquestaci¨®n a la que se le a?aden coros pero nunca sin restallar, solamente acompasando, sigue siendo uno de los highlights de la m¨²sica de videojuegos, instaurando una nueva forma de usar una partitura en vez de limitarse a componer temas distintos para cada fase puestos en bucle cont¨ªnuo.