Strike Suit Zero

No es de extra?ar que el juego consiguiera la financiaci¨®n requerida sin muchos problemas, 174.000 d¨®lares de los 100.000 pedidos originalmente. Las cualidades m¨¢s superficiales del proyecto eran obvias en la presentaci¨®n y son igualmente evidentes cuando arrancamos el juego. Born Ready parece contar con un gran grupo de artistas y nuestras primeras incursiones en el juego nos muestran un gran gusto a la hora de crear escenarios espaciales cargados de detalle y espectacularidad. Los primeros compases del juego, en misiones cerca de la tierra, muestran ese gusto por el espacio m¨¢s recargado y lleno de detalle, mostrando en detalle la superficie de la Tierra repleta de grandes mega-estructuras capaces de distinguirse desde el espacio. Pero eso es s¨®lo el comienzo de lo que es, antes de nada, una gran experiencia audiovisual.

Pero antes de entrar en esa clase de detalle hay que centrarse en lo que es el propio juego. Strike Suit Zero es un t¨ªtulos de combate espacial por misiones a la vieja usanza, tal y como se promet¨ªa, a medio caballo entre lo que ser¨ªa un ¡°simulador¡± de vuelo y un juego de acci¨®n puro y duro, incluso con algo de esencia arcade. Los controles son bastante sencillos, admite pad pero francamente, no se recomienda. La mejor combinaci¨®n es la de teclado rat¨®n, permite una mayor agilidad para girar y moverse por el espacio ya que el juego utiliza una configuraci¨®n de control muy parecida a la que puede tener Freelancer. Con el rat¨®n cambiamos suavemente la orientaci¨®n de la nave en 360?, ofreci¨¦ndonos una gran libertad de movimiento y, lo que es m¨¢s importante, una buena velocidad para hacerlo. Mediante los botones W y S podremos acelerar y frenar, mientras que acelerar pulsando may¨²sculas nos permitir¨¢ activar una aceleraci¨®n extra pero limitada a unos segundos. A y D nos permitir¨¢n rotar la propia nave, lo que har¨¢ que nuestros giros sean m¨¢s r¨¢pidos -por eso lo de poner ¡°simulador¡± entre comillas, ese es un t¨ªtulo que se usa por convenci¨®n pero esta clase de juegos no se concentran precisamente en ofrecer una experiencia de vuelo espacial ¡°realista¡±-.

Con las bases del movimiento asentadas, usaremos el bot¨®n izquierdo del rat¨®n para disparar con la ametralladora de energ¨ªa y el derecho para fijar misiles, que tenemos de forma limitada. Podremos usar R y F para ir seleccionando objetivos y cambiando, mientras que la tecla del control izquierdo nos permite descargar una onda EMP, que ser¨¢ perfecta para burlar un misil pisandonos los talones. Control f¨¢cil, sencillo, ¨¢gil y r¨¢pido, lo que demanda esta clase de juegos. Pero Strike Suit Zero tiene una particularidad, que adem¨¢s es la que da nombre al juego: poder transformar nuestra nave espacial en un mecha de combate, el llamado Strike Suit. En esta condici¨®n, perderemos velocidad y agilidad, seremos un blanco mucho m¨¢s f¨¢cil para el enemigo, pero a cambio obtendremos un enorme poder destructor, podremos lanzar grandes oleadas de misiles capaces de arrasar docenas de naves, al m¨¢s puro estilo Macross -pero sin canciones-. Esta capacidad es m¨¢s que bienvenida ya que en numerosas ocasiones estaremos absolutamente abrumados por la cantidad de enemigos que tenemos en pantalla, desde decenas y decenas de peque?os cazas hasta naves de diferente tama?o e incluso naves capitales.

La historia es bastante irrelevante, aunque est¨¢ bien presentada gracias a las escenas intermedias. Tendremos varios personajes que nos acompa?ar¨¢n en nuestros combates y con los que nos comunicaremos constantemente, pero en general no hay ninguna personalidad que llame la atenci¨®n mientras que el trabajo de los actores de doblaje es bastante flojo y falto de emoci¨®n. La historia es un topicazo sobre sobre las colonias de la tierra declar¨¢ndose en rebeld¨ªa y atacando la tierra usando tecnolog¨ªa alien¨ªgena desconocida, la misma por otra parte cuyas se?ales permiti¨® a los humanos desarrollar las t¨¦cnicas para el viaje espacial. El gui¨®n no es precisamente el punto fuerte de Born Ready y es una pena que no haya m¨¢s originalidad y personalidad dada la m¨¢s que adecuada presentaci¨®n.

Sobre la historia, se podr¨ªa argumentar que no es tan importante para un juego que es fundamentalmente de acci¨®n, pero eso ser¨ªa un error. Analizando la rica historia de los juegos de acci¨®n espacial, nos encontramos con nombres de renombre como el mismo Wing Commander que consegu¨ªan atraparnos con sus argumentos y personajes, sin ning¨²n artificio ni ambici¨®n m¨¢s all¨¢ de contar buenas historias con las que adornar y dar sentido a nuestras misiones espaciales. El problema de Strike Suit Zero es que adem¨¢s de no tener ese factor a su favor, tampoco cuenta con un gran dise?o o imaginaci¨®n a la hora de plantear sus misiones, que se suelen limitar a ¡°elimina-todo-lo-que-veas-en-pantalla¡± y ¡°protege-a--la-nave-grande¡±. Las misiones de escolta son particularmente cargantes ya que son las que m¨¢s evidencian el pobre trabajo realizado con la IA aliada del jugador, que se muestra lac¨®nica y con una pobre capacidad de tomar decisiones razonables, dejando que sea el jugador el que tiene que lidiar con el enorme ej¨¦rcito rival. las misiones de asalto no ofrecen tanto problema al respecto porque generalmente dependen de la habilidad del jugador, pero en las de escolta nos encontraremos muchas veces frustrados ante nuestra incapacidad por cubrir la incompetencia de nuestros aliados.

Strike Suit Zero es un t¨ªtulo que puede resultar bastante frustrante. Los desarrolladores afirmaban que buscaban esa idea de que fuera un juego dif¨ªcil, pero algunos de los m¨¦todos utilizados son cuestionables. Es divertido tener un juego en el que nos enfrentamos a un ej¨¦rcito que nos supera ampliamente en n¨²mero, especialmente porque nuestro Strike Suit tiene potencia de fuego para dar y tomar, pero no es tan divertido tener que repetir media hora de misi¨®n porque nuestros aliados no entiendan el concepto de defender una nave clave en la batalla. El no poder guardar en cualquier parte y tener checkpoints tan espaciados ser¨¢ un objetivo de frustraci¨®n muchas veces, haciendo artificialmente largo un juego que no tiene realmente mucho contenido -con habilidad y algo de suerte, puede ser completado en 4 horas, pero la mayor¨ªa de jugadores tardar¨¢n unas horas m¨¢s con los reinicios-. Aqu¨ª hay margen de mejora y por ello esto tiene que ser tenido en cuenta por los que pierden pronto la paciencia. Tampoco es un t¨ªtulo muy rejugable, no tiene multijugador y completar las misiones con mejor puntuaci¨®n s¨®lo tiene recompensas en forma de nuevo equipamiento que tampoco marca grandes diferencias en batalla. La mayor motivaci¨®n es quiz¨¢s repetir para asegurarse de conseguir el mejor final, ya que seg¨²n cumplas o no ciertos objetivos secundarios, las consecuencias se ir¨¢n notando en toda la partida hasta el final, que puede cambiar seg¨²n tus acciones y decisiones durante la campa?a. Si la historia hubiera sido m¨¢s potente, este buen detalle hubiera tenido m¨¢s peso.

Pero merece la pena pasar por estas frustraciones para disfrutar del espect¨¢culo audiovisual que nos brinda Strike Suit Zero. Para los amantes de la acci¨®n espacial, es una aut¨¦ntica maravilla vernos rodeados de gigantescas naves rivales, o meternos de lleno en una batalla contra oleadas y oleadas de enemigos, con sus est¨¦ticas estelas dibujando el espacio de colores que explotan ante los fuegos pirtot¨¦cnicos de las explosiones o de nuestros propios disparos -los momentos con el Strike Suit son especialmente fant¨¢sticos-. Los dise?os de las naves son muy buenos, empezando por la nuestra y su transformaci¨®n- que ha sido creada por Junji Okubo, conocido artista que ha creado mechas y naves para Appleseed: Ex Machina, Infinite Space o Steel Battalion, entre otros trabajos-. El trabajo con los distintos escenarios es tambi¨¦n espectacular, con fondos vibrantes llenos de detalles que complementan la explosiva acci¨®n. Las sensaciones mejoran m¨¢s todav¨ªa gracias la magn¨ªfica banda sonora, en la que inmediatamente reconocemos la mano de Paul Ruskay, el compositor de Homeworld.