Paper Mario: Sticker Star

Paper Mario se present¨® en sociedad hace ya muchos a?os durante la ¨¦poca de Nintendo 64. El juego, ya en manos de la compa?¨ªa Intelligent Systems de Nintendo, se cre¨® como una especie de secuela espiritual de Super Mario RPG, un juego de rol que apareci¨® en Super Nintendo y que los jugadores europeos no pudimos disfrutar por desgracia. El mundo de papel daba un toque muy particular a la visi¨®n del universo de Mario, y la obra para Nintendo 64 cuaj¨®. Posteriormente saldr¨ªa La Puerta Milenaria para Gamecube, una secuela directa ahora s¨ª de Paper Mario de nuevo con la particularidad visual del papel. La ¨²ltima iteraci¨®n hasta el momento era Super Paper Mario de Wii, una propuesta recibida con los brazos abiertos por su acabado general.

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La obra que nos ocupa es la primera que salta a una consola port¨¢til dentro de la subsaga Paper Mario. Y la compa?¨ªa desarrolladora no ha querido simplemente trabajar en un t¨ªtulo que se base en traspasar lo visto en plataformas sobremesa a formato port¨¢til. De ah¨ª que el sistema de las pegatinas tenga una fuerza y una presencia importante en el desarrollo del nuevo t¨ªtulo de Nintendo. El universo sigue siendo de papel y el toque humor¨ªstico sigue estando presente ¨Cincluso con m¨¢s elementos destacables- pero la mec¨¢nica de juego ofrece multitud de cambios gracias a un sistema de pegatinas que afecta en la exploraci¨®n, los puzles y los combates que libremos.

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Bajo esta premisa nos encontraremos con personajes marca de la casa dentro de la factor¨ªa Nintendo. Desde el propio Bowser a otros personajes como sus hijos y secuaces m¨¢s conocidos y la fauna cl¨¢sica de la serie: goombas, koopas, shy guys, plantas pira?as, etc. Uno de los elementos m¨¢s interesantes de este Sticker Star es precisamente el rol que adoptan enemigos habitualmente secundarios. Nos encontraremos con goombas charlatanes que nos hablar¨¢n y exigir¨¢n m¨¢s protagonismo del que han tenido siempre. Lo mismo con koopas. Otros ofrecen un toque divertido, como los Shy guys vestidos de mariachis que nos encontraremos en uno de los mundos del juego.

El humor es uno de los elementos que determinan el desarrollo de la partida en Paper Mario: Sticker Star. El argumento no tiene demasiados elementos destacables m¨¢s all¨¢ de los comentados y el camino hasta hacernos con dichas pegatinas reales, pero son los di¨¢logos entre personajes, las actitudes que adoptan y las relaciones entre ellos lo que le hace ameno y divertido nuestro avance. Goombas que nos insultan de maneras variopintas y acaban escapando atemorizados, koopas que se organizan como si fueran el equipo de Starfox para atacarnos, toads con mucha personalidad y contrastes que nos sacar¨¢n m¨¢s de una sonrisa. Hay de todo en este sentido, y se hace con acierto: los di¨¢logos y los textos son simp¨¢ticos y divertidos.

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La idea principal del juego es recolectar todo tipo de pegatinas para poder usarlas en combate posteriormente. Los niveles en los que se dividen los mundos de Sticker Star tienen un formato plataformero y tridimensional, pudi¨¦ndonos mover con libertad por el escenario marcado saltando plataformas y buscando objetos. Estos mundos tienen enemigos que si nos ven intentar¨¢n darnos. Y al tocarnos pasaremos a un sistema de combates por turnos. Destacar que si atacamos a los enemigos de manera proactiva (saltando encima o d¨¢ndole con la maza antes de que nos toque ¨¦l) empezaremos con ventaja el combate. Sea como fuera, en este momento tiramos de nuestro ¨¢lbum donde vamos recolectando las pegatinas que encontramos en las paredes, escondidos en el suelo, que nos dan enemigos, en bloques, etc. Las pegatinas se encuentran en la pantalla inferior, que sirve de men¨² para ver las que tenemos y seleccionarlas para usarlas posteriormente en la parte superior.

Cada pegatina es un tipo de ataque con el que infligiremos un da?o concreto a nuestro rival. Se ataca por turnos pasivos ¨Ccuando nos toca podemos pensar tranquilamente qu¨¦ hacer- y se puede dinamizar el combate pulsando el bot¨®n de acci¨®n en el momento justo para alargar el ataque o ganar extras. Por ejemplo: si cogemos el salto en la cabeza y pulsamos A en el momento justo de impactar, saltaremos diversas veces encima del enemigo sac¨¢ndole m¨¢s puntos de da?o y ganando monedas. Lo mismo con martillos, si pulsamos en los momentos justos daremos m¨¢s da?o.

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Las monedas son el otro gran elemento de intercambio de Paper Mario. Con ellas podemos comprar pegatinas en la ciudad principal del juego, pagar sobornos a enemigos para salvar a compa?eros nuestros ¨Csi no queremos combatir- o gastarlo en ¡°tiros especiales¡± en combate, que nos permite ampliar nuestro turno haciendo dos o tres movimientos de pegatinas seguidos. Nos ser¨¢ de gran utilidad sobre todo cuando el enemigo sea de entidad. El quid de la cuesti¨®n del juego es precisamente saber combinar las pegatinas con acierto, ya que cada una tiene sus particularidades y podemos echar en falta alg¨²n ataque concreto cuando vamos avanzando.

El salto encima del enemigo no nos va bien cuando el enemigo se pliega poni¨¦ndose de forma punzante, el martillo falla contra enemigos que vuelan alto, algunos martillos o saltos son demasiado d¨¦biles para ciertos enemigos, las flores y las tortugas nos pueden servir para golpear a m¨¢s de un enemigo a la vez, el Pow dar¨¢ la vuelta a los que tienen protecciones de pinchos encima.. y as¨ª con hasta casi cien pegatinas de ataque distintas con sus propias particularidades (si brillan, tienen mejores cualidades de combate por ejemplo). Nuestro af¨¢n de recolecci¨®n y b¨²squeda de pegatinas ser¨¢ constante despu¨¦s de los combates en los que gastemos pegatinas. Mientras que a veces deberemos desechar algunas porque no tenemos m¨¢s espacio en nuestro ¨¢lbum para guardarlas.

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El mundo de Sticker Star no se termina con las pegatinas. Durante nuestro avance encontraremos un elemento vital como son las ¡°cosas¡±, se trata de objetos que podremos convertir en pegatinas especiales para momentos claves del juego. Por ejemplo, una puerta barrada por las aspas de un molino deberemos abrirla con un ventilador puesto estrat¨¦gicamente en el mapa mediante el modo paperizaci¨®n. Se trata de una acci¨®n en la que nos salimos del mundo en el que estamos y lo vislumbramos de forma isom¨¦trica. Desde esta perspectiva podemos enganchar o desenganchar pegatinas especiales en puntos concretos  para avanzar, para descubrir nuevas zonas del nivel o simplemente hacernos con tesoros de lo m¨¢s variados. Usar esta perspectiva en zonas que parecen no tener salida o tienen elementos extra?os es una constante y da un punto de vista que lo puede cambiar todo.

La paperizaci¨®n es clave en unos niveles llenos de secretos y caminos repletos de puzles. No se trata de avanzar de manera lineal saltando alguna plataforma y matando enemigos en combates por turnos. Paper Mario: Sticker Star ofrece puzles de diversa ¨ªndole para poder avanzar como los que hemos comentado. Otros nos obligan a buscar caminos alternativos destruyendo paredes falsas, poniendo pegatinas en lugares concretos para poder avanzar por un lugar obstaculizado, volviendo atr¨¢s en un nivel para luego avanzar con mejores herramientas¡­ es una de las virtudes del juego, el dise?o de niveles y los puzles sencillos pero entretenidos que encontramos en cada fase.

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Destacar tambi¨¦n que la formula de juego de Sticker Star se aleja bastante de los juegos de rol japon¨¦s occidentales. S¨ª, tenemos combates por turnos y hay estad¨ªsticas como la vida que vamos quitando a los enemigo o estados que podemos sufrir por alteraciones (dormir, fallar, etc.) de otros enemigos, pero todo es bastante m¨¢s simple que esto. A Mario no le suben las estad¨ªsticas ni elementos a medida que luchamos. No hay experiencia que ganar en los combates que se nos van presentando a lo largo de nuestro avance. Lo que hay son recompensas en forma de alguna pegatina o monedas que posteriormente invertimos en combate. Esto que suena a simplificaci¨®n es uno de los contratiempos de la obra de Intelligent System.

Nos encontramos con muchos combates que nos ser¨¢n innecesarios, tanto por el desarrollo como por la presencia de los propios. Cuando llevemos unas cuantas horas la verdad es que tener que enfrentarnos a seg¨²n qu¨¦ enemigos ser¨¢ m¨¢s un escollo molesto para terminar la fase que un desaf¨ªo propiamente dicho. No ganamos experiencia (subiremos puntos de vida encontrando objetos que nos sirven para este menester), no tenemos una gran recompensa. Solo es un obst¨¢culo m¨¢s que adem¨¢s se puede hacer algo aburrido de superar cuando llevemos decenas y decenas de combates a nuestras espaldas y usemos una y otra vez las pegatinas para ciertos enemigos. En este sentido la falta de recompensa en los combates ¨Cmuy presentes aunque intentemos esquivarlos- juega en su contra.

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Este elemento y la confusi¨®n que nos llevar¨¢ el uso de algunas de las pegatinas objeto que iremos recogiendo, obligando a tener que repetir enfrentamientos con enemigos como jefes finales no por ser inferiores sino por desconocimiento (ensayo-error) frenan un poco el desarrollo de la partida de Paper Mario: Sticker Star y ofrece algo de altibajos. Hay puzles geniales, jefes espectaculares y un uso de las pegatinas generalmente satisfactorio. Pero a la larga se le echa en falta algo m¨¢s de profundidad y contundencia a la f¨®rmula jugable. Sobre todo en combates.

La exploraci¨®n y la recolecci¨®n de pegatinas es una constante no solo para el desarrollo de la partida, sino tambi¨¦n para la vertiente coleccionista de los usuarios. A medida que avancemos conseguiremos novedades como un museo de la pegatina donde podremos recolectar todas las pegatinas que hemos ido usando a lo largo de nuestra partida. Poder recolectar las 96 pegatinas y las 64 pegatinas de cosas ser¨¢ otro de nuestros objetivos a lo largo de una campa?a larga para completar. No nos extra?e movernos en unas  veinte horas de juego a poco que intentemos profundizar con cada uno de los niveles que nos vayamos encontrando por delante en los mundos que visitaremos.

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A nivel t¨¦cnico es un t¨ªtulo que funciona perfectamente, de manera fluida y con una aplicaci¨®n de las 3D muy destacada. Puede parecer contradictorio que un juego en el que los personajes son planos completamente se pueda ofrecer una profundidad de visi¨®n notable, pero es que es as¨ª. La primera vez que entremos en el museo tendremos sensaci¨®n de inmensidad. Ver como caen enemigos a primeros planos es otro punto atractivo. La banda sonora funciona bien en t¨¦rminos generales, aunque no cuente con un compendio de melod¨ªas de primer nivel. Algunas acompa?an perfectamente y otras tienen un toque m¨¢s brillante, pero en general se raya un buen nivel. El juego llega traducido al castellano con una localizaci¨®n digna de menci¨®n, ya que se hace con tono desenfadado y humor¨ªstico perfectamente adaptado a nuestra lengua.

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