Call of Duty: Black Ops II, Versi¨®n PC

Instalar un nuevo Call of Duty genera las mismas sensaciones que ir a ver una nueva adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de nuestro libro favorito. Sabemos por la gente que est¨¢ detr¨¢s de la producci¨®n, Activision y Treyarch,  que no estaremos ante una adaptaci¨®n perpetrada ¡°a lo Uwe Boll¡±, pero ya no esperamos que nada nos sorprenda. Los actores y los escenarios son los de siempre y simplemente nos limitamos a ver qu¨¦ tal lo han hecho esta vez. 

El n¨²mero de veces que podemos ir a ver adaptaci¨®n tras adaptaci¨®n a¨²n est¨¢ por descubrir, vistas las ¡°taquillas¡± que est¨¢ haciendo la nueva entrega; 500 millones de d¨®lares en las primeras 24 horas. Pero dejemos a un lado cualquier intento de analizar la f¨®rmula del ¨¦xito de la franquicia y los l¨ªmites en los que los jugadores muestren fatiga a la hora de comprar a?o tras a?o pr¨¢cticamente lo mismo. Tampoco vamos a centrarnos en el an¨¢lisis del propio juego, algo que ya hemos hecho extensamente tanto por escrito como en videoan¨¢lisis, centrados en la versi¨®n en consola. Vamos a centrarnos de forma exclusiva en la versi¨®n de este CoD: Black Ops 2 que Activision ofrece para PC.

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Hay una circunstancia tan obvia como inevitable a la hora de ubicar este lanzamiento en una plataforma como el PC y es el cada vez mayor abismo tecnol¨®gico que existe entre esta plataforma y la actual generaci¨®n de consolas, cuyo hardware va ya para ocho a?os. Ese matiz, el de la tecnolog¨ªa y sus posibilidades, es el que marca la necesidad de una valoraci¨®n independiente para PC de este superventas. Desde la perspectiva de las consolas, el trabajo de Treyarch en el aspecto t¨¦cnico es incluso loable, dado que est¨¢n exprimiendo al m¨¢ximo una tecnolog¨ªa agotada sobre la que hay que saber trabajar de forma muy inteligente para disimular las carencia. Pero nos venimos a los compatibles y ah¨ª es donde aparece el quid de la cuesti¨®n. ?Ha dedicado el t¨¢ndem Activision/Treyarch semejante esfuerzo en la versi¨®n de PC? Podr¨ªamos ir un poco m¨¢s lejos¡­ ?Han dedicado el m¨¢s m¨ªnimo esfuerzo a esta versi¨®n? La respuesta es no.

Las cifras que mueven las consolas han convertido al PC la plataforma que va a su cola. Esta situaci¨®n nos llena las estanter¨ªas de ¡°ports¡±, sencillas conversiones a PC de productos dise?ados y dirigidos a consola, muchos de ellos tan vagos que bien podr¨ªan hab¨¦rselos ahorrado. Pero en esta ocasi¨®n estamos hablando de Call of Duty, una franquicia que ha pasado holgadamente los 100 millones de copias vendidas y que ahora mismo mantiene m¨¢s de 40 millones de jugadores en la Red. Sobre estas circunstancias cabe preguntarse si los compradores de PC merecen una mejor atenci¨®n y si Activision est¨¢ en condiciones de darla, a lo que la respuesta es definitivamente s¨ª. Otra cosa es si la desarrolladora necesita hacerlo; y ah¨ª la respuesta es no, y lo constatamos con sus cifras de ventas y su traducci¨®n a millones de d¨®lares de beneficio, que es de lo que trata todo esto. Esa es una realidad indiscutible, pero hay que ser muy osado para posicionarse as¨ª y nadar contra corriente arriesg¨¢ndose a que lo m¨¢s ligero que te contesten es que ¡°tantos millones de jugadores no pueden estar equivocados¡±. No obstante, las carencias de esta versi¨®n son tan evidentes que cuesta tragar saliva al ver c¨®mo se la sigue valorando con los mismos criterios con los que se hac¨ªa hace ocho a?os.

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De estas carencias, la m¨¢s evidente est¨¢ en el apartado gr¨¢fico; no porque sea malo, sino porque es el de un juego de hace ocho a?os. No hace falta darle muchas m¨¢s vueltas. Efectivamente las consolas han alcanzado su c¨¦nit y todo el mundo es condescendiente con la falta de avances a la espera  de la consabida ¡°next gen¡±. Mientras, en PC, nos encontramos jugando secuencias con una carga poligonal baj¨ªsima, unos texturados impropios hasta para un juego de segunda y la carencia absoluta de los numerosos efectos f¨ªsicos o visuales que durante la ¨²ltima d¨¦cada vienen acercando al videojuego a una experiencia cada vez m¨¢s fiel a la realidad. Podemos ser tambi¨¦n condescendientes al ver el modelado de los personajes, con ese pelo de paja,  o c¨®mo Treyarch se ha atrevido a hacer caballos¡­ pero decepciona ver c¨®mo continuamente estamos disparando exactamente al mismo modelado de enemigo, c¨®mo el escenario, carente absolutamente de cualquier efecto tanto visual como f¨ªsico que lo haga cre¨ªble, salvo los trucos de la vieja escuela de siempre, estalla sin volumen dejando toscas nubes de humo en 2D¡­ y mientras el ¡°framerate¡± de nuestro PC se dispara a los 200 FPS, absolutamente sobrado.

Existen soluciones que podr¨ªan mitigar, y mucho, esta decepci¨®n gr¨¢fica. En un proyecto de esta envergadura se podr¨ªa haber dotado a la versi¨®n de PC de un ¡°pack¡± de texturas en alta resoluci¨®n y un nuevo modelado, con m¨¢s pol¨ªgonos, para personajes y veh¨ªculos. No hablamos del modelado del escenario, ni de la aplicaci¨®n de herramientas como los ¡°shader¡± que doten de algo de realismo a luces y part¨ªculas. S¨®lo un simple pack de texturas mejorar¨ªan enormemente la sensaci¨®n en juego. Pero no. Adaptaci¨®n m¨¢s sencilla incluso ser¨ªa la de ajustar la superficie de impacto en los enemigos, enorme, optimizada para el apuntado con pad y que convierte en excesivamente sencillo hacer blanco con un rat¨®n, haciendo a¨²n m¨¢s simple  una campa?a muy poco exigente ya de por s¨ª. Visto esto, ni nos plantear¨ªamos pedir una mejora en la Inteligencia Artificial de enemigos y aliados, que lejos de estar a la altura de un t¨ªtulo de esta proyecci¨®n, es francamente mala.

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Esta falta de atenci¨®n a la IA mantiene la degeneraci¨®n de este t¨ªtulo hacia una carrera con mayor o menor dedicaci¨®n al tiro al blanco en la que el ¨²nico aliciente es ver el siguiente ¡°script¡± o qu¨¦ tipo de acci¨®n podremos llevar a cabo; desde controlar a un microbot, disparar un RPG a lomos de un caballo o planear cual ardilla voladora. Pero, insistimos, se pierde el sentido de reto al jugador que ha de representar un juego de estas caracter¨ªsticas. La carencia de IA se suma a la detecci¨®n de sucesos sobre un escenario ¡°pasillero¡± y supeditado completamente a activar el siguiente ¡°script¡±, y al ¡°respawning¡± continuo de los enemigos y aliados en los mismos sitios, sin opci¨®n alguna de acci¨®n que no sea la que nos han preparado. Todo ello reafirma la idea de que CoD se va apartando cada vez m¨¢s de ser un juego, para convertirse en un espect¨¢culo visual con una participaci¨®n menor del jugador. Sobre esa mec¨¢nica, en el nivel de dificultad m¨¢s bajo es perfectamente posible superar las misiones sin dar un solo tiro, corriendo adelante y ocult¨¢ndose de vez en cuando para ¡°regenerar¡± la salud. Si aumentamos la dificultad la ¨²nica diferencia radicar¨¢ en el da?o que nos hacen los disparos y, por tanto, en el tiempo que deberemos permanecer ocultos para recuperarnos.

Un ejemplo claro de c¨®mo se sacrifica la jugabilidad por el puro espect¨¢culo es aquella misi¨®n donde nuestro protagonista pilota un caza de combate entre los rascacielos de una ciudad. Se trata de una experiencia de juego decepcionante, con el control del aparato farragoso e ineficaz, con nuestro caza rebotando de rascacielos en rascacielos como si fuera de goma, pero es que ¡°mola¡± tanto que podamos pilotar tambi¨¦n un caza¡­ Este sacrificio del juego a cambio de espect¨¢culo resulta especialmente sangrante en el PC ya que, como hemos dicho, tampoco se obtiene espect¨¢culo alguno a la altura de lo exigible.

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Hasta este momento la recomendaci¨®n del Black Ops II para usuarios de PC es francamente discutible, pero es porque a¨²n no hemos entrado en la que, para la mayor¨ªa de los jugadores, es la raz¨®n de la existencia de toda esta saga; el multijugador. En este ¨¢mbito el punto de vista cambia, dado que no es lo mismo valorar un producto que consumiremos en las seis horas que dura su campa?a, a otro que nos va a ofrecer decenas de horas de diversi¨®n en la Red. El multijugador de CoD se mantiene como el m¨¢s r¨¢pido e intenso, dejando muy atr¨¢s a cualquier otro competidor reciente, como Medal of Honor o Borderlands, y que en PC cuenta con la fuerte rivalidad que representa Battlefield, aunque con una mec¨¢nica muy diferente.

Si hasta el momento venimos jugando en la Red con CoD, la compra de Black Ops II resulta obligada, tanto por el aporte de mapas, armas y modos de juego, como por la l¨®gica migraci¨®n del resto de jugadores hacia ellos. El salto en posibilidades que ofrecen los ¡°drones¡± y armamento de 2025, podr¨ªa ser suficiente para la mayor¨ªa de sus seguidores. Pero a eso hay que sumar que los nuevos mapas suponen un notable avance respecto a anteriores entregas, representando escenarios equilibrados y muy ¡°inteligentes¡± a los que se ha tratado con la importancia debida. En este aspecto Activision es m¨¢s que consciente de que la fuerza de su franquicia cada vez depende m¨¢s de la comunidad online. No por ello los usuarios de PC dejaremos de reclamar ese salto t¨¦cnico y visual, quiz¨¢ menos importante en el multijugador, con la mente y¨¦ndose cada dos por tres hacia Battlefield 3 con sus 64 jugadores y las maravillas del Frostbite 2.0 de DICE.

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Por ¨²ltimo, un peque?o a?adido que se prob¨® con ¨¦xito en el anterior Black Ops y que lleg¨® para quedarse; la campa?a zombie. Esta especie de ¡°spin off¡± de la saga cobra importancia en esta entrega, ofreciendo nuevos modos de juego realmente entretenidos, sobre todo compartiendo partida con otros jugadores. Este a?adido suma inter¨¦s a una oferta cada vez m¨¢s agotada y compensa de alg¨²n modo la carencia total de cualquier otra innovaci¨®n. Eso s¨ª, si hemos criticado duramente la calidad t¨¦cnica de la campa?a de Black Ops II, ni vamos a entrar a valorar la de este modo, ya que es notoriamente peor.