SimCity, Impresiones Gamescom

Maxisburg, ciudad modesta

Antes de ponernos manos a la obra, una breve presentaci¨®n en v¨ªdeo pone sobre el tapete una novedad que se desvela por primera vez en la ciudad b¨¢vara: la estructura social que Simcity ofrece a trav¨¦s de la cooperaci¨®n de jugadores de cualquier parte del mundo. Se denomina Simcity Worlds, y con ella se pone rumbo hacia una nueva generaci¨®n dentro de los simuladores de ciudades. B¨¢sicamente, la premisa unifica todas las regiones que se crean dentro del simulador, de tal manera que sea posible no s¨®lo compartir recursos o pedir ayuda cuando la situaci¨®n as¨ª lo requiera, sino tambi¨¦n establecer determinados valores universales que permiten la proliferaci¨®n de una sociedad aut¨¦nticamente virtual. Maxis busca que Simcity se asemeje al mundo real en tanto que todas las acciones que se realizan dentro de la ciudad repercuten en la siguiente. De esta forma se invita al jugador a crear una ciudad menos global y m¨¢s espec¨ªfica. A la hora de ilustrar la teor¨ªa, Haber se refiere a la proliferaci¨®n de una urbe con grandes recursos de petr¨®leo:¡°Puede que nos interese crear una ciudad que tenga exceso de petr¨®leo, por ejemplo, y dedicarnos a explotar este recurso mientras pagamos a otra para que nos ofrezca otra clase de bienes y servicios¡±.

Parece que el propio Haber est¨¢ m¨¢s interesado en la demostraci¨®n que en el v¨ªdeo que ocupa gran parte del tiempo destinado a esta cita, como bien hace presagiar su comentario sobre la importancia del nuevo motor gr¨¢fico (Glassbox Engine), en el que deja entrever que el n¨²cleo del t¨ªtulo se encuentra en el comportamiento de la sociedad y de los ciudadanos ante la forma en la que cada usuario dibuja su ciudad sobre el plano de Simcity. Para abrir boca y evitar malas pasadas, la demo comienza con un breve tutorial a trav¨¦s del cual aprendemos los fundamentos de la mec¨¢nica. Sorprende la similitud de este cap¨ªtulo con anteriores versiones pese a las novedades que pronto comienzan a desfilar en pantalla. En esta ocasi¨®n la ciudad es 'exclusiva', es decir, no forma parte de una regi¨®n ni podemos interactuar con urbes vecinas. Maxisburg apenas cuenta con 10.000 habitantes pero, pese a ello, un gran n¨²mero de ciudadanos protesta en la plaza del Ayuntamiento por los problemas derivados de la 'incomunicaci¨®n'. Nuestro primer paso como Alcade pasa por crear una carretera que unifique la autopista con la ciudad.

A partir de aqu¨ª, el tutorial nos invita a probar una a una las cl¨¢sicas tareas que Simcity viene ofreciendo desde hace unos a?os, solo que esta vez renovadas gracias al efecto 'simulador' del Glassbox Engine. Este motor gr¨¢fico hace de cada ciudadano un ente exclusivo e independiente de los dem¨¢s, mejora sustancialmente la red de influencias de una planta de energ¨ªa o del abastecimiento de agua y permite calibrar con mayor precisi¨®n la densidad del pueblo seg¨²n capas, como entendemos que sucede en el mundo real. Uno de los primeros requisitos a cumplimentar es la activaci¨®n de una planta energ¨¦tica que permanece apagada. Al hacer click sobre ella, una serie de l¨ªneas con distintas tonalidades ilustran la zona de influencias de la central, enorme en las cercan¨ªas, t¨¦nue a medida que la distancia se incrementa. Lo mismo sucede con el agua, la planta de recogida de basura, los bomberos o la polic¨ªa, las estructuras b¨¢sicas que tenemos ocasi¨®n de situar a lo largo de la urbe durante el cuarto de hora que dura la demostraci¨®n.

El tama?o de Maxisburg no supera al de un pueblo peque?o de las median¨ªas espa?olas: no obstante, requiere de cuantiosos medios para subsistir. Las dimensiones de la ciudad permiten apreciar con facilidad los problemas m¨¢s comunes: un incendio en el que los bomberos se pelean contra el fuego, comentarios de los ciudadanos al respecto (¡°?Qu¨¦ bomberos m¨¢s calientes! Por el fuego, claro...¡±), ingresos cayendo o aumentando en funci¨®n de los requisitos de la ciudad... Las primeras acciones que podemos realizar libremente nos obligan a echar un vistazo a las estad¨ªsticas para saber qu¨¦ necesita Maxisburg. En la parte inferior de la pantalla aparece una barra de funciones desde la que tenemos acceso a las funciones principales de construcci¨®n. Como viene siendo tradici¨®n en la serie, existen tres clases de parcelas a construir: residenciales, comerciales e industriales. El balance entre las tres sigue siendo imprescindible, dado que tener mucha densidad de poblaci¨®n sin comercio nos lleva a la ruina, o que mucha industria sin poblaci¨®n lleva a la extinci¨®n de la ¨²ltima. Esto nos lleva a plantearnos las dificultades a las que llevar¨¢ la especializaci¨®n de la que se hablaba en la p¨¢gina anterior con la mirada puesta en Simcity Worlds, aunque de momento no tenemos respuesta.

Haber insiste en que la demostraci¨®n se encuentra en una temprana fase pre-alpha, por lo que tampoco se debe tratar meticulosamente el funcionamiento per se de la ciudad. El productor nos invita a centrarnos en los puntos m¨¢s novedosos a los que tenemos acceso, como a la creaci¨®n de carreteras curvadas por primera vez en la historia de la franquicia. Aunque su funcionamiento no es excelente, el productor subraya la importancia que este hecho tiene a nivel estructural, por no hablar de las posibilidades que ofrecer¨¢ a los que se interesen por crear urbes con dise?os extra?os. Uno de los miembros del equipo de producci¨®n cre¨® una ciudad, como se comenta durante el evento, con forma de guitarra. Haber se muestra convencido de que esta faceta motivar¨¢ a los jugadores a crear ciudades no s¨®lo m¨¢s realistas, sino a jugar con contenido que antes era tab¨² en el legado de Simcity. Raz¨®n no le falta: desde una rotonda hasta una v¨ªa de escape para agilizar el tr¨¢fico, las curvas son imprescindibles para potenciar la sensaci¨®n de realismo durante la partida.

El sentido del humor, imperecedero.

Se conoce que Maxis es una de las compa?¨ªas con mejor sentido del humor de la industria, adem¨¢s de contar con ciertos rasgos que se identifican r¨¢pidamente con su forma de trabajar. Este Simcity no pierde la sonrisa en ning¨²n momento, como bien demuestra la lluvia de meteoritos con la que se termina la demostraci¨®n, en un bello despliegue gr¨¢fico que lleva al traste todo el trabajo vertido durante estos minutos de partida. Haber afirma que los desastres naturales volver¨¢n a hacer acto de presencia en el contenido del t¨ªtulo, aunque no ha desvelado m¨¢s informaci¨®n al respecto. Habr¨¢ que ver si finalmente se consigue un justo balance de tragedias y si existen maneras de impedir que un tsunami arrase con nuestra ciudad a las primeras de cambio. Est¨¦ticamente sobra decir que esta edici¨®n de Simcity es la que luce mejor aspecto, tanto por el comportamiento de los ciudadanos, que se puede observar a primera vista, como por el dise?o de edificios, carreteras y del paisaje que nos rodea. Aunque tampoco existe confirmaci¨®n oficial al respecto, es de prever que contaremos con distintos entornos visuales, m¨¢s all¨¢ de la cl¨¢sica zona boscosa y de las opciones de contar con m¨¢s o menos zonas de agua a nuestro alrededor.

A medida que transcurre la partida aparecen nuevas misiones a cumplimentar en forma de bocadillo. Aqu¨ª, un consejero nos indica qu¨¦ problema registra un punto exacto de la ciudad y qu¨¦ debemos hacer para solucionarlo. La presencia de ayudantes es bastante sutil y mucho m¨¢s seria que en entregas anteriores. Es importante tener en cuenta que Maxis ha querido equilibrar el nivel de dificultad para que tanto nuevos jugadores como eruditos en la materia puedan pasar un buen rato frente al ordenador sin perder los nervios en el proceso. Adem¨¢s, es posible incluir nuevos m¨®dulos a edificios ya existentes, con todo lo que ello conlleva. El tiempo que dura la demostraci¨®n es suficiente para afirmar que la esencia de Simcity sigue ah¨ª, pero no para despejar las inc¨®gnitas que surgen tras probar detenidamente los aspectos que caracterizan a un simulador. Por suerte s¨ª se confirma que las melod¨ªas seguir¨¢n las tendencias de anteriores cap¨ªtulos, en otro de los rasgos peculiares de la franquicia.