Las bestias de God of War

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La mitolog¨ªa griega. Por m¨¢s siglos que pasen, es imposible borrar su enorme capacidad evocadora de bestias colosales, luchas de poder divino y dioses jugando con sus creaciones humanas para divertirse un poco. Cintas como Jason y los Argonautas, Simbad o Furia de Titanes (la original para los m¨¢s veteranos, las actuales para la nueva generaci¨®n gamer junto con Immortals y dem¨¢s) contribuyeron a dar vida a arp¨ªas, gorgonas, c¨ªclopes y medusas en el imaginario colectivo. Algo a lo que el sector de los videojuegos contribuy¨® inmortalizando a estos y dem¨¢s enemigos en t¨ªtulos como Altered Beast o Rygar. Pero, sin duda, el juego que m¨¢s vivo ha mantenido ese fuego griego virtual, ese esp¨ªritu de bestias surgidas del hogar de Hades o de las profundidades del T¨¢rtaro, ha sido God of War. La saga de Sony Santa Monica retom¨® mitos, historias, personajes, leyendas y narraciones de la Grecia y Esparta cl¨¢sicas, refundi¨¦ndolos, rehaci¨¦ndolos, d¨¢ndoles la vuelta y adapt¨¢ndolos al propio universo del guerrero espartano Kratos y su ¨¦pica y a la vez torturada cruzada en pos de la venganza m¨¢s primigenia.

Como en todo buen juego de acci¨®n que se precie, el apartado de enemigos que hemos combatido desde God of War: El Fantasma de Esparta hasta God of War III ha sido rico y variado. Variado no solo en aspecto y mero cambio de color entre las oleadas de antagonistas, sino en patrones de comportamiento, formas de combatirlo y dificultad. Junto a Kratos hemos reventado desde dentro al mism¨ªsimo Coloso de Rodas; arrancado las entra?as de la Hidra; o cercenado la serpentesca cabeza de la Medusa. Hemos vencido al Le¨®n del Pireo, limpiado los cielos de demonios imp¨ªos a lomos de Pegaso, y vencido a un dios de la guerra para el que adjetivo 'colosal' se queda corto. Pero, si cre¨ªais que al bestiaro de la saga exclusiva de Sony se le hab¨ªan agotado un poco las ideas, podr¨¦is comprobar que no observando algunas de las criaturas que combatiremos en Ascensi¨®n, la nueva aventura en la que regresaremos al germen, al nacimiento mismo de la locura sanguinaria que se ha traducido en siete t¨ªtulos -dos para PlayStation 2, dos para PSP, dos para PS3, uno para m¨®viles- en que no han faltado enemigos a la altura (literalmente) del, a pesar de su relativa juventud, ic¨®nico protagonista. Y es que, como reza ese famoso proverbio err¨®neamente atribuido a Euripides: "Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco".

Hidra
Un mar Egeo en plena furia tormentosa fue el lugar donde por primera vez manejamos a Kratos. Y nuestro primer combate importante y primera secuencia Quicktime Event fue con esa Hidra que se colaba en la bodega del barco en el que est¨¢bamos. La brutalidad del juego se puso de manifiesto desde su mism¨ªsimo inicio, viendo c¨®mo nuestras espadas doblegaban a semejante criatura. Pero este no era el final de la insistente bestia, ya que el rey Hidra tambi¨¦n nos aguardaba para darnos muerte con sus m¨²ltiples cabezas en forma de primer Final Boss. La violent¨ªsima ejecuci¨®n -dos palabras, violent¨ªsima y ejecuci¨®n, imprescindibles para el vocabulario visual de la saga- se coronaba no solo empalando en m¨¢stiles las mand¨ªbulas del pobre animal, sino que el capit¨¢n que nos llamaba desde las fauces de la bestia comprob¨® qui¨¦n era de verdad -al igual que nosotros- el espartano que control¨¢bamos cuando este, en vez de salvarle, se limita a quitarle la llave y dejarlo a su suerte. Mas no fue esta la ¨²nica vez que el mar y Poseid¨®n nos escupieron sus peores engendros. En God of War II, solamente hace falta visionar la cabeza y tent¨¢culos del gigantesco Kraken -dando un salto mitol¨®gico hasta Escandinavia, Finlandia y las leyendas del Norte de Europa- para que m¨¢s de un usuario agarrara con fuerza el Dualshock 2 ante lo que se le ven¨ªa encima. Gracias a las alas de ?caro (y a un cad¨¢ver), semejante criatura pasa de ser un Final Boss temible a servirnos de puente tras ser empalado por la boca y la garganta por un puente extensible que nosotros mismos activamos.

En el Fantasma de Esparta, la aterradora Escila se convirti¨® en uno de los enemigos m¨¢s recordados de PSP. Invocada por Poseid¨®n para guardar la entrada de la Atl¨¢ntida, y debiendo hacer frente adem¨¢s a sus cr¨ªas, los ar¨¢cnidos y numerosos Frutos de Escila, el engendro marino se defend¨ªa con tent¨¢culos con garfios y dedos al estilo de pinzas adem¨¢s de dos brazos, y una cabeza de seis ojos que recuerda a las Quimeras de Resistance. Tras usarla para llegar al Volc¨¢n de Metana cuando ella misma nos arroj¨® al agua, la Escila encuentra su final con el tornillo de Arqu¨ªmedes enroscado en su cabeza. Pero si hay una criatura marina cuyo combate alcanza un tono de ¨¦pica, esa es contra el Hipocampo de Poseid¨®n en GoW III, en el que la gargantuesca mano de Gaia es el escenario de la lucha, llegando a cotas en la que esta dobla la mano de dolor, ocasionando que tengamos que combatir colgando de esta. Poseid¨®n busca venganza, desafi¨¢ndonos montado en un enorme hipocampo de seis cabezas que no le vale de nada, pues acabaremos arranc¨¢ndolo de su armadura marina, revent¨¢ndole los ojos y rompi¨¦ndole el cuello. La brutal ejecuci¨®n contrasta con su cadaver cayendo al mar, y un tsunami que hace elevar el nivel de los oc¨¦anos. Una muerte y un eco posterior a la altura de un Dios del Olimpo.

Minotauro
Cuerpo de hombre. Cabeza de toro. El 'Toro de Minos' encontr¨® su final en la mitolog¨ªa a cargo del h¨¦roe Teseo, que se adentr¨® en el laberinto que serv¨ªa de prisi¨®n al engendro. Pero virtualmente, fue un espartano el que le arranc¨® los cuernos -de forma gr¨¢fica adem¨¢s y sin ahorrase hemoglobina- a este y centenares de cong¨¦neres m¨¢s en todos los juegos de la saga. Hasta cinco tipos distintos del toro de Minos aparecen en el primer GoW: desde minotauros soldado y otra versi¨®n de estos equipada con un enorme martillo, hasta los minotauros guerrero y torturados, a los que conocemos por vez primera en el Templo de Pandora. El Inframundo de la parte final nos reserva a los llameantes Minotauros del Hades. Pero antes ten¨ªamos que derrotar al Guardi¨¢n de Pandora, minotauro de armadura completa que se convert¨ªa en uno de los Final Bosses m¨¢s resistentes y dif¨ªciles de todo el juego. En las entregas posteriores, algunos de estos enemigos comunes regresaron junto a nuevos tipos, como los minotauros de ?lite de GoW III o los Tit¨¢n de GoW II, siendo com¨²n el derrotarlos clav¨¢ndoles las hojas de Atenea en el cielo de la boca o empal¨¢ndolos por el cuello.

C¨ªclope
Gigantes de un solo ojo -que tampoco les duraba mucho en la cuenca una vez Kratos se interpon¨ªa en su camino-, la raza de los hijos de Gaia y Urano se ha labrado un hueco propio en el bestiario particular de la serie, sobre todo por la violencia de sus golpes y la crudeza de su muerte. Desde los c¨ªclopes Salvajes y los Dementes, estos ¨²ltimos que pod¨ªamos controlar adem¨¢s en GoW III subi¨¦ndonos a su espalda, hasta los c¨ªclopes ejecutores y su pesada bola de pinchos con cadena, los seres de un solo ojo han aparecido en forma de enemigos Blindados con armadura, adaptados a medios tan hostiles como el desierto, o incluso en forma de cad¨¢ver -dolorosa su entrada en escena, rasgando una herida abierta en el hombro del tit¨¢n Cronos. Si en algo han coincidido, siempre ha sido en forma sangrienta de morir: con espadas clavadas en su ojo, o directamente con este arrancado de cuajo. En Ascensi¨®n, el m¨¢s famoso de todos los c¨ªclopes aparecer¨¢ en el novedoso modo multijugador: Polifemo, hijo de Poseid¨®n.

En el mapa multiplayer del desierto de God of War: Ascensi¨®n, Polifemo, sujeto dolorosamente con cadenas que atraviesan no solo la piel, sino directamente los huesos de su brazos, ser¨¢ a la vez el premio para cada grupo de guerreros y su principal rival. Porque no solamente tendremos que preocuparnos por derrotar a nuestros enemigos humanos a ras de suelo en el mapa, sino que adem¨¢s Polifemo siempre buscar¨¢ la forma de que lleguemos al T¨¢rtaro por la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida posible aplast¨¢ndonos con sus enormes manos. Pero la lucha no terminar¨¢ una vez que hayamos derrotado al otro bando, sino que ahora tendremos que pasar cadenas sobre la cabeza del c¨ªclope para atarlo en firme, aguardando que los Dioses nos cedan la lanza del Olimpo, la ¨²nica arma capaz de aniquilarlo, para que uno de nosotros tenga el honor de atravesarlo con ella y arrancarle el ojo, ganando as¨ª la contienda.

Ares, Dios de la Guerra
Absolutamente lo opuesto a su hermanastra Atenea, que prefer¨ªa la raz¨®n y la sabidur¨ªa para comandar una guerra, y no la fuerza bruta, la amenaza y el terror como ¨¦l mismo ansiaba, Ares decidi¨® invadir Atenas para mostrar a los dioses del Olimpo su fuerza. Y estos delegaron en Kratos la misi¨®n de matar nada menos que a un dios, el Dios de la Guerra, algo solo posible con la Caja de Pandora, oculta en su propio Templo. Lo que sigue a esto es, sencillamente, uno de los tramos finales m¨¢s intensos de la pasada generaci¨®n, con asesinatos, revelaciones y un cara a cara final entre un Kratos -que se supon¨ªa fallecido- que enfrentaba al gigantesco dios de la guerra contra el? gigantesco espartano, en un mano a mano de colosos, literalmente. El final del duelo refleja a un Kratos a punto de alcanzar la divinidad mientras sujeta la espada en alto para rematar a Ares. Despu¨¦s de que este le cuente el verdadero motivo de su venganza, aquello que lo corroe y lo tortura por dentro, Kratos termina ejemplificando al guerrero perfecto, a la maquina que el mismo Ares cre¨®, matando a su dios, a su divinidad, sin remordimiento alguno. El Dios de la Guerra ha muerto. ?Larga vida al nuevo Dios de la Guerra!

Gorgona
Sacerdotisa de Atenea violada en su propio templo por Poseid¨®n seg¨²n el mito de Ovidio, y condenada por la diosa que adoraba de la forma m¨¢s injusta posible -Atenea la condena a ella, la v¨ªctima y no al Dios por ser hombre, se?alando el h¨¦roe Perseo en el mismo texto de Ovidio que el castigo encima es justo y merecido-, Medusa se convirti¨® en reina de las Gorgonas, con un cabello de serpientes y una mirada que convert¨ªa en piedra a todo cuanto ve¨ªa. La gorgona Com¨²n aparece por primera vez en el debut de la serie en PS2. Como parte de la armada del temible Ares, estas avanzan atacando Atenas. Kratos, una vez las debilita, las mata estamp¨¢ndolas contra el suelo y arrancandoles la cabeza. En GoW: Ghost of Sparta y GoW III, cercenarles la cabeza redunda en convertir en piedra a los enemigos que est¨¦n en un radio cercano. Las gorgonas Asesinas del Templo de Pandora o el Pantano de los Olvidados son m¨¢s peligrosas que las Comunes, siendo realmente r¨¢pidas en sus movimientos. Pero m¨¢s rapidas y fuertes todav¨ªa que estas son las Reina, especie que sal¨ªan en el Templo de Pers¨¦fone de Chains of Olympus o en GoW II, atac¨¢ndonos aparte de con la mirada con orbes que nos persiguen y nos petrifican si nos tocan.

La Serpiente Gorgona nos daba m¨¢s de un 'abrazo' en GoW III, enrosc¨¢ndose en Kratos, el cual rasgaba su cuerpo con las espadas y las jalaba de las serpientes del pelo hasta decapitarlas. Motivos de pol¨¦mica desde su aparici¨®n -todas han mostrado siempre los pechos desnudos, algo censurable para las mentes m¨¢s conservadoras-, la primigenia Medusa se convert¨ªa en nuestro objetivo por orden directa de Afrodita, cuya muerte nos conced¨ªa el poder de su mirada para convertir en piedra a nuestros enemigos. Su hermana Eur¨ªale buscaba venganza en GoW II, siendo su segmento un instante muy recordado a tenor del templo que visit¨¢bamos, caminando entre guerreros y criaturas petrificadas y escuchando los gritos de Eur¨ªale en la lejan¨ªa, un instante de tensi¨®n realmente logrado y que nos recompensaba con la cabeza de Eur¨ªale, poder para convertir a los enemigos en piedra similar al de Medusa.

Arp¨ªa
De nuevo objetivo de las mentes conservadoras por mostrar pechos femeninos desnudos en sus cuerpos, las arp¨ªas son uno de los enemigos m¨¢s numerosos en God of War y m¨¢s cl¨¢sicos de la Grecia mitol¨®gica. Atacando siempre en bandadas, la saga nos las ha mostrado de distintas formas, us¨¢ndolas incluso como medio de transporte. De los primeros enemigos que conoc¨ªamos en God of War -estaban en la primera fase-, la arp¨ªa com¨²n, con su forma similar al enemigo Man-Bat de Batman, nos ense?aron la mec¨¢nica com¨²n de vencerlas: O bien destrozarlas a espadazos o, cuando sobrevolaban cerca del suelo, saltarlas y cogerlas para estamparlas sobre el suelo, mantenerlas quietas con el pie y arrancarle con gusto las alas de un tir¨®n. Las arp¨ªas Infantes y su variante m¨¢s poderosa, las Infante Maldita, m¨¢s parecidas a cuervos, nos hac¨ªan el recorrido imposible en el Templo de Helios, de Persefone, en la Isla de la Creaci¨®n o en el abismo del T¨¢rtaro.

Tras intentar que cay¨¦semos hacia tierra, la forma de ejecutarlos era saltar sobre ellos y romperles el cuello. Pero no eran los ¨²nicos enemigos a¨¦reos de GoW II, ya que tambi¨¦n ten¨ªamos que enfrentarnos a los grifos, seres mezcla de ¨¢guila y le¨®n rapid¨ªsimos que adem¨¢s transportaban soldados enemigos. La sutil manera de quit¨¢rnoslos a ambos -jinete y montura- de encima era saltar a su lomo, matar al soldado o tirarlo a su suerte, y cercenarles las alas a los grifos. La contienda se recrudec¨ªa contra el Grifo Oscuro y su jinete, el cual hac¨ªa caer al pobre Pegaso, aunque encontraba su justa muerte cuando Kratos, tras aferrarse al enemigo, utiliza la Lanza del Destino para empalarlo, cortrale un ala al grifo oscuro y dejar que este se desplomase a la Isla de la Creaci¨®n. Curiosamente, m¨¢s adelante hall¨¢bamos el cad¨¢ver del grifo, extray¨¦ndole la lanza. Las Ninfas voladoras y su vertiende del Hades tambi¨¦n nos persegu¨ªan en Gow II, aunque encontrando una aplastante muerte bajo el pie de nuestro personaje. Pero el sumun a¨¦reo de la secuela lleg¨® con la criatura a¨¦rea m¨¢s recordada de todas: el Ave F¨¦nix, siendo el momento en que ten¨ªamos que domarlo un instante ¨²nico a nivel de fuerza visual.

Sirena
Otro de los enemigos m¨¢s recordados de la trilog¨ªa de sobremesa, esto se deb¨ªa a que no aparec¨ªan a menudo como los soldados o las arp¨ªas, sino en momentos puntuales, lo que les otorgaba un aire ¨²nico. En el primer GoW, su brillante presentaci¨®n fue en el desierto de las Almas Perdidas en forma de tres enemigos cuya derrota abrir¨ªa las Ruinas del desierto y el camino hacia el tit¨¢n Cronos. Tras seguir su particular canto hall¨¢bamos a la primera, cuya velocidad de movimiento y ataque sorprend¨ªan. La sorpresa ven¨ªa en que despu¨¦s de derrotarla, las dos sirenas posteriores aparecen custodiadas por dos minotauros cada una, complicando la pelea. La brutalidad de su muerte, rompi¨¦ndoles la espalda, contrasta con la po¨¦tica imagen de su alma liberada ascendiendo. Sus hom¨®nimas de GoW II, las sirenas Viuda, solamente aparec¨ªan en tres instantes de todo el juego, siendo m¨¢s grandes y usando m¨¢s ataques. Al quebrarles el espinazo, estas irradian una onda de choque que da?aba a cualquier enemigo cercano, algo que se tornaba esencial para avanzar o en el climax de la secuela contra el mism¨ªsimo Zeus. La continuaci¨®n, GoW III, nos presentaba a las sirenas Seductoras, de ataques r¨¢pidos que nos aturden y encima drenan la barra de magia. La capacidad de volverse transl¨²cidas las hac¨ªa m¨¢s escurridizas, aunque la cabeza de Helios -cuya obtenci¨®n es uno de los momentos jugables m¨¢s violentos y viscerales de la historia del videojuego- nos ayudaba a hacerlas corp¨®reas de nuevo, lo que aprovech¨¢bamos para tirarlas al suelo e irnos a por su columna vertebral como era habitual.

S¨¢tiros
Compa?eros de juerga de los libertinos Pan y Dionisio, los s¨¢tiros -patas y cuernos de cabra, torso de hombre-, los S¨¢tiros en su vertiente m¨¢s com¨²n eran los enemigos en los Acantilados de la Locura, los cuales terminaban con su enorme lanza de doble hoja incrustada entre las paredes de su est¨®mago. El Templo de Helios nos enfrentaba a s¨¢tiros con dos armas Sai en las manos que atacaban con rapidez, aunque no con la suficiente, acabando con su garganta abierta por nuestra espada; y a otros m¨¢s resistentes que nos tiraban una especie de explosivos que ten¨ªamos que esquivar. La constancia en el ataque de todas las especies de s¨¢tiro es uno de los elemento de estos enemigos, que tambi¨¦n aparecen en forma de s¨¢tiro e Hades o del Campe¨®n S¨¢tiro, la forma m¨¢s peligrosa de todos que combat¨ªamos en GoW II. En GoW Ascensi¨®n, estos regresar¨¢n en forma de Luchador y Capit¨¢n, estando el primero armado con una lanza que puede ser arrojada. El arrancarles la cabeza sujet¨¢ndolos por los cuernos ser¨¢ la forma de ejecuci¨®n habitual (en GoW III los empal¨¢bamos con su propia lanza). Los Capitanes, en cambio, se presentan como una versi¨®n m¨¢s poderosa de los Luchadores, portando una armadura pesada y una enorme espada que seguro nos complica la tarea en m¨¢s de una ocasi¨®n.

Cerbero
Uno de los iconos por excelencia de la mitolog¨ªa griega no pod¨ªa faltar en God of War. El guardi¨¢n de la entrada al Hades ha aparecido en distintas y peligrosas formas en la serie de los sistemas Sony. El Criador de Cerbero, visto en GoW I y II, aparece en su forma primigenia de perro de tres cabezas, lanzando bolas de fuego y otros enemigos como Semillas de Cerbero, peque?os perritos de una sola cabeza que, en caso de no matarlos con rapidez, evolucionar¨¢n ante nuestros ojos en criaturas de tres cabezas. En GoW II adem¨¢s nos pele¨¢bamos con el Cerbero Mole, cuya soberbia presentaci¨®n lo muestra devorando a Jas¨®n, jefe de los Argonautas. Tras una pelea dif¨ªcil, la forma de recuperar el m¨ªtico vellocino de oro que el can se ha tragado por la cabeza central, es rompiendo la mand¨ªbula de esta, arrancando el vellocino de sus tripas, mat¨¢ndolo en el acto.

Los Cerberos brillaron en GoW III, present¨¢ndose en forma de criaturas provenientes del Hades -valga la redundancia- de flam¨ªgero aspecto que ve¨ªamos al marchar hacia el Palacio de Hades; o bien en forma de Mestizo, la encarnaci¨®n m¨¢s debil del juego a la que incluso podemos montar y controlar para aplastar y quemar al resto de enemigos. El cachorro de Cerbero de Hades solamente aparecen en tramos del Inframundo, atacando en manadas numerosas debido a su peque?o tama?o, algo que incrementa con mucho la escasa fuerza que atacando por s¨ª solos destilan. Pero sin duda, la especie m¨¢s poderosa es el Criador de Cerberos del Hades, el cual no solamente es mayor que el resto, sino que adem¨¢s dispara tres bolas de fuego a la vez, genera cachorros de Hades que nos atacan en forma de perros explosivos, y encima convoca s¨¢tiros cuando su salud empieza a disminuir. A pesar de que no es un enemigo excesivamente grande, sin duda que es dif¨ªcil de aniquilar.

Coloso de Rodas
Si seg¨²n Cecil B. de Mille toda pel¨ªcula debe comenzar con un terremoto y subir a partir de ah¨ª en intensidad, God of War II comenz¨® con un cataclismo gargantuesco en forma de batalla contra el ic¨®nico Coloso de Rodas, en uno de los considerados mejores niveles de introducci¨®n. Tras empezar a destruir la ciudad de Rodas bajo la forma de gigante, Zeus le quita a Kratos parte de su poder divino, dando vida a la gigantesca estatua de bronce que guard¨® el puerto de Rodas durante 56 a?os. En una batalla que se extiende por todo el primer nivel, el espartano atraviesa la ciudad -magistrales los instantes de relativa calma interrumpidos por el coloso que intenta cazarnos, rompiendo las paredes con sus manos-, peleando adem¨¢s contra soldados y buscando la Espada del Olimpo para derrotar a la estatua. Luego de desgarrarle el chirriante metal de los brazos, y de esquivar las ondas de energ¨ªa divina que este proyecta, Kratos trepa hacia el interior del coloso, usando la Espada del Olimpo para derrotarlo, aunque sufriendo despu¨¦s la traici¨®n de Zeus.

Junto a este coloso, los enemigos cuyo cuerpo no es de carne tambi¨¦n tienen su lugar en la saga. As¨ª tenemos a los Aut¨®matas, antagonistas vistos en Ghost of Sparta controlados por Lanaeus que son b¨¢sicamente seres de construcci¨®n mec¨¢nica, y que guardan la Atl¨¢ntida y las tierras de alrededor. Debido a su fuerte armadura, solamente la perdici¨®n de Thera es capaz de da?ar a aqu¨¦l al que Kratos se enfrente. Y, aunque su original mitol¨®gico s¨ª estaba hecho de bronce, los Talos de Piedra de GoW III hacen honor a su nombre, siendo criaturas de piedra m¨¢s grande que el hombre? creadas por los dioses con un solo fin: destruir a nuestro espartano. Fuerte, pero al mismo tiempo muy lento, su poderoso martillo puede volverse en su contra en combate con Kratos, el cual lo usar¨¢ para destrozar al Talos en el suelo. La versi¨®n de Bronce, m¨¢s parecida al coloso de Rodas, tiene la particularidad de ir aumentando su temperatura conforme va recibiendo golpes, pasando por un espectro crom¨¢tico antes de ir cay¨¦ndose a pedazos, siendo ajusticiados de la misma manera.? En GoW: Acensi¨®n pelearemos adem¨¢s con un nuevo tipo de Talos proveniente del Hades, equipados con una armadura, casco y un enorme martillo envuelto en fuego.

Y hablando de Ascensi¨®n, aparte del gigantesco Polifemo, protagonista de uno de los mapas del modo multijugador,? esta nueva entrega en la saga contar¨¢ con todo un ej¨¦rcito de nuevas criaturas que intentar¨¢n detener nuestra furia espartana a cada paso que demos. Parece que los habituales Minotauros no regresar¨¢n esta vez, aunque en su lugar combatiremos con los nuevos Elefantauros, seres h¨ªbridos de inteligencia superior a los minotauros, dotados de una trompa reforzada con cuchillas y que portan un enorme mazo rematado conos colmillos de sus semejantes ca¨ªdos en combate. Seg¨²n lo visto en las demos del juego, el elefantaurus puede perder su arma durante la contienda, lo que le lleva a atacarnos con sus manos. En Ascensi¨®n combatiremos tambi¨¦n contra la Manticora, engendro con foma de le¨®n y alas de murci¨¦lago que no tendr¨¢ muy buenas intenciones para con nosotros; y el Caribdis, criatura marina llena de tent¨¢culos que nos har¨¢ la vida imposiblle en la isla de Delos.? A todos estos les sumamos tambi¨¦n Las Furias, aquellas encargadas de sentenciar a Kratos a una prisi¨®n para Titanes por el horrible y execrable crimen que marc¨® el inicio de su tortura interior y su deseo de venganza por encima de todo y todos, ya fuesen titanes, no-muertos o dioses del Olimpo.

Basilisco
Demostraci¨®n de lo que era capaz de PSP con un equipo que supiera aprovechas sus cualidades, el primer Jefe Final de Chains of Olympus ya nos dejaba bien claro que la ¨¦pica port¨¢til no ten¨ªa nada que envidiar a la de sobremesa. El Basilisco nos sorprend¨ªa atravesando una puerta y devorando a un c¨ªclope al que combat¨ªamos. Tras practicar los distintos combos con su cabeza, Kratos le tiraba encima un pilar, ceg¨¢ndolo de un ojo. Pero lejos de dejarlo hui, la persecuci¨®n se extend¨ªa por todas las calles de ?tica hasta darle caza en el puente de salida, cuyos pilares deb¨ªamos derrumbar sobre la cabeza de la criatura para as¨ª poder saltar sobre esta y romperle la mand¨ªbula de cuajo. Enemigos m¨¢s peque?os, pero no por ello menos peligrosos, los encontr¨¢bamos en el mismo t¨ªtulo con las Banshee, las cuales contaban con un aspecto y habilidades mezcla de gorgona y sirena de anteriores entregas. Movi¨¦ndose con enorme rapidez y agilidad, su poderoso grito era capar de aturdirnos por unos instantes si no ¨¦ramos lo suficientemente r¨¢pidos para cortarle la cabeza una vez la tir¨¢bamos al suelo.

Leon de Pireo
Kratos tuvo que hacer frente al sanguinario Le¨®n de Pireo en Ghost of Sparta mientras segu¨ªa la b¨²squeda de su hermano Deimos. Rugidos que aturden, pisotones contra el suelo y ataques r¨¢pidos eran algunos de sus movimientos, as¨ª como el de arrojarnos al suelo y empezar a mordernos. Similar a sus ataques, la ferocidad a la hora de terminar con la bestia una vez la hemos debilitado pasar por tirarla al suelo, caer sobre su abdomen y cortar a la bestia en dos, desparramando todos sus intestinos al suelo. Todo un gustazo de movimiento que se recrudecer¨ªa en GoW III con los Centauros, mitad hombre mitad caballo, y que debutaban en la saga dentro del Templo de Pandora, con el fin ¨²nico de morir a nuestras manos para que su sangre apaciguara a Hades de formas tan poco sutiles como cortarles las patas delanteras Tras el Laberinto de Hades, los centauros no volvieron a aparecer hasta GoW III. Vestidos con armaduras, portanto lanzas y dirigiendo y comandando a centinelas para atacarnos, los Generales Centauro solamente salen en tres ocasiones en todo el juego, consiguiendo uno de los ajusticiamientos m¨¢s viscerales del juego: tras reducirlo clav¨¢ndole las espadas dobles en el pecho, Kratos lo apu?ala en el est¨®mago, y literalmente lo abre a lo largo con el cuchillo, haciendo que de nuevo veamos intestinos y dem¨¢s ¨®rganos desparramarse perfectamente gracias a la Alta Definici¨®n.

Geri¨®n
Nieto de Medusa, la figura de este temible gigante inspir¨® a los Geriones, enemigos en Ghost of Sparta que custodian la (abarrotada) Atl¨¢ntida. Dotados con dos pares de brazos que sujetan pesadas esferas lanza-rayos, los considerados como los enemigos m¨¢s fuertes de todo el juego pueden atacar con un rel¨¢mpago, teletransportarse directamente a donde estamos para pegarnos con la esfera, y encima son capaces de generar un campo de fuerza y golpear con el brazo cargado de electricidad. Y para temibles tambi¨¦n los Diablos de Hades, cad¨¢veres de no-muertos en llamas de aspecto femenino de GoW II que portan armadura, espada y pueden lanzar bolas de fuego hacia nuestro personaje. Pululando por las Ruinas de los Olvidados y dem¨¢s lugares de la Isla de Creaci¨®n, lo cierto es que una vez debilitadas, Kratos no tiene problemas en tirarlas al suelo, soltarles una andanada de pu?etazos y empalarlas meti¨¦ndoles el cuchillo en la cara.

Hoplita
El primer¨ªsimo enemigo de toda la saga, los Hoplitas no-muertos ca¨ªan bajo el poder espartano mientras disfrut¨¢bamos de ese juego, el primer GoW, que nos permit¨ªa romperlos en dos mitades tras agarrarlos nada m¨¢s comenzar la partida. El enemigo m¨¢s com¨²n de la serie ha aparecido tambi¨¦n en formas variadas, como el Arquero Hoplita, similares a los normales aunque con un arco en vez de dos espadas, tacando desde la distancia en plan francotirador. Pero las profundidades del T¨¢rtaro nos revelan a m¨¢s miembros, como son los Blindado, id¨¦nticos a los Soldado, solo que con un escudo de bronce que debemos destrozar antes de irnos a por su espinazo. La Guardia Hoplita tambi¨¦n muestra un escudo contra el que solamente la Plaga de Thera sirve. Pero es en Ghost of Sparta en donde combatimos la especie m¨¢s salvaje, los Vigias Hoplita, equipados con armaduras rojas y cimitarras y capaces de atacarnos con tanta rapidez y fuerza que apenas podemos esquivarlos o bloquearlos.

"Dedicatio nam godson fera periculum...Kratos"
Desde no-muertos a bestias colosales; desde m¨¢quinas imbuidas de poder divino a leales sirvientes del inframundo, la saga God of War no ha hecho m¨¢s que expandir su bestiario de enemigos a trav¨¦s de las distintas entregas que han ido apareciendo. Nuevas criaturas y engendros han salpicado con su sangre y sus intestinos las pantallas de usuarios alrededor del mundo. Viejos conocidos se han juntado con aberraciones pesadillescas que no conoc¨ªamos, paridas de mentes creativas que seguro que los crearon mientras Kratos les sosten¨ªa una hoja del Caos en el cuello. Nos hemos dejado bastantes por mencionar, como los Tritones, los Legionarios, la amplia caterva de Espectros, los Juggernaut, las Quimeras... Todos ellos merecedores de estar aqu¨ª. ?Qu¨¦ nos deparar¨¢ el fututo? De momento ya hemos conocido a siete enemigos que nos tendr¨¢n constantemente machacando botones en los inicios de 2013, cuando God of War: Ascensi¨®n salga a la venta, ya sea por nuestra cuenta, o junto a varios usuarios de forma online.