El a?o pasado, t¨ªtulos como Sanctum , Dungeons Defenders y Orcs Must Die! representaron, con estilos distintos, las evoluciones m¨¢s interesantes en el g¨¦nero conocido como Tower Defense. En vez de limitar al jugador a construir estructuras para obstaculizar y eliminar a grandes oleadas de enemigos, la propuesta iba orientada a desarrollar un papel m¨¢s activo que complementase a las trampas y otras construcciones autosuficientes. De ese modo, los propios jugadores controlaban a personajes y atacaban directamente, usando una variedad de habilidades que se pod¨ªan desarrollar a la par que las propias trampas. El resultado es un h¨ªbrido que gana en interactividad, proponiendo una experiencia algo menos estrat¨¦gica pero m¨¢s arcade y fren¨¦tica. Los Tower Defense cl¨¢sicos de gran calidad como Defense Grid o Revenge of the Titans tienen sus encantos, pero hay algo intr¨ªnsecamente satisfactorio en complementarlos con un protagonista soltando espadazos o lanzando conjuros en medio de decenas de enemigos. En un tiempo r¨¦cord, apenas nueve meses, el estudio Robot Entertainment ha desarrollado la secuela de uno de estos Tower Defense de nuevo cu?o. El primer Orcs Must Die! fue un gran ¨¦xito en todos los sentidos y el estudio no ha tardado en querer iterar sobre la f¨®rmula establecida. Hay que tener en cuenta que el uso de la palabra ¡°iterar¡± aqu¨ª no es gratuito, ya que esta segunda parte tiene mucho m¨¢s de ampliaci¨®n que de una aut¨¦ntica secuela, un fen¨®meno que no le resta calidad ni empobrece las nuevas ideas que trae consigo, pero que s¨ª obliga a una cierta consideraci¨®n adicional. Hay aspectos de este t¨ªtulo que son literalmente id¨¦nticos a los de la primera parte, como la m¨²sica sin ir m¨¢s lejos, mientras que hay algunos detalles en los que es incluso algo m¨¢s pobre -el nivel de detalle y variedad de las fases-. El reciclaje de ideas, enemigos y situaciones es m¨¢s que obvio en ciertas ocasiones.
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A pesar de ello, las novedades no son insignificantes ni mucho menos y a?aden una mejora sustancial a lo que es el n¨²cleo del juego y sus mec¨¢nicas. La base sigue siendo la misma: controlar al algo payaso Mago de Guerra que protagoniza esta historia y defender las distintas localizaciones, usando trampas, armas y conjuros para evitar que oleadas de Orcos , Golems y otras criaturas lleguen a los puntos que hay que defender. Al comienzo de cada fase ser¨¢ posible ver la disposici¨®n del mapa y planificar bien los puntos exactos en los que quieres poner las trampas, mientras que despu¨¦s de cada oleada tienes unos segundos para tomar aliento hasta la siguiente. Puedes usar tantas trampas como ¡°dinero¡± dispongas y adquieres m¨¢s recursos a medida que vas liquidando orcos y otras criaturas que van surgiendo, por lo que en cualquier momento puedes situar nuevas trampas, ya sea en un descanso o en medio de una refriega para intentar tapar un parche. Adem¨¢s del presupuesto para trampas y otros elementos defensivos -barreras , enanos con explosivos y otras estructuras-, nuestro personaje tiene una salud y una barra de man¨¢ , adem¨¢s de un arma principal que se puede ir cambiando o mejorando a medida que vayas progresando, adem¨¢s de diferentes conjuros que se pueden equipar y gastan man¨¢. Las armas tienen fuego r¨¢pido y golpes de impacto -dejando presionado el bot¨®n del rat¨®n- que no consumen man¨¢ y que son los ataques m¨¢s b¨¢sicos y m¨¢s usados, mientras que adem¨¢s tienen una funci¨®n secundaria que s¨ª gasta man¨¢ y que puede ser gran ayuda para ralentizar las hordas enemigas. Los enemigos se lanzar¨¢n hacia ti en cuanto te vean y acabar¨¢n contigo si dejas que agoten tu barra de vida, pero volver¨¢s a aparecer en el punto de inicio, con la desventaja de que el enemigo habr¨¢ acercado posiciones y por tanto ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil conseguir que no alcancen la salida, que es lo que puede hacer que pierdas las partida.
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Una de las grandes novedades de esta secuela es la introducci¨®n de un segundo personaje, la ex-reina de los orcos , que al quedarse sin poder para controlar a sus ¡°ni?os¡± queda rodeada por estos, a punto de ser masacrada por la misma horda que ella controlaba. Por causas del destino, acaba junto al Mago de Guerra del primer juego defendiendo unas minas, ampliando su poder a cada paso. La historia no tiene gran importancia en Orcs Must Die! -aunque s¨ª es muy divertida-, pero lo fundamental es que la inclusi¨®n de este segundo personaje no s¨®lo a?ade algo de variedad a la elecci¨®n de clase y al arsenal de trampas y conjuros, sino que tambi¨¦n a?ade un bienvenido modo cooperativo a dos personas. Resulta fant¨¢stico pode contar con una segunda persona con la que coordinar trampas, atender a varios frentes y con la que contar para tener potencia extra de fuego, una gran idea que complementa y realza las mec¨¢nicas bases del juego.
Adem¨¢s, el segundo personaje a?ade cosas muy interesantes y ¨²tiles. La ex-reina de los orcos tiene una arma base que consiste en una varita que lanza bolas de energ¨ªa, nada muy original. La clave est¨¢ en su ataque secundario, que permite encantar a criaturas enemigas para que se lancen contra sus compa?eros. Esto es especialmente ¨²til por ejemplo cuando te enfrentas a criaturas de mayor tama?o como los Golems de Piedra o los Ogros , ya que su poder y resistencia no solo causar¨¢ estragos entre los enemigos sino que tambi¨¦n ralentizar¨¢ la marcha de la horda y adem¨¢s esta quedar¨¢ m¨¢s expuesta a las trampas que hayamos dispuesto en el camino. La limitaci¨®n del man¨¢ impide abusar de este poder, pero es tremendamente ¨²til si se utiliza con inteligencia. Con cada nueva fase se obtendr¨¢n calaveras , que podremos usar para mejorar las trampas y conjuros que vayamos desbloqueando.
Este es otro aspecto en el que Orcs Must Die! 2 ha ganado muchos enteros con respecto a su antecesor. El sistema de ampliaci¨®n de trampas y conjuros es mucho m¨¢s claro y adem¨¢s m¨¢s profundo, por lo que puedes gastar m¨¢s recursos en mejorar tus trampas favoritas, alcanzando un mayor grado de especializaci¨®n y creando un personaje m¨¢s personalizado en sus habilidades. Si por ejemplo, te gusta detener a tus enemigos y tener tiempo para despacharlos personalmente, puedes mejorar las trampas de hielo para que su efecto sea m¨¢s duradero, para que su frecuencia de activaci¨®n sea mayor y para que apliquen un efecto ralentizante en los enemigos afectados; o, si prefieres tener sistemas m¨¢s automatizados de destrucci¨®n, puedes hacer lo mismo pero combin¨¢ndolo con una trampa de aplastamiento, que har¨¢ que los congelados enemigos acaben hechos cubitos de hielo diseminados por el escenario. La mayor cantidad de trampas y la ampliaci¨®n de sus posibilidades de mejora hacen de Orcs Must Die! 2 un juego todav¨ªa m¨¢s divertido que el original. A nadie se le escapa que una de las mayores gracias del juego de Robot Entertainment es ese divertido sadismo de ver a los orcos morir de maneras tan cruentas como diversas. Ya sea con ¨¢cido derritiendo su piel y dej¨¢ndolos en los huesos, ya sea con trampas de fuego o el¨¦ctricas, con los cl¨¢sicos pinchos o con lanzaderas que lanzan c¨®micamente a los orcos a precipicios cercanos... Un ambiente propio de dibujos animados, acompa?ado de un estilo visual acorde, permiten disfrutar del espect¨¢culo de ver decenas de enemigos llegar a su fin en medio de alguna dolorosa trampa para nuestro regodeo. Al contrario que el original, las posibilidades de mejora ahora son tantas que es m¨¢s dif¨ªcil llegar a un punto en el que te quedas sin nuevas habilidades o trampas que descubrir, lo que facilita el poder jugar repetidas veces, descubriendo cosas nuevas.
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Aqu¨ª interviene otra de las adiciones fundamentales de esta segunda parte. El modo Endless permite disfrutar de una especie de modo Horda en el que hay que sobrevivir a constantes oleadas, obteniendo m¨¢s calaveras seg¨²n el n¨²mero de oleadas que puedas aguantar. Ya sea solo o en pareja, el modo Endless es algo que encaja como un guante con la mec¨¢nica de Orcs Must Die!, multiplicando la vida del juego con un modo que, adem¨¢s de divertido, nos permitir¨¢ ir acumulando m¨¢s calaveras para seguir mejorando nuestro personaje, por lo que es una buena manera de progresar y de conseguir recursos para probar nuevas combinaciones. Como cabr¨ªa esperar, las oleadas son cada vez m¨¢s complicadas y adem¨¢s resultan impredecibles, por lo que hay que tener cierta flexibilidad en tu estrategia; las trampas que serv¨ªan perfectamente para oleadas anteriores no tienen que servir igual para las siguientes, as¨ª que siempre hay que estar pensando y cambiando configuraciones para tener la ventaja. No todo es perfecto. En el modo campa?a las ¨²ltimas fases se muestran pobremente dise?adas para un jugador y parecen pensadas m¨¢s bien para el modo a dos jugadores, lo que es algo raro teniendo en cuenta que en teor¨ªa deber¨ªa ser posible completar la historia de manera individual. En modo War Mage -intermedio-, las ¨²ltimas fases en solitario son un reto exagerado y un tanto desesperante, lo que es un perjuicio para el jugador solitario. Tambi¨¦n hay problemas con las propias fases, 15 y en general bastante m¨¢s pobres visualmente que las del primer juego, presentando sosas cavernas y t¨²neles que no despiertan la imaginaci¨®n precisamente -si tienes el primer juego, tambi¨¦n puedes jugar a fases de este, aunque eso dif¨ªcilmente arregla nada pues normalmente ya tendr¨¢s esas fases muy vistas- Y luego hay algunos detalles un tanto pobres de cara a un juego que supuestamente deber¨ªa estar pensado para facilitar el cooperativo. Por ejemplo, no hay matchmaking ni puedes encontrar aleatoriamente compa?eros en modo online, tienes que depender de que alg¨²n amigo en tu lista de Steam . Tampoco hay indicadores que faciliten la vida a la comunicaci¨®n del juego en pareja, no puedes saber si tu compa?ero est¨¢ en peligro a menos que ¨¦l te lo diga mediante micr¨®fono; est¨¢ claro que jugar con micr¨®fono en cooperativo es siempre lo m¨¢s recomendable, especialmente en un juego en el que la acci¨®n debe complementarse con la estrategia, pero no siempre es posible.
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