Spelunky
Spelunky!
Los plataformas descargables siguen recibiendo grandes propuestas que mediante aspectos visuales bellos y desaf¨ªos jugables considerables se van haciendo un hueco en la industria actual. El ¨²ltimo en apuntarse al carro es Spelunky!, un reto para los m¨¢s valientes.
Los meses de verano siempre son un buen momento para echar un ojo al extenso cat¨¢logo de juegos descargables que las plataformas como Xbox Live ofrecen. Primero porque a falta de novedades importantes ¨Caunque en este 2012 los habr¨¢ durante agosto- siempre est¨¢ bien buscar experiencias nuevas, originales y con elementos que se diferencian del mainstream y del d¨ªa a d¨ªa del jugador. Y segundo porque con el tiempo se ha ido conformando un cat¨¢logo exquisito de t¨ªtulos que poco o nada tienen que envidiar a las enormes producciones retail que van saliendo mes tras mes. En este grupo de juegos elegidos dentro de los descargables se encuentra Spelunky!, la ¨²ltima gran maravilla del bazar de Xbox Live disponible desde esta misma semana. El diablo vuelve a vestirse de plataformas, algo que es de celebrar.
Si hay un g¨¦nero que se ha podido revitalizar gracias a la producci¨®n de juegos indies y de proyectos descargables sin muchas de las ataduras comerciales que marcan el ritmo de la industria, ese es precisamente el de las plataformas. Denostadas durante alg¨²n tiempo y casi sin un lugar claro en el mapa, el renacer del g¨¦nero con obras como Super Mario Galaxy, Rayman Origins o Donkey Kong Returns ha estado tambi¨¦n ligado a otros t¨ªtulos descargables que han vuelto a dar sentido a eso de saltar de un sitio hasta otro para llegar a nuestra meta. Y no son pocos los juegos que han cuajado en formato digital: Super Meat Boy, Limbo, Braid, Splosion Man, Trine 2 o Fez. Juegos de un gran nivel y un gran acabado que realza las plataformas, aunque en muchos casos sea m¨¢s que ese g¨¦nero solamente.
Todos ellos reciben un nuevo contendiente en formato digital: Spelunky, producci¨®n indie creado por el desarrollador de juegos Derek Yu, que revolucion¨® la escena independiente con esta propuesta que ahora llega a Xbox. La obra en cuesti¨®n vio la luz en forma Freeware hace ya cuatro a?os para Microsoft Windows, con un tremendo ¨¦xito y alcance. Ahora, su obra llama a las puertas de Xbox Live con una propuesta mucho m¨¢s cuidada, pulida y ampliada de lo que se pudo ver en un primer momento. Un protagonista con mucho de Indiana Jones en su dise?o, y objetivos a priori sencillos como llegar al final de cada fase y si se puede recogiendo el m¨¢ximo de objetos posibles. Suena sencillo, y lo es, pero la f¨®rmula para conseguir todo esto es la que convierte este Spelunky en un juego atractivo y desafiante desde el primer momento. Es la hora de este h¨¦roe sin nombre, un Spelunker dispuesto a todo para conseguir oro¡ y sobrevivir. Sobre todo lo segundo.
En nuestros primeros compases recogeremos el libro de un explorador que servir¨¢ para que sigamos sus peripecias por el tutorial, donde seguramente ya moriremos alguna vez por despiste. Y es que la muerte es uno de los elementos m¨¢s presentes en este Spelunky. Antes cit¨¢bamos algunos juegos que ofrecen todo tipo de elementos que va m¨¢s all¨¢ de la precisi¨®n del salto de plataforma en plataforma, y el caso de este juego es similar. Lo primero que debemos saber es los patrones de todos y cada uno de los elementos que nos encontremos a lo largo de nuestra aventura. Solo as¨ª podremos avanzar. Aqu¨ª no hay saltos a ciegas que nos sirvan, sino un estudio minucioso del entorno antes de seguir adelante (en este caso, hacia abajo). El objetivo, a fin de cuentas, es bastante sencillo: empezamos en una zona elevada de una fase y debemos llegar a una salida que est¨¢ algo m¨¢s abajo. Suena f¨¢cil, pero no lo es en absoluto.
La estructura del juego es sencilla y no enga?a. Tenemos cuatro mundos con sendas cuatro fases que debemos superar yendo de un punto A a un punto B. Con esta premisa, puede parecer que el juego sea poca cosa, pero no. Spelunky es de esos productos que se puede terminar en minutos si jugamos con todas nuestras habilidades y conocemos al dedillo las trampas que tiene dentro de s¨ª este plataformas. Pero nos durar¨¢ horas y horas en nuestras primeras partidas, porque moriremos constantemente. Nuestro explorador tiene cuatro corazones que van perdi¨¦ndose a cada elemento que nos obstaculiza (nos toca un enemigo, caemos de demasiado alto, nos alcanza un proyectil¡) y una vez se nos han acabado¡ game over. Y vuelta a empezar. Cuando decimos vuelta a empezar queremos decir que volvemos al mundo 1-1. Y desde ah¨ª, cuatro corazones para volver a avanzar por las cuatro fases del primer nivel, las cuatro del segundo, etc.
Esto puede ser algo frustrante en los primeros intentos, y no es para menos. Cuando no es un salto mal dado que nos manda a unos pinchos que nos liquidan ipso facto, es un jarr¨®n que rompemos pensando que encontraremos alg¨²n premio y lo que hay es una serpiente que nos quita ese ¨²ltimo coraz¨®n de vida. Adem¨¢s, memorizar los niveles no sirve absolutamente de nada: el juego genera aleatoriamente las fases cada vez que reiniciamos la partida. Eso significa que ese camino donde nos han matado por X motivo ya no existir¨¢, porque b¨¢sicamente esa estructura de nivel ya no estar¨¢ ante nosotros. Ser¨¢ otra. Y a lo mejor antes hab¨ªamos pasado tres fases del tir¨®n y la cuarta se nos hab¨ªa atragantado y ahora nos encontramos con una primera fase que ya nos frena de inicio. El reto y desaf¨ªo que supone el juego nos invita a conocer como funciona el producto, no a memorizar como robots donde saltar y donde atacar. Eso no sirve. Aunque es cierto que a veces es m¨¢s la mala suerte o situaciones poco "justas" las que decidan que estamos muertos.
Los controles son sencillos, aprovechando los cuatro botones frontales y uno de los gatillos. A saber: con A podremos saltar y agarrarnos a salientes, desde donde podemos ponernos en pie. Los otros tres botones son tres elementos b¨¢sicos para poder avanzar. Uno es el l¨¢tigo con el que mataremos a los enemigos, romperemos objetos o moveremos otros como pueden ser las piedras; otro es una cuerda que nos permitir¨¢ subir y bajar de zonas concretas en las que estamos atascados; por ¨²ltimo, tenemos las bombas, que podemos tirarlas o dejarlas en un punto concreto y que se cargan literalmente el escenario. Son nuestra arma m¨¢s valiosa, ya que gracias a ella podemos atajar destruyendo las plataformas en las que estamos y bajando m¨¢s r¨¢pido por ejemplo. Eso s¨ª, con cuidado de no ser alcanzados por su onda expansiva porque aqu¨ª cualquier despiste es nuestra tumba.
Adem¨¢s de todos estos elementos, hay otros objetos que podemos utilizar a lo largo de nuestra aventura. Un tendedero nos ofrecer¨¢ a cambio de precios m¨¢s o menos asequibles objetos de toda ¨ªndole. La idea es ir recopilando oro y todo tipo de objetos valiosos para subir nuestro contador de oro e ir sobrado a obtener estos tipos de objetos. Desde escopetas devastadoras que acaban con los enemigos a distancia a unos guantes que nos permiten engancharnos a todas las paredes como si fu¨¦ramos ninjas, pasando por un creador de telara?as, bombas pegajosas, un b¨²meran que vuelve a nuestras manos o un pico para hacernos un camino. Hay mucha m¨¢s variedad de objetos que podemos conseguir de esta manera, rob¨¢ndolo a enemigos o de otras formas como haciendo sacrificios de personajes que encontremos a cambio de tesoros y regalos.
Este es el mapa de Spelunky, mediante el cual ofrece horas y horas de diversi¨®n. No suena complicado, pero la complejidad de las fases lo convierte en un reto constante. Usar una piedra para que salte una trampa y no nos mate al pasar por un punto concreto, vigilar nuestro movimiento porque los patrones de enemigos concretos pueden amargarnos la vida, saber que esas columnas concretas sacan pinchos cuando nos acercamos o vigilar que ese enemigo aturdido una vez levantado de nuevo nos puede hacer da?o son algunos elementos a tener en cuenta. Si no estamos con cien ojos pendientes de todo, moriremos constantemente. Hasta que aprendamos que ese objeto hace tal cosa, ese enemigo se mueve de manera concreta y que si rompemos la plataforma en la que estamos la ca¨ªda ser¨¢ demasiado alta y nos matar¨¢.
Cuando se consigue comprender todo esto, el juego gana en dinamismo y en desaf¨ªo m¨¢s all¨¢ del ensayo-error, en explotar cada mundo con todos sus secretos. Eso s¨ª, el aprendizaje que tendremos que hacer en el primer mundo se deber¨¢ volver a hacer en los otros tres, que cambian por completo los obst¨¢culos y las particularidades ante las que nos enfrentamos. Para que nos hagamos una idea: la primera vez que terminamos los dos primeros niveles tardamos unos 3 minutos en total. Pero para conseguir acabar por primera vez el nivel uno estuvimos intent¨¢ndolo m¨¢s de una hora. Por no hablar de los siguientes, bastante m¨¢s exigentes, ni de si queremos conseguir puntuaciones altas adem¨¢s de terminar las fases. Un aut¨¦ntico speed-run si se conoce al dedillo y no se cometen errores por precipitaci¨®n, pero horas para comprenderlo y superarlo por primera vez. Adem¨¢s de saber gestionar nuestros objetos, ni las cuerdas ni las bombas son infinitas, y comprar los objetos adecuados para nuestra manera de jugar. Hay una peque?a trampa, que son atajos que se van generando cuando avanzamos en el juego. No se hacen inmediatamente (cuando superemos el primer nivel no tendremos atajo al segundo, sino que tendremos que superarlo un par de veces m¨¢s por lo menos) pero permiten dar un punto de seguridad si estamos frustrados. Y es que intentar hacerlo todo del tir¨®n est¨¢ al alcance de solo aut¨¦nticos jugones.
Spelunky cuenta con un modo multijugador local para hasta cuatro jugadores que, eso s¨ª, queda lejos de lo que uno pod¨ªa esperar. Adem¨¢s de la ausencia de un online que podr¨ªa dar mucho juego, el multijugador est¨¢ algo limitado, ya que todos los personajes deben moverse por la misma pantalla sin salirse de ella. No hay pantalla partida ni ninguna soluci¨®n que permita explorar las fases cada uno por su lado ofreciendo as¨ª opciones de completarlo al m¨¢ximo. Ocasi¨®n perdida en este sentido, ya que se podr¨ªa dar mucho m¨¢s juego si no estuviera encorsetado a un espacio limitado para todos. Por otro lado, hay un modo competitivo en el que sobrevivir y conseguir las mejores puntuaciones es el objetivo, aunque el caos es bastante evidente en este modo y tampoco ofrece grandes satisfacciones a nivel jugable.
T¨¦cnicamente, Spelunky es un juego que ni precisa de gran potencia ni tampoco lo pretende: simplemente ofrece un apartado art¨ªstico simp¨¢tico con algunos elementos divertidos, como el dise?o de ciertos personajes o animaciones concretas, y con un acabado mucho m¨¢s pulido y rico en detalles que la primera versi¨®n freeware que sali¨® hace cuatro a?os. Con un toque retro en lo visual y el humor que desprenden los personajes hay m¨¢s que suficiente para enganchar visualmente, sobre todo en mundos y momentos concretos como fases que pasamos a oscuras, por ejemplo. A nivel de sonido, poco interesante por resumirlo. Las melod¨ªas acompa?an durante los primeros compases, pero es cierto que se hacen algo repetitivas a medida que vamos jugando, y algunas como las que hay en la fase selv¨¢tica, no pegan demasiado con el escenario. El juego tiene alguna voz suelta, como las damiselas pidiendo ayuda en ingl¨¦s, pero traducido al castellano.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.