Damage Inc: Pacific Squadron WWII

La simulaci¨®n a¨¦rea no pasa por su mejor momento. Hemos tenido propuestas m¨¢s arcade interesantes, como el Ace Combat: Horizon Assault del oto?o pasado, pero no se puede decir que el g¨¦nero viva sus mejores momentos. Para poner fin a esta etapa de austeridad en los cielos, la desarrolladora Tricky Software lanzar¨¢ este agosto, bajo el sello de distribuci¨®n de Mad Catz, Damage Inc: Pacific Squadron WWII, una agradable sorpresa que ya pudimos probar en el E3 y que ahora hemos recorrido m¨¢s en profundidad para comprobar si estar¨¢ a la altura. Y no deja dudas, estamos ante uno de los juegos m¨¢s grandes del g¨¦nero jam¨¢s creados, un completo despliegue de modos, desbloqueables, conjunto de misiones hist¨®ricas y jugabilidad afinada que tiene pinta de sentar c¨¢tedra en esto de los combates a¨¦reos, en PC, PlayStation 3 y Xbox 360. Adem¨¢s, su edici¨®n coleccionista -a precio ligeramente inferior de 100 euros- incluir¨¢ junto a un avi¨®n m¨¢s por DLC lo nuevo de Saitek, un flight stick precisamente pensado para este t¨ªtulo que emula a los de los aviones reales de la primera mitad del siglo XX, aquellos que combatieron en la Segunda Guerra Mundial donde Damage Inc se ambienta.

Misiones hist¨®ricas y respeto pleno por el trascurrir del recordado conflicto son otras dos buenas cartas de presentaci¨®n de Pacific Squadron. En esta ocasi¨®n Tricky se ha querido fijar en la divisi¨®n del Pac¨ªfico, en todos aquellos ataques y encuentros en el cielo, emulando el periplo de pilotos reales con sus aeronaves y armas de entonces. Se ha charlado con historiadores especialistas en la ¨¦poca y este frente para conseguir la m¨¢xima fidelidad. La sensaci¨®n, tanto jugado como con joystick como con pad o teclado, es realista y bastante profunda. Pero sus creadores no quieren limitar el juego a jugadores especializados, expertos o pacientes dispuestos a aprender poco a poco, y por eso ha incorporado tambi¨¦n el llamado modo Arcade, una adaptaci¨®n de todo el juego a un manejo m¨¢s automatizado y sin tantas exigencias y parametros que tener bajo control.

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Esto parece un punto esencial, ya que todo el contenido de Damage Inc ser¨¢ atractivo tanto para amantes del g¨¦nero de los simuladores de vuelo como para los que busquen una acci¨®n m¨¢s directa y jugabilidad sin complicaciones. Junto a una Campa?a, que habla nada menos que de unas 12 horas de misiones sin pausa y distintos objetivos en cada una, tampoco se olvida de los logros o el multijugador. Hasta 8 jugadores podr¨¢n verse las caras online en 5 modos de juego, todos conta todos y por equipos, adem¨¢s de desbloquear nuevas marcas y contenidos en las misiones centrales. El chat de voz asegura una coordinaci¨®n online adecuada, para poder repartirnos objetivos y formas de proceder completamente ingame. Adem¨¢s, las tangibles diferencias entre las m¨¢s de 32 avionetas diferentes que se han incluido asegura, si los equilibrios entre todas est¨¢n bien medidos, una experiencia compartida herog¨¦nea y rica.

Ataques y bombardeos 

La primera misi¨®n que esta versi¨®n previa del juego nos propone, como ejemplo, es el Ataque a Taroa de 1942. En ella nuestro piloto debe acabar con las bases enemigas de la isla de Taroa para que al llegar los bombarderos pesados aliados ¨¦stos tengan v¨ªa libre de actuaci¨®n. Varios cazas est¨¢n a nuestra disposici¨®n antes de entrar a la misi¨®n as¨ª como su arma secundaria o carrocer¨ªa. La narraci¨®n empieza desde el despegue, obligando al jugador a salir de la isla vecina con la avioneta mientras el cielo se va llenando de cazas enemigos. Jugar en modo Arcade o modo Simulaci¨®n es ya determinante en esta primera maniobra en tierra. Sin duda, si poseemos el AV8R Flightstick lo recomendable es jugar siempre en simulaci¨®n, ya que el perfi¨¦rico tiene todas las palancas y botones que ten¨ªan los controladores de los aviones de la ¨¦poca, sumergiendo much¨ªsimo en el pilotaje. Tambi¨¦n es importante esta elecci¨®n de modo de cara a los disparos y los punteros, en Arcade queda m¨¢s claro d¨®nde van a ir nuestras balas, misiles y explosivos mientras que en Simulaci¨®n habr¨¢ que, como en la vida real, jugar con la predicci¨®n.

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El arma principal de un caza es la ametralladora, con buen alcance y da?o, pero en este primer objetivo tambi¨¦n tendremos que bombardear tierra firme, por lo que saber a qu¨¦ velocidad soltar las minas y con qu¨¦ distancia del suelo tambi¨¦n determina el ¨¦xito. Diversas marcas en rojo, flechas, entre las que podemos seleccionar una prioritaria, nos indican en todo momento d¨®nde est¨¢n los objetivos. En esta tarea hay que saber ir bombardeando la isla mientras se mantienen a raya a las tropas de cazas enemigas, que no parar¨¢n de acosarnos, eso s¨ª, sin una IA demasiado pronunciada, pues presentaban conductas muy suicidas y volcadas en sacrificarse solo por intentar hacernos un m¨ªnimo de da?o, como simples peones, algo inveros¨ªmil por muy entregado que fuera el ej¨¦rcito al que se emula. Tambi¨¦n, en este sentido, hay que tener en cuenta que estamos hablando de un a de las primeras misiones y la que act¨²a como Tutorial, en posteriores el juego se va haciendo m¨¢s exigente, coherente y realista.

La ambientaci¨®n en la ¨¦poca se refleja en todo, en los dise?os de los elementos de los escenarios, la se?al que recibimos por radio con indicaciones, las pegatinas que llevan los aeroplanos, la forma de presentarnos el informe de las misiones o la manera de explotar de las naves, basada en su combustible y despiece. La l¨¢stima es que una referencia hist¨®rica tan entusiasta no cuente con un apartado gr¨¢fico a la altura. El motor de Damage Inc es correcto en general pero expone algunos errores visuales que chocar¨¢n a cualquiera que venga de otros t¨ªtulos b¨¦licos actuales, como el agua del mar casi est¨¢tica como una tela extendida, los simplones y cl¨®nicos accidentes de las naves contra el suelo o el propio mar, la poca visibilidad en la lejan¨ªa, nula destrucci¨®n y poca modificaci¨®n de los escenarios o el nivel de detalle en tierra, realmente pobre. No se puede decir que estemos ante un juego puntero en gr¨¢ficos, Pacific Squadron busca transmitir sensaciones jugables m¨¢s que visuales, y su discreto apartado t¨¦cnico deja buena constancia de ello desde el primer minuto.

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S¨ª est¨¢ conseguido, en cambio, el efecto Warspeed y el Reflex, dos herramientas que el juego pone a nuestra disposici¨®n para hacer m¨¢s vistosa y accesible la experiencia. El primero responde a una especie de turbo, o velocidad extrema para ir deprisa de un objetivo a otro. Reflex es una especie de bullet time o c¨¢mara lenta ingame que permite apuntar mejor e incluso escapar de forma m¨¢s sencilla a los ataques -por ejemplo con misiles- de los aviones enemigos. Ambas acciones se usar¨¢n a menudo para movernos y poder atinar con m¨¢s facilidad, pero tampoco se busa de ellas. Se ha conseguido un buen equilibrio poni¨¦ndolas siempre a disposici¨®n del jugador pero sin que faciliten en exceso la experiencia, haci¨¦ndolas atractivas solo en determinados enfrentamientos.

El sonido tampoco es ninguna joya que enmarcar aunque bien es cierto que el juego cuenta con su propia Banda Sonora, bien compuesta y que intensifica los momentos m¨¢s ¨¦picos. Las voces est¨¢n en ingl¨¦s con subt¨ªtulos en castellano, y nos hubiera gustado apreciar un poco m¨¢s de potencia y dureza en c¨®mo suenan las armas o las bombas al caer. Las f¨ªsicas, por su parte, s¨ª son un elemento mejor logrado. Los disparos parecen comportarse de forma veros¨ªmil y los movimientos de la nave dan sensaci¨®n de velocidad e ingravidez como es debido. Jugarlo en simulaci¨®n, con el flightstick y vista desde dentro del veh¨ªculo es toda una experiencia, aunque es cierto que cuesta bastante manejarla con soltura, es exigente si nunca se ha tenido un flightstick entre las manos.

Otras misiones son menos individualizadas y nos piden cooperaci¨®n con compa?eros de bando, protecci¨®n de determinadas zonas, ataques sorpresa, etc. Encarnaremos al bando americano pero tambi¨¦n se pueden aceptar desde el ej¨¦rcito del aire japon¨¦s, una muestra m¨¢s del respeto hist¨®rico que en Tricky han querido establecer con este juego. Al manejar aviones de ambos frentes, queda constancia incl?uso de la evoluci¨®n tecnol¨®gica de estos a?os de Segunda Guerra Mundial, con mejores capacidades para las m¨¢quinas a medida que avancemos en la l¨ªnea de tiempo de las misiones, repartidas por orden cronol¨®gico. Modelos como el P-51 Mustang, F6F Hellacat o el Japanese Zero A6M ir¨¢n apareciendo en el hangar, en diversas versiones y listos para hacer frente a un enemigo cada vez mejor equipado, tambi¨¦n.

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Enfrentamiento en red

Damage Inc contar¨¢ con cooperativo para hasta cuatro usuarios online, que podr¨¢n enfrentarse a otros cuatro en 5 modos de juego diversos aunque, eso s¨ª, muy tradicionales y sin demasiada originalidad. Dogfight es un cl¨¢sico deathmatch todos al mismo tiempo. Elegir bien el avi¨®n ser¨¢ clave aqu¨ª. Su versi¨®n por equipos, Team Dogfight, tambi¨¦n estar¨¢ presente. Survivor nos otorga un n¨²mero de vidas y al perderlas todas quedamos eliminados de la partida. Vence el ¨²ltimo en pie, o el equipo en pie en caso de Team Survivor. El modo Scracht One Flattop nos enfrentar¨¢ por equipos teniendo que acabar con el Avi¨®n de Guerra de los oponentes. Como dec¨ªamos, no son modalidades innovadoras o sofisticadas, y de hecho mantienen demasiado los est¨¢ndares, pero ayudar¨¢n a dar m¨¢s prolongaci¨®n al juego una vez terminada la campa?a.

Piloto consagrado

Queda claro nada m¨¢s echarle un vistazo que Tricky Software ha buscado ciertos aspectos e ignorado otros con este t¨ªtulo. Ahora habr¨¢ que comprobar uno de los principales retos a los que se enfrenta todo simulador, si de verdad sabe mantener la diversi¨®n y el inter¨¦s durante d¨ªas. Es cierto que en lo t¨¦cnico se queda por detr¨¢s de otras propuestas, y nos hubiera gustado un acabado m¨¢s pulido, pero en cuanto a sensaciones con joystick en la mano poco se puede reprochar a sus creadores. El multijugador parece ser algo plano aunque habr¨¢ que ver c¨®mo funciona finalmente. En agosto podremos explorarlo de principio a fin, analizarlo como es debido y comrpobar si de verdad es una sorpresa y podemos decir que estamos ante el renacer de los juegos a¨¦reos gracias a este perif¨¦rico y t¨ªtulo. Puntos de partida apenas le faltan. La Segunda Guerra Mundial puede seguir dando juego.

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