Theatrhythm Final Fantasy Pre-E3

Y no solo en esos momentos cruciales. La m¨²sica nos acompa?a cuando vagamos por los mapas y escenarios y incluso en los combates con los enemigos que nos acosan a lo largo del juego. Y dado todo el  tiempo que es necesario  realizar estas dos acciones para completar el juego, la mayor¨ªa de estas melod¨ªas quedan grabadas  a fuego en la memoria de casi todos los jugadores. Su calidad mel¨®dica tambi¨¦n influye en el poder alcanzado, y de eso los trece Final Fantasy centrales hasta la fecha -quitando la entrega online XIV- saben bastante, algo de lo que tambi¨¦n tiene gran parte de responsabilidad Nobuo Uematsu, compositor de la mayor¨ªa de temas de la serie.

Sabiendo esto, era de extra?ar que Square-Enix haya tardado tanto tiempo en realizar un juego musical, aprovechando las bandas sonoras de su saga mas popular.  Finalmente, primero en el TGS'11, mas tarde gracias a una demo en la eShop japonesa y ahora con la versi¨®n final, hemos podido acceder al primer t¨ªtulo exclusivamente musical basado en la saga para 3DS: Theatrhythm Final Fantasy. 'Theater' porque la acci¨®n se desarrolla como en un escenario y 'rythm' porque tendremos que seguir el ritmo de las canciones durante el juego . El material incluido no se refiere a un solo cap¨ªtulo o los m¨¢s modernos, sino a casi la saga completa: del Final Fantasy I al XIII. Y esto supone una galer¨ªa de referencias a todos los juegos que van m¨¢s all¨¢ de las canciones. Podremos hasta equipar armas concretas.

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Aunque con variaciones dependiendo del modo de juego, b¨¢sicamente se trata de tocar con el stylus en el momento y lugar adecuado (indicado por un c¨ªrculo). Tambi¨¦n se exige pulsar por un determinado per¨ªodo de tiempo, en el caso de un circulo verde, o acompa?¨¢ndolo de una direcci¨®n cuando se indique con una flecha. Se trata de un control b¨¢sico, pero que se complica con la velocidad y la complejidad de las canciones. Todos estos comandos t¨¢ctiles y algunos especiales se intercalan en el ritmo y las armon¨ªas de manera que seguirlos deja una satisfactoria sensaci¨®n de formar parte de la ejecuci¨®n de la canci¨®n.

Tres formas de escuchar m¨²sica

El juego cuenta con tres modos, que a parte de compartir este control, son totalmente diferentes. En el primero, Battle Music Stage, podremos crear un grupo de 4 personajes entre los incluidos en el juego. Estos, en vez de estar con su dise?o original, son de estilo caricaturesco, cercano al estilo super-deformed. Tenemos a protagonistas tan populares como Cloud, Squall, Lightning o Tidus, los personajes de todas las entregas como Yuna, Aeris o Snow, e incluso un Taru del Final Fantasy XI. No faltan las apariciones estelares de Chocobos, Moguris, Cactilo... y dem¨¢s iconos referenciales y por todo seguidor conocidos, tambi¨¦n monstruos enemigos o aliados temporales. Los primeros juegos tienen la misma presencia que los ¨²ltimos. Este homenaje es, ante todo, equilibrado y respetuoso.

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Nuestro grupo de personajes ir¨¢ luchando en diferentes combates, o lo que es lo mismo, canciones a las que tenemos que seguir el ritmo con los controles b¨¢sicos. En el caso de este primer modo tendremos una l¨ªnea de comandos para cada personaje que tengamos en batalla. Todo ello en la misma perspectiva que se realizan los combates cl¨¢sicos de la saga. Seg¨²n vayamos acertando con el ritmo los personajes ir¨¢n atacando exitosamente al enemigo y avanzando en el combate. En un momento determinado del juego aparecer¨¢n unos c¨ªrculos plateados, que si completamos correctamente nos permitir¨¢n realizar una invocaci¨®n, como Shiva u Odin. La invocaci¨®n sustituir¨¢ a los personajes y contaremos solo con una l¨ªnea para hacer su ataque especial. Una vez concluido un combate victorioso nuestro grupo ganara puntos de experiencia e items, como en cualquier RPG. Seg¨²n nuestros personajes evolucionen podemos ir desbloqueando contenido adicional y por tanto avanzar en el juego.

El segundo modo es el Field Music Stage, en el que podremos jugar con la m¨²sica de los mapas, en esa parte del juego en que nos movemos de una ciudad o mazmorra a otra. En este caso nuestro personaje ira caminando por  la pantalla y nosotros seguiremos el ritmo para que vaya avanzando por el escenario hacia su destino. En este modo hay una serie de notas que exigen dejar el stylus sobre la pantalla siguiendo el camino serpenteante que se muestra. Esto genera nuevos desaf¨ªos ya que a veces es dif¨ªcil mantener el ritmo mientras se siguen estos surcos. Adem¨¢s, en este modo el fondo es din¨¢mico y los personajes recorrer¨¢n los diversos entornos de cada Final Fantasy, ahora rehechos en este estilo cartoon.

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Por ultimo tenemos el Event Music Stage, en el que podemos ver y escuchar las escenas mas importantes de estos primeros trece Final Fantasy; v¨ªdeos, men¨²s, combates memorables, invocaciones... Esta vez a toda pantalla veremos un video de la escena mientras tenemos que seguir el ritmo que nos imponen los c¨ªrculos, colocados en diversos puntos y dando pie a la modalidad m¨¢s exigente a la par que vistosa y referencial. Los tres modos vienen junto con una gran cantidad de m¨²sica bien seleccionada y representativa de los Final Fantasy, como el 'Suteki da ne' del Final Fantasy X, est¨¢n conectados y nos servir¨¢n para hacer avanzar a nuestros personajes y desbloquear m¨¢s y m¨¢s material. Theathrythm Final Fantasy es un cartucho enorme.

Estilo propio

Los gr¨¢ficos propios del t¨ªtulo, m¨¢s all¨¢ de los v¨ªdeos reescalados con destreza del Event Music Stage a la pantalla superior de 3DS, son sencillos pero encajan muy bien con el desarrollo del juego, que se centra m¨¢s en la m¨²sica. El efecto 3D es totalmente suave, casi inapreciable, y l¨®gicamente no se impone sobre el material audiovisual rescatado de los juegos originales. El juego tambi¨¦n tiene una peque?a historia, incluyendo luchas entre el cosmos y el caos y el tener que hacer brillar los cristales con las canciones, muy al estilo de la saga, pero que queda totalmente eclipsada por la m¨²sica y el ritmo, que es el elemento principal del juego. Todos los temas y efectos suenan perfectamente y a buen volumen.

El juego final incluir¨¢ un modo para disfrutar de las canciones de cada entrega como en un bloque en s¨ª mismo, y que una vez completado podremos acceder a diversos retos y a modos especiales, tambi¨¦n con mayor dificultad, pues a priori no es un t¨ªtulo exigente. Tambi¨¦n seg¨²n vayamos jugando podremos encontrarnos con personajes secundarios que nos apoyen y coleccionar cristales para acceder a personajes ocultos. Todos estos peque?os detalles prometen alargar la vida del t¨ªtulo m¨¢s all¨¢ de jugar a cada canci¨®n una o dos veces. Es un homenaje a una saga legendaria y se aprecian sus buenas intenciones y b¨²squeda de la trascendencia.

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El hecho de cargar a los personajes con los objetos recogidos servir¨¢ para hacerlos m¨¢s poderosos, ver secuencias nuevas como las invocaciones o los hechizos, y lograr en una sola canci¨®n, por ejemplo, eliminar a m¨¢s criaturas y as¨ª conseguir m¨¢s puntos. Los rankings alimentar¨¢n la b¨²squeda de puntos, aunque los desaf¨ªos m¨¢s duros pueden llegar a hacernos perder varias veces, a medida que van muriendo uno a uno los personajes, como si de una batalla de Final Fantasy se tratase. Llegado un momento, adem¨¢s, habr¨¢ que hacer elecciones, pues cada luchador tiene un n¨²mero de ranuras determinado y no puede llevar cualquier objeto, normalmente solo los de su juego.

No es baile, es nostalgia

En definitiva, es un juego que tiene su mayor atractivo en contener una gran cantidad de bandas sonoras que han quedado grabadas en la memoria de todo quien haya jugado a cualquier entrega de un Final Fantasy, y tambi¨¦n es una gran ocasi¨®n para descubrir canciones desconocidas de la popular serie de RPGs; todo ello mientras intentamos seguir el ritmo y hacemos progresar a nuestros personajes. Aunque es un producto completamente diferente a lo que cabr¨ªa esperar de la marca de la doble F, su tama?o y recopilaci¨®n lo har¨¢n imprescindible para los seguidores. En Jap¨®n ha vendido una burrada, no ser¨ªa de extra?ar que en Europa consiga unas cifras parecidas. Esperemos que su innegable sencillez no le juegue una mala pasada a su calidad final.