La mayor virtud de La Ca¨ªda de los Samurai es ver una vez m¨¢s que Creative Assembly entiende bien el concepto de lo que deber¨ªa ser una expansi¨®n. Es algo que ya se ha podido comprobar en pasadas ediciones de Total War y es algo que vuelven a demostrar aqu¨ª, con un juego que toma la excelente base de Shogun II y lo utiliza para recrear una nueva campa?a m¨¢s espec¨ªfica, con una gran variedad de nuevas unidades, situaciones y mejoras que justifican de sobra el volver al Jap¨®n feudal . Siendo una expansi¨®n independiente, los jugadores noveles tambi¨¦n pueden adentrarse en el juego si la campa?a les resulta m¨¢s atractiva -aunque realmente es una pena perderse un juego como el Shogun II original-.
Lo m¨¢s aparente de la expansi¨®n es su nueva campa?a, m¨¢s intensa y concentrada. La acci¨®n se sit¨²a en la guerra Boshin, un conflicto nacional en el que dos facciones lucharon por controlar el destino de Jap¨®n en un periodo convulso donde el hasta entonces herm¨¦tico pa¨ªs se ve¨ªa inundado por la influencia cultural y tecnol¨®gica de un occidente que hab¨ªa forzado esa apertura. Los clanes feudales empezaron a tomar posiciones alrededor del Shogunato de los Tokugawa, y del joven Emperador, al sur. El Shogunato, que ten¨ªa entonces el poder pol¨ªtico, hab¨ªa abierto las puertas a occidente, pero bajo unos acuerdos nada favorables para los intereses nacionales, llevando a la ruina el negocio local en muchos casos. El emperador por su parte, influenciado por varios poderosos clanes, quiso expulsar a los occidentales de tierras japonesas, mediante la violencia si es preciso. Ambos bandos ten¨ªan posiciones muy distintas sobre la influencia occidental y c¨®mo quer¨ªan llevar el desarrollo del pa¨ªs, lo que combinado con ciertos movimientos por parte de los clanes m¨¢s influyentes y varios sucesos de violencia civil, acabaron por forzar la situaci¨®n.
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Se podr¨ªa vender la batalla Boshin como un conflicto entre la katana y el rifle, aunque realmente si algo ilustra La Ca¨ªda de los Samurai es como la primera acaba por no ser rival contra la segunda. Dado que es una guerra hist¨®ricamente muy corta, la campa?a individual tambi¨¦n lo es, por lo que resulta particularmente intensa. La evoluci¨®n constante de las unidades de tierra y mar, hacen que se pase r¨¢pidamente del combate tradicional visto en Shogun II a un combate con artiller¨ªa que deja en mantillas lo visto en Empire: Total Wa r, ya que la ¨¦poca del conflicto Boshin es la m¨¢s avanzada a la que ha llegado Creative Assembly hasta la fecha y los avances armament¨ªsticos que llegaban de Europa y Estados Unidos eran ya cosas tan avanzadas como ametralladadoras Gatling. El tema que impregna la ¨¦poca es tradici¨®n contra modernidad, un debate que ha quedado anclado en el imaginario colectivo japon¨¦s y protagonizado multitud de obras hist¨®ricas y de ficci¨®n, pero la balanza en La Ca¨ªda de los Samurai parece claramente inclinada a favor de la modernidad, por los menos en t¨¦rminos militares. Para los rom¨¢nticos y los incondicionales del camino del Bushido, la opci¨®n de resistirse al b¨¢rbaro occidental estar¨¢ presente a base de no desarrollar tecnolog¨ªas, pol¨ªticas o estructuras que sumen ¡°modernidad¡±. Sin embargo, semejante idea s¨®lo funcionar¨¢ bien al principio, cuando las primigenias y toscas armas de fuego no ser¨¢n rivales contra un ataque frontal de caballer¨ªa samurai, pues son armas lentas e imprecisas que adem¨¢s tienden a fallar. El problema vendr¨¢ m¨¢s adelante, cuando los rivales est¨¦n usando las mencionadas Gatling para acabar con decenas de unidades de infanter¨ªa de una sola pasada, bombardeando tus ej¨¦rcitos usando poderosos ca?ones de sus buques de guerra fondeando la costa, o utilizando ca?ones y Marines estadounidenses para causar estragos contra unos Samurai que no podr¨¢n ni acercarse, al menos frontalmente. Por no hablar de que en campa?as avanzadas, los clanes con m¨¢s recursos podr¨¢n construir v¨ªas ferroviarias capaces de transportar unidades de un punto a otro de forma instant¨¢nea , una ventaja t¨¢ctica dif¨ªcil de igualar, aunque al menos es posible sabotear las l¨ªneas con facilidad para interrumpirlas, obligando al contrario a gastar todav¨ªa m¨¢s dinero en una estructura que ya es de por s¨ª extremadamente cara -as¨ª se intenta mantener cierto equilibrio-.
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Los habilidades del ¨¢rbol de desarrollo se dividen entre aquellas que aumentan la modernizaci¨®n del clan y las que no. Modernizar tus dominios tiene obvios efectos positivos tanto en lo militar como en lo social, pero tambi¨¦n negativos . Un clan moderno tendr¨¢ m¨¢s problemas para reclutar gente, gastar¨¢ m¨¢s en unidades y tendr¨¢ una serie de desventajas en cuanto moral, al sentir los hombres que se est¨¢n alejando del camino de sus tradiciones. Por otro lado, la mayor parte de las nuevas y m¨¢s poderosas unidades s¨®lo est¨¢n al alcance de los clanes m¨¢s desarrollados y con mayores influencias occidentales, as¨ª que el juego pr¨¢cticamente castiga a los que no quieran dar pasos para modernizar el clan y se centren en mejoras que no impliquen el uso de las tecnolog¨ªas occidentales. En realidad, es como deber¨ªa funcionar en un juego que busca cierto realismo como Total War, as¨ª que no se puede hablar de una falta de balance entre las dos sensibilidades, aunque por otro lado ser¨ªa divertido ganar una campa?a sin contar apenas con armas de fuego -algo que a buen seguro muchos intentar¨¢n y conseguir¨¢n, aunque sea m¨¢s dif¨ªcil-. Para los que no tengan complejos con la tecnolog¨ªa occidental, tampoco ser¨¢ un camino de rosas. Por un lado, la constante relaci¨®n con occidentales y la implantaci¨®n de la tecnolog¨ªa moderna sin control resultar¨¢ en una poblaci¨®n descontenta que llevar¨¢ a revueltas, intentos de sabotaje y actos de violencia contra los extranjeros . Es un mal necesario para disfrutar de las enormes ventajas defensivas y ofensivas de poder defender un castillo con pieza de artiller¨ªa, llevar ca?ones a asaltos para derribar muros con facilidad o hacer cosas como pedir a tus unidades mar¨ªtimas que bombardeen un campo de batalla si est¨¢n a la suficiente distancia para hacerlo. Ver como un ej¨¦rcito enemigo es diezmado por un bien colocado ataque de artiller¨ªa pesada desde tus buques de guerra es una visi¨®n espectacular a todas luces, y un contraste frente a los relativamente silenciosos choques tradicionales de samurai vistos en el anterior juego. El bombardeo sin embargo tambi¨¦n tiene sus limitaciones, ya que una vez fijada la posici¨®n, se necesitan unos cuantos segundos para que lleguen los impactos, lo que obliga al jugador a calcular bien y permite cierta reacci¨®n al contrario.
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En total hay 39 nuevas unidades de tierra y 10 unidades mar¨ªtimas acorazadas que son las responsables de que el combate mar¨ªtimo haya ganado en inter¨¦s. Ahora los barcos tienen misiones ofensivas y defensivas m¨¢s all¨¢ de su funci¨®n de transporte de tropas, por lo que hay que sacarles partido, para lo que es necesario contar con puertos. Gracias a las nuevas posibilidades del metamapa, es posible fortificar estos puertos para defenderlos de ataques de flotas rivales y convertirlos en aut¨¦nticas puertas hac¨ªa los recursos occidentales. Debidamente ampliados y con algunos acuerd con fuerzas extranjeras de por medio, estos enclaves ser¨¢n fuente de grandes recursos financieros para tu clan y tambi¨¦n pueden servir de entrada a unidades for¨¢nea s una vez que se cultiven adecuadamente las relaciones exteriores. El sistema se ha automatizado y resulta m¨¢s elegante que en Shogun II, ya que una vez que un puerto est¨¢ debidamente equipado para los barcos extranjeros, se establecen autom¨¢ticamente rutas comerciales con las potencias extranjeras. El juego m¨¢s all¨¢ de la batalla se ha ampliado considerablemente gracias a la inclusi¨®n de tres nuevos agentes, que se unen a los presentes , a su vez mejorados con nuevas habilidades en sus respectivos ¨¢rboles de desarrollo. Las Geishas pueden aumentar la moral de tus tropas, los Ninjas pueden sabotear al enemigo y realizar misiones de asesinato, pero a ellos se han incorporado una serie de novedades como activistas pol¨ªticos, capaces de aumentar la satisfacci¨®n de los habitantes de tus tierras convenci¨¦ndoles de la postura del clan -ya sea pro-shogunato o pro-imperial, dependiendo del bando-; otra novedad son los agentes extranjeros, que imparten instrucci¨®n a las tropas para mejorarlas de cara a la batalla-. Son ejemplos, ya que dependiendo del desarrollo escogido para ellas pueden realizar diversas funciones. Puede optarse por mandar a los activistas pol¨ªticos a territorios vecinos y crear distensi¨®n, de forma que sea m¨¢s f¨¢cil conquistarlos, o entrenar a las Geishas en el arte de la seducci¨®n para llevar a generales enemigos a tus filas .
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La mejora evidente de los agentes es un reflejo de las mejoras de la campa?a en general, m¨¢s interesante y variada. La IA en campa?a tambi¨¦n parece haber tenido un retoque, mostrando unos aliados m¨¢s cooperativos y a unos enemigos que calibran mejor tu poder antes de lanzarse a ciegas a guerrear sin esperanza de victoria . A todo ello hay que sumar la expansi¨®n del modo multijugador, con un nuevo mapa para dominar y posibilidad de crear nuevos avatares, pudiendo equiparlos con piezas de la ¨¦poca de La Ca¨ªda de los Samurai y con nuevos ¨¢rboles de desarrollo que permiten personalizar tu t¨¢ctica y tu estrategia. Una cosa que Creative Assembly ha hecho bien es no partir la comunidad, as¨ª que los jugadores que tengan la expansi¨®n pueden seguir jugando contra los usuarios de Shogun II con normalidad, lo que puede dar para interesantes batallas y situaciones.