Lejanos quedan ya los tiempos dorados de la numerosa y longeva franquicia Dynasty Warriors, cuando cada nueva entrega lanzada al mercado japon¨¦s cosechaba unas mareantes cifras de ventas que llegaban a alcanzar los siete d¨ªgitos. Pero quien tuvo, retuvo, y a d¨ªa de hoy esta serie a¨²n conserva la suficiente fuerza como para animar a Koei a seguir desarrollando nuevos t¨ªtulos. Ya sea la saga principal, spin-offs como Samurai Warriors, adaptaciones de licencias manganime como El Pu?o de la Estrella del Norte y Gundam, o crossovers como Warriors Orochi, el caso es que raro es el mes en el que entre la lista de lanzamientos para el pa¨ªs del sol naciente no se encuentra presente uno de estos t¨ªtulos. En occidente la situaci¨®n es distinta, ya que aqu¨ª la franquicia siempre suele tener un impacto mucho m¨¢s discreto. Aun as¨ª cuenta con sus seguidores incondicionales, siendo en su mayor¨ªa jugadores veteranos que anta?o atesoraban a los cl¨¢sicos beat ¡¯em up estilo Final Fight en lugares destacados dentro de su lista de preferencias. Y es que si algo puede enarbolar con orgullo la serie Dynasty Warriors es haber sabido actualizar y revitalizar todo un g¨¦nero cl¨¢sico e hist¨®rico como es el ¡°yo contra el barrio¡±, el cual naveg¨® a la deriva durante toda una generaci¨®n hasta que Shin Sangoku Musou (conocido como Dynasty Warriors 2 en occidente) lleg¨® en el a?o 2000 para marcar el camino a seguir desde entonces: batallas masivas desarrolladas en grandes escenarios de libre exploraci¨®n, en las que tom¨¢bamos parte como general destacado de uno de los bandos. Es esta naturaleza arcade, heredera directa de los machacabotones de toda la vida, su principal virtud. Pero dicha virtud es un arma de doble filo, ya que nos encontramos ante un g¨¦nero que o lo amas incondicionalmente o lo odias hasta el punto de echar pestes de todo lo que tenga que ver con ¨¦l, sin un t¨¦rmino medio que pueda suavizar las cosas. Los Musou tuvieron una fuerte presencia en PSP desde el nacimiento de la consola, as¨ª que era de esperar que para el estreno de la nueva y flamante PlayStation Vita nos encontr¨¢ramos con un nuevo Dynasty Warriors al que hincar el diente. El juego que nos ocupa no ha podido evitar aprovechar las nuevas posibilidades de la port¨¢til, aunque se ha tra¨ªdo bajo el brazo alguna que otra caracter¨ªstica de moda en la generaci¨®n actual que desde luego no sienta nada bien a una mec¨¢nica tan cl¨¢sica como ¨¦sta.
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La legendaria China Imperial en alta definici¨®n A la hora de programar este Dynasty Warriors Next, los desarrolladores de Omega Force se han basado en la ¨²ltima entrega numerada de la franquicia, el Dynasty Warriors 7 que viera la luz el pasado a?o en plataformas de sobremesa. Se han escrito ya r¨ªos de tinta sobre la cercan¨ªa a nivel t¨¦cnico de PS Vita respecto a las plataformas de sobremesa de la presente generaci¨®n, aunque las conversiones vistas hasta ahora (Ultimate Marvel Vs. Capcom 3 o FIFA Football, por ejemplo), dejan entrever que a nivel t¨¦cnico los juegos de PSV se encuentran un pelda?o por debajo en lo que a potencial gr¨¢fico se refiere. Sin embargo a¨²n queda esperanza de tener ¡°una PlayStation 3¡± en nuestras manos, dado que la port¨¢til acaba de nacer y ni mucho menos se atisba a¨²n el techo que pueda llegar a alcanzar a nivel t¨¦cnico. Ello se corrobora al jugar a t¨ªtulos como BlazBlue (una conversi¨®n 1:1 respecto a lo visto en sobremesa) o este Dynasty Warriors Next que gr¨¢ficamente hablando es casi id¨¦ntico a lo visto en DW7 en lo que a despliegue visual se refiere. Incluso posee ciertas mejoras respecto a lo presente en consolas de sobremesa como pueden ser unas texturas a mayor definici¨®n y un n¨²mero superior de pol¨ªgonos en pantalla (esto es especialmente perceptible en los soldados rasos, que aqu¨ª se encuentran lejos de ofrecer el aspecto borroso y cuadriculado visto en PS3 y 360). Puede que sea por la mayor RAM de PSV (que dobla en n¨²mero a la de PS3), por condensarlo todo en 5 pulgadas en lugar de en un televisor de generosas dimensiones o por la propia y alucinante nitidez de su pantalla OLED (el gran descubrimiento de la plataforma, dejando a un lado las concesiones a modas imperantes hoy d¨ªa como son los paneles t¨¢ctiles, las c¨¢maras o los sensores de movimiento), pero el caso es que Dynasty Warriors Next es todo un espect¨¢culo para la vista. Eso s¨ª, este juego no se libra de los defectos que la franquicia lleva arrastrando desde sus inicios, los cuales consisten principalmente en una distancia de dibujado demasiado brusca para los escenarios y un popping omnipresente en todo momento que hace que aparezcan o desaparezcan como por arte de magia decenas de guerreros ante nuestras mismas narices. Quiz¨¢ ya ser¨ªa conveniente exigir a Omega Force algo de moderaci¨®n en este sentido para as¨ª corregir estos defectos. La soluci¨®n ser¨ªa bien sencilla: gestionar menos soldados simult¨¢neos en la batalla, de manera que dicho n¨²mero no llegara a exceder la cuant¨ªa de guerreros que pueden permanecer en pantalla sin aparecer o desaparecer a las primeras de cambio. Las plataformas actuales (y m¨¢s un sistema de la potencia de PSV) son perfectamente capaces de gestionar el n¨²mero de soldados suficiente para que la sensaci¨®n de caos, frenes¨ª y batalla multitudinaria permanezca m¨¢s que presente en todo momento. Pero en este DWN se sigue poniendo en liza mucho m¨¢s de lo que el hardware de la plataforma es capaz de mascar, de ah¨ª que estemos continuamente siendo testigos de c¨®mo multitud de soldados aparecen o desaparecen a velocidad de v¨¦rtigo. Resumi¨¦ndolo todo en una palabra: optimizaci¨®n. Es algo que la franquicia lleva pidiendo a gritos desde hace tiempo. Se consigui¨® en los ¨²ltimos estertores de los 128 bits (Dynasty Warriors 5 o Warriors Orochi 2 para PS2 son buena prueba de ello), pero en la generaci¨®n actual a¨²n parece lejos de llegar a conseguirse.
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Dejando a un lado el popping y la brusca aparici¨®n de elementos del escenario en la lejan¨ªa, la verdad es que Dynasty Warriors Next derrocha espectacularidad por los cuatro costados. Pocos t¨ªtulos como ¨¦ste pueden reflejar hoy d¨ªa el caos, la anarqu¨ªa y el descontrol presente en una batalla campal en la que miles de soldados se enfrentan a vida o muerte. Los efectos gr¨¢ficos tambi¨¦n son dignos de menci¨®n, tanto los relativos a la iluminaci¨®n (especialmente a destacar son los reflejos de luz en el acero de las armas de los personajes) como aquellos que se desencadenan cuando los guerreros m¨¢s poderosos de cada reino ejecutan sus mort¨ªferas t¨¦cnicas especiales. La franquicia DW siempre se ha caracterizado por poseer una plantilla de personajes seleccionables abrumadora, y este Dynasty Warriors Next no iba a ser menos al respecto, alcanz¨¢ndose la cifra de 65, todos perfectamente diferenciados excepto algunos casos donde la diferencia es mucho m¨¢s leve, como puede verse al comparar las t¨¦cnicas de Cao Cao y Sun Quan, por ejemplo. No llega a los t¨¦rminos de locura del pr¨®ximo Warriors Orochi 3 (que albergar¨¢ un plantel de nada m¨¢s y nada menos que 132 personajes seleccionables), pero se mantiene muy por encima de cualquier otro beat ¡¯em up masivo fuera del universo Musou.Unificaci¨®n a sangre y fuego El principal modo de juego del t¨ªtulo, denominado Campaign Mode, desarrolla la ya m¨¢s que cl¨¢sica historia presente en todos los Dynasty Warriors, basada en la obra El Romance de los Tres Reinos. En ella se nos narra la larga sucesi¨®n de batallas que tuvo lugar en China a partir del siglo II D.C., con la ca¨ªda del Imperio Han, la divisi¨®n del territorio chino en varios reinos que iniciaron una larga y cruenta guerra civil, y su posterior unificaci¨®n bajo un nuevo imperio din¨¢stico. Aunque sigue siendo la misma historia de siempre a la que los aficionados a la franquicia est¨¢n tan acostumbrados, el buen hacer de Omega Force tanto a la hora de desarrollarla como al brindar personalidad y carisma a los numeros¨ªsimos personajes que toman parte en ella consigue que volvamos a vivirla en este Dynasty Warriors Next sin el menor s¨ªntoma de cansancio. Es algo similar a lo que sucede con licencias como Dragon Ball: da igual las veces que nos cuenten una misma historia, ya que pr¨¢cticamente ha pasado a formar parte de nosotros. Eso s¨ª, la narraci¨®n no alcanza aqu¨ª el alto nivel logrado en Dynasty Warriors 7, ya que se encuentra condensada en un ¨²nico hilo en lugar de centrarse en cada uno de los reinos en disputa, salt¨¢ndose bastantes acontecimientos en el camino y dejando atr¨¢s visibles vac¨ªos argumentales que solo los familiarizados con El Romance de los Tres Reinos ser¨¢n capaces de rellenar.
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Lo que s¨ª sigue presente son las secuencias CG que de vez en cuando irrumpir¨¢n en pantalla, las cuales poseen la extraordinaria calidad a la que Koei nos tiene acostumbrados. En una ¨¦poca en que esta clase de v¨ªdeos son cada vez m¨¢s escasos, es de agradecer que compa?¨ªas como la anteriormente mencionada, Square o Namco (¨¦sta ¨²ltima especialmente con la franquicia Tekken) a¨²n sigan apostando por ellos. Centr¨¢ndonos ahora en el desarrollo del Modo Campa?a, ¨¦ste implementa un mapa similar al visto en los Dynasty Warriors Empires, el cual muestra una China dividida en diferentes territorios que deberemos ir conquistando poco a poco hasta hacernos con la totalidad del ¨¢rea en disputa. Antes de entrar a conquistar un territorio, es conveniente seleccionar varias estrategias que podr¨¢n brindarnos diversas ventajas en batalla. Dichas estrategias se nos muestran mediante cartas de personaje, cada una de las cuales otorga una o diversas mejoras (mayor defensa para nuestro personaje, un mayor n¨²mero de campamentos bajo nuestro control al iniciar la batalla, poder de ataque extra para el bando al que pertenecemos¡). Podremos seleccionar un n¨²mero m¨¢ximo de cuatro cartas por batalla, siempre y cuando poseamos el oro necesario para comprarlas. Dicho oro se obtiene mediante los impuestos que recibimos de cada territorio bajo nuestro control. Tambi¨¦n pueden darse diversas situaciones que nos obligar¨¢n a tomar una decisi¨®n, como que una mala temporada de cosecha deje a nuestros s¨²bditos en una dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica. Entonces deberemos decidir si exigimos tributo de todas maneras, o bien nos mostramos benevolentes con los campesinos para que as¨ª no pasen hambre. Tomar una u otra decisi¨®n tendr¨¢ sus consecuencias (por ejemplo, si pasamos por alto el pago de los tributos, no tendremos oro para comprar cartas, aunque puede que nuestros s¨²bditos nos agradezcan el gesto a largo plazo), as¨ª que no es un simple a?adido de cara a la galer¨ªa. Tal y como mencionamos anteriormente, este Modo Campa?a no est¨¢ dividido en varias secciones como suele ser habitual en anteriores DW, por lo que saltaremos de controlar a uno u otro reino seg¨²n el cap¨ªtulo de la historia en la que nos encontremos. Muchas veces tomaremos el control de un personaje impuesto por el juego, aunque en otras podremos seleccionar entre varios pertenecientes al reino bajo cuya bandera estemos jugando.
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Blandiendo armas a golpe de pantalla t¨¢ctil El sistema de control de Dynasty Warriors Next es bastante similar al de otros t¨ªtulos de la franquicia. Contamos con un bot¨®n de ataque r¨¢pido y otro de ataque fuerte, los cuales podremos combinar de diversas maneras para ejecutar un amplio abanico de t¨¦cnicas ofensivas. Con el bot¨®n c¨ªrculo ejecutaremos el ataque Musou, quedando el bot¨®n X reservado para saltar. L nos servir¨¢ para cubrirnos y R para efectuar un ataque especial que tiene la particularidad de poder cancelar cualquier otro movimiento del personaje, posibilit¨¢ndonos as¨ª el encadenamiento de largas combinaciones de golpes. El control del guerrero queda reservado al stick izquierdo, el de la c¨¢mara al derecho, y con la cruceta podremos llamar en cualquier momento a una montura, o bien hacer aparecer o desaparecer las barras de salud tanto de aliados como de enemigos. Esto en lo que a controles f¨ªsicos se refiere, ya que Omega Force ha implementado secciones en las que pasaremos a usar la pantalla t¨¢ctil delantera, el panel t¨¢ctil trasero y los sensores de movimiento de la port¨¢til. ? As¨ª, adem¨¢s del ataque Musou principal, cada personaje posee un ataque Musou secundario activable al pulsar simult¨¢neamente la pantalla con dos dedos. Dicho ataque cuenta con la particularidad de usar las caracter¨ªsticas t¨¢ctiles de PSV, teniendo por ejemplo que sacudir la consola para que nuestro personaje golpee el suelo, pulsar en el panel t¨¢ctil trasero para que surja una columna de hielo sobre la zona de juego que queda justo encima, efectuar un gesto de corte para que nuestro personaje blanda su arma en un amplio arco, etc. La cosa no acaba aqu¨ª, ya que tambi¨¦n existen eventos especiales y aleatorios denominados Emboscadas en los que, bajo una perspectiva en primera persona, debemos ¡°golpear¡± a los enemigos, interceptar los proyectiles que nos lancen o impedir que se abalancen sobre nosotros. Luego tenemos los combates especiales, que generalmente tendr¨¢n lugar contra los generales m¨¢s destacados del ej¨¦rcito enemigo. En dichos combates, que pasan a ser uno contra uno, el control es completamente t¨¢ctil, correspondi¨¦ndonos a nosotros atacar, defender o interceptar los ataques del rival mediante gestos y arcos trazados sobre la pantalla con nuestros dedos.
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Estas secciones, junto a alguna que otra m¨¢s que nos encontraremos tambi¨¦n a medida que jugamos, no inciden demasiado en el desarrollo del juego, por lo que no se hacen demasiado molestas. Es obvio que todo esto podr¨ªa haberse resuelto perfectamente mediante los botones f¨ªsicos de la consola (de hecho, algunas acciones podremos ejecutarlas mediante botones, sobre todo las que requieren el uso de los sensores de movimiento de la port¨¢til, siendo mucho m¨¢s recomendable la opci¨®n f¨ªsica al ser infinitamente m¨¢s precisa e intuitiva), as¨ª que solo es un a?adido que est¨¢ ah¨ª porque es la novedad y la moda, no porque sea especialmente original o revolucionario de cara a la mec¨¢nica de los combates o el sistema de juego. El ¨²nico a?adido t¨¢ctil que vemos perfectamente acertado y coherente no es otro que el de dar ¨®rdenes a la guardia personal que nos acompa?a. As¨ª, efectuando un gesto para ampliar el mapa presente en la interfaz de juego, podemos se?alar con el dedo los iconos que representan a dichas tropas y arrastrarlo hacia donde queremos que vayan, ya sea para ordenarles defender una de nuestras posiciones, atacar un campamento enemigo, etc. Esta caracter¨ªstica, ya presente en el Samurai Warriors Chronicles de 3DS, otorga una nueva dimensi¨®n estrat¨¦gica al juego y es muy de agradecer. Lo que ya no es tan de agradecer es el otro ¡°a?adido de nueva generaci¨®n¡± que ha recibido el t¨ªtulo¡ Con la regeneraci¨®n hemos topado Uno de los personajes m¨¢s famosos presentes en el amplio pante¨®n de la editorial de c¨®mics norteamericana Marvel responde al nombre de Logan, siendo m¨¢s conocido por su alias de Lobezno (Wolverine en lengua anglosajona). Lobezno es un mutante, definici¨®n por la que se conoce en el Universo Marvel a las personas nacidas con poderes extraordinarios. El poder de este mutante canadiense no es otro que un incre¨ªble factor regenerativo, el cual le permite tanto envejecer muy lentamente (tiene m¨¢s de cien a?os de edad, a pesar de que aparenta unos cuarenta) como recuperarse con la mayor rapidez de cualquier herida infligida sobre su cuerpo, por muy grave que ¨¦sta sea. En los c¨®mics del personaje han llegado incluso a darse casos en los que su cuerpo quedaba reducido a un simple esqueleto, para pasar a regenerarse en poco tiempo hasta volver a su estado original, sin un solo rasgu?o presente en ¨¦l. ?Por qu¨¦ mencionamos esto en el presente an¨¢lisis, os preguntareis? Bien, porque resulta que en la presente generaci¨®n hemos pasado de la noche a la ma?ana a controlar a todo un abanico de primos hermanos de Lobezno; es decir, personajes invulnerables e inmortales capaces de regenerar en un par de segundos su salud independientemente del castigo que reciban en el trascurso de sus aventuras. Es la muerte del botiqu¨ªn, el ocaso del pollo asado, la desaparici¨®n del desaf¨ªo, la extinci¨®n de la dificultad; es, en definitiva, la mayor concesi¨®n a la casualidad, la comodidad y la dejadez jam¨¢s vista en esta industria (y no llevamos pocas, precisamente), y lo peor es que ha llegado para quedarse.
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Su origen y expansi¨®n habr¨ªa que buscarlo en los FPS, contagi¨¢ndose posteriormente a cualquier otra cosa que tenga que ver con un shooter (primera o tercera persona, perspectiva cenital o a¨¦rea, a pie o en veh¨ªculos¡). Las caracter¨ªsticas son bien conocidas por todos: el personaje que controlamos recibe da?o, la pantalla se ti?e de rojo, nos agachamos un par de segundos, la pantalla vuelve a la normalidad y aqu¨ª no ha pasado nada. Esta moda de la regeneraci¨®n espont¨¢nea de salud parece haber sido bien recibida por parte de un buen n¨²mero de usuarios (en concreto aquellos que vuelcan la mayor¨ªa de su tiempo en los shooters multijugador online, los cuales en la presente generaci¨®n son legi¨®n tal y como muestran las ventas anuales de la franquicia Call of Duty), y los programadores, encantados ante esta nueva perspectiva (no en vano gracias a ello no tienen que preocuparse por medir niveles de dificultad, ya que ¨¦sta deja de existir; ni de distribuir ¨ªtems de salud equitativamente a lo largo del escenario, ya que han dejado de tener raz¨®n de ser; ni de lanzar al jugador desaf¨ªos equilibrados, puesto que con la regeneraci¨®n podr¨¢ superar cualquier cosa), no han dudado a la hora de exportarla a otros g¨¦neros en los que chirr¨ªa incluso m¨¢s que en los shooters. Y es que s¨ª, queridos lectores, Dynasty Warriors Next tiene el dudoso honor de ser el primer t¨ªtulo de la franquicia en el que no existe barra de salud para nuestro personaje, ya que ¨¦sta se regenerar¨¢ instant¨¢neamente a poco que nuestro soldado reciba da?o por parte de los enemigos. Con ello, la dificultad ha descendido a niveles m¨ªnimos. A¨²n en el nivel m¨¢s alto disponible, ser¨¢ casi imposible que el enemigo logre abatirnos. Hasta el mism¨ªsimo Lu Bu acabar¨¢ aburrido de darnos golpes al ver que los podremos encajar como si tal cosa. S¨ª, la pantalla se te?ir¨¢ de rojo, pero solo tendremos que alejarnos unos segundos de la refriega para que otra vez nos encontremos como nuevos. Incluso si rechazamos huir, nos costar¨¢ m¨¢s trabajo morir que seguir con vida. La raz¨®n por la que Koei ha decidido ¡°callofdutyzar¡± el juego no podemos imagin¨¢rnosla, puesto que en un t¨ªtulo de naturaleza arcade como ¨¦ste, la regeneraci¨®n de salud se torna como algo absolutamente artificial y carente de toda justificaci¨®n.
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Bien es verdad que esto de la regeneraci¨®n autom¨¢tica de salud es cuesti¨®n de gustos, y que habr¨¢ usuarios que preferir¨¢n eso a contar con la barra de vitalidad de toda la vida regenerable a trav¨¦s de la recolecci¨®n de ¨ªtems dispuestos a lo largo del mapeado de combate. Pero la realidad es que a¨²n hay gente que no traga con ello, por lo que Koei deber¨ªa haber dado al jugador la elecci¨®n de elegir entre una u otra forma de curarse. De hecho el trabajo al respecto habr¨ªa sido m¨ªnimo ya que los ¨ªtems de salud siguen presentes en el juego aunque ya no sirvan para nada, como si lo de la regeneraci¨®n hubiera sido implementado a ¨²ltima hora, cuando el juego ya estaba pr¨¢cticamente finalizado. Mucho nos tememos que, si la extensi¨®n de esta moda sigue adelante a tal ritmo, pronto nos encontraremos con un Street Fighter V con regeneraci¨®n autom¨¢tica de salud (los combates se har¨¢n eternos, sin duda), o con un Tetris en el que no podremos eliminar l¨ªneas ya que ¨¦stas reaparecer¨¢n al instante. En definitiva, Dynasty Warriors Next es el juego m¨¢s f¨¢cil de la franquicia, ya que aqu¨ª la muerte ha dejado definitivamente de tener sentido.No solo de campa?as viven los reinos Por supuesto, la campa?a no es la ¨²nica oferta jugable de Dynasty Warriors Next. Contamos tambi¨¦n con el Modo Conquista, el cual puede considerarse algo as¨ª como un ¡°Modo Libre¡± ya que aqu¨ª no estaremos obligados a seleccionar ej¨¦rcitos y personajes siguiendo el hilo narrativo de los Tres Reinos. As¨ª, solo tendremos que seleccionar un ej¨¦rcito a placer para pasar a unificar todo el territorio bajo nuestra bandera. A grandes rasgos, tanto mec¨¢nica como jugabilidad son id¨¦nticas a lo ya comentado en el Modo Campa?a, excepto que aqu¨ª solo podremos atacar territorios que se encuentren en un nivel de fuerza accesible por nuestro ej¨¦rcito, adem¨¢s de que habr¨¢ que tener en cuenta que el enemigo ser¨¢ capaz de invadir territorios que se encuentren bajo nuestro poder. Tambi¨¦n contamos con el denominado Modo Coalici¨®n, el cual servir¨¢ para luchar junto a otros tres jugadores de manera cooperativa. Desgraciadamente, dichas partidas ser¨¢n ¨²nicamente Ad Hoc, es decir, de modo local, quedando las posibilidades online restringidas a compartir datos y luchar por obtener las mejores puntuaciones en unos determinados desaf¨ªos.
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Tambi¨¦n tenemos disponible un Modo Edici¨®n bastante completo, en el que podremos crear nuestro propio general para luchar tanto en el Modo Conquista como en el Modo Coalici¨®n. Las opciones de personalizaci¨®n nos parecer¨¢n escasas en un principio, pero acabar¨¢n desbloque¨¢ndose un n¨²mero nada desde?able de ¨¦stas conforme vamos jugando. Tambi¨¦n contamos con una completa Enciclopedia en la que se nos ofrecer¨¢n completas biograf¨ªas de cada personaje, un resumen del Romance de los Tres Reinos, etc. Desgraciadamente, tanto esta opci¨®n como el resto de textos del juego ¨²nicamente ser¨¢n disfrutados por aquellos usuarios versados en el idioma anglosaj¨®n, dado que el juego se encuentra ¨²nicamente en ingl¨¦s. No es que sea algo imperdonable teniendo en cuenta la naturaleza arcade del t¨ªtulo, aunque solo aquellos con un nivel aceptable de ingl¨¦s podr¨¢n disfrutar tanto de la historia como de las complejas relaciones que se llevan a cabo entre la multitud de personajes que hacen acto de aparici¨®n. Adem¨¢s, la no traducci¨®n de los textos es algo que puede repercutir en la jugabilidad, dado que en pleno combate recibiremos de vez en cuando ¨®rdenes, sugerencias o peticiones por parte de nuestros aliados, las cuales obviamente no podremos atender si no entendemos lo que nos dicen. Adem¨¢s, las explicaciones para las cortas aunque numerosas secciones t¨¢ctiles que se nos presentar¨¢n tambi¨¦n se encuentran en ingl¨¦s, por lo que puede que muchas veces no sepamos qu¨¦ demonios hacer seg¨²n la situaci¨®n a no ser que poseamos los conocimientos necesarios en lengua anglosajona. Por suerte, Koei al menos se ha tomado la molestia de ofrecernos un extenso manual en castellano de 54 p¨¢ginas (manual disponible ¨²nicamente en formato digital, por desgracia, independientemente de que nos hagamos o no con la edici¨®n f¨ªsica del juego), el cual resolver¨¢ buena parte de las dudas a aquellos que renieguen del ingl¨¦s, aunque no todas.