El diablo sobre ruedas

Nos encontramos a finales de 1995, concretamente en noviembre, pocos d¨ªas despu¨¦s de que la por entonces nueva y flamante PS1 debutara en tierras occidentales. Aquel d¨ªa irrumpi¨® en las estanter¨ªas de las tiendas un t¨ªtulo que a posteriori dar¨ªa lugar a la franquicia exclusiva m¨¢s longeva del mundo PlayStation. Dicho t¨ªtulo, abalado por Sony y programado por un estudio de por entonces reciente creaci¨®n denominado Single Trac (entre cuyas filas se encontraba un tal David Jaffe, joven programador que ya apuntaba buenas maneras gracias a su debut profesional en el gran Mickey Mania ¨CSony Imagesoft, 1994-), respond¨ªa al nombre de Twisted Metal, y ofrec¨ªa una propuesta jugable que desde luego derrochaba originalidad por los cuatro costados. En esencia, se trataba de un juego deathmatch (es decir, combate todos contra todos) en el que, en lugar de ir a pie, los participantes conduc¨ªan toda clase de veh¨ªculos armados hasta la ¨²ltima de sus tuercas. La premisa era sencilla: recorrer un escenario de libre exploraci¨®n mientras recolectamos armas, eliminamos contrincantes y nos aseguramos de ser el ¨²nico superviviente de la monumental refriega.

Elonline en consolas era por entonces ¨²nicamente una utop¨ªa, por lo que las opciones multijugador brillaban por su ausencia a no ser por el socorrido modo local a pantalla partida. Y ya no hab¨ªa mucho m¨¢s que rascar. Twisted Metal era un arcade puro, duro y directo, 100 % vieja escuela, del que cualquiera que quisiera buscar algo m¨¢s en ¨¦l acabar¨ªa renegando debido a su en apariencia sencilla propuesta; sin embargo, todo aquel que aceptara el juego tal y como era acababa irremediablemente enganchado a ¨¦l, ya que era rabiosamente jugable e incre¨ªblemente adictivo. El ¨¦xito acab¨® llegando, sobre todo en el mercado estadounidense, por lo que la semilla de la franquicia ya estaba plantada y solo hab¨ªa que esperar la inevitable primera secuela. Dicho t¨ªtulo no tard¨® mucho tiempo en llegar. Twisted Metal: World Tour (1996) limaba las asperezas del original, perfeccionaba los controles y el sistema de combate, y adem¨¢s brindaba unos escenarios de mayor variedad y un apartado t¨¦cnico a la altura de las circunstancias, convirti¨¦ndose en un nuevo ¨¦xito para Sony y en la confirmaci¨®n de que a la franquicia a¨²n le quedaba bastante cuerda. Pero dicho ¨¦xito se limit¨® al mercado norteamericano, por lo que las siguientes entregas de la franquicia (Twisted Metal 3 en 1998 y TM4 en 1999) permanecieron in¨¦ditas en el viejo continente.

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Pero tampoco se perdi¨® demasiado, dado que dichos t¨ªtulos eran claramente inferiores a los originales debido principalmente a que no era Single Trac la que estaba tras ellos (el estudio abandon¨® Sony tras varias desavenencias con el gigante nip¨®n), sino 989 Studios, una divisi¨®n de Sony Am¨¦rica. Tras aquellos dos fracasos la franquicia parec¨ªa destinada al olvido, hasta que en 2001 sus creadores originales acudieron al rescate, esta vez reinventados como un nuevo estudio de nombre Incognito Entertainment. Nada m¨¢s cerrar acuerdos con Sony se pusieron manos a la obra para desarrollar dos nuevos Twisted Metal. El primero de ellos llev¨® por subt¨ªtulo Small Brawl, trat¨¢ndose de un TM para PlayStation 1 en el que todo se ve¨ªa reducido a una escala de coches de radiocontrol (al estilo de lo visto recientemente en MotorStorm RC). El segundo, Twisted Metal: Black, se convirti¨® en el salto de la franquicia a la por entonces nueva y flamante PlayStation 2, recogiendo todas las virtudes que hab¨ªan hecho grandes a los dos primeros TM para expandirlas aprovechando la potencia de la nueva plataforma. El juego segu¨ªa haciendo gala de un fort¨ªsimo componente multijugador a pesar de que no permit¨ªa juego online, algo que se arregl¨® un a?o despu¨¦s con una nueva edici¨®n denominada Twisted Metal: Black Online, la cual se lanz¨® en cuanto PS2 estuvo capacitada para conectarse a la red de redes.

La siguiente parada de la franquicia, tras un cancelado Twisted Metal: Harbor City para PS2 que estaba planificado como secuela de Black, fue PlayStation Portable. Twisted Metal: Head On apareci¨® en 2005 como un retorno de la franquicia a sus ra¨ªces, desechando el ambiente opresivo y oscuro de Black para sustituirlo por otro m¨¢s colorido y cercano al c¨®mic estadounidense que hab¨ªa sido santo y se?a de los TM de PS1. Luego tuvieron que pasar varios a?os m¨¢s para volver a tener noticias de la franquicia. David Jaffe, quien hab¨ªa obtenido ¨¦xito y fama mundial al convertirse en el principal creador de God of War (Santa Monica Studios, 2005), regres¨® a la serie junto a su socio Scott Campbell, ambos tomando las riendas de un nuevo estudio de programaci¨®n denominado Eat Sleep Play. Tras finalizar el desarrollo de Calling All Cars! en 2007 y lanzar un remake para PS2 de TM: Head On en 2008, Jaffe se puso manos a la obra para desarrollar el primer Twisted Metal original para sobremesa desde aquel ya por entonces lejano 2001 que vio nacer a TM: Black.

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 En principio estaba planificado que dicho t¨ªtulo fuera un descargable al estilo Calling All Cars!, pero Sony anim¨® a Jaffe para que lo convirtiera en un juego de lanzamiento f¨ªsico, al que habr¨ªa que a?adir opciones monojugador que por entonces no ten¨ªa. El desarrollo del juego fue mucho m¨¢s accidentado de lo inicialmente previsto, ya que se desecharon hasta dos proyectos en su estado inicial: Twisted Metal Apocalypse y TM Revolution. El primero debido a sus claras semejanzas con el por entonces pr¨®ximo MotorStorm: Apocalypse, y el segundo por las dificultades presentadas a la hora de trasladar los conceptos iniciales (que mostraban un mundo mucho m¨¢s realista que el habitual en un Twisted Metal) a su primera fase de programaci¨®n. Finalmente se acab¨® por tomar la decisi¨®n de regresar al concepto tenebroso, oscuro y retorcido mostrado en Twisted Metal: Black, aunque d¨¢ndole una nueva vuelta de tuerca para hacerlo a¨²n m¨¢s opresivo. As¨ª, el juego se present¨® de manera oficial durante el E3 de 2010 (con una puesta en escena m¨¢s que agradecida teniendo en cuenta lo sosas y aburridas que vienen siendo las conferencias de dicha feria durante los ¨²ltimos a?os), y llega a todas nuestras PS3 dos a?os despu¨¦s tras alg¨²n que otro retraso y una fuerte pol¨¦mica referente a la censura de la versi¨®n europea del t¨ªtulo. Pero ya habr¨¢ tiempo para hablar de pol¨¦micas. Ahora lo importante es que Twisted Metal al fin ha regresado, y es hora de recibirlo con todos los honores.

Metal m¨¢s retorcido que nunca Tal y como hemos mencionado en la introducci¨®n, uno de los rasgos visuales que hac¨ªan destacar a la anterior entrega de sobremesa de Twisted Metal (el TM: Black lanzado para PS2 en 2001) era su aspecto oscuro, opresivo y desasosegante, directamente inspirado en pel¨ªculas como El Silencio de los Corderos (Jonathan Demme, 1991), Seven (David Fincher, 1995) o Resurrecci¨®n (Russell Mulcahy, 1999). Aunque el contraste art¨ªstico respecto a las primeras entregas de la saga Twisted Metal era m¨¢s que evidente, lo cierto era que sentaba como un guante a una franquicia repleta de asesinos esquizofr¨¦nicos, seres que parecen surgidos del Averno y un Mefist¨®feles (Calypso) que firma pactos y otorga deseos envenenados a todo aquel que quiera buscarlos. Este Twisted Metal PS3 sigue la misma l¨ªnea est¨¦tica, a?adiendo a la mezcla unas gotitas de Saw (James Wan, 2004) para incluir un tono herrumbroso y gore a todo el conjunto. En una de las primeras declaraciones de David Jaffe acerca del juego, ¨¦ste dej¨® caer la posibilidad de suavizar el aspecto oscuro y tenebroso del t¨ªtulo para rebajar as¨ª la calificaci¨®n por edades y aumentar el espectro de p¨²blico al que va dirigido. Afortunadamente al final no ha sido as¨ª. Twisted Metal PS3 no es un juego para todos los p¨²blicos, sino ¨²nica y exclusivamente para mayores de edad, debido principalmente a su modo historia y a las secuencias de v¨ªdeo que contiene.

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Dichas secuencias de v¨ªdeo, que no son ni escenas CG ni han sido construidas con el motor gr¨¢fico del juego, sino rodadas con actores reales, sorprenden por su crudeza visual, mostrando cuellos degollados, cuerpos descabezados y menores de edad empu?ando armas que no dudan en usar contra sus semejantes. Por supuesto, aqu¨ª no hay nada que no hayamos visto ya en el cine o en cualquier telediario de las tres de la tarde, aunque no han estado exentas de una pol¨¦mica que, curiosamente, ha acabado teniendo consecuencias en el mercado europeo en lugar de en el norteamericano, el cual se supon¨ªa mucho m¨¢s conservador en lo que a videojuegos para adultos se refiere. Y es que la f¨¦rrea y siempre lamentable censura ha acabado ceb¨¢ndose con Twisted Metal en su llegada al viejo continente, viendo recortadas algunas de las escenas de estos v¨ªdeos as¨ª como modificado al menos uno de los elementos del juego propiamente dicho. Y todo a pesar de que la calificaci¨®n PEGI del juego es +18. Seguramente el siempre conservador y cerrado mercado alem¨¢n ha tenido mucho que ver en esta censura, aunque no es de recibo que paguen justos por pecadores y haya tenido que ser la totalidad del mercado europeo la que sufra estos recortes.

No podemos comprobar de primera mano hasta d¨®nde han llegado los tijeretazos (y nunca mejor dicho, tal y como podr¨¦is comprobar a continuaci¨®n), dado que a la hora de redactar el presente an¨¢lisis no hemos dispuesto de una versi¨®n USA para comparar, pero al menos ha trascendido que alcanzan a una de las primeras escenas de v¨ªdeo (en la que una chica clava unas tijeras a Sweet Tooth en la versi¨®n original, mientras en la europea no se ve absolutamente nada), as¨ª como al arma especial del veh¨ªculo Meat Wagon, la cual consiste en lanzar a un enfermo atado a una camilla repleta de explosivos, enfermo que pasa a ser un cad¨¢ver en la versi¨®n europea. Son cambios leves y que por supuesto en nada afectan a la jugabilidad; pero no deja de ser censura, y ¨¦sta siempre debe ser denunciada como lo que en realidad es: un individuo o grupo de individuos que, ejerciendo una potestad que ni ellos ni nadie deber¨ªa jam¨¢s tener, deciden qu¨¦ puede ver y qu¨¦ no puede ver una persona adulta y perfectamente cabal. Lo peor de todo es que no es la primera vez que la censura se ceba con Twisted Metal. Ya pas¨® tanto en el primer t¨ªtulo de la saga como en TM: Black, tal y como se pudo leer en un reportaje dedicado a la saga que publicamos en la revista un par de a?os atr¨¢s. As¨ª, la historia, la lamentable historia, se repite por tercera vez.

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Dicho esto, sigamos con el juego. Twisted Metal PS3 se encuentra repleto de ofertas multijugador, dando as¨ª al fin rienda suelta y sin ninguna clase de traba a lo que desde un principio hab¨ªa sido la verdadera naturaleza de la franquicia. Afortunadamente no por ello se ha descuidado la parcela monojugador, siendo la modalidad estrella de esta vertiente un Modo Historia en el que se incluyen los v¨ªdeos rodados por actores reales anteriormente mencionados. Tanto Jaffe como su equipo de Eat Sleep Play han acabado decidiendo enfocar los esfuerzos a la hora de desarrollar el argumento del juego en un grupo reducido de personajes en lugar de en el amplio abanico visto en Twisted Metal anteriores, as¨ª que a lo largo del recorrido por el Modo Historia seremos testigos de las sombr¨ªas y retorcidas vivencias de Sweet Tooth, Mr. Grimm y Dollface, personajes familiares para los aficionados a la franquicia. Ser¨¢ aqu¨ª donde al fin conozcamos los or¨ªgenes de dichos caracteres. No revelaremos demasiado para no estropear sorpresas, pero s¨ª diremos que la historia de Sweet Tooth acabar¨¢ poni¨¦ndonos los pelos de punta, que la de Mr. Grimm har¨¢ esbozar una sonrisa a los aficionados a los c¨®mics Marvel en general y al personaje del Motorista Fantasma (personaje en el que claramente se inspira Mr. Grimm) en particular, y que la de Dollface nos demostrar¨¢ que los registros de locura alcanzados por el Joker (enemigo ac¨¦rrimo de Batman) no son ¨²nicamente exclusivos de dicho personaje. Historias personales aparte, el hilo narrativo de Twisted Metal PS3 comienza con un concepto ya cl¨¢sico en la franquicia: Un misterioso y oscuro personaje llamado Calypso organiza un torneo clandestino en el que los participantes, al volante de varios veh¨ªculos que no son otra cosa que mort¨ªferos arsenales rodantes, deben matarse entre s¨ª hasta que solo quede uno.

El premio para el vencedor es bien sencillo, pero no por ello menos deseable y codiciado: la consecuci¨®n de un deseo, cualquier deseo que el superviviente quiera ver hecho realidad. As¨ª, a lo largo de la historia deberemos superar diversos desaf¨ªos, los cuales no solo se reducen a matar al resto de competidores a los que nos enfrentamos. Con este Twisted Metal PS3 se ha buscado brindar m¨¢s variedad a la cl¨¢sica mec¨¢nica deathmatch de la saga, por lo que aunque siguen existiendo niveles en los que todo consistir¨¢ en eliminar a nuestros enemigos uno a uno, en otros deberemos participar en fren¨¦ticas y ca¨®ticas carreras cuyos trazados son marcados mediante checkpoints. Tambi¨¦n nos encontramos con escenarios en los que existe una zona delimitada y reducida que cambia constantemente de emplazamiento; encontrarse fuera de dicha zona producir¨¢ la activaci¨®n de una cuenta atr¨¢s que, al finalizar, har¨¢ que perdamos salud de manera continuada, por lo que al frenes¨ª del combate en s¨ª hay que a?adir una desenfrenada carrera de zona segura a zona segura mientras por el camino nuestros rivales hacen todo lo posible para que no lleguemos a nuestro destino.

Tambi¨¦n existe un coliseo (escenario cl¨¢sico en la franquicia Twisted Metal) completamente remozado que se convierte en un enemigo m¨¢s para nuestra supervivencia. Dicho estadio se encuentra repleto de trampas mortales como fosos de lava, rejillas el¨¦ctricas, apisonadoras, etc. Tambi¨¦n est¨¢ salpicado por doquier de plataformas m¨®viles y elevadores que hacen que la disposici¨®n cambie continuamente, por lo que tendremos que estar siempre pendientes del entorno si no queremos caer a las primeras de cambio. Existen otros elementos que no queremos mencionar aqu¨ª para no estropear la sorpresa, aunque s¨ª nos detendremos en uno de ellos: los jefes finales. Entre los m¨¢s viejos del lugar siempre se ha dicho que nadie ha sabido nunca crear mejores final bosses que Konami (la cl¨¢sica Konami de anta?o, no la que en la actualidad se arrastra sin pena ni gloria por la industria) y Treasure (formada por antiguos desarrolladores de la propia Konami). Pues bien, los que llevamos ya largo tiempo disfrutando de los juegos auspiciados por David Jaffe bien sabemos que el dise?ador estadounidense puede y debe formar parte de este selecto grupo por m¨¦ritos propios. Los final bosses de sus juegos (el primer God of War, que sent¨® c¨¢tedra para los siguientes, es buena prueba de ello) suelen ser duros, correosos, dif¨ªciles y sobre todo pu?eteros, muy, muy pu?eteros. Afortunadamente, Twisted Metal PS3 no es una excepci¨®n a esta norma. Puede que el enfrentamiento contra el primer final boss acabe siendo m¨¢s f¨¢cil de lo que en un principio podr¨ªa parecer, pero ya en el segundo las cosas se complicar¨¢n bastante, y acabaremos sudando sangre para tumbarlo a¨²n en el nivel normal de dificultad.

Vaya por delante algo a tener muy en cuenta: Twisted Metal PS3 no es un juego f¨¢cil o accesible. El t¨ªtulo destila jugabilidad de la vieja escuela por todos y cada uno de sus poros, as¨ª que aqu¨ª las concesiones de cara a la galer¨ªa tan tristemente habituales hoy d¨ªa como son la regeneraci¨®n autom¨¢tica de salud, o los adversarios que se comportan como est¨²pidos patos de feria cuya ¨²nica raz¨®n de existencia es la de ser abatidos por el jugador a placer, simplemente no existen. En los an¨¢lisis del juego publicados en prensa extranjera se ha criticado duramente a la IA existente en la modalidad monojugador, enarbolando como principal raz¨®n para ello el hecho de que los contendientes tienden a ir a por nosotros en lugar de luchar tambi¨¦n entre ellos. Sin embargo, esto se ha hecho as¨ª conscientemente. Ya era as¨ª en anteriores Twisted Metal, y debe ser as¨ª para que el recorrido por el Modo Historia no sea un camino de rosas como en cualquier Call of Duty al uso. En dicha clase de t¨ªtulos, el Modo Historia no es m¨¢s que un prescindible y artificial a?adido cuya ¨²nica finalidad es la de convertirse en un ligero y accesible tutorial antes de saltar a la modalidad online. En Twisted Metal PS3 esto no es as¨ª. La campa?a tiene su propio peso e importancia dentro del juego, por lo que debe ser desafiante, dura e implacable. Para avanzar, deberemos luchar; para progresar, tendremos que ganarnos los galones con esfuerzo y tes¨®n. Existen tres niveles de dificultad a elegir; ninguno de ellos es f¨¢cil (de hecho no existe un nivel de dificultad con dicha denominaci¨®n), si bien en el nivel normal podremos avanzar con cierta regularidad a poco que nos esforcemos.

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A medida que progresamos en dicho Modo Historia podremos ir desbloqueando diversos veh¨ªculos y armamento. Para desbloquearlo todo deberemos completar el juego en los tres niveles de dificultad (y creednos, sobre todo en el ¨²ltimo de ellos, el denominado Twisted, ser¨¢ todo un logro reservado ¨²nicamente a los maestros), consiguiendo adem¨¢s la totalidad de las medallas de oro en todas y cada una de las fases que los conforman. En definitiva, que tendremos juego para rato sin tan siquiera empezar a tocar la parcela multijugador del t¨ªtulo. Si bien el personaje a controlar vendr¨¢ marcado por el devenir de la historia, la elecci¨®n de veh¨ªculos (un principal y dos secundarios, siendo ¨¦stos ¨²ltimos guardados en un garaje para echar mano de ellos cuando sea necesario) ser¨¢ libre en casi todo momento, as¨ª que nos corresponder¨¢ a nosotros elegir los que creamos m¨¢s indicados para cada desaf¨ªo. Una vez en combate, ser¨¢ esencial conocer a fondo los elaborados escenarios para as¨ª contar con m¨¢s posibilidades de sobrevivir. Para recuperar la energ¨ªa que los enemigos nos vayan arrebatando contaremos con tres v¨ªas: recolectar los cl¨¢sicos ¨ªtems de salud dispuestos a lo largo y ancho del mapeado, subir a un cami¨®n tr¨¢iler que recorre el campo de batalla mientras luchamos, o acceder al garaje para cambiar de veh¨ªculo (el que dejemos en ¨¦l recuperar¨¢ salud de manera lenta pero constante hasta que volvamos a reclamarlo).

Esenciales para nuestra supervivencia son tambi¨¦n los numerosos ¨ªtems de armamento que salpican cada escenario. Las profusas zonas ocultas y recovecos con los que cuentan los decorados nos ofrecer¨¢n los ¨ªtems m¨¢s jugosos, y dedicaremos buena parte de nuestro tiempo a su recolecci¨®n ya que gastaremos el arsenal a velocidad de v¨¦rtigo para as¨ª tratar de mantener a raya a nuestros implacables adversarios. El sistema de control tampoco nos pondr¨¢ las cosas f¨¢ciles. Twisted Metal PS3 es un juego que cuenta con un sistema de control profundo y repleto de posibilidades, aunque esto es un arma de doble filo ya que para ello se usan todos y cada uno de los botones del pad, y ni aun as¨ª es suficiente ya que los programadores tambi¨¦n han tenido que echar mano a combinaciones de botones para activar ciertas habilidades de nuestro veh¨ªculo, e incluso al largo tiempo olvidado sensor Sixaxis (?alguien se acuerda de ¨¦l?) para activar el impulso de turbo. Todo el que haya probado la demo del juego lo sabr¨¢ a ciencia cierta: enfrentarse a los controles de Twisted Metal PS3 es en principio un caos que ha acabado echando para atr¨¢s a muchos de los usuarios que probaron dicho adelanto del t¨ªtulo.

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Se usan a fondo tanto ambos sticks como la cruceta; se explotan hasta m¨¢s all¨¢ del l¨ªmite tanto los cuatro botones frontales como el cuarteto de gatillos superiores; e incluso se reservan movimientos para los botones L3, R3 y el mencionado sensor Sixaxis. Hay que tener en cuenta que no ha habido m¨¢s remedio que hacerlo as¨ª, ya que tenemos que controlar tanto el movimiento de nuestro veh¨ªculo (giro, salto, derrape¡­) como su velocidad, al mismo tiempo que accionamos armas principales, armas secundarias, t¨¦cnicas ofensivas (como las minas o el rayo congelador) y defensivas (como el blindaje o el escudo absorbente), e incluso en algunos casos (como el del helic¨®ptero Talon y la furgoneta de Sweet Tooth en su forma rob¨®tica) la ascensi¨®n, el descenso y el grado de inclinaci¨®n. Por todo ello, Twisted Metal PS3 es un juego muy dif¨ªcil de controlar. Pero, tal y como hemos dicho, nos encontramos ante un t¨ªtulo que no brinda concesiones y facilidades artificiales al jugador para as¨ª mantenerlo sumiso y contento. Aqu¨ª, el sistema de control requerir¨¢ esfuerzo y dedicaci¨®n por nuestra parte; pero ya que nada es dejado al libre arbitrio o ha sido puesto de forma accesoria, la pr¨¢ctica y perseverancia por nuestra parte har¨¢n que, tras el obligatorio periodo de adaptaci¨®n, acabemos acostumbr¨¢ndonos y sorprendi¨¦ndonos a nosotros mismos al pasar a controlar perfectamente tal abanico de posibilidades.

Los escenarios del juego merecen sin duda menci¨®n aparte. Son un total de 8 mapas los disponibles, a los cuales se han aplicado diversas variaciones que los convierten en 30 pistas diferentes. Los habituales a la franquicia Twisted Metal ya saben que no nos encontramos aqu¨ª ante los habituales mapas de batalla de cualquier t¨ªtulo multijugador actual. Los escenarios de Twisted Metal PS3 son tan protagonistas de la acci¨®n como los propios combates al poseer un buen abanico de virtudes que hacen que sea todo un placer recorrerlos. En ellos encontramos zonas ocultas, multitud de elementos destruibles, trampas, peatones y veh¨ªculos civiles que entorpecer¨¢n nuestro recorrido, grandes abismos a los que podremos arrojar a nuestros adversarios (o ser arrojados por ellos), gui?os tanto a TM anteriores como a elementos de la cultura pop y cinematogr¨¢fica actual, ¨¢reas que cambiar¨¢n a medida que transcurren los combates¡­ Todo se nos mostrar¨¢ con un nivel de detalle digno de menci¨®n, not¨¢ndose a la legua que nos encontramos ante un t¨ªtulo exclusivo de PS3 gracias a los constantes efectos especiales y lum¨ªnicos que producir¨¢n nuestras armas (menci¨®n especial al humo, bastante conseguido en este juego), la velocidad a la que transcurrir¨¢ la acci¨®n y las constantes explosiones que surgir¨¢n por doquier. Todo esto siempre se nos mostrar¨¢ a unos estables 30 frames por segundo, dejando a las claras la estabilidad del motor gr¨¢fico con el que se ha construido el apartado t¨¦cnico del t¨ªtulo.

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Centr¨¢ndonos en la vertiente auditiva del juego, Twisted Metal PS3 cuenta con una banda sonora que, como el resto de elementos que lo conforman, es contundente, desenfrenada y en ocasiones demencial. Los temas instrumentales creados para el juego ascienden a la veintena, alcanzando una duraci¨®n global de aproximadamente una hora. Adem¨¢s, el t¨ªtulo incluye 16 temas licenciados provenientes de artistas como Rob Zombie, Judas Priest o Iggy Pop, que adem¨¢s de sentar como un guante a la tem¨¢tica del juego ponen el broche de oro a una banda sonora m¨¢s que excelente. Eso s¨ª, si dicha banda sonora acaba por no ser santo de vuestra devoci¨®n no hay problema, ya que el juego permite que usemos la m¨²sica que tengamos grabada en la consola como trasfondo mel¨®dico. En cuanto a las voces, el juego se encuentra completamente localizado a nuestro idioma. Puede que muchos de vosotros plane¨¦is haceros con la versi¨®n original norteamericana para as¨ª esquivar la absurda censura que ha sufrido Twisted Metal PS3 en su lanzamiento europeo, pero con ello os perder¨¦is un doblaje al castellano simplemente soberbio en el que han tomado parte actores de intachable profesionalidad, entre los que destaca el gran Alfonso Vall¨¦s (eternamente idolatrado por los aficionados al videojuego gracias a su inolvidable trabajo como Solid Snake en el primer Metal Gear Solid) en el papel de Mr. Grimm.

Competici¨®n global Una vez desgranadas a conciencia las virtudes del Modo Historia de Twisted Metal PS3 (el cual por desgracia acaba haci¨¦ndose m¨¢s breve de lo deseable, ya que deja con ganas de m¨¢s), hay que a?adir que la oferta monojugador del t¨ªtulo tambi¨¦n alcanza a un Modo Practica en el que podremos hacernos con los profundos controles del juego y un Modo Desaf¨ªo en el que contaremos con la posibilidad de seleccionar a placer tanto el escenario de combate como la modalidad (Deathmatch o supervivencia), el n¨²mero de contrincantes controlados por la IA que se enfrentar¨¢n a nosotros e incluso par¨¢metros como la presencia del cami¨®n de salud o la aparici¨®n o desaparici¨®n de peatones y veh¨ªculos civiles en el escenario.

Y ahora, llega la hora del multijugador. ?ste puede ser tanto local (4 jugadores m¨¢ximo) como online para hasta 16 competidores, y abarca una amplia variedad de modos de juego entre los que se incluyen el cl¨¢sico Deathmach (c¨®mo no) tanto individual como por equipos, Cacer¨ªa (todos los participantes deben perseguir a un ¨²nico jugador; el que consiga abatirlo pasar¨¢ a ser el nuevo objetivo del resto de jugadores) tambi¨¦n individual y por equipos, ?ltimo Hombre en Pie y, el m¨¢s original de la oferta, el Modo Nuke. Este ¨²ltimo consiste en el enfrentamiento entre dos bandos, cada uno de los cuales posee un objetivo en forma de gigantesca estatua que debe ser defendido a toda costa. Para eliminar dicho objetivo, el bando contrario debe capturar al l¨ªder de la facci¨®n, llevarlo a su territorio y sacrificarlo ante un altar mec¨¢nico, el cual armar¨¢ entonces un misil que ser¨¢ el que deberemos dirigir hacia el coraz¨®n del territorio rival para apuntarnos un tanto. Es con diferencia el modo m¨¢s divertido dado que capta a la perfecci¨®n el desenfreno, la locura y el desmadre que se le supone a un Twisted Metal, por lo que es tambi¨¦n en el que encontraremos partidas que jugar con mayor facilidad.

Es precisamente al centrarnos en la infraestructura online propiamente dicha cuando entramos en terreno embarrado. Da igual la variedad de modos de juego o lo divertida que sea la modalidad multijugador de un t¨ªtulo si a la hora de la verdad la conexi¨®n acaba haciendo aguas, ya sea a la hora de buscar una partida, al arrastrar un previsible lag en el desarrollo de la refriega o con incesantes e inesperadas desconexiones del servidor. No hemos tenido problemas a la hora de buscar partida y tampoco hemos intuido problemas de lag en el desarrollo de las contiendas. Lo que s¨ª hemos sufrido, por desgracia, han sido desconexiones arbitrarias e inexplicables. Es un problema que el juego lleva arrastrando desde su lanzamiento el pasado 14 de febrero (hablamos de territorio norteamericano, en Europa el t¨ªtulo no aparecer¨¢ hasta el 15 de marzo debido a las modificaciones censoras que hemos mencionado anteriormente), y desde Sony ya han asegurado que est¨¢n trabajando en un parche para solucionarlo. Dicha soluci¨®n a¨²n no ha llegado, aunque es de esperar que, como ha sucedido en t¨ªtulos como The King of Fighters XIII, acabe apareciendo tarde o temprano. Por lo tanto, aunque es nuestro deber dejar constancia de ello, no lo tendremos en cuenta a la hora de calcular la puntuaci¨®n final del an¨¢lisis.