Los creadores de R.U.S.E vuelven a la carga con un juego de estrategia en tiempo real diferente, at¨ªpico pero que por otra parte se acopla bastante bien a la reputaci¨®n de ¡°poco ortodoxos¡± que se ganaron con su anterior juego, un interesante t¨ªtulo en el que se animaba al jugador a enga?ar al contrincante a la hora de plantear estrategias en la batalla, lo que generaba buenas din¨¢micas que romp¨ªan un poco el desarrollo tradicional de los juegos de estrategia en tiempo real. Ahora, con Wargame tratan de profundizar en algunas de esas ideas y desarrollar una serie de planteamientos en busca de un jugador de estrategia real m¨¢s reflexivo y paciente, fuera de los hyperdin¨¢micos RTS competitivos que dominan el g¨¦nero hoy en d¨ªa. La premisa nos lleva a caballo entre los 70 y 80, en una guerra fr¨ªa que se ha calentado hasta llegar al conflicto armado entre la OTAN y el Pacto de Varsovia. En ese sentido el juego trata de aproximarse a la realidad de ese hipot¨¦tico conflicto en todas sus piezas, apostando por introducir unas 300 unidades que se corresponde de forma realista y detallada con las reales que ambos bandos pod¨ªan tener en esa ¨¦poca. La historia es apenas visible y el juego se entrega a su fantas¨ªa de poner a los dos bloques frente a frente en el viejo continente, con una campa?a que va creciendo en intensidad. Aunque bien es cierto que el verdadero potencial de este t¨ªtulo est¨¢ en el modo multijugador y en las posibilidades que abre.
Ampliar
Una de las primeras cosas que destacan del juego es lo centrado que est¨¢. Nada de escenas cinem¨¢ticas ni distracciones. Es un juego de combate y estrategia puro, que pone al jugador directamente en el campo de batalla e incluso descarta elementos como construcci¨®n de bases en favor de una particular e intrincada red de decisiones que afectan tanto a las unidades individuales como al conjunto de las fuerzas. En lugar de bases como fuente de recursos y unidades, aqu¨ª se apuesta por imitar a Company of Heroes y establecer un sistema de dominio de zonas comunicadas, que proporcionan recursos a las unidades en el frente; como es evidente, rompiendo las l¨ªneas de comunicaci¨®n y tomando zonas intermedias del enemigo, se logra un doble golpe contra el rival, quit¨¢ndole una zona y debilit¨¢ndole en el frente. Hay un elemento de microgesti¨®n importante, a fin de cuentas estamos hablando de un juego en el que se puede hacer que una unidad no use ciertas armas de su armamento para ahorrar munici¨®n. En ese ambiente, los recursos son claves y se dividen en tres: munici¨®n, combustible y reparaciones. Otras zonas tambi¨¦n hacen de punto de salida de nuevas unidades, as¨ª que hay conseguir un buen balance de terrenos para ir obteniendo los recursos necesarios para ir comiendo terreno al rival. Por descontado, hay un riesgo y es que para conquistar la zona debe de haber una unidad especial de Comandante en el lugar, muy vulnerable a los ataques enemigos y f¨¢cil de eliminar si no se protege adecuadamente, lo que no s¨®lo es perjudicial por perder el terreno, sino que tambi¨¦n implica una p¨¦rdida considerable de recursos al ser una de las unidades m¨¢s caras de producir.
Ampliar
El movimiento de tropas tampoco sale gratis, los mapas son grande y muchas unidades necesitan de l¨ªneas de transporte para moverse, que a su vez consumen recursos, adem¨¢s del cuello de botella que suponga el transporte disponible. Como se puede esperar, es un juego en el que rodear a un rival y atacarle por donde menos lo espera es algo que genera un gran impacto, pero para llegar a eso hay que hacerlo de manera meticulosa, lanzando unidades de reconocimiento que permitan ver qu¨¦ zonas del amplio mapa son m¨¢s vulnerables y en qu¨¦ punto puedes conseguir general el mayor caos en el enemigo con los m¨ªnimos recursos posibles. Las partidas son muy din¨¢micas pero a la misma vez tienen un ritmo lento y pausado que te permite estudiar a fondo el campo de batalla antes de lanzarte a una acci¨®n m¨¢s intensa. Hay un balance de ideas que trata de mantener contentos a dos vertientes estrat¨¦gicas y que funciona bastante bien. Uno de los elementos m¨¢s divertidos de Wargame es que hay una gran variedad de variantes y posibilidades en el campo de batalla. Las unidades se van fortaleciendo a medida que ganan experiencia en el campo de batalla, y hay tantas y tan variadas que admiten muchas configuraciones. Adem¨¢s, funcionan mejor cuando funcionan en sinton¨ªa con las l¨ªneas de recursos, de forma que una unidad al alcance de una l¨ªnea de suministros de reparaci¨®n, puede aguantar mucho m¨¢s y mantener la posici¨®n frente a unidades sinapoyo. El sistema de progresi¨®n se basa en niveles en los que el jugador va progresando seg¨²n vaya jugando, unos niveles que otorgan mayor variedad de posibilidades para ir construyendo ¡°barajas¡± que es el sistema con el que cada jugador elige sus fuerzas antes de empezar a jugar. Construir barajas con unidades que se adapten a tu estilo es vital, y eso es algo para lo que hay que jugar y practicar. Hay unidades ¡°baratas¡± que pueden resultar sorprendentemente efectivas, como los Motostrelci Checos en el Pacto, unidades baratas muy r¨¢pidas y que son simplemente perfectas para esas incursiones de reconocimiento -aunque ya est¨¢n empezando a destacar bastante entre la comunidad, as¨ª que se pueden esperar ajustes-.
Ampliar
Con un juego de m¨¢s de 300 unidades, se puede esperar cualquier cosa y eso hace que haya un agran diversidad de estilos de juego, dependientes de las preferencias de cada jugador. Hay unidades a¨¦reas, gran variedad de tanques, toda una colecci¨®n de unidades de infanter¨ªa y tambi¨¦n bastantes unidades motorizadas y tambi¨¦n todo un batall¨®n de unidades de artiller¨ªa pesada. Todas tienen sus propias caracter¨ªsticas en cuanto a capacidades ofensivas y defensivas, mejorables mediante el sistema de experiencia, pero la clave es crear una baraja completamente centrada en un estilo concreto, aunque es preferible hacerlo pensando en tener cierta flexibilidad. Por ejemplo, se puede apostar por concentrarse en la artiller¨ªa y adoptar un estilo defensivo y est¨¢tico, pero en un juego como este, la movilidad puede ser muy importante en manos de jugadores pacientes y aunque la artiller¨ªa es muy efectiva y potente, puede verse superada por enemigos con unidades ¨¢giles que sobrepasen el frente de ataque y rompan los suministros. Otro aspecto en el que destaca Wargame es en el departamento gr¨¢fico, algo que por otra parte no sorprender¨¢ demasiado a los que siguen la trayectoria de los franceses de Eugen Systems. Los mapas son enormes y un potente zoom permite verlos con una vista panor¨¢mica pero en detalle, a la vez que permite acercarse a la acci¨®n todo lo que se quiera. Los terrenos est¨¢n plagados de elementos que pueden ser presa de las llamas y las explosiones, particularmente casas y peque?os n¨²cleos urbanos. Hay elementos como bosques que no s¨®lo est¨¢n de adorno, tambi¨¦n pueden ser lugares perfectos para apostar unidades de infanter¨ªa y que est¨¦n m¨¢s resguardados de los enemigos. Es un gran espect¨¢culo que contemplar, ya que la sensaci¨®n de combate moderno a gran escala est¨¢ muy bien conseguido y tiene un rendimiento ¨®ptimo.
Ampliar
No todo es perfecto. Hay algunos problemas de IA como que las unidades no avanzan de manera uniforme, por lo que acaban dispers¨¢ndose si no est¨¢s cont¨ªnuamente pendiente. Tampoco convence mucho el interfaz y se echan en falta algunas ideas que ya son bien conocidas en el campo de la estrategia -marchas direccionales en formaci¨®n con control de donde apuntan las unidades sin ir m¨¢s lejos, una idea ya vieja gracias a Total War y que aqu¨ª vendr¨ªa que ni pintada dadas las caracter¨ªsticas del juego y la importancia del posicionamiento-. Tambi¨¦n se echa much¨ªsimo en falta alg¨²n indicador que marque el rango de tus armas -algo que s¨ª hac¨ªa R.U.S.E, y muy bien por cierto-. Los indicadores presentes pueden llegar a ser bastante confusos.