Los Simpsons Arcade Game, Impresiones

21 a?os despu¨¦s de sacarnos decenas y decenas de monedas a m¨¢s de uno, el arcade recreativo de los Simpsons, considerado uno de los mejores juegos salido de la celeb¨¦rrima franquicia, regresa para los sistemas de sobremesa PlayStation 3 y Xbox 360. Conejos violentos, muertos vivientes, explosiones at¨®micas y chupetes de diamante. Todos los elementos que lo hicieron un fijo de los salones recreativos regresan. Termin¨¢os ya ese donut y vayamos a por Maggie.

Do the Bartman

1991. Menudo a?o para ser ni?o y fan de los videojuegos: Game Boy reinando en el terreno port¨¢til. Sonic The Hedgehog llegando a la Mega Drive, la cual se preparaba para la inminente y gloriosa guerra contra Super Nintendo que defini¨® la 4? Generaci¨®n. En el cine, Stallone, Schwarzenegger y Willis segu¨ªan salvando al mundo mientras nos col¨¢bamos para admirar monta?as rusas de acci¨®n como Terminator 2. Y en nuestras televisiones cuadradas 4:3 de tubo SD puro y duro (ni HD, ni TFT, pantalla plana o panor¨¢mica) se colaba una familia que iba ya por su segunda temporada; una serie de animaci¨®n llamada a convertirse en todo un fen¨®meno socio-cultural sin precedentes: Los Simpsons. El dibujante Matt Groening y Fox consiguieron que el mundo entero se rindiese incondicionalmente al despistado padre Homer, el travieso hijo Bart, la inteligente hija Lisa, la paciente madre Marge y la encantadora (y eterna) beb¨¦ Maggie. Una serie a la que sus detractores no le auguraban ¨¦xito alguno y que, 20 a?os despu¨¦s -aunque cerca de su final- sigue en antena.

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Otro de los elementos m¨¢s de moda en esos locos a?os 90 eran los Salones Recreativos, esos templos del Videojuego en el que nos divert¨ªamos tanto jugando como formando un corro alrededor del usuario de turno dispuesto a terminarse el juego con 200 pesetas. En 1989 aparec¨ªa una pionera recreativa, basada en otro icono infantil del momento: las Tortugas Ninja, que permit¨ªa nada menos que cuatro jugadores simult¨¢neos, en vez de los dos caracter¨ªsticos. Firmada por Konami, la m¨ªtica Konami de aquellos d¨ªas, tras su ¨¦xito la compa?¨ªa decidi¨® aprovechar el mueble con los cuatro joysticks y botones para lanzar otro juego un par de a?os despu¨¦s que usaba el mismo motor gr¨¢fico. Firmando un acuerdo con la Fox, Konami puso en todo el mundo la m¨¢quina de Los Simpsons, uno de los primeros videojuegos de la franquicia y de los pocos que han aguantado estoicamente y con entereza tanto el paso de los a?os, como el peso en la memoria de aquellos que lo jugamos cuando ¨¦ramos unos cr¨ªos -y no sab¨ªamos lo que era ni pixel ni scroll parallax- y que quedamos hechizados al instante.

"Est¨¢s en el juego, no eres parte del juego"

Desde luego, la recreativa de Los Simpsons no era la mejor de todas las que hab¨ªa en esa ¨¦poca. No era la que ten¨ªa un mejor sistema de combate, ni el m¨¢s variado. Adem¨¢s era realmente dif¨ªcil, por lo que las monedas volaban. Entonces, ?Qu¨¦ ten¨ªa para conquistar como lo hizo? Diversi¨®n a raudales multiplicada cuando jug¨¢bamos con otros tres amigos y una puesta en escena que representaba fielmente la serie hasta el m¨¢s nimio detalle. Todo estaba en la pantalla: desde las pintadas de Bart, a la voz de Homer, la central nuclear, Krusty el Payaso, Moe, bolas de bolos. Comenzando por la intro, que era una recreaci¨®n de la cabecera aunque no de forma est¨¢tica -ten¨ªa cuadros de movimiento en instantes como Lisa tocando el saxo o Marge la bocina del coche-, con la misma m¨²sica de Danny Elfman en la que se intercalaban las t¨ªpicas hojas de informaci¨®n de cada personaje -un cl¨¢sico de la ¨¦poca. 

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Y voces, el juego ten¨ªa voces, obviamente no excelsamente digitalizadas pero s¨ª con la calidad suficiente como para reconocer a cada uno de los actores protagonistas (Dan Castellaneta, Julie Kavner, Nancy Cartwright, y Yeardley Smith). ?La historia? Tras un atraco, Waylon Smithers (s¨ª, Smithers era el atracador) se choca con la familia amarilla, y el enorme diamante que lleva va a parar a la boca de Maggie, que lo usa como chupete. Sin tiempo, Waylon sale corriendo con el beb¨¦, y los Simpsons tras ¨¦l para recuperar a su reto?o, lo que nos llevar¨¢ por ocho niveles distintos que durar¨¢n poco m¨¢s de media hora en conjunto, y que nos har¨¢n atravesar partes de Springfield como el Cementerio, la taberna de Moe, el estudio Canal 6 de la KBBL, la central nuclear, Krustilandia o las calles de la ciudad, todo ello con decenas de referencias en cuanto a personajes y elementos (el ni?o que ense?aba a Homer a jugar a la recreativa de Boxeo, personajes de obras anteriores de Groening como el conejo de Life in Hell).

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Max Power

Lo primero que a muchos les llamar¨¢ la atenci¨®n, sobre todo a los usuarios m¨¢s j¨®venes, es el peso de The Simpsons Arcade:  18MB. Una nimiedad hoy en d¨ªa -muchos parches y DLCs pesan tres veces eso-, pero sin duda que la magia siempre viene en frascos peque?os. Antes de pasar al juego, naveguemos por lo que nos ofrece: Cuatro niveles de dificultad, cooperativo local y online para 4 -su punto fuerte-, y cuatro modos de juego. Podremos jugar en Free Play, esto es, con continuaciones infinitas. Aunque tambi¨¦n podremos escoger entre otros dos que simulan el efecto de echar monedas. En uno contaremos con diez cr¨¦ditos para cada jugador. Y en otro, todos los jugadores se repartir¨¢n un fondo com¨²n de cuarenta cr¨¦ditos. Aunque el ¨²ltimo representa el verdadero desaf¨ªo: terminar los ocho niveles con una sola vida. En las opciones se nos permite escoger entre dos estilos visuales, un filtro de suavizado que redondear¨¢ y uniformar¨¢ los p¨ªxeles en pantalla -y que har¨¢ perder algo de definici¨®n en los detalles-, u otro que nos presentar¨¢ el juego en todo su esplendor pixelado original. Ademas, tambi¨¦n existe la opci¨®n de ajustar manualmente la pantalla para que encaje en los bordes de nuestros televisores (siempre en 4:3 estilo cabinet de mueble recreativo). E incluso de esconder o dejar visible el contador de tiempo habitual de las recreativas de esa ¨¦poca.

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La jugabilidad sigue siendo la misma: contamos con un bot¨®n de ataque predefinido y otro de salto.  Podemos saltar y luego golpear, lo que har¨¢ que crucemos la pantalla diagonalmente, o, d¨¢ndole justo al golpe apenas hemos saltado, caeremos sobre los enemigos m¨¢s despacio y sin cubrir tanta distancia. Pulsando los dos a la vez propinaremos un golpe poderoso que no nos quitar¨¢ nada de la barra de vida -algo que s¨ª ocurr¨ªa por lo general en otros arcades. Tambi¨¦n podemos usar objetos del escenario, como papeleras, buzones, coches de polic¨ªa (objetos pesados solamente entre dos personajes secundarios) y tambi¨¦n objetos que lleven algunos de los personajes que de vez en cuando aparecen en pantalla, como el martillo que lleva Milhouse o una bola de bolos. En caso de estar jugando con m¨¢s gente, podremos ejecutar un ataque doble entre dos personajes.

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El desarrollo sigue siendo el mismo: cruzar pantallas atestadas de enemigos de izquierda a derecha que desembocan en un Jefe Final que har¨¢ que nuestros cr¨¦ditos vuelen. Los ocho escenarios originales est¨¢n presentes, junto al minijuego de hinchar un globo. Visualmente, cada uno presenta un grado de interactividad bastante alto -probad en Krustylandia a  acercaros al gorila en la celda-, con cuadros de movimiento en elementos como los ¨¢rboles que soltar¨¢n hojas al golpearlos y mucha animaci¨®n en los fondos, casi siempre con alg¨²n elemento y/o NPCs animados. Personajes grandes y bien animados -todo lo que daba de s¨ª la ¨¦poca-, una amplia paleta de colores y efectos como un Scaling magistral en su momento, con los personajes estrell¨¢ndose ante la pantalla en primer plano tras recibir un golpe. En cuanto al sonido, sigue siendo espectacular o¨ªr esas voces (en ingl¨¦s) tan bien digitalizadas en su momento.

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"Excelente"/ '?Woo-Hoo!'

Con la coletilla habitual del viejo se?or Burns, tambi¨¦n presente en el juego, o la de Homer podr¨ªamos definir este primer contacto con el port para PlayStation 3 y Xbox 360 que Konami ha realizado, aunque m¨¢s de un usuario, sobre todo aquellos que no hayan vivido la ¨¦poca dorada de las recreativas, seguramente entonar¨¢ un "D'OH!" ante su escasa duraci¨®n. Lejos de ser una traslaci¨®n r¨¢pida, parece que la compa?¨ªa se ha tomado su tiempo haci¨¦ndolo, a?adiendo varios modos de juego y extras como la versi¨®n japonesa, flyers de las recreativas originales o el cl¨¢sico Test de Sonido. Junto al divertid¨ªsimo cooperativo para cuatro que garantiza dosis aseguradas de diversi¨®n y nostalgia a partes iguales.