The Elder Scrolls V: Skyrim, Impresiones

Quedaba muy poco por saber del que para muchos es el mayor aspirante a Game of the Year del 2011. La expectaci¨®n alrededor de The Elder Scrolls V es absoluta y a menos de un mes de su lanzamiento Bethesda nos ha invitado en Londres a descubrir de una vez por todas si su nuevo y enorme RPG cumple todas las expectativas que poco a poco hab¨ªamos visto reflejadas en demos y presentaciones, poni¨¦ndonos ahora a los asistentes directamente el mando de Xbox 360 en las manos y el ¨²ltimo c¨®digo que se mostrar¨¢ del juego antes de su lanzamiento final. Hemos estado con un Skyrim libre, abierto, donde se nos dieron unas tres horas para hacer directamente lo que quisi¨¦ramos, ya fuera aceptar misiones principales, visitar pueblos, robar, trabajar, aprender cocina, reclutar compa?eros para nuestras gestas, provocar a los dragones que surcan alegremente los cielos, leer libros sobre la guerra civil de estas tierras, unirnos a grupos, personalizar a nuestro protagonista, contemplar el d¨ªa a d¨ªa de una ciudad y los comportamientos de sus gentes... Todo lo que quisi¨¦ramos, hemos tenido el juego ante nosotros.

Y este hands on definitivo comenzaba, c¨®mo no, en el editor de personajes, que pese a que esta vez nos colocaba directamente en el mapa exterior del t¨ªtulo por ser una versi¨®n para prensa, muy probablemente -y siguiendo la l¨ªnea de los anteriores TES y los t¨ªtulos de Bethesda- arrancar¨¢ en una primera mazmorra donde poco a poco iremos definiendo a nuestro personaje, su car¨¢cter, raza, profesi¨®n, atributos de partida y habilidades de combate. Un primer paseo-tutorial-editor para hacernos con los controles y la mec¨¢nica que durar¨¢ aproximadamente 40 minutos, seg¨²n nos dijeron sus programadores. Pocas sorpresas en este sentido: Skyrim vuelve a dejarnos elegir entre las razas ¨²nicas de Tamriel, como el Khajiit, el Imprerial de Cyrrodiil, los Altos Elfos, Oscuros y del Bosque, Argonianos, Bretones, N¨®rdicos (muy de esta parte del mundo de la saga TES)... Una vez elegida la raza de entre las diez que nos ofrec¨ªan, y acogiendo con ella algunas caracter¨ªsticas ¨²nicas de su personalidad y etnia, se abre el siguiente men¨², un complet¨ªsimo listado de facciones, atributos y estilos que personalizar mediante niveladores, de manera que podamos acabar confeccionando un personaje pr¨¢cticamente ¨²nico, donde cada campo se mueve entre valores bien diferenciados.

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Ya con este editor de personajes incial se contempla perfectamente la nueva interfaz de men¨²s en listado donde cada opci¨®n destacada despliega otro listado emergente, y otro, y otro, y as¨ª sucesivamente pero con la apariencia y manejo m¨¢s sencillos que hayamos visto nunca en un The Elder Scrolls. Puede parecer una minucia pero no lo es para nada, uno de los mayores aciertos de Skyrim respecto a Oblivion est¨¢ precisamente en este nuevo y sencill¨ªsimo sistema de men¨²s, donde absolutamente todo es observable al detalle y cuenta con una explicaci¨®n en dos o tres l¨ªneas de qu¨¦ es o qu¨¦ ocurre si lo seleccionamos. Intuitivo, limpio, elegante y r¨¢pido de utilizar, pues todo indica que en esta entrega tendremos que tirar de inventarios, men¨²s y cambios de equipo con mayor frecuencia que anteriormente, pues la variedad de situaciones, enemigos, posibilidades y objetos a recoger se ha multiplicado m¨¢s todav¨ªa. Realmente es espectacular c¨®mo absolutamente todo muestra interacci¨®n y nos lo podremos quedar, usar, mejorar, encantar, mezclar...

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Hablando de mezclas y men¨²s, algo que no hemos querido pasar por alto es el nuevo sistema de alquimia, cocina y mejora de armamento, algo de lo que ven¨ªa habl¨¢ndose mucho y que por fin hemos probado. En Skyrim podremos recoger cazos, tablas de cocina, cuchillos o sazonadores para elaborar recetas y probar sus efectos, no solo curativos de salud. Seleccionando ingredientes en el men¨², teniendo las herramientas para cocinarlos y un fuego donde llevar a cabo la labor podremos dar vida a nuestro ingenio culinario y asegurarnos un mont¨®n de horas probando posibilidades, buscando libros con recetas ¨²nicas o incluso viendo qu¨¦ opinan los NPCs de nuestra actuaci¨®n. Lo mismo ocurre con la alquimia, ampliada enormemente en Skyrim y que llevar a cabo en altares y mesas concretas para ello. El encanto de equipo ha ganado tambi¨¦n mucha presencia, y no tardaremos en ver que, por ejemplo, en las tiendas hay objetos a la venta y sus hom¨®nimos con alg¨²n encantamiento que los refuercen, o les concedan habilidades ¨²nicas, como un sayo que nos permite correr a gran velocidad o una espada con efecto hielo y desorientaci¨®n al golpear. Como decimos, muchas opciones de combinaci¨®n y mezcla de objetos, m¨¢s que antes, en este mundo donde desde una peque?a florecilla silvestre hasta la m¨¢s pesada armadura pueden juntarse para conseguir efectos ¨²nicos.

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Al echar a andar vimos c¨®mo se comporta el juego en consolas -ten¨ªamos ante nosotros la versi¨®n Xbox 360-, de forma espectacular realmente, sobre todo en lo que respecta a la l¨ªnea de dibujado, absoluta, y los efectos de luz. Pero llegamos a las oficinas de Bethesda con algunos miedos sobre el apartado t¨¦cnico que lamentablemente hemos acabado apreciando, como abundante clipping en ciertos momentos, animaciones ligeramente toscas de los enemigos al morir y el comportamiento de sus cuerpos, que parece poco pesado -como ya ocurr¨ªa en Oblivion-... No faltan cambios de resoluci¨®n visible en texturas lejanas al m¨¢s puro estilo Unreal Engine 3, alguna que otra ralentizaci¨®n en combates fren¨¦ticos o masivos o elementos que superponen al moverse como si no tuvieran solidez. Pese a estos errores, ocasionales y no frecuentes, Skyrim es una delicia gr¨¢fica en consolas, una evoluci¨®n muy marcada de lo que vimos en Oblivion con luces, texturas, tama?os, nivel de detalle, fluidez, efectos meteorol¨®gicos, agua, vegetaci¨®n, etc. realmente rompedores, que sorprenden y elevan una altura m¨¢s el list¨®n de los apartados gr¨¢ficos en juegos sandbox de este tama?o, tambi¨¦n en lo que se refiere a modificaci¨®n de entornos y cuerpos, que se quedar¨¢n para siempre tal y como los dejemos por el suelo. Adem¨¢s, no hay parones por carga entre zonas, aunque s¨ª que estar¨¢n los habituales pantallazos de carga al cruzar puertas, mostrando -como siempre- consejos del juego, explicaciones, descripciones, y ahora un determinado objeto que observar girando libremente la c¨¢mara a su alrededor.

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La c¨¢mara en tercera persona ha sido completamente revisada, se nota. Con respecto a Oblivion, en Skyrim ya podremos jugar con bastante comodidad en esta perspectiva, aunque para el combate encarnizado sigue siendo vital la vista subjetiva, pues es mucho m¨¢s sencillo con ella apuntar a determinadas partes del cuerpo de los enemigos, cubrirse y no hacer movimientos en falso. Las conversaciones con los personajes tambi¨¦n se han redefinido por completo con respecto a Oblivion y Fallout 3, dejando ya por fin el zoom a primer plano est¨¢tico del rostro del interlocutor y pasando ahora a un plano general donde podremos mirar hacia el personaje o cualquier otro lado, aunque no movernos mientras estamos dentro de la conversaci¨®n. De hecho, tendremos algunas veces que girar la c¨¢mara mientras hablamos, por ejemplo, cuando alcen el brazo para se?alarnos una direcci¨®n concreta, se muevan o agachen, o nos den un objeto y miremos a sus manos. Ya no son tan perceptibles, por tanto, las extra?as caras y expresiones faciales que nos mostraba Oblivion y se ha logrado un resultado m¨¢s elegante y din¨¢mico, donde no es tan pesado charlar.

Elogios tambi¨¦n tenemos para todo lo que hemos podido oir en este c¨®digo previo, que pese a no ser la versi¨®n con voces en castellano que nos llegar¨¢ a nuestro pa¨ªs, nos da una idea de la inmensa cantidad de l¨ªneas de di¨¢logo que se han doblado para la ocasi¨®n, con interpretaciones estupendas al menos en su dicci¨®n anglosajona. La m¨²sica vuelve a regalarnos, directamente, una de las mejores bandas sonoras de la generaci¨®n, ambientando de forma medieval y con melod¨ªas de ¨¦sas que no olvidaremos f¨¢cilmente todas y cada una de las localizaciones. Cada pueblo o ¨¢rea concreta tiene su canci¨®n, las tabernas, los interiores de las casas de gremios, las bibliotecas, tiendas... El combate tambi¨¦n tendr¨¢ varios temas, seg¨²n los enemigos, su n¨²mero y tipo, recargando de epicidad los momentos m¨¢s tensos y de frenes¨ª a los mandos. En Skyrim, adem¨¢s, abundan las canciones corales, con mezcla de orquesta de cuerda y graves voces masculinas. Logran poner los vellos de punta, en especial las subidas de nivel o la absorci¨®n de almas de drag¨®n, una gozada audiovisual de las de querer subir el volumen.

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En Skyrim, a medida que luchamos, terminamos encargos y misiones, y hacemos ciertas acciones concretas, aparece en el centro de la pantalla un medidor azul que indica nuestra evoluci¨®n y lo que nos queda para subir de nivel. Es un sistema muy visual que deja de lado cualquier numerizaci¨®n con puntos de experiencia o cr¨¦ditos. Al completar esta barra, nuestro nivel aumenta en 1, y desde el men¨² central -accesible en cualquier momento- donde est¨¢n el Mapa, Inventario, la Magia y el Acceso a Constelaciones, veremos una indicaci¨®n de subida de nivel en este ¨²ltimo apartado. Al llegar al cielo, lo primero que se nos pregunta es si queremos mejorar en Energ¨ªa, Stamina o Magia. A partir de ah¨ª, se despliega toda la galaxia de mejoras repartidas entre los diversos atributos, m¨¢s de una docena, como "arma a dos manos", "alquimia", "poder m¨¢gico", "agilidad y resistencia f¨ªsica", "elocuencia y encanto", "armadura pesada", "sigilo", "cerraduras", "arco y proyectiles", etc. Cada una de estas constelaciones tiene varias estrellas por las que avanzar, 280 en total, de forma libre y con varios caminos que seguir, y siempre que subamos de nivel se despejar¨¢n algunas y podremos elegir una en concreto, ilumin¨¢ndola en este cielo de la experiencia. De esta forma, podremos crear m¨¢s que nunca y realmente desde cero el personaje que queramos en cuanto a atributos. Por otro lado pero en relaci¨®n a esto, est¨¢ nuestro n¨²mero de nivel concreto, que determina qu¨¦ enemigos nos aparecen en determinados puntos y misiones, muy diversos y adaptados, aunque tambi¨¦n hay zonas inabarcables hasta que no vayamos bien preparados.

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Realmente Skyrim es dif¨ªcil, con dificultad regulable en todo momento -como en Fallout 3 y Oblivion- pero tiene algunos puntos "facilitadores" que sorprender¨¢n a los incondicionales, como la auto-regeneraci¨®n de la vida y la magia, que pese a ser muy lenta ayuda bastante en zonas abiertas y nos har¨¢ usar menos pociones que en otras entregas, el no deterioro del equipo (ya no hay un valor asignado al estado de cada objeto), o la uni¨®n de NPCs a nuestras gestas, con un nuevo sistema in¨¦dito en la serie donde ayudar a unos y otros personajes repercute en la disposici¨®n que tengan luego para echarnos una mano y hasta atender de forma muy inteligente nuestras ¨®rdenes y comportamientos, expresados solo en nuestro modo de jugar pero capaz de comandar aut¨¦nticos grupos de combatientes cuerpo a cuerpo, magos o emprender labores colectivas de exploraci¨®n y peinado de zonas. El minijuego de las ganz¨²as se ha calcado del de Fallout 3 directamente, desapareciendo ya as¨ª el de Oblivion. Ahora tendremos que introducirlas en las cerraduras, girar hasta que no vibre y justo ah¨ª ejecutar con precisi¨®n el movimiento, ya no subiremos pestillos. 

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Las repercusiones e IA de los personajes han marcado el desarrollo de este t¨ªtulo, y en esta demostraci¨®n jugable hemos querido poner un poco a prueba la Radiant Story de la que tanto han hablado Todd Howard y su equipo. Verdaderamente en este mundo, hay un d¨ªa a d¨ªa y vida coherente. Al entrar en la aldea de Riverwood, por ejemplo, observamos a una ni?a que jugaba con unas piedras del suelo. Al ver a nuestro personaje aparecer se qued¨® mir¨¢ndolo y acudi¨® a preguntar a su padre, el herrero, que por qu¨¦ ten¨ªamos una apariencia as¨ª, tan distinta a la habitual en esta zona de Skyrim, todo ello sin que tuvi¨¦ramos que seguirla ni nada parecido. Ese NPC ten¨ªa su rutina marcada y su padre, el herrero la suya, trabajando d¨ªa a d¨ªa en la peque?a fundici¨®n de al lado del aserradero y y¨¦ndose a dormir a su casita colindante al caer la noche, con una mujer que cocina y les sirve la cena cuando llegan. Es espectacular simplemente deternerse a perseguir personajes para ver c¨®mo se comportan, aunque no tardar¨¢n en preguntarnos si queremos algo de ellos y por qu¨¦ les seguimos. Esto funciona de maravilla en cuanto a jugabilidad ya que podremos o¨ªr conversaciones, ver c¨®mo NPCs comercian entre s¨ª, se pelean y roban propiedades o nos piden ayuda, por ejemplo, ante el ataque devastador de un drag¨®n, un incidente totalmente ocasional que se producir¨¢ de vez en cuando, sin posible predicci¨®n y cambiando totalmente la vida de las localidades afectadas y sus econom¨ªas locales.

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En una de las ciudades del norte del mapa, un majestuoso municipio con plaza de mercado en el centro, escalinatas hacia el templo y las casas ricas que lo presiden, y amurallado como si fuera la Rohan de Tolkien, su librero avisaba despavorido de que se hab¨ªan avistado dragones en las torres superiores. Al acercarnos descubrimos a la gigasntesca criatura combatiendo contra unos doce soldados de diversas razas, que mueren ante nuestros ojos, lanzan hechizos, se curan como pueden con pociones y hasta intercambian armamento o realizan ofensivas al un¨ªsono para rodear al monstruo alado. Los combates contra los dragones "ser¨¢n una de las partes m¨¢s dif¨ªciles de Skyrim", nos avisaron sus desarrolladores all¨ª presentes. No basta con llevar buen equipo y nivel suficiente. Enfrentarse a estos mastodontes escupefuego requiere habilidad a los mandos, saber sacar partido al sistema de combate, bastante continuista con respecto a Oblivion, aunque obvimanete mejorado en los puntos m¨¢s flacos de aquel.

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Luchar con armas blancas y lanzar hechizos o proyectiles en Skyrim mantiene la sensibilidad, manejo, precisi¨®n y sensaciones que nos dejaba Oblivion, esto no ha cambiado y puede no gustar a los que esperaban una remodelaci¨®n absoluta de un sistema de lucha algo tosco e impreciso en ocasiones. Eso s¨ª, se ha mejorado tangiblemente evit¨¢ndose ahora en mayor medida dos de los peores puntos del anterior The Elder Scrolls: los espadazos al aire y el momento defensivo. En Skyrim cada espadazo, hachazo o martillazo deja su rasgu?o, y veremos sangre al cortar o golpear con armas contundentes. Cuando combatimos la c¨¢mara se centra bastante mejor en nuestro enemigo objetivo, pudiendo incluso fijarlo en cierto modo. Los combos finales de muerte instant¨¢nea son otro punto muy a su favor en este sentido, que nos saldr¨¢n de vez en cuando y en relaci¨®n al nivel que tengamos, la experiencia con ese enemigo en concreto y la dificultad de juego que hayamos elegido. Sobre la defensa, ahora podremos hacer combos de ataque con el escudo m¨¢s un arma a una mano, golpear con ¨¦ste y restar vida o aturdir, etc. Hay variedad de movimientos y la enorme cantidad de equipaciones posibles, combinando magia, defensa y armas, nos permitir¨¢ encontrar en cada caso la mejor forma de afrontar encuentros.

Funciona de maravilla la nueva selecci¨®n de equipo y hechicer¨ªa asignada a cada uno de los brazos, donde podremos combinar pr¨¢cticamente todo y hasta juntar hechizos con las dos manos, por ejemplo uno ofensivo y uno regenerativo que se ejecuten a la vez y nos den un poder extraordinario sin ponernos en riesgo al mismo tiempo. La nueva interfaz de men¨²s es perfectamente limpia y r¨¢pida para esta asignaci¨®n. Los pergaminos, las gemas para encantar armas o el peso de ¨¦stas determinar¨¢n tambi¨¦n much¨ªsimo un sistema de combate que, sin verse radicalmente mejorado, s¨ª que ha evolucionado mucho y se ha plagado de configuraciones posibles para que todo el mundo pueda encontrar la que le es m¨¢s c¨®moda, eso s¨ª, tras muchas horas de pruebas sobre el terreno y teniendo que cambiarla ante ciertos jefes invulnerables a una magia determinada, r¨¢pidos como para golpearlos con armamento pesado o arco y flechas, o incluso que nos bloqueen la posibilidad de utilizar hechizos neutralizando nuestra barra azul de man¨¢. Adem¨¢s, el hecho de que el juego nos muestre cu¨¢nta vida le queda a cada enemigo en pantalla -muchos a veces- nos deja organizarnos mejor a la hora de sobrevivir a contiendas.

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El mapa de Skyrim es tan grande como se prometi¨®, aunque no hemos podido verlo al completo, obviamente. Las nubes tapar¨¢n todos aquellos territorios a donde no hayamos llegado a¨²n y se ha mantenido el sistema de transporte r¨¢pido a puntos clave donde ya hayamos estado, seleccion¨¢ndolos directamente, pero tambi¨¦n podremos montar en carruajes que por un precio determinado en oro nos lleven de forma autom¨¢tica a nuevas localizaciones, algo que nos puede ahorrar tiempo de juego. Tambi¨¦n vuelven los caballos, que podremos comprar o robar aunque esta forma de adquisici¨®n afectar¨¢ a c¨®mo nos traten los que sospechen de nuestros actos delictivos. En caso de ser cazados infraganti robando, se nos ofrecer¨¢ pagar una multa en monedas de oro o se producir¨¢ un intento de arresto, del que podremos llegar a escapar. Las horas pasan a la velocidad habitual y los ciclos de d¨ªa y noche. Ahora al dormir la pantalla no se ti?e a negro y podremos ver en qu¨¦ momento dejamos nuestro descanso, si llueve, nieva o hay noche cerrada, por ejemplo, para seguir con nuestra partida con esa iluminaci¨®n y momento del d¨ªa, afectando esto como siempre a las actitudes de las gentes, los horarios de apertura de las tiendas u objetivos que cumplir a una determinada hora. Fuera de las ciudades hay un ambiente menos hostil que en el t¨ªtulo anterior, con menos bandidos o asaltantes, aunque la presencia constante de gigantes, dragones o tar¨¢ntulas colosales -entre muchas otras sorpresas- har¨¢ que vayamos bien atentos al camino entre puntos clave.

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Por ¨²ltimo, est¨¢ el dise?o de Skyrim y los escenarios, uno de sus puntos m¨¢s fuertes en relaci¨®n a los anteriores cuatro juegos. Todas las mazmorras est¨¢n creadas a mano, sin generaci¨®n autom¨¢tica, y esto se nota en cada mapa, abundancia de puzles muy inteligentes, aparici¨®n coherente de los enemigos o interacci¨®n con las trampas, que tambi¨¦n deberemos usar a nuestro favor para hacer frente a los peligros y personajes que deambulan por ellas. El trabajo de iluminaci¨®n din¨¢mica y dise?o de interiores es magn¨ªfico, lo que en experiencia jugable se traduce en una variedad muy marcada entre ciudades, habitaciones de las casas, palacios o incluso las cuevas. En Skyrim hay sitio para lo r¨²stico junto al r¨ªo, las murallas en las praderas, las ruinas de templos legendarios, los pasadizos del puerto o las caba?as junto a la nieve. Todo el color y el estilo cosmopolita de las gentes -que emprenden largos viajes o cruzan sus destinos- quedan perfectamente reflejados desde nuestro prisa de un personaje que est¨¢ en un universo mucho mayor que lo que le rodea directamente. Por esta toma de contacto, hemos podido comprobar que se logra perfectamente las sensaciones de mundo abierto y cambiante que sus desarrolladores buscaban. No defrauda en pr¨¢cticamente nada de lo que promet¨ªa y es una experiencia plena, enorme, sofisticada. Queremos dormir y adelantar el tiempo como en el juego hasta el 11/11/11.

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