The Binding of Isaac
Una mezcla genial
Despu¨¦s del magn¨ªfico Super Meat Boy, Edmund McMillen se va a su lado m¨¢s experimental para crear este The Binding of Isaac, creando una muy inspirada mezcla de g¨¦neros que forman un juego enormemente divertido y entretenido.
The Binding of Isaac es, en muchos sentidos, un experimento m¨¢s en la l¨ªnea de la pasada trayectoria de Edmund McMillen antes de Super Meat Boy, en donde se aleja -seguramente a prop¨®sito- de su ¨²ltima y celebrada producci¨®n para adentrarse en otros territorios de dise?o. Super Meat Boy fue a fin de cuentas un proyecto 'serio' con un tiempo de desarrollo exagerado dentro del contexto del creador y su prol¨ªfica obra. En comparaci¨®n, The Binding of Isaac no es que no sea 'serio', pero es un proyecto mucho m¨¢s ligero en cuanto a cantidad y calidad de contenido, lo que no le resta brillantez en lo que ofrece.
Lo que ofrece es una brillante combinaci¨®n de ideas mezcladas en un t¨ªtulo que ofrece m¨¢s de lo que parece. La mejor definici¨®n podr¨ªa ser que es un t¨ªtulo con ciertos elementos tomados de los juegos Rogue -lo que incluye un fuerte componente de aleatoriedad en el desarrollo- combinado con unas mec¨¢nicas de control y combate que recuerdan a un rudimentario arcade -Smash TV ser¨ªa un buen candidato-. Se ha mencionado cierta influencia de los Zelda m¨¢s cl¨¢sicos, que seguramente tambi¨¦n est¨¦ ah¨ª a alg¨²n nivel, pero est¨¢ demasiado alejado del concepto de gran aventura como para invocar al cl¨¢sico de Nintendo. Adem¨¢s, The Binding of Isaac est¨¢ completamente basado en combate y por tanto el ¨²nico requisito para avanzar entre habitaci¨®n y habitaci¨®n es sobrevivir y aniquilar lo que salga al paso para poder avanzar a la siguiente habitaci¨®n-.
Como el peque?o Isaac, el objetivo del juego es acabar con tu madre, que pretende ofrecer al pobre ni?o en sacrificio a su dios. Armado con un arsenal de l¨¢grimas, orines y otros elementos de esa naturaleza , Isaac va avanzando por una serie de p¨²tridas habitaciones infestadas de los enemigos m¨¢s variopintos. Tanto los enemigos como la disposici¨®n de las habitaciones son aleatorios, por lo que nunca sabes a qu¨¦ vas a enfrentarse exactamente en cada habitaci¨®n, ni d¨®nde est¨¢n las habitaciones especiales. Las habitaciones especiales pueden contener tiendas, en donde es posible comprar objetos que a?aden modificaciones permanentes a las caracter¨ªsticas f¨ªsicas y mec¨¢nicas de Isaac.
Son esas ampliaciones las que forman uno de los principales n¨²cleos de inter¨¦s del juego. Gracias a ellas se puede ir 'construyendo' un Isacc diferente a cada aventura. Esas ampliaciones son permanentes durante toda la partida y van a?adiendo habilidades al protagonista, adem¨¢s de cambiar su aspecto en pantalla de forma notable. Hay tantas posibilidades que es posible tener a un 'h¨¦roe' distinto en cada partida, por lo que una de las claves de la rejugabilidad de The Binding Of The Isaac es aprender a recolectar dinero m¨¢s efectivamente, descubrir m¨¢s habitaciones secretas con tesoros, e ir descubriendo en sucesivas partidas todas las formas y habilidades que puede tomar el protagonista. Hay unos 110 objetos distintos, que a?aden modificaciones a tus proyectiles, a?aden sat¨¦lites que ayudan a Isaac o alteran rangos pasivos como la salud o la velocidad. Cada partida puede ser muy distinta gracias a ellos.
Junto a estas ampliaciones, hay una buena variedad de objetos que considerar, tales como llaves, bombas de diversos tipos -incluyendo la perversa Bomba Troll- y las p¨ªldoras, que es otra de las 'diversiones' que arroja el juego. Como buen seguidor del esp¨ªritu Rogue, las p¨ªldoras pueden contener una docena de efectos distintos, algunos buenos, otros no, as¨ª que tomarlas es un acto de f¨¦ muchas veces reservado a los momentos m¨¢s desesperados. Unas veces pueden restaurar la salud, otras veces dejan un efecto mucho m¨¢s triste en pantalla. Tampoco hay que olvidar las 18 cartas de Tarot, que tienen efectos diversos efectos que es mejor descubrir por uno mismo.
The Binding of Isaac se mantiene a un nivel muy alto gracias a su brillante dise?o y buena combinaci¨®n de elementos. Los elementos tomados por Edmund McMillen crean un h¨ªbrido muy interesante, que se deja jugar con comodidad, resultando inmediatamente entretenido y manteniendo la experiencia amena durante muchas partidas. Pero 's¨®lo' tiene esos elementos para mantenerse a ese nivel, ya que los valores est¨¦ticos y, en general, de producci¨®n del juego son bastante limitados -en buena parte es lo que le diferencia tanto de Super Meat Boy, que es el proyecto m¨¢s pulido y mejor acabado del creador-. Visualmente es un juego muy limitado, que s¨®lo tiene la retorcida imaginaci¨®n del creador como principal punto de inter¨¦s; esto es as¨ª porque las habitaciones y sus 'decoraciones' no resultan muy amenas a la vista en ninguna de sus permutaciones, por lo que la principal atracci¨®n visual se centra en Isaac y sus variaciones, as¨ª como el dise?o de monstruos y jefes, que por otra parte tambi¨¦n requieren cierto aprecio por la versi¨®n m¨¢s 'hardcore' de la particular visi¨®n de McMillen.
A las limitaciones visuales se a?aden limitaciones t¨¦cnicas que delatan la r¨¢pida y desenfadada producci¨®n de este proyecto. El hecho de que, durante los primeros d¨ªas, los datos se guardaran en la cach¨¦ Flash, como si fuera un juego Web, resultan exageradamente 'baratos'. El autor ya lo ha parcheado, pero no son pocos los jugadores que se han encontrado con partidas borradas al usar programas de limpieza o simplemente al liberar la cach¨¦, ya que el juego no lo advert¨ªa para nada. Otros detalles, como la falta de opciones para conectar un pad, las muy pobres opciones de resoluci¨®n de pantalla, o los inexplicables parones que a veces sufre el juego, le dan al t¨ªtulo cierto aire de 'aficionado', m¨¢s que de Indie consagrado como es Edmund.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.