El PC regresa a Albion

Antes de comenzar, hay que aclarar que para una perspectiva completa sobre Fable III es necesario echarle un vistazo a nuestro an¨¢lisis del original, en donde se comenta en profundidad los diferentes aspectos del juego, sus cualidades y problemas. Este an¨¢lisis de la versi¨®n PC ser¨¢ fundamentalmente para repasar aquellos aspectos propios de esta versi¨®n, analizar sus novedades y comentar algunas de sus peculiaridades. Para aquellos que tienen dudas sobre si el no haber jugado a la segunda parte, afectar¨¢ a su experiencia, pregunta m¨¢s que razonable dado que el compatible no cuenta con ese juego, la respuesta es que no tienen que preocuparse. Los lazos entre los tres Fables no son pronunciados ya que los personajes son de diferentes generaciones, s¨®lo hay algunos nexos comunes y el conocimiento de los mismos no es imprescindible. De hecho es casi deseable no haber jugado al segundo, ya que precisamente uno de los puntos en los que flojeaba esta secuela era precisamente su poca evoluci¨®n en comparaci¨®n de su predecesor.

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Para aquellos cuya experiencia con Fable se remonta a la primera parte, van a encontrarse ciertamente con un juego muy cambiado. Fable 2 hizo mucho por corregir los problemas de la primera entrega, especialmente en lo que se refiere a libertad del jugador y su capacidad de afectar al entorno. Los jugadores tienen m¨¢s capacidad de manipular el entorno, controlar casas y negocios e interactuar con los NPC, con los que pueden casarse, tener hijos o sacrificarlos a los dioses oscuros, al gusto de cada uno. Tambi¨¦n ha cambiado mucho el combate, ya que en la segunda edici¨®n se adopt¨® la filosof¨ªa del 'combate con un solo bot¨®n', de forma que la magia, el arma cuerpo a cuerpo y el arma a distancia eran manejadas simplemente con un bot¨®n individual cada uno, usando alteraciones y diferentes ritmos para crear una buena variedad de movimietos. Tambi¨¦n es de recibo decir que el sistema de combate perdi¨® complejidad y variedad con el cambio, ya que el primer Fable era m¨¢s tradicional y ten¨ªa una mayor variedad de hechizos y posibilidades.

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Sigue siendo un juego curioso en el sentido de que, pese a que tiene un mundo construido a modo de simulador, donde cada personaje tiene su vida, rutinas diarias y comportamientos particulares, con un sentido muy coherente de la econom¨ªa entre los diferentes n¨²cleos urbanos, su planteamiento principal es una serie de misiones completamente lineal y demasiado simple -sensaci¨®n que se acent¨²a con 'el camino dorado' que indica de forma rid¨ªculamente visual el camino a seguir, algo que afortunadamente se puede desactivar en el men¨² de opciones-. Hay una tensi¨®n evidente entre tener un mundos construido para que funcione independientemente del personaje, y meter al jugador en una histora tan encorsetada, en el que la ¨²nica libertad es la de elegir bando entre el 'bien' y el 'mal' -es un juego muy maniqueo y no entiende de sutilezas, generalmente las decisiones son moralmente 'buenas' o 'malas', sin lugar a la escala de grises-

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Ya hablando m¨¢s especificamente sobre la versi¨®n en PC, lo primero que hay que decir es que es bastante convincente y que Lionhead ha cumplido su palabra de tomarse inter¨¦s por ella. Una de las primeras cosas que se quer¨ªan probar en esta versi¨®n es la configuraci¨®n de teclado y rat¨®n, ya que muchas conversiones de otras compa?¨ªas se 'olvidan' de adaptar sus juegos a esos controles -s¨ª, incluyen la posibilidad, pero haciendo el juego simplemente injugable, como si esperasen que todo el mundo tuviera un pad- En cambio, en Fable III s¨ª que se ha incorporado una opci¨®n muy competente para este sistema de control, usando la rueda del rat¨®n para alternar los tipos de ataques, los botones del rat¨®n para los propios ataques y usando una combinaci¨®n de teclado y rat¨®n para el control de movimientos, las esquivas, opciones de interacci¨®n y los dem¨¢s elementos necesarios para la aventura en Albion. Todas esas opciones son configurables y, por descontado, el juego est¨¢ configurado por defecto para ser compatible con el pad gen¨¦rico de Microsoft.

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El tercer cambio significativo es la inclusi¨®n del modo Desaf¨ªo, una nueva opci¨®n pensada para el jugador de PC y que anula la regeneraci¨®n de salud y aumenta la dificultad de los combates. Tanto Fable II y Fable III son juegos que pecan de muy f¨¢ciles, respondiendo al deseo de Molyneux de que sea un juego que su esposa pueda finalizar sin pesta?ear, as¨ª que, dada la percecpci¨®n de que el jugador de compatible ex m¨¢s experimentado y veterano, se ha ofrecido la opci¨®n de poner las cosas algo m¨¢s duras, obligando a que cuide m¨¢s sus pociones y a mirar un poco m¨¢s sus pasos. Pero tambi¨¦n hay que entender que no es tan f¨¢cil hacer dif¨ªcil un juego dise?ado para ser sencillo; cosas como la selecci¨®n autom¨¢tica de objetivos, o la forma en la que el h¨¦roe combina el cuerpo a cupero con la magia y la distancia, hacen que el reto no sea especialmente significativo a poco que no se haga tonter¨ªas. Pero al menos se agradece el esfuerzo en no hacer del juego el paseo que es en su versi¨®n original.

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Por lo dem¨¢s, es exactamente el mismo juego, con sus virtudes, sus defectos y algunos bugs menos gracias al trabajo de optimizaci¨®n desde su lanzamiento original. Sus principales virtudes siguen siendo las mismas, particularmente su humor y esa sensaci¨®n de tener todo un mundo con el que jugar, aderezado por los elementos propios de esta tercera parte, en donde, como hermano del rey de Albion, es necesario comenzar una revoluci¨®n para deponerlo, buscando aliados entre el pueblo y haci¨¦ndoles promesas -que luego habr¨¢ que cumplir, o no-. Por descontado, adem¨¢s de tener las mismas virtudes, tambi¨¦n cuenta con los mismos defectos, particularmente en la parte final del juego, de las que no se puede hablar por no destriparlas, pero que s¨ª se puede considerar 'insatisfactoria', particularmente dado su potencial perdido.

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