Salvando los prejuicios

TimeGate Studios vuelve a intentarlo con Section 8: Prejudice. Aunque la primera entrega del t¨ªtulo disfrut¨® de cierto reconocimiento por parte de muchos usuarios, contaba con numerosas carencias que impidieron que el t¨ªtulo en cuesti¨®n destacase entre las ofertas existentes en el momento. Ahora, con la lecci¨®n aprendida, los desarrolladores nos muestran un juego en el que se han afanado por incluir todo aquello que los jugadores echaron en falta.

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No se puede decir que Section 8: Prejudice sea un t¨ªtulo original, ni en formato, ni  en ambientaci¨®n, tampoco en g¨¦nero. A pesar de todo, sobre ¨¦l recaen las expectativas de los fieles a su predecesor, esperanzados por las posibilidades que el juego de TimeGate pod¨ªa ofrecer. Sin embargo, muchas de las opciones se quedaron en el tintero, y de aquel primer Section 8 solamente nos queda un grato recuerdo de un t¨ªtulo muy entretenido, pero que no supo ofrecer lo suficiente como para convertirse en una verdadera alternativa. Enmendarse es de sabios, y es algo obligatorio en el mercado del ocio electr¨®nico, por ello la nueva versi¨®n se nos presenta como un remiendo completo y modernizado, un claro intento de colocar a Section 8 en el lugar para el que fue ideado.

La historia, continuada con el nuevo lanzamiento, nos pone en el papel de Alex Corde, miembro de la Secci¨®n 8. Tras muchos a?os de paz, un grupo conocido como El Brazo de Ori¨®n comienza a provocar el caos y el desconcierto, y la lucha armada no se hace esperar. Lamentablemente, el potencial contexto de esta campa?a no pudo ser aprovechado en la entrega original, limitando excesivamente su profundidad hasta convertirla en un mero tutorial para que los usuarios pudieran dominar los controles y opciones del juego. Sin embargo, la campa?a de Section 8: Prejudice contin¨²a  con un Alex Corde convertido en capit¨¢n de la Secci¨®n 8, y en esta ocasi¨®n adquiere una importancia ligeramente mayor, aunque sigue sin componer el n¨²cleo principal del juego.

Se compone de 8 fases en las que el desarrollo est¨¢ claramente orientado a la resoluci¨®n de ciertos objetivos, que pueden ir avanzando o variando conforme nosotros lo hagamos. Todo comenzar¨¢ en una base del 8? Cuerpo de Infanter¨ªa Armada, y haciendo las veces de tutorial recordaremos o aprenderemos la forma de manejar los distintos componentes con los que cuenta un soldado de este destacamento. Sin embargo, la vigilancia del per¨ªmetro se ve sorprendida por un ataque de El Brazo de Ori¨®n, y en ese momento comienza la persecuci¨®n contra los responsables del ataque y cabecillas de dicho grupo armado. La acci¨®n transcurre en 4 tipos de escenarios distintos, y aunque la duraci¨®n de las misiones es adecuada, el total de tiempo invertido se antoja corto respecto a otras alternativas del g¨¦nero.

Durante las misiones tenemos opci¨®n de probar todos los elementos existentes en el juego, y aunque la historia sigue sin llegar al nivel de profundidad que el argumento ser¨ªa capaz de ofrecer, afortunadamente est¨¢ bastante lejos de lo que su antecesor ofrec¨ªa. Aunque la campa?a no sea lo suficientemente intensa como para que logre quitarse del todo el sambenito de tutorial demasiado largo, al menos supone una opci¨®n importante para los momentos en los que no contemos con conexi¨®n a internet por cualquier motivo. De hecho, el principal atractivo de Section 8: Prejudice vuelve a ser el juego online, y para ello s¨ª que se ha puesto un especial inter¨¦s en escuchar las peticiones de los usuarios que m¨¢s disfrutaron de las opciones existentes en el anterior trabajo de TimeGate Studios.

El primer modo corresponde a Conquista, en el que hasta 32 jugadores se repartir¨¢n en dos bandos. Existen distintas variantes para el objetivo final, como la toma de puntos de control o la aniquilaci¨®n de soldados enemigos, o bien la necesidad de conseguir cierta puntuaci¨®n. Los soldados son desplegados desde transportes a¨¦reos, con lo que es necesario aterrizar en la zona en la que queramos aparecer. Es posible ajustar el momento en el que empezamos a frenar el descenso, aunque si hay prisa podemos arriesgarnos lo suficiente para no recibir heridas. El mapa t¨¢ctico nos presenta un resumen de las zonas controladas por cada bando, as¨ª como distintos avisos de inter¨¦s que nos servir¨¢n de indicaci¨®n para decidir sobre qu¨¦ zonas incidir antes de que sean tomadas o recuperadas por el enemigo.

El segundo modo lleva por nombre Enjambre, y es completamente nuevo en la serie. Hasta 4 jugadores pueden tomar parte en este tipo de partida, todos ellos pertenecientes al mismo bando y protegiendo un mismo complejo. El objetivo es resistir las distintas embestidas de enemigos que ir¨¢n llegando a la base, aumentando su cadencia y cantidad conforme avanza el tiempo. La sincronizaci¨®n entre los miembros es vital para mantener la zona de influencia lejos del ataque de los oponentes, y para ello es importante conocer bien el estilo de juego. No es el modo m¨¢s recomendable para iniciar nuestras andanzas en Section 8: Prejudice, aunque es sin duda uno de los m¨¢s divertidos. Si conseguimos aguantar durante 15 minutos, todo habr¨¢ acabado y seremos los h¨¦roes del momento.

La forma en la que funciona el modo multijugador es muy parecida en ambos casos. En primer lugar escogemos o se nos asigna un bando, si procede, y acto seguido se nos presenta el esquema del mapa multijugador. Tenemos la posibilidad de elegir alguno de los perfiles de soldado que existen, como Asalto, Ingeniero, Artiller¨ªa, Guardi¨¢n? que pueden ser personalizados desde las opciones del juego. La diferencia entre cada uno de ellos se basa en el armamento que portar¨¢n, principal y secundario, tipo de armadura y elementos de inventario. Aunque nos acabaremos especializando con un tipo de perfil, es importante poder manejar al menos un par de ellos, porque distintos momentos de la partida o distintas configuraciones del grupo de jugadores de nuestro bando requerir¨¢n diferentes formas de jugar.

En Section 8: Prejudice existen distintas configuraciones de armadura y armamento, que podemos personalizar al gusto para dar con el estilo de juego que m¨¢s nos plazca. Se han ampliado las posibilidades, tanto con grupos de armas como con los tipos de munici¨®n disponibles para las mismas. En el caso de los veh¨ªculos, el control es bastante m¨¢s r¨¢pido y puede provocar algo de confusi¨®n la primera vez que nos ponemos a los mandos de uno, pero r¨¢pidamente nos damos cuenta de lo intuitivo que resulta. Muchos de ellos vienen equipados con sus propios ca?ones y son una opci¨®n ideal para acercarnos al enemigo de forma r¨¢pida y sorprender al bando contrario. Para ello tendremos que guiarnos con el mapa t¨¢ctico, d¨®nde aparecer¨¢n reflejadas las posiciones de amigos, oponentes y estructuras.

A nivel t¨¦cnico, nos encontramos ante un trabajo notable. La calidad de los modelos y texturas es extremadamente alta, y no por ello perdemos fluidez en las partidas multijugador, principal motor del entretenimiento en el juego que analizamos. En cuanto contemos con un par de duelos a nuestras espaldas, seremos capaces de distinguir a cada enemigo, identificar el perfil del mismo a partir de las armas y armadura y saber c¨®mo proceder para eliminarlo. Los efectos son de calidad, y las batallas se transforman en un conjunto de estallidos e impactos de armas que, junto con las explosiones, nos ofrecen un campo de batalla de ciencia-ficci¨®n lo suficientemente cre¨ªble que nos ayuda a sumergirnos de lleno en el fragor del conflicto. El desarrollo es extremadamente ¨¢gil, con tiempos de ?respawn' muy cortos.

Lo mismo ocurre con el sonido, que cumple a la perfecci¨®n con la tarea de ampliar la experiencia a los mandos del juego. Las voces se han doblado al castellano, lo que siempre es una ayuda y un detalle a apreciar, con lo que solamente podemos aplaudir la decisi¨®n de localizar hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle del juego. La calidad t¨¦cnica se complementa con un conjunto de controles muy accesibles, a pesar de la buena cantidad de opciones con la que contamos, y que seremos capaces de dominar con muy poco tiempo de experiencia al frente de Section 8: Prejudice. Todos estos detalles hacen del juego una opci¨®n estupenda para esos ratos en los que ansiamos partidas en red fren¨¦ticas y llenas de acci¨®n, porque precisamente de esos dos ingredientes se puede asegurar que el juego de TimeGate va sobrado.

A pesar de todas las bondades, el juego sigue sin ofrecer la profundidad que no solamente requiere, sino que tambi¨¦n se merece. Se puede resumir en un FPS bastante tradicional, y es que realmente no va a ofrecer nada que no pueda encontrarse en otras alternativas del mismo g¨¦nero. Esto no significa que sea malo, solamente que para encontrarse 100% c¨®modo se va a necesitar un gusto por el estilo de juego y la ambientaci¨®n concreta. Si no lo encuentras, seguramente puedes disfrutar exactamente igual con otros juegos del mercado, aunque el precio al que se distribuye es un atractivo que invita a probarlo. Nos sigue quedando la sensaci¨®n de que se podr¨ªa haber hecho m¨¢s, a pesar de que se han dado pasos en una direcci¨®n muy buena. Ya veremos si Section 8 vuelve a ser noticia en un futuro.