El ¨²ltimo eslab¨®n

El desarrollo de Darkspore no ha pasado desapercibido. En MeriStation hemos seguido con atenci¨®n los detalles relativos a este nuevo t¨ªtulo, y hace unas pocas semanas tuvimos la oportunidad de adentrarnos en una versi¨®n de prueba para adelantaros nuestras primeras impresiones. Hoy llegamos a la recta final y, con la versi¨®n completa a nuestra disposici¨®n, vamos a revisar lo que esta oferta puede proporcionarnos.

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Muchos presentan Darkspore como un ?spin-off' del simulador evolutivo, pero la verdad es que la relaci¨®n con el mismo se reduce a algunos aspectos muy concretos del juego. Podr¨ªa decirse que Darkspore retoma algunos elementos de Spore para crear un producto completamente nuevo, que podr¨ªa haberse integrado en el anterior sin demasiadas dificultades a pesar del cambio radical en el estilo de juego, si recordamos lo abierto de aquel juego. Sea como sea, esta apuesta nos enfrenta a una evidente primera realidad: es completamente imposible que el simulador pueda llegar a recuperarse alg¨²n d¨ªa. Al menos, los esfuerzos no van a ir dirigidos en ese camino, ni tienen intenci¨®n de hacerlo.

Esta revelaci¨®n nos conduce a una segunda verdad: Darkspore no es Spore. Salvo en los aspectos en los que ambos juegos se tocan tangencialmente, no encontraremos una relaci¨®n evidente entre ambos productos. Para enfrentarse al nuevo t¨ªtulo es preferible olvidarse de todo lo que sab¨ªamos o cre¨ªamos conocer, algo mucho m¨¢s sencillo en la teor¨ªa que en la pr¨¢ctica. El peso del simulador evolutivo caer¨¢ sobre las espaldas de este juego de rol y acci¨®n para, invariablemente, ayudar a que todos los usuarios forjen una opini¨®n fundamentada sobre los elementos desaparecidos o que podr¨ªan ser adaptados. Esta es la cruz que tendr¨¢ que cargar el juego, y es una especialmente pesada.

Resumimos el argumento para los que se hayan perdido los cap¨ªtulos anteriores: Los Crogenitores, especie sabia y muy avanzada, desarrollaron el e-ADN, capaz de unirse al ADN natural de cualquier criatura para modificarla. Lamentablemente, esta sustancia era altamente inestable, y las criaturas mutadas se volv¨ªan violentas y peligrosas. Poco m¨¢s tarde se descubri¨® que todas compart¨ªan una conciencia com¨²n: el Darkspore. Tomando forma de virus, pudo esparcirse por todas las Galaxias, infectando y destruyendo a su paso. Los ¨²ltimos Crogenitores buscaron la manera de estabilizar el e-ADN para crear un conjunto de h¨¦roes capaces de hacer frente a la amenaza.

Una de las grandes diferencias respecto a Spore es que Darkspore se ha planteado de cara al juego por internet. No estamos hablando de un MMORPG con criaturas extra?as, lo que habr¨ªa sido una idea curiosa a la par que atractiva, si no de un ARPG que nos obliga a estar conectados a los servidores permanentemente. Dejando de lado otras intenciones para justificar esta actuaci¨®n, lo cierto es que no se aprovechan al m¨¢ximo las posibilidades de contar con un conjunto de usuarios conectados permanentemente a servidores, y simplemente se reducen las opciones a enfrentamientos contra otros jugadores o tomar parte en partidas colaborativas? cuando habr¨ªa mucho m¨¢s por hacer.

De esta manera, uno de los aspectos m¨¢s importantes del juego es la formaci¨®n del grupo de 3 h¨¦roes. Estos se clasifican en 5 tipos gen¨¦ticos y 3 clases de personaje. Los tipos hacen referencia a la configuraci¨®n gen¨¦tica del h¨¦roe y la clase a su forma de combatir, de manera que las habilidades de cada uno dependen de estos dos par¨¢metros. Por otro lado, una vez hemos avanzado lo suficiente entrar¨¢ en juego otro factor evolutivo: las variantes gen¨¦ticas, de las que existen otras 4. Sin embargo, no pens¨¦is que se puede configurar los h¨¦roes al gusto, porque en este sentido nos veremos limitados a la cantidad prefijada por el juego: 100 h¨¦roes gen¨¦ticos dispuestos a derrotar a Darkspore.

C¨®mo ya hemos dicho, las clases de personaje har¨¢n las veces de las profesiones otros tipos de juego. En este caso encontramos ?Sentinel' muy resistentes y complicados de abatir, los r¨¢pidos y vers¨¢tiles ?Ravagers' o los de tipo ?Tempest', atacantes distancia. La primera forma de estrategia consiste en equilibrar un equipo teniendo en cuenta las tres formas distintas de jugar en funci¨®n del tipo de h¨¦roe escogido. En las partidas colaborativas es extremadamente importante seleccionar un h¨¦roe que se complemente con el resto del grupo, y as¨ª veremos c¨®mo se maximizan nuestras opciones de salir victoriosos. Sin embargo, la verdadera medida de lo efectivo que puede resultar un h¨¦roe contra un enemigo viene dada por su gen¨¦tica.

?Pero no se ha dicho antes que ser¨ªan 100 h¨¦roes? S¨ª, y no se trata de una errata. Estos 25 personajes pueden cambiar  en funci¨®n de las variaciones gen¨¦ticas Alfa, Beta, Gamma o Delta, dando lugar a la cantidad citada. Las variantes funcionan de manera muy simple: Delta es la mejor, seguida de Gamma y despu¨¦s por Beta, mientras que Alfa es la b¨¢sica con la que comienzan los personajes desbloqueados. Conforme mejora esta variaci¨®n, su poder es mayor y su aspecto f¨ªsico var¨ªa ligeramente, aunque son perfectamente reconocibles. La siguiente pregunta ser¨ªa? '?pero, es posible crear nuestros propios h¨¦roes?' Por desgracia no, no existe un editor completo de criaturas.

Por otro lado, el nivel de los h¨¦roes depende de los elementos y partes del cuerpo que les vayamos poniendo. Cada h¨¦roe cuenta con una serie de huecos destinados a distintos elementos de su apariencia y configuraci¨®n gen¨¦tica: armamento, armadura,? Algunos elementos son exclusivos de alg¨²n tipo, clase o incluso h¨¦roe concreto, siendo in¨²tiles para los dem¨¢s. Por otro lado, las partes del cuerpo encontradas otorgan bonificaciones al h¨¦roe pero, no s¨®lo eso, tambi¨¦n son la medida del nivel del mismo. Cuanto mejores sean las partes aplicadas, mayor ser¨¢ el nivel del personaje. De esta manera, podemos repartirlas ligeramente entre los h¨¦roes que m¨¢s usamos, o armar hasta los dientes a nuestro tr¨ªo favorito.

Otro de los usos de estas partes del cuerpo es la variaci¨®n de la apariencia de nuestro h¨¦roe. Cada uno empieza con una serie de elementos meramente decorativos, que pueden ser eliminados o modificados en tama?o, aspecto o lugar. La forma de aplicar las partes del cuerpo adquiridas tambi¨¦n es bastante libre y, si en alg¨²n momento nos equivocamos, podemos reiniciar para recuperar el aspecto original del h¨¦roe. Tambi¨¦n es posible aprovechar objetos que ya no queramos usar para convertirlos en elementos ¨²nicamente decorativos, que no ocupan ninguno de los huecos del h¨¦roe. Si se es h¨¢bil con el editor, una versi¨®n muy limitada del de Spore, se pueden conseguir variaciones interesantes, pero la forma original es siempre reconocible.

Hay que resaltar lo pobre de las posibilidades finales, tanto a nivel de aspecto como para colorear las texturas. Los acabados son impresionantes, eso es cierto, pero su tenemos en cuenta que el principal atractivo de ¨¦ste juego es precisamente la edici¨®n de criaturas? el resultado final nos queda un poco destemplados. Partiendo de la base de que no se iba a permitir crear criaturas propias, limitar tanto las posibilidades de aspecto se traduce en que casi todos los jugadores acabar¨¢n teniendo criaturas bastante similares? y cuando esto se traslada al modo cooperativo o de confrontaci¨®n, se pierde parte de la sensaci¨®n de independencia que deber¨ªa conseguirse. No hay h¨¦roes verdaderamente ¨²nicos en Darkspore.

Este desarrollo fase a fase es extremadamente fluido. Los objetivos dentro de cada una no dan lugar a una cantidad extensa de variaciones, e incluso dentro de un mismo nivel podemos encontrarnos con momentos que requieren distintos objetivos. Lo habitual suele ser acabar con todos los enemigos posibles, o aguantar con vida durante un determinado tiempo. Existen finales de fase, que desbloquean niveles superiores, y en estos finales podemos enfrentarnos a enemigos especialmente poderosos. La dificultad de las mismas es variable, depende de la cantidad de jugadores en una partida colaborativa y de nuestro propio nivel, pero en general no tendremos demasiadas complicaciones para acabar casi todas las fases.

Gr¨¢ficamente consigue buena nota. Tanto las texturas como los modelos y las animaciones se hallan en un nivel de calidad alto, y el dise?o de las criaturas, aunque bastante peculiar, es digno de menci¨®n. Lamentablemente, no existe una diversidad excesiva en lo que a escenarios se refiere: puede cambiar su configuraci¨®n, pero al final tenemos una cantidad limitada de tipos de terreno. El sonido cumple con su funci¨®n, sin invadir la sensaci¨®n de juego, pero tampoco nos encontramos ante una banda sonora de calidad. En suma, el conjunto t¨¦cnico se queda en la parte alta, a la altura de los mejores ARPGs, es s¨®lido y consigue una atm¨®sfera ideal para el tipo de juego que es Darkspore.

Sin embargo, el t¨ªtulo cae f¨¢cilmente en la repetici¨®n, provocando que uno de los ¨²nicos alicientes para continuar sea el amor propio y las ganas de ser mejor que los dem¨¢s jugadores. No hay que confundir esto con aburrimiento, porque Darkspore es un juego muy entretenido, que nos har¨¢ pasar grandes ratos. Las partidas colaborativas son excepcionalmente divertidas, muy apropiadas para el tipo de juego del que estamos hablando. Los duelos son muy r¨¢pidos, y perfectos para matar ratos, aunque no conseguimos recompensas con ellos. A diferencia de Spore, el nuevo juego de Maxis y EA tiene bien definidos sus l¨ªmites, y nos los deja bien claro desde bien comenzada la partida.

Es f¨¢cil abstraerse y pasar largos ratos dise?ando criaturas, intentado explotar el limitado editor un poco m¨¢s all¨¢ de sus propios l¨ªmites. Es ah¨ª donde uno puede echar en falta la gran cantidad de opciones de las que su antecesor espiritual dispon¨ªa y empieza a so?ar con las posibilidades. En lugar de cometer el error de crear algo excesivamente libre, en esta ocasi¨®n se han fijado las opciones para evitar que la gente intente fantasear con algo mayor. Pero, a pesar de ponerle un ?dark' delante, si uno cierra los ojos jurar¨ªa que sigue oliendo a Spore. M¨¢s oscuro, m¨¢s t¨¦trico y m¨¢s orientado a la acci¨®n r¨¢pida y masticada? pero a Spore al fin y al cabo. Y Spore no era una mala idea?

Se aprovecha el dise?o, parte del editor e incluso elementos gen¨¦ticos, pero no se ha sabido ahondar lo suficiente. Darkspore se queda c¨®mo un buen juego, y una buena forma de reciclar parte de los recursos invertidos por Maxis, pero nunca le llegar¨¢ a la suela a las ideas de miles de seguidores. No es por la reducci¨®n del g¨¦nero ARPG a su m¨ªnima expresi¨®n, con fases que se convierten en pasillos al aire libre y la cantidad m¨ªnima de habilidades para poder jugar con un ¨²nico dedo, si no por la simplificaci¨®n del trabajo anterior de Maxis. Si el orden de lanzamiento hubiera sido al rev¨¦s, habr¨ªa funcionado a la perfecci¨®n, pero ahora se antoja escaso? una vaga excusa para que la compa?¨ªa no olvide la licencia, pero sin el suficiente trabajo como para que consiga hacer lo mismo con los usuarios.

La conclusi¨®n final de Darkspore tiene que hacerse, necesariamente, olvidando que en su d¨ªa existi¨® un juego llamado Spore. Nos encontramos un t¨ªtulo divertido, fluido y accesible aunque muy limitado en retos. Posee un gran modo cooperativo y se disfruta tanto jugando fases como editando criaturas, d¨®nde conseguimos una libertad superior al ARPG medio. Los que busquen m¨¢s profundidad encontrar¨¢n alternativas suficientes en el mercado, pero Darkspore es digno de unas cuantas horas de juego, y c¨®mo m¨ªnimo de ser probado. Por lo menos, esta vez sabemos perfectamente a qu¨¦ atenernos?