Supremacy MMA
505 Games ha querido alejarse de los juegos de lucha MMA m¨¢s conocidos para traernos este junio la puesta en escena m¨¢s brutal y violenta que pudi¨¦ramos imaginar de los combates ilegales de artes marciales mezcladas. Supremacy enfrenta casi a muerte diversas historias reales de grandes nombres. Sus mejores golpes van a ser una jugabilidad tan furiosa como accesible y convertirse en la alternativa del g¨¦nero MMA, sin simulaci¨®n ni ataduras de licencias o control alguno de la violencia.
La lucha sin l¨ªmites ten¨ªa cierto hueco en el mercado de los videojuegos. Supremacy MMA llegar¨¢ este 7 de junio para intentar cubrir este subg¨¦nero, ensombrecido por exitosos juegos de lucha libre como los UFC o los de peleas callejeras. 505 Games, los encargados del desarrollo del t¨ªtulo, han querido dotar al proyecto de la madurez y jugabilidad necesarias para alcanzar un producto que verdaderamente resuene en el ring de PlayStation 3 y Xbox 360, y consiga dar un verdadero pu?etazo en la cara a todos aquellos que alardean de mostrar violencia y realismo y, sin embargo, est¨¢n bajo el yugo de c¨®digos PEGI de edades amplias o licencias deportivas autorizadas. Aqu¨ª veremos lo ilegal, la trastienda de la lucha, el dolor y la emotividad. Todo sea por la supremac¨ªa.
Jerome Geronimo Le Banner, Jens L'il Evil Pulver, Michele Diablita Gutierrez o Felice Harring L'il Bulldog son algunas de las caras del juego en sus trailers y personajes controlables que nos contar¨¢n sus duras historias y su llegada hasta el mundo de la lucha MMA as¨ª como el asecenso en ¨¦ste. La personalidad de cada luchador, sus influencias, su estilo prefilecto o sus vivencias marcar¨¢n los combates. Todo el juego ha querido rendir especial homenaje a estas grandes figuras de la pelea y humanizar much¨ªsimo todo lo que veremos en pantalla, que no ser¨¢ poco ni necesariamente agradable. Cada personaje tiene detr¨¢s una historia y ser¨¢ una parte importante del encanto del t¨ªtulo conocer cada una de ¨¦stas a fondo.
Y qu¨¦ mejor m¨¦todo para cont¨¢rnoslas que con una est¨¦tica particular¨ªsima y atrevida que nos acerca a los personajes de manera muy creativa y diferente. Con un poderoso y amarillento tono como de c¨®mic o dibujo de contornos, al seleccionar a un luchador podremos ver su historia y qu¨¦ lo llev¨® a introducirse en este peligroso mundo de la lucha libre. El respeto a la realidad es absoluto en este sentido ya que el juego ha sido supervisado en materia argumental por algunos de los mencionados en ¨¦l. Este respeto por que todo sea muy real se traslada al ring -siempre en escenarios underground y de trastienda-, donde la violencia y el desenfreno quedan de manifiesto en todos y cada uno de los elementos visuales, como la sangre del suelo, huesos que se parten, hematomas que van apareciendo, l¨¢grimas de dolor o luxaciones.
Uno de los aspectos que m¨¢s se coment¨® cuando aparecieron las primeras im¨¢genes del t¨ªtulo era su acabado gr¨¢fico, muy criticado al principio y por debajo de las expectativas exigibles a un juego decente en este sentido de la actual generaci¨®n . El juego que hemos visto no tiene absolutamente nada que ver con aquello y a d¨ªa de hoy, ya es de los m¨¢s vistosos que existen en el g¨¦nero del MMA, representando fielmente toda la musculatura de los personajes y su deterioro a medida que recibe golpes, entornos cuidados, p¨²blico vivo y realista sangre que mancha todo lo que le rodea, inclu¨ªdos a los propios luchadores. No obstante, sus desarrolladores lo quieren dejar claro: no es un juego de simulaci¨®n y se ha apostado por la espectacularidad y el manejo arcade.
Y sobre este manejo arcade, tampoco podemos enga?arnos con rapidez. El control de los personajes es accesible y sencillo, pero no dominarlo, que requerir¨¢ mucha pr¨¢ctica y presenta una buena profundidad. Hay dos botones para los pies y otros dos para los brazos, pero ¨¦stos se enfatizan con los del resto del mando, matizando los golpes que daremos y su intensidad. A ello se suman las agresiones m¨¢s especiales, como las presas o los demoledores combos finales, que funcionan a modo de Fatality de la saga Mortal Kombat y ser¨¢n absolutamente espectaculares y violentos, ya que nos propondr¨¢n pisar la cabeza al contrario en el suelo, destrozarle la nariz, darle un cabezazo, y dem¨¢s barbaridades consideradas ilegales en combates regulados, no presentes en este juego.
La experiencia arcade de la jugabilidad tambi¨¦n se pone de manifiesto en su presentaci¨®n, espectacular y desmedida en ocasiones para hacer de ¨¦l un juego llamativo que no podamos dejar de mirar. Esto no quiere decir que no haya realismo, ¨¦ste se conjuga con el espect¨¢culo m¨¢s sangriento de las peleas libres. Lo mismo ocurre con la ambientaci¨®n, que sin mostrar todo escenarios reales, s¨ª que consigue trasladarnos hasta un mundo oscuro y fren¨¦tico donde diversos locales, c¨¢rceles y almacenes sirven de marco para los rings, a veces cerrados con jaulas y otros elementos. La rapidez de juego y el griter¨ªo del p¨²blico pondr¨¢n nuestra adrenalina al m¨¢ximo, en una pelea que nos har¨¢ tener que estar tan pendientes de nuestros golpes como de nuestro propio cuerpo y sus respuestas a las lesiones.
Para tener siempre este obligatorio control del cuerpo del luchador, en la parte superior de la pantalla, junto a la barra de energ¨ªa, hay una silueta verde de ¨¦ste que ir¨¢ ti?¨¦ndose de amarillo o rojo seg¨²n los da?os que vayamos recibiendo en cada zona, separadas por cabeza, tronco (dividido en cuatro, espalda y frontal) y las cuatro extremidades. Estos da?os graves tambi¨¦n pueden intuirse por las huellas, luxaciones y rasgu?os que van apareciendo en los luchadores, pero este peque?o esquema de colores es una idea genial para que todo est¨¦ siempre m¨¢s claro y visible. Al descuidar un ¨¢rea de nuestro cuerpo, los ataques a esta parte ser¨¢n m¨¢s da?inos y habr¨¢ facilidad para controlarnos o colarnos uno de los s¨²per combos definitivos. Cubrirse bien, por tanto, ser¨¢ otra prioridad, sobre todo si el estilo de lucha es m¨¢s defensivo.
Judo, Kick Boxing, Karate, Boxeo, Lucha Libre... casi todo es posible en la lucha MMA, y en Supremacy se mezcla sin escr¨²pulos ni reglas firmes que limiten los encuentros. Cada personaje tiene su estilo propio y esto marcar¨¢ determinantemente la jugabilidad. "No es simplemente un skin diferente para cada estilo, como en otros juegos", nos dec¨ªan desde Digital Bros -su editora- cuando nos lo ense?aron hace varios d¨ªas. Los personajes, su velocidad, sus movimientos... est¨¢n encorsetados en las directrices del estilo, si es m¨¢s ofensivo o agresivo, la posici¨®n de inicio, el uso prioritario de las piernas o los brazos, la procedencia, si el personaje es masculino o femenino (pues habr¨¢ muchas luchadoras), los da?os, etc. Esto asegura variedad de juego, aunque a¨²n tenemos que ver si tanta como promete.
En este modo Historia que pudimos ver esencialmente, los luchadores ir¨¢n ganando experiencia y desarrollando sus habilidades para ir creciendo en la escala de combates y su paso por los distintos y bien dise?ados escenarios (como el oscuro bar El Matador o la claustrof¨®bica prisi¨®n estatal). Pero junto a este desarrollo del personaje, existen opciones multijugador que est¨¢n siendo creadas desde cero para optimizar la experiencia y hacerla completa y actual. A¨²n no se conocen todos los detalles en este sentido pero en pocos d¨ªas volver¨¢ a volcarse informaci¨®n sobre esto y posibles modos adicionales que enriquezcan y alarguen a¨²n m¨¢s la experiencia.
Los encargados de Supremacy MMA beben de juegos como Mortal Kombat, Street Fighter o Tekken para dar a la lucha libre una nueva dimensi¨®n m¨¢s underground y salvaje que a la que estamos acostumbrados, con un t¨ªtulo tan violento como accesible pero que exigir¨¢ de mucha pr¨¢ctica para dominarlo en su totalidad. Emotividad e historias reales, diversos estilos de lucha muy bien separados y caracterizados, obligada atenci¨®n al cuerpo de los personajes y puesta en escena a la altura. La supremac¨ªa en el g¨¦nero puede estar m¨¢s cerca de lo que pensamos y darle este distinguido enfoque puede que sea la clave del ¨¦xito. En pocos d¨ªas sabremos m¨¢s y podremos predeciros si se est¨¢ consiguiendo o no.