Apocalipsis Now

PlayStation 3 lleg¨® al mercado a finales de 2006, tras sufrir los correspondientes y pol¨¦micos retrasos comunes a toda tecnolog¨ªa de nuevo cu?o. Y tal y como era de esperar lo hizo con varios t¨ªtulos bajo el brazo, juegos que adolec¨ªan de los defectos t¨ªpicos de toda primera remesa de lanzamientos desarrollados para una nueva plataforma. Dichos defectos eran producto en su mayor¨ªa de las cl¨¢sicas precipitaciones por cumplir a rajatabla con una fecha de salida, as¨ª como del desconocimiento com¨²n a toda primera vez en que se trabaja sobre un nuevo hardware. MotorStorm tuvo el honor de ser uno de esos primeros t¨ªtulos, y logr¨® convertirse en el m¨¢s destacado a pesar de no lograr sortear los mencionados puntos flacos comunes a los lanzamientos de estreno.

Y es que las prisas no son buenas consejeras. Fueron dichas precipitaciones las que acabaron dando como resultado un apartado gr¨¢fico salpicado de elementos que parec¨ªan haber quedado desterrados en generaciones anteriores. El juego en s¨ª pose¨ªa un contenido algo escaso para lo que suele ser habitual en un t¨ªtulo de carreras. Sin embargo, las virtudes de este primer MotorStorm no fueron pocas. Evolution Studios (conocidos en la generaci¨®n PS2 por ser los encargados de desarrollar las diversas entregas de la saga World Rally Championship) hab¨ªa creado un arcade de carreras off-road tan salvaje y desenfrenado como jam¨¢s se hab¨ªa visto hasta aquella fecha. Volc¨¢ndose en su previa y contrastada experiencia en el desarrollo de juegos de conducci¨®n todo terreno, Evolution se solt¨® la melena para eliminar de la ecuaci¨®n todo lo que pudiera hacer referencia a la palabra 'simulaci¨®n'. MotorStorm era un impulso de adrenalina, un festival arcade que no dejaba indiferente a todo aquel que lo jugaba.

Un apartado gr¨¢fico que a pesar de sus carencias ya dejaba entrever destellos que acabar¨ªan por eclosionar en un futuro inmediato, un control perfecto sobre cada veh¨ªculo a pesar de la naturaleza arcade que el juego exhalaba por todos sus poros, un incre¨ªble equilibrio entre la oferta de veh¨ªculos seleccionables para cada carrera (que iban desde peque?as motos hasta gigantescos camiones) y un m¨¢s que ingenioso sistema de trazados interconectados para cada circuito echaron el resto. MotorStorm era un espect¨¢culo digno de ser disfrutado, que adem¨¢s se convirti¨® en uno de los primeros ¨¦xitos de PS3 al superar en poco tiempo la barrera del mill¨®n de copias vendidas. Dicho ¨¦xito propici¨® el desarrollo de la correspondiente secuela, la cual lleg¨® en 2008 con el t¨ªtulo de MotorStorm: Pacific Rift. Evolution, una vez libres de la presi¨®n que supone cumplir obligatoriamente con una fecha de entrega, se concentr¨® en pulir los defectos que no se pudieron corregir en la primera parte debido a la falta de tiempo, as¨ª como en ofrecer ese m¨¢s y mejor que toda secuela debe enarbolar para considerarse digna sucesora de la entrega original.

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M¨¢s circuitos, m¨¢s variedad de entornos, un nuevo y arrollador veh¨ªculo, un multijugador a la altura de las circunstancias tanto online como offline y un apartado gr¨¢fico que dejaba bien a las claras que PS3 puede marcar la diferencia en la presente generaci¨®n de consolas cuando un estudio de desarrollo se molesta en exprimir a fondo sus capacidades, fueron algunas de sus muchas virtudes. Por supuesto, Evolution se puso a trabajar en un nuevo MotorStorm en cuanto el segundo lleg¨® a las tiendas, aunque mientras tanto Sony decidi¨® llevar la saga al resto de sus plataformas. Con ese objetivo naci¨® MotorStorm: Artic Edge, juego que lleg¨® en 2009 a PSP y PS2, siendo desarrollado por BigBig Studios, compa?¨ªa que firm¨® una m¨¢s que digna entrega de la saga que no ten¨ªa nada que envidiar a sus dos hermanas mayores lanzadas anteriormente en PS3. Y ya por ¨²ltimo nos encontramos ante el juego que protagoniza el presente avance.

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MotorStorm: Apocalypse sorprende de entrada por muchas razones. Cuando los aficionados a MotorStorm, tras disfrutar de Pacific Rift, cre¨ªan que ya era imposible cumplir aquello de 'm¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa', no les faltaba raz¨®n. MotorStorm se ha caracterizado desde su origen por el desenfreno, la locura, la conducci¨®n m¨¢s salvaje llevada a cabo en los entornos m¨¢s hostiles y peligrosos que la naturaleza es capaz de engendrar. Primero fue un inmenso ca?¨®n des¨¦rtico rodeado de peligrosos desfiladeros y mortales abismos abiertos al vac¨ªo; luego una isla castigada por las deflagraciones que el volc¨¢n en activo que la coronaba no dejaba de desencadenar en cada palmo de terreno; y despu¨¦s el ?rtico, entre vientos glaciales, continuas avalanchas e infinitas zonas heladas. ?C¨®mo superar eso? ?D¨®nde se hallaba el siguiente nivel de desaf¨ªo? Pues, al igual que quedaba registrado en las antiguas cartas de navegaci¨®n usadas por los primeros conquistadores, en el fin del mundo.

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Bienvenido al fin del mundo

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'Enfrentados a la adversidad, unos se r¨ªen del destino y otros enloquecen'- Big Dog.

Los MotorStormers, un grupo de locos por la velocidad y el riesgo excesivo, llevan varios a?os viajando de un extremo a otro del orbe terr¨¢queo en una incesante b¨²squeda de los desaf¨ªos m¨¢s peligrosos y mortales que se puedan llegar a concebir y afrontar. La filosof¨ªa de un MotorStormer es clara: vive r¨¢pido, con la mayor de las intensidades, manteni¨¦ndote siempre a un paso por delante de la muerte. Pero si llega el momento en que no consigues esquivar a la Se?ora de la Guada?a, bueno, entonces ser¨¢s enterrado con todos los honores. Sin embargo, dado que son muy raras las ocasiones en que los ca¨ªdos dejan restos que enterrar, en lugar de unas exequias al uso se celebrar¨¢ un ritual en el que quemar¨¢n tus posesiones (veh¨ªculo incluido) a modo de pira funeraria, sin dejar nada por lo que puedas ser recordado. Y es que un MotorStormer jam¨¢s echa la vista atr¨¢s. El pasado es eso, pasado, y lo importante no es ser recordado, sino vivir cada segundo como si fuera el ¨²ltimo.

Tras celebrar un Festival MotorStorm en pleno ?rtico, los organizadores buscan un desaf¨ªo mayor. Los meses pasan y no se encuentra nada, hasta que un acontecimiento de lo m¨¢s relevante llama su atenci¨®n. Una de las principales ciudades de la Costa Oeste de Estados Unidos se levant¨® sobre una falla, y sus ciudadanos prosperaron a lo largo de las d¨¦cadas sin ser conscientes del peligro que acechaba bajo sus pies. Dicho peligro parece haber despertado. Seg¨²n estimaciones de las autoridades, la falla se quebrar¨¢ definitivamente en pocos d¨ªas, por lo que, tras los primeros temblores, el gobierno decide organizar una evacuaci¨®n masiva de toda la poblaci¨®n de la ciudad. Los MotorStormers ven en aquella urbe dejada de la mano de Dios la oportunidad de organizar el mayor y m¨¢s arriesgado festival de sus vidas, por lo que no dudan en dirigir su principal base de operaciones, un viejo y gigantesco portaaviones militar, hacia el que en pocos d¨ªas se convertir¨¢ en el lugar m¨¢s peligroso sobre la faz de la Tierra.

Cuando llegan all¨ª, las evacuaciones se han completado y se estima que solo quedan dos d¨ªas para que el Gran Temblor final se desencadene y hunda la ciudad en el abismo. As¨ª, los MotorStormers tienen por delante 48 horas de intensa competici¨®n, tras las que deber¨¢n abandonar el lugar antes de que todo se vaya al infierno. Las rutas son trazadas tras un r¨¢pido reconocimiento a¨¦reo y dan comienzo las competiciones. Cada participante deber¨¢ luchar no solo contra sus rivales, sino tambi¨¦n contra las inclementes fuerzas de la naturaleza que no cesan de abrir grietas por doquier y derribar rascacielos como si fueran fr¨¢giles castillos de naipes. Y por si todos estos peligros no bastaran, pronto se desencadena una guerra abierta, a?adiendo m¨¢s caos a una olla ya de por s¨ª a punto de reventar.

Por un lado est¨¢n los Crazies, grupo formado por ciudadanos que se han negado a abandonar la ciudad, saqueadores y anarquistas que no reconocen clase alguna de gobierno. En el otro bando se posiciona Dusklite Corporation, empresa de seguridad privada que recibe por parte del Gobierno instrucciones precisas de mantener el orden en medio de todo aquel desmadre. Dusklite posee un arsenal armament¨ªstico digno de cualquier compa?¨ªa militar privada, con helic¨®pteros de combate, cazas Harrier, tanques y los mejores y m¨¢s experimentados mercenarios que el d¨®lar norteamericano puede comprar. El presidente de Dusklite planea usar dichos medios para echar de la ciudad a todos los disidentes que han decidido permanecer en ella, algo que en principio parece f¨¢cil dado que los hombres de la corporaci¨®n no tardan en tomar clara ventaja; pero pronto los Crazies demostrar¨¢n estar mejor armados y organizados de lo que sus enemigos esperaban. Y en medio de todo este fregado se encuentran los MotorStormers, quienes no piensan tomar partido por ning¨²n bando ya que lo ¨²nico que quieren es competir y vivir al l¨ªmite cada carrera.

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?ste es a grandes rasgos el argumento de MotorStorm: Apocalypse, primer juego de la saga en hacer gala de un hilo narrativo dado que los t¨ªtulos anteriores carec¨ªan de gui¨®n alguno. El encargado de desvelar dicho hilo narrativo ser¨¢ el llamado Modo Festival, tradicionalmente la principal modalidad monojugador de MotorStorm, que en Apocalypse toma la forma de un Modo Historia con todas las de la ley. Pero dicho cambio no ser¨¢ lo primero que llamar¨¢ la atenci¨®n del aficionado a la franquicia. Ya desde la misma introducci¨®n se deja entrever que Apocalypse no ser¨¢ un MS al uso, sino una evoluci¨®n, o m¨¢s bien un giro definitivo hacia el arcade m¨¢s desenfrenado que se haya podido experimentar en juego de conducci¨®n alguno. Si nada m¨¢s cargar en nuestra consola anteriores MotorStorm se nos obsequiaba con una secuencia fotorrealista y una voz en off ensalzando la epopeya de las carreras que nos aguardaban, ahora nos encontramos con una intro m¨¢s cercana al c¨®mic animado, adornada por una ¨¦pica composici¨®n musical.

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Pero de la m¨²sica ya nos encargaremos m¨¢s adelante. Regresando al Modo Festival, nos encontramos con que se encuentra dividido en tres secciones: Aprendiz, Profesional y Veterano. Las tres suman un total de 40 carreras en las que competir, y entre una y otra se nos ir¨¢n narrando secciones del gui¨®n por medio de secuencias en las que vuelve a entrar en juego el c¨®mic animado. Mash, un joven reci¨¦n llegado al Festival MotorStorm que ha decidido competir al l¨ªmite en lugar de convertirse en piloto de carreras homologadas, ser¨¢ el personaje que controlemos durante la primera secci¨®n de la historia. Como novato que es, deber¨¢ demostrar que tiene lo que hay que tener para sobrevivir, aunque por desgracia ha elegido el peor momento y lugar para hacerlo. Tyler, protagonista de la segunda secci¨®n de la historia, es ya un piloto m¨¢s que curtido que se ha ganado merecidamente sus galones en anteriores festivales.

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Ty es uno de los cinco miembros de la Brotherhood, el grupo de pilotos de mayor talento entre todos los MotorStormers, y como tal deber¨¢ dar ejemplo encarando los mayores riesgos sin pesta?ear ni pens¨¢rselo dos veces. Por desgracia, una cat¨¢strofe imprevista le har¨¢ experimentar algo que jur¨® jam¨¢s volver a sentir: miedo. Para superar dicho miedo, deber¨¢ enfrentarse a su mayor temor, el cual tomar¨¢ la forma m¨¢s inesperada. El protagonista de la ¨²ltima secci¨®n del Modo Festival no es otro que Big Dog, un viejo y curtido motero que por avatares del destino se ha convertido en el l¨ªder de los MotorStormers. Suya es la responsabilidad de asegurarse de que cada festival sale tal y como est¨¢ previsto, y no duda en entrar en acci¨®n cuando Dusklite, empe?ada en obligar a los MotorStormers a abandonar la ciudad, amenace el normal desarrollo del evento.

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Tal y como acabamos de mencionar, el gui¨®n se nos narrar¨¢ por medio de c¨®mics animados de notable factura tanto t¨¦cnica como art¨ªstica. Pero dichas secuencias son de corta duraci¨®n (no suelen alagarse m¨¢s del minuto y medio o los dos minutos), y tan solo est¨¢n ah¨ª para aquellos jugadores que quieren curiosear y saber m¨¢s cosas acerca de esos locos que no dudan en arriesgar el pellejo a cambio de un subid¨®n de adrenalina. Lo m¨¢s importante del Modo Festival es lo m¨¢s importante del resto de MS Apocalypse: las carreras. Por lo tanto, carreras tendremos; y no ser¨¢n unas carreras cualquiera, sino las m¨¢s intensas, aceleradas y movidas que hayamos podido disputar en cualquier arcade de conducci¨®n visto hasta la fecha.

Entre temblores y explosiones

'?Joder t¨ªo, estoy viendo im¨¢genes de mi vida! ?Esto no puede ser seguro!'- Psycho Billy.

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Comencemos poniendo algunos n¨²meros sobre la mesa. Los trazados y circuitos incluidos en MotorStorm: Apocalypse est¨¢n divididos en doce ¨¢reas, y cada ¨¢rea a su vez cuenta con hasta cuatro modificaciones que las fraccionan en un n¨²mero similar de trazados. As¨ª, en MSA contaremos con nada m¨¢s y nada menos que 40 trazados diferentes en los que competir. Siete de ellos son pistas m¨¢s o menos abiertas y lineales que forman parte importante y exclusiva del Modo Historia, por lo que nos quedan 33 circuitos cerrados en los que podremos competir tanto en el mencionado Modo Historia como en el resto de la amplia oferta de modalidades monojugador y multijugador que ofrece MotorStorm: Apocalypse. Y ojo, que no nos encontramos ante circuitos al uso. Olvidad cualquier cosa experimentada tanto en anteriores MS como en cualquier otro juego de conducci¨®n, ya sea el arcade m¨¢s movido o la simulaci¨®n m¨¢s realista. Aqu¨ª no deberemos preocuparnos solo del trazado, las curvas o los rivales, ya que estamos compitiendo en una ciudad constantemente sacudida por fuertes temblores, en la que adem¨¢s se ha desencadenado una guerra sin cuartel, por lo que el peligro llegar¨¢ de cualquier lugar y en todo momento.

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Edificios que se vienen abajo como fichas de domin¨® puestas en fila; terrenos que se dividen en dos y dejan al descubierto abismos insondables; tuber¨ªas de gas subterr¨¢neas que saltan por los aires; t¨²neles de metro que se derrumban constantemente; helic¨®pteros bombardeando desde las alturas todo lo que se mueve bajo ellos; ciudadanos lanzando improvisados c¨®cteles molotov; mercenarios abriendo fuego con sus rifles de asalto? Todo esto y mucho m¨¢s es lo que sucede en cada circuito mientras competimos con otros quince corredores por llegar los primeros a la meta. Cada carrera en MotorStorm: Apocalypse es m¨¢s que una aventura o un desaf¨ªo; es un aut¨¦ntico chute de adrenalina que pone al l¨ªmite nuestros reflejos y agudeza visual. El espect¨¢culo pirot¨¦cnico que Evolution Studios ha puesto en los circuitos de nuestras PS3 es m¨¢s que digno de menci¨®n. Vaya por delante que MotorStorm: Apocalypse es adem¨¢s el MS m¨¢s r¨¢pido de la franquicia, ya que ahora el turbo cobra mayor importancia que antes. Las reglas instauradas en MS Pacific Rift siguen estando presentes (el turbo se enfr¨ªa m¨¢s r¨¢pido cuando nuestro veh¨ªculo entra en contacto con el agua, y se sobrecalienta si conducimos cerca del fuego, venga ¨¦ste de una estaci¨®n de gasolina que acaba de explotar o de un misil aire-tierra lanzado desde un Harrier), aunque pronto nos daremos cuenta de que a grandes rasgos el turbo en Apocalypse se regenera a una velocidad mucho mayor que en anteriores juegos, por no mencionar que podremos enfriarlo al instante si soltamos el acelerador mientras saltamos grandes distancias.

As¨ª, ser¨¢n m¨¢s numerosas las ocasiones en que activaremos el turbo (y m¨¢s nos vale hacerlo si queremos ganar cada carrera), por lo que toda la acci¨®n transcurrir¨¢ a una velocidad vertiginosa, como pocas veces habremos podido siquiera intuir en anteriores t¨ªtulos de conducci¨®n. Y ello ni mucho menos significa que Evolution Studios haya tenido que sacrificar rendimiento gr¨¢fico para garantizar la fluidez de todo lo que acontece en pantalla, como s¨ª sucedi¨® en t¨ªtulos como el Blur de la tristemente desaparecida Bizarre Creations. MotorStorm: Apocalypse es un t¨ªtulo exclusivo de PS3, desarrollado por una de las principales first party de dicha consola, as¨ª que aprovecha al m¨¢ximo la potencia t¨¦cnica de la plataforma para la que ha sido ideado. No importa la velocidad a la que transcurra la acci¨®n, ya que el despliegue gr¨¢fico seguir¨¢ siendo simplemente fastuoso sin que la fluidez de la tasa de frames por segundo se vea en ning¨²n momento amenazada.

Como perfecto ejemplo de todo lo que decimos puede sin duda valer el que es a todas luces el circuito m¨¢s espectacular del juego. Dicho trazado transcurre a lo largo de la zona mar¨ªtima de la ciudad (una urbe que, por cierto, est¨¢ claramente basada en San Francisco, aunque dicho nombre no llega a mencionarse en ning¨²n momento), bajo un tremendo aguacero y los constantes temblores a los que a esas alturas del juego estaremos m¨¢s que acostumbrados. La diferencia es que aqu¨ª entra un nuevo elemento en la ecuaci¨®n, que no es otro que un tornado de clase 1 que se desencadena en plena l¨ªnea de playa. Imaginaos lo que es competir a toda velocidad en una zona cuyas edificaciones est¨¢n siendo arrasadas, con la visibilidad reducida a causa de la fuerte lluvia, y con barcos que el tornado alza por el aire y arroja por todas partes como si fueran simples maquetas de Scalextric. Todo en tiempo real y sin que nuestra PS3 d¨¦ muestras de flaqueza en ning¨²n momento. Lo dicho, ni siquiera el mism¨ªsimo Michael Bay (director de pel¨ªculas como Armaggedon, Pearl Harbor o la trilog¨ªa de Transformers) podr¨ªa poner en pantalla algo tan espectacular como la monta?a rusa que nos ofrece Evolution Studios con este MotorStorm: Apocalypse.

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Siguiendo con los elementos jugables, permanecen aqu¨ª dos de las principales virtudes y se?as de identidad de la franquicia como son la variedad de veh¨ªculos a elegir y las m¨²ltiples rutas en las que se divide cada circuito. Es m¨¢s, no solo permanecen sino que incluso se potencian. En el apartado de veh¨ªculos entran en juego nuevas clases que dan un total de 13 diferentes. Clasificadas de menor a mayor peso, son las siguientes: moto todoterreno (la motocicleta ya vista en las entregas anteriores de la franquicia), superbike (una veloz moto de competici¨®n con la que tomaremos con gran facilidad cualquier curva), chopper (la cl¨¢sica moto de carretera estilo Harley-Davidson, potente y fiable), quad (estabilidad gracias a sus potentes amortiguadores; gran agilidad debido a su tama?o no mucho mayor que el de una moto), buggy (veh¨ªculo ligero con el que alcanzaremos grandes alturas al saltar desde una rampa), supermini (el m¨¢s peque?o y maniobrable de los coches), coche de rally (rey en terrenos de tierra o en superficies embarradas), supercoche (un deportivo dotado de la mejor aceleraci¨®n gracias a su construcci¨®n aerodin¨¢mica), muscle car (voluminoso coche dotado del mejor equilibrio entre potencia y velocidad punta), ranchera (al igual que el coche de rally, el rey en terrenos escarpados, solo que sacrifica velocidad a cambio de una mayor estabilidad), 4x4 (todoterreno que, aunque no destaca sobre ninguna superficie, se desenvuelve con soltura en cualquier situaci¨®n), cami¨®n (para arrasar con todo lo que se nos ponga por delante, aunque pagando el precio de una mala aceleraci¨®n y su clara desventaja al transitar por sitios estrechos) y monster truck (mala aceleraci¨®n y peor maniobrabilidad, pero nadie osar¨¢ molestarnos mientras corremos, ni siquiera los camiones).

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Como ya es cl¨¢sico en la franquicia, cualquier veh¨ªculo de entre estos trece puede participar en una misma carrera. Y aun as¨ª el equilibrio es total; contaremos con las mismas posibilidades de ganar escojamos el veh¨ªculo que escojamos a pesar de las grandes diferencias existentes entre ellos. ?C¨®mo se consigue esto? F¨¢cil, gracias a las m¨²ltiples rutas con las que cuentan los circuitos. Cada ruta ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil o dif¨ªcil de transitar dependiendo del veh¨ªculo que conduzcamos, por lo que nos corresponder¨¢ a nosotros memorizar qu¨¦ ruta es m¨¢s conveniente tomar en cada momento. Y en Apocalypse estas rutas adem¨¢s cambian constantemente a causa del caos que se desencadena a nuestro alrededor, por lo que cada vuelta es distinta a la anterior. Lo ¨²nico seguro mientras corremos es que nada es seguro, ni siquiera la estabilidad del terreno bajo nuestras ruedas, por lo que deberemos adaptarnos constantemente a los cambios que no dejan de surgir por todas partes.

Por desgracia, aqu¨ª reside uno de los principales puntos flacos de MotorStorm: Apocalypse, y es que dichos cambios no son aleatorios, sino que siguen un gui¨®n preestablecido. Por poner un ejemplo, si un edificio se derrumba en mitad de una carrera y nos impide el paso, al repetir dicha carrera por segunda vez nos encontraremos con que el mismo edificio vuelve a derrumbarse exactamente en el mismo lugar y en id¨¦ntico instante. Lo mismo ocurre con la guerra que est¨¢ teniendo lugar a nuestro alrededor. Si un helic¨®ptero de Dusklite derriba un puente a base de misiles, en una carrera posterior que tenga lugar en el mismo trazado nos encontraremos con que el helic¨®ptero vuelve a hacer lo mismo que ya realiz¨® en la anterior partida. As¨ª, a poco que juguemos acabaremos aprendi¨¦ndonos de memoria cu¨¢ndo y d¨®nde tendr¨¢n lugar los temblores, los derrumbes y los ataques, por lo que se perder¨¢ esa impagable sensaci¨®n de caos, imprevisibilidad y desconcierto que nos atrapar¨¢ irremediablemente en las primeras horas de juego. En definitiva, que en lugar de guiarnos por nuestro instinto, reflejos y capacidad de adaptarnos a cualquier imprevisto, a la larga nos limitaremos a esquivar aquello que ya sabemos de antemano que acabar¨¢ teniendo lugar mientras corremos. Una verdadera l¨¢stima, ya que la rejugabilidad del t¨ªtulo habr¨ªa ascendido hasta el infinito si los da?os y eventos en carrera se hubieran mezclado de forma aleatoria en lugar de seguir un orden fijado de antemano.

Aquellos aficionados que se est¨¦n preguntando qu¨¦ ocurre con la IA de los veh¨ªculos rivales, hay que decir que sigue m¨¢s o menos igual, por lo que se comportar¨¢ de la manera peligrosamente humana que ya vimos (y sufrimos) en anteriores MotorStorm. As¨ª, los veh¨ªculos controlados por la consola cometen los errores que podr¨ªa cometer cualquier jugador de carne y hueso (empotrarse contra una pared al tomar las curvas a demasiada velocidad; saltar por los aires al exprimir el turbo m¨¢s de lo recomendable; precipitarse al vac¨ªo tras transitar por una ruta err¨®nea?), pero tambi¨¦n hace gala de las virtudes de un jugador profesional de MotorStorm (si lleva un veh¨ªculo m¨¢s pesado que el nuestro y no puede adelantarnos, no dudar¨¢ en echarnos de la pista o pasar por encima de nosotros; buscar¨¢ las rutas m¨¢s indicadas para su medio de transporte; aprovechar¨¢ los atajos que se le presenten, etc.), por lo que nos costar¨¢ sangre, sudor y l¨¢grimas hacernos con la victoria en no pocas carreras. Bien es verdad que ahora existen tres niveles de dificultad (los anteriormente mencionados aprendiz, profesional y veterano), por lo que al menos los reci¨¦n llegados a la franquicia tendr¨¢n m¨¢s posibilidades de avanzar y desarrollar su juego.

Siguiendo con las virtudes del Modo Historia, es conveniente mencionar las 150 tarjetas coleccionables dispersas por los diferentes circuitos, las cuales deberemos localizar y recoger simplemente pasando sobre ellas. Dichas tarjetas nos ofrecen multitud de datos y secretos sobre personajes, localizaciones y veh¨ªculos de los cuatro juegos que hasta ahora forman la franquicia MotorStorm, y no son ni mucho menos f¨¢ciles de conseguir ya que la mayor¨ªa de ellas est¨¢n muy bien ocultas. ?Podr¨¢s hacerte con todas? Otro dato a tener en cuenta es que, aunque podemos avanzar en el Modo Historia si nos clasificamos en segundo o tercer lugar (incluso hasta en quinta posici¨®n si jugamos en el nivel Aprendiz), tendremos que quedar en cabeza en cada una de las 33 carreras principales si queremos desbloquear sus correspondientes eventos especiales en la secci¨®n denominada Festival Experto, consistente en una serie de carreras contra el crono en las que adem¨¢s competiremos contra rivales a¨²n m¨¢s r¨¢pidos y brutales que los que podemos encontrar en el Modo Historia normal.

Antes de acabar con todo lo que nos ofrece el Modo Historia, un aviso a navegantes: permanece atento hasta que terminen los t¨ªtulos de cr¨¦dito finales, ya que a¨²n te aguardar¨¢ una ¨²ltima sorpresa. Y es que cuando todo haya acabado, la bandera a cuadros descienda definitivamente y toda carrera llegue a su fin, ser¨¢ el momento de partir hacia el ¨²ltimo ocaso para ganar el trofeo definitivo. Y como dir¨ªa aquel, hasta aqu¨ª podemos leer?

Dos son compa?¨ªa, tres multitud, 16 una legi¨®n

'Duerme tranquilo, es probable que tus enemigos ya est¨¦n muertos'- Eslogan publicitario extra¨ªdo del anuncio televisivo de Dusklite Corporation.

Tras completar el Modo Historia, ser¨¢ el momento de entrar en el apartado denominado Diversi¨®n Violenta, dentro del cual residen el resto de modalidades tanto monojugador como multijugador de MotorStorm: Apocalypse. Carrera R¨¢pida nos permitir¨¢ competir en cualquier pista del juego seg¨²n nuestras propias reglas (veh¨ªculo a escoger, modalidad a la que entrar, n¨²mero de vueltas, nivel de la IA rival, activar o desactivar los incidentes en carrera?), contando adem¨¢s con la posibilidad de invitar hasta a tres jugadores para que se unan a la fiesta bajo una misma consola (la pantalla se dividir¨¢ en cuatro secciones). Y por supuesto, el multijugador online. Hasta 16 usuarios de cualquier parte del mundo podr¨¢n competir por Internet, e incluso podremos mezclar jugadores de modo local u online (es decir, dos en pantalla dividida en una misma consola y 14 por Internet, etc.).

Podremos unirnos a una partida en curso o montar nuestro propio punto de encuentro con las reglas que mejor nos parezcan. Y ser¨¢ aqu¨ª donde entre en juego la personalizaci¨®n de veh¨ªculos, ya que contaremos con toda clase de elementos est¨¦ticos para hacer de nuestro medio de transporte un veh¨ªculo ¨²nico en la red. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta los iconos de ventaja. Existen tres clases diferentes: de manejo (mejorar el agarre, los frenos, la aceleraci¨®n?), de impulso (mejorar el enfriamiento del turbo, mantener el motor m¨¢s tiempo en estado cr¨ªtico antes de que explote?) y de combate (crear una onda de choque al sufrir un siniestro, soportar m¨¢s da?o antes de sucumbir?). S¨®lo podremos equipar uno de cada clase, e iremos desbloqueando nuevos iconos conforme progresamos y aumentamos de rango. Competir en multijugador nos dar¨¢ adem¨¢s la clave para desbloquear nuevos modelos de motos y coches para cada clase de veh¨ªculo, as¨ª como medallas tras cumplir una serie de condiciones.

Tal y como mencionamos en el avance publicado unas semanas atr¨¢s, Evolution Studios ha puesto mucho esfuerzo para poner fin a una de las grandes lacras sufridas en el multijugador de anteriores MotorStorm. En dichos juegos, los jugadores abandonaban la carrera en curso a medida que perd¨ªan la esperanza de alcanzar al corredor que iba en cabeza, por lo que las carreras comenzaban con m¨¢s de diez corredores pero sol¨ªan terminar con menos de tres. Para evitar esto, Evolution ha implementado un sistema de apuestas. As¨ª, nos jugaremos una cantidad determinada de puntos de rango contra otro corredor de nuestra elecci¨®n (siendo conveniente que se trate de uno de igual o menor habilidad a la nuestra). Si perdemos la carrera pero quedamos por delante de dicho corredor, ganaremos jugosos puntos de rango extra. En caso contrario, lo perderemos todo. As¨ª, incluso quedar en quinceavo lugar puede tener premio, por lo que ahora ser¨¢ raro que los corredores acaben abandonando la partida a mitad de la carrera.

En cuanto a la fluidez del juego online de MotorStorm: Apocalypse, no podemos decir mucho ya que en el momento de redactar el presente an¨¢lisis los servidores no se han abierto a¨²n al gran p¨²blico. En nuestro caso hemos sufrido cuelgues constantes al jugar con nuestra versi¨®n review, aunque desde Evolution nos aseguran que la versi¨®n del juego que se ponga a la venta en las tiendas se encontrar¨¢ libre de cualquier clase de problema a la hora de jugar online. Incluso existir¨¢ una actualizaci¨®n gratuita que proveer¨¢ al t¨ªtulo de diversas mejoras encaminadas a ofrecer una experiencia multijugador m¨¢s completa. Y si hablamos de experiencias completas, jugar a MSA en una televisi¨®n con capacidad para emitir im¨¢genes en formato estereosc¨®pico es algo que merece ser experimentado. El juego que nos ocupa es uno de los primeros que ha sido desarrollado desde el principio con la inclusi¨®n de dicha caracter¨ªstica en mente, por lo que el resultado es simplemente magistral.

Incluso al jugar en una pantalla 2D de las de toda la vida uno llega a intuir que todo aquel fastuoso despliegue audiovisual que se muestra ante nosotros crecer¨¢ exponencialmente a la hora de disfrutar del juego en una televisi¨®n 3D. En otras palabras, es el propio t¨ªtulo el que te pide a gritos que des el salto al formato estereosc¨®pico. Es una pena que al principio pocos usuarios puedan disfrutar de esta caracter¨ªstica, dado que las pantallas 3D a¨²n son escasas en la inmensa mayor¨ªa de los hogares. Unos consumidores esperan a que bajen de precio, mientras otros prefieren aguardar al lanzamiento de las pantallas estereosc¨®picas que, haciendo gala de una filosof¨ªa parecida a la de Nintendo 3DS, permitan disfrutar de una experiencia completa sin el uso de las molestas gafas. Algunos de los principales fabricantes de televisores ya han lanzado pantallas as¨ª en Jap¨®n, aunque por supuesto a precios por ahora prohibitivos para el com¨²n de los mortales. El caso es que si puedes disfrutar de MotorStorm: Apocalypse en formato estereosc¨®pico puedes considerarte afortunado, ya que vivir¨¢s una experiencia inolvidable.

Despliegue musical al borde del abismo

'Solo uno de los dos saldr¨¢ de esta ciudad con vida'- Tyler, dispuesto a hacer justicia tras lograr al fin vencer sus miedos.

Todo el mimo y cuidado que Evolution Studios ha volcado a la hora de dotar a MSA de una jugabilidad endiablada y un sobrecogedor despliegue gr¨¢fico se ha trasladado tambi¨¦n a la banda sonora del juego. En anteriores MotorStorm se hab¨ªa optado por bandas sonoras construidas a base de canciones licenciadas. El primer t¨ªtulo contaba con 21, mientras el n¨²mero en Pacific Rift ascend¨ªa a 46, todas ellas provenientes de grupos y cantantes tan afamados como Nirvana, Megadeth, David Bowie o Fatboy Slim. Dichas BSOs han sentado como un guante a los tres juegos de MS lanzados hasta ahora, pero MotorStorm: Apocalypse requer¨ªa un trato distinto a nivel musical. Algo m¨¢s grandioso, ¨¦pico e incluso legendario; algo al estilo de lo que suele escucharse en los grandes blockbusters cinematogr¨¢ficos. Dicho y hecho, Evolution ha fichado a un compositor de primer nivel proveniente del s¨¦ptimo arte para que dote al apartado sonoro de Apocalypse de toda la intensidad que se le presupone a un festival celebrado en el fin del mundo.

Nos referimos a Klaus Badelt, colaborador habitual de otros grandes m¨²sicos de la actualidad como Hans Zimmer o Harry Gregson-Williams (compositores muy conocidos por los jugones gracias a sus partituras destinadas a sagas como Metal Gear o Call of Duty). Obra de Badelt son las BSO de pel¨ªculas como Piratas del Caribe: La Maldici¨®n de la Perla Negra (2003), La M¨¢quina del Tiempo (2002) o The Promise (2005). Pues bien, ¨¦l ha sido el encargado de componer los principales temas orquestales que conforman la banda sonora de MotorStorm: Apocalypse, partituras que exhalan adrenalina y v¨¦rtigo por cada uno de sus poros. As¨ª mismo, tres grandes nombres de la m¨²sica electr¨®nica (DJ Shadow, Noisia y Elite Force) han tomado los temas de Badelt como punto de partida para elaborar varias remezclas que ensalzan a¨²n m¨¢s el espect¨¢culo mel¨®dico. El resultado: 25 temas electrizantes que acompa?an e incluso engrandecen a¨²n m¨¢s el espect¨¢culo que est¨¢ teniendo lugar en nuestras pantallas.

Partiendo hacia el ¨²ltimo ocaso

'La vida es un circuito, chavala. Hay que terminar lo que empiezas'- Big Dog.

MotorStorm: Apocalypse supone toda una revoluci¨®n para la franquicia de conducci¨®n arcade m¨¢s afamada de nuestros d¨ªas. De las competiciones off-road bordeando escarpados acantilados y volcanes en plena erupci¨®n se ha pasado a la acci¨®n en pleno asfalto m¨¢s salvaje e intensa jam¨¢s vista en juego alguno. Si las anteriores entregas de la saga se convirtieron en el referente en cuanto a conducci¨®n extrema todoterreno, Apocalypse pasa a ser el culmen de la acci¨®n sobre ruedas vista anteriormente en t¨ªtulos m¨ªticos como Hot Chase (Konami, 1988), Road Rash (Electronic Arts, 1991 a 1999) o Twisted Metal (Sony, 1995 a 2011). Incluso a lo largo del juego seremos testigos de alg¨²n que otro gui?o hacia los t¨ªtulos que acabamos de mencionar, prueba evidente de los referentes tomados como inspiraci¨®n. Un excelente Modo Historia, un trabajado multijugador con hasta 33 trazados diferentes a elegir, una jugabilidad que es adrenalina pura desde el primer hasta el ¨²ltimo segundo de carrera? Jugar a MSA produce tal subid¨®n e intensidad que incluso anteriores t¨ªtulos de la franquicia nos parecer¨¢n en comparaci¨®n juegos de conducci¨®n tranquila y sosegada.

El sistema de conducci¨®n se ha visto modificado respecto a lo experimentado en anteriores MotorStorm. As¨ª, el giro es ahora m¨¢s 'duro', por lo que nos costar¨¢ tomar las curvas, aunque contaremos con la ventaja de que nuestro veh¨ªculo no se deslizar¨¢ y rachear¨¢ tanto como en entregas precedentes; por lo tanto perderemos en maniobrabilidad, pero ganaremos notablemente en estabilidad; adem¨¢s, la velocidad se ha doblado gracias a que ahora es mucho m¨¢s f¨¢cil y r¨¢pido recargar el turbo. Si a esto a?adimos cinco clases de veh¨ªculos nuevas (dos tipos de motocicleta y tres de coches), y el frenes¨ª que supone competir contra nuestros rivales mientras esquivamos edificios que se desploman, sorteamos abismos que se abren frente a nosotros, bordeamos peligrosamente tornados de nivel uno, tratamos de mantener la direcci¨®n mientras el suelo no deja de moverse, o atravesamos una aut¨¦ntica batalla campal en la que participan helic¨®pteros y carros de combate, entonces tenemos como resultado una experiencia ¨²nica que merece ser disfrutada una y otra vez.

El apartado audiovisual sigue punto por punto la espectacularidad antes mencionada. Sorprende comprobar c¨®mo nuestra PS3 es capaz de manejar todo el virtuosismo gr¨¢fico que se desencadena ante nosotros con una soltura envidiable, m¨¢s aun teniendo en cuenta la velocidad a la que transcurre la acci¨®n. Si encima tienes la suerte de contar con una pantalla compatible con las tres dimensiones estereosc¨®picas, entonces simple y llanamente acabar¨¢s sobrecogido y en no pocas ocasiones tratar¨¢s de esquivar con tu propio cuerpo los cascotes y proyectiles que parecen abalanzarse sobre ti incesantemente.

Es dif¨ªcil encontrar puntos flacos a MotorStorm: Apocalypse, aunque no por ello deja de tenerlos. Los principales son el giro dado hacia un estilo de conducci¨®n m¨¢s 'duro' (el cual acabamos de mencionar anteriormente) que no gustar¨¢ a muchos, aunque es cuesti¨®n de acostumbrarse; y, sobre todo, el hecho de que los da?os, explosiones y hecatombes que se desencadenan en tiempo real mientras conducimos no son aleatorios, sino que siguen un gui¨®n preestablecido, por lo que acabar¨¢n haci¨¦ndose predecibles conforme repitamos carreras en cada uno de los circuitos. Todo lo dem¨¢s es simplemente impecable. Para pr¨®ximas entregas de la franquicia, no podemos ni imaginar c¨®mo demonios har¨¢n los chicos de Evolution Studios para superar el frenes¨ª alcanzado en este MSA. Lo ¨²nico que se nos ocurre es ambientar las carreras en medio de un apocalipsis zombi o una invasi¨®n alien¨ªgena, puesto que las destructivas fuerzas de la naturaleza ya han ofrecido todo lo que pueden ofrecer? ?O tal vez no?

'Y mientras sal¨ªamos de la bah¨ªa vi por fin, en cada rostro, la raz¨®n por la que esta gente pasa por esto. No se trata de ganar, de la reputaci¨®n o de la gloria. Se trata de sentirse libre, ya sab¨¦is, de gritarle a Dios y al barro que est¨¢s vivo. No s¨¦ hacia d¨®nde ir¨¢n ahora, pero mientras haya una carrera de ratas, s¨¦ que habr¨¢ MotorStormers corriendo en la otra direcci¨®n'- Reflexiones de Cater, el c¨¢mara encargado de filmar para la posteridad los eventos que tienen lugar en cada festival de MotorStorm, mientras observa desde el portaaviones y junto al resto de corredores la ciudad derruida que va quedando atr¨¢s.