Okamiden
El mes de marzo es un mes importante para el universo de las port¨¢tiles. La sucesora de Nintendo DS saldr¨¢ oficialmente a la venta y con ella llegar¨¢ una nueva hornada de t¨ªtulos y proyectos que acompa?en a la experiencia tridimensional que quiere ofrecer 3DS. Esto no significa, por ejemplo, que la actual consola de dos pantallas de la Gran N se quede sin apoyos. Y Okamiden es uno de los principales reclamos en este sentido.
Okamiden es seguramente uno de los proyectos m¨¢s atractivos sobre el papel para Nintendo DS. La port¨¢til ha tenido a lo largo de su vida muchos nombres importantes dentro de la industria, ha generado nuevas joyas y licencias y ha contado -como no puede ser de otra manera- de las mejores marcas que tiene Nintendo. Ahora, en su momento vital final -la sucesora es una realidad ya- tiene la suerte de recibir un nombre ligado a la excelencia. Jugable, visual, art¨ªstica. Okami fue una de las mayores sorpresas de la pasada generaci¨®n gracias al compendio de elementos con el que se constru¨ªa la experiencia en cuesti¨®n. Una base similar a The Legend of Zelda y un envoltorio -dise?o, oferta audiovisual, narrativa- que lo hac¨ªan diferente. Como -casi- todos los productos de Clover Studio, desarrolladores ligados a Capcom que generaron trabajos soberbios como Viewtiful Joe, el mismo Okami o el infravalorado por muchos God Hand.
Detr¨¢s de Okamiden no est¨¢ la compa?¨ªa del tr¨¦bol, disuelta por Capcom y que posteriormente se han esparcido (encontrando a algunas de sus cabezas pensantes en Platinum Games). Quienes trabajan en la secuela de las aventuras de Amaterasu son Kuniomi Matsushita y Motohide Eshiro. Nombres importantes -el primero dirigi¨® el port de Okami en Wii y el segundo es productor de uno de los Ace Attorney- que conocen bien el concepto presentado por Okami. De hecho, Eshiro ha tenido muy en cuenta la relaci¨®n evidente entre la mec¨¢nica de juego de esta licencia y las bondades t¨¢ctiles de Nintendo DS, algo que seguramente destaca por encima de todo lo que Okamiden ofrece.
En este caso, tal y como se cuenta en los primeros compases de la partida, nos encontramos 9 meses despu¨¦s de los hechos acontecidos en Okami con Amaterasu como salvador del malvado Orochi. Despu¨¦s de salvar el mundo de las garras de la oscuridad, el sello de Orochi se rompe. Issun -ese diminuto compa?ero de la primera entrega- explica a una chica, en la introducci¨®n, que la gente olvida r¨¢pidamente lo que pas¨®, y eso debilitaba el sello para encerrar el mal. Justamente en ese momento aparecen dos enemigos. Y Chibiterasu. Empieza la acci¨®n.
El hijo de Sanuso es valiente, aunque solo de boca. Mientras buscamos un compa?ero para hacer frente a la nueva amenaza, nos toparemos con ¨¦l, que quiere emular a su padre pero cuando oye hablar de monstruos se echa a llorar. Es, adem¨¢s, el ¨²nico que no ve a Chiibiterasu como un lobo blanco, sino que reconoce las marcas rojizas del protagonista a diferencia de los otros ojos humanos. Finalmente lo convencemos para acompa?arnos en una primera misi¨®n -recuperar un objeto para una chica- que nos traslada de golpe a la primera mazmorra del juego. El detalle de la juventud de los protagonistas permite dar otro matiz a la aventura, tanto por la inexperiencia de ambos -que ir¨¢n ganando habilidades a medida que avancen- como por el otro enfoque que se le puede dar a una base argumental que ya est¨¢ escrita en la primera entrega.
La mec¨¢nica de juego invita a estar trazando nuestra propia tinta china para crear. Desde hacer el sol en un lugar elevado para recuperar el color hasta reconstruir un espantap¨¢jaros, a medida que avancemos ganaremos habilidades en este sentido. Por ejemplo, en la primera mazmorra conseguimos trazar el camino a seguir por Kuni. Nosotros controlamos a Chibi, pero podemos dejarlo en el suelo si es preciso -ambos pesan demasiado para pasar por alg¨²n puente medio roto- y resolver de otra manera nuestro avance. Con el poder de Michigami trazaremos un camino que Kuni seguir¨¢, de tal manera que pase por lugares imposibles por nosotros, active interruptores a los que no llegamos o descubra tesoros. En las primeras horas ya se intuye un aprovechamiento del control en cuesti¨®n, que seguramente explotaremos mucho m¨¢s con m¨¢s habilidades que se vayan desbloqueando.
Seguramente uno de los problemas que hemos podido comprobar hasta el momento es que a veces el juego no tiene un rendimiento tan ¨®ptimo como era de esperar. No es que haya ralentizaciones, sino que en algunos tramos muy cargados -pueblos- parece como si el juego rodar¨¢ a una velocidad m¨¢s lenta. Estable, pero m¨¢s lenta. Es lo que menos luce de todo, ya que Okamiden en movimiento gana muchos enteros. La c¨¢mara fija no es un problema, por norma acostumbra a enfocar de manera correcta cualquier cosa que queramos hacer, aunque si el sistema no hila muy fino m¨¢s adelante tal vez encontremos alg¨²n problema que al principio -al menos- no existe.
El humor sigue presente en la obra de Capcom para Nintendo DS. Desde las muecas a las expresiones no verbales t¨ªpicamente japonesas, pasando por algunas de las l¨ªneas de di¨¢logo y situaciones que deberemos resolver, el toque desenfadado en momentos puntuales le da todav¨ªa m¨¢s personalidad al producto. Lo cierto es que es todo este encanto, y una jugabilidad bien adaptada, la que hace que Okamiden tenga ?algo' que ligue con el jugador desde el primer momento, a pesar de que como hemos dicho no es un inicio vertiginoso lleno de momentos ¨¦picos.
Las primeras impresiones con Okamiden son positivas. Mantiene todo lo que hizo grande a Okami, y aunque se le puede tachar de continuista en la propuesta, lo cierto es que es un producto que tiene pinta de elevar m¨¢s todav¨ªa la calidad del cat¨¢logo de Nintendo DS. Seguramente volveremos a echar en falta una localizaci¨®n al castellano para no perderse ni un detalle -est¨¢ en ingl¨¦s- pero eso no fue motivo de peso para no disfrutar de una joya como Okami. Faltar¨¢ ver si lo es para Okamiden. El mes que viene, cuando salga el juego oficialmente a la venta, ser¨¢ el momento de un veredicto definitivo. Pero el hijo de la diosa del sol apunta maneras.
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