Dead Space 2, Impresiones

El primer Dead Space fue una grata sorpresa para muchos usuarios cuando vio la luz en 2008, ya que se adentraba en un g¨¦nero que cuenta con demasiadas pocas alternativas en la actual generaci¨®n. As¨ª como en la generaci¨®n pasada proliferaban los juegos de terror (propiamente survival horrors o simplemente con dicha tem¨¢tica), en los ¨²ltimos a?os se pueden contar con los dedos de las manos los t¨ªtulos que han salido dentro del g¨¦nero, una cifra que se ver a¨²n m¨¢s reducida si descontamos los t¨ªtulos de escasa calidad. Pero esto no quiere decir que la primera entrega estuviese exenta de calidad, ya que incluso en un mercado saturado hubiese llamado la atenci¨®n de propios y extra?os, tal y como lo hizo en su momento.

Y es que la obra de Visceral Games tal vez no fuese terror¨ªfica, pero s¨ª que consegu¨ªa ofrecer un aut¨¦ntico espect¨¢culo visual en el que, seg¨²n el nivel de dificultad, se consegu¨ªa crispar al jugador, poni¨¦ndolo en situaciones de tensi¨®n extrema de las que deb¨ªa intentar salir de la mejor manera posible, ya que en la siguiente habitaci¨®n deber¨ªa afrontar otra. Cogiendo las se?as de identidad y a?adiendo diversas opciones, como el nuevo modo multijugador, Visceral Games est¨¢ ultimando el lanzamiento de Dead Space 2, que llegar¨¢ a las tiendas el pr¨®ximo 27 de enero. Hemos podido disfrutar de los primeros cap¨ªtulos del modo historia principal para un jugador, y lo cierto es que nos ha dejado un buen sabor de boca.

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Volvemos a ponernos en la piel de Isaac Clarke, un hombre cuyo nombre hace honor a dos de los m¨¢s grandes escritores de ciencia-ficci¨®n de la historia, Isaac Asimov y Arthur C. Clarke. Han pasado varios a?os con respecto a su odisea en la Ishimura, y se encuentra ahora en el hospital de una gran estaci¨®n espacial que se encuentra situada en la ¨®rbita de Saturno, no muy lejos de la tierra. Como cabr¨ªa esperar, lejos de ser una estancia pac¨ªfica, el lugar se convertir¨¢ pronto en un entorno de pesadilla en el que nuestro h¨¦roe deber¨¢ volver a luchar por su supervivencia ante una nueva invasi¨®n de necromorfos. Y aunque todav¨ªa son muchas las inc¨®gnitas, las condiciones en las que se est¨¢ desarrollando esta nueva pesadilla son muy particulares y no dejar¨¢n indiferentes a los amantes de la primera entrega.

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Si ya Dead Space nos dejaba algunos momentos realmente memorables, ambientado como estaba en una sombr¨ªa y silenciosa nave espacial, este segundo cap¨ªtulo es capaz de dejarnos boquiabiertos ante la pantalla, al menos durante sus primeros compases. Cuando llegamos a la Ishimura, el da?o ya estaba causado, pero en la estaci¨®n orbital de Saturno veremos c¨®mo la plaga se expande lentamente, causando el terror entre la poblaci¨®n, destruyendo escenarios y entornos a nuestro paso, viendo c¨®mo la gente muere ante nuestros ojos sin poder hacer nada por evitarlo. Todos estos momentos se desarrollan de forma din¨¢mica mientras avanzamos, por lo que sentiremos la amenaza resopl¨¢ndonos en el cogote y tendremos momentos de duda de qu¨¦ hacer en cada momento.

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No se puede negar que el impacto que provoca el juego no dista mucho de lo visto en la entrega original, pero al mismo tiempo es radicalmente opuesto, olvid¨¢ndose de la mec¨¢nica y la iconograf¨ªa previa y abrazando nuevos est¨¢ndares en los que se gana su propia personalidad. A nivel b¨¢sico tenemos los nuevos dise?os de algunos enemigos, de las cajas que encontramos por el escenario, de algunas armas y, por supuesto, de las armaduras que llevaremos. Pero tambi¨¦n en el tono, ya que el marr¨®n y azul oscuro predominante en la Ishimura se ve sustituido por entornos multicolor, con grandes ventanales iluminados por el Sol y con la sensaci¨®n de estar en una gran urbe llena de vida; pero una vida que se acaba y que est¨¢ a punto de empezar a saltar a por nosotros.

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Desde luego, esta es la mayor virtud que se desprende de las primeras horas de juego a Dead Space 2, ya que m¨¢s all¨¢ de la excelente ambientaci¨®n, la mec¨¢nica funcional del juego se antoja bastante similar, en un acto de fidelidad y coherencia con el cap¨ªtulo anterior. Isaac se controlar¨¢ igual, pudiendo apuntar y disparar (con dos opciones de disparo por arma y el tradicional cambio de orientaci¨®n de la cortadora de plasma), correr, recoger objetos, luchar cuerpo a cuerpo? La barra de vida ser¨¢ la franja iluminada que nos recorre la columna vertebral, mientras que tampoco faltar¨¢ el uso de cin¨¦tica cuyo medidor se encuentra en un lateral del traje. Sin duda, el que se haya respetado la mec¨¢nica jugable en lo que respecta al control es un gran acierto.

Y es que de este modo, los que hayan conocido el juego original se sentir¨¢n ahora como el propio Isaac, despert¨¢ndose y revitaliz¨¢ndose haciendo uso de unas habilidades ya aprendidas y ya conocidas, aunque a nivel funcional deba empezar de cero con la nueva armadura y las nuevas armas, debiendo empezar una vez m¨¢s desde cero con el uso de nodos de cara a conseguir potenciarse lo suficiente como para dejar de ser la presa y convertirse en el cazador. Este aspecto de almacenes y mejoras mediante nodos tambi¨¦n permanece inalterado, completando un conjunto que, seg¨²n parece, funciona tan bien como ya lo hab¨ªa hecho en el original. Y es que la jugabilidad sigue siendo muy satisfactoria en todos los aspectos, con la excelente respuesta del personaje a nuestras indicaciones con el mando.

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Pero lo m¨¢s interesante es ver c¨®mo el juego, ya desde el principio (y haciendo abundantes gui?os al original) nos deja claro que sigue otros derroteros diferentes y que no se trata de un simple copiar y pegar; por poner un ejemplo, el primer Dead Space estaba dividido en cap¨ªtulos que se diferenciaban por el uso del metro, y en esta segunda entrega se nos invita al principio a ir al metro para movernos a otra zona de la estaci¨®n espacial. Sin embargo, lejos de convertirse en una mera pantalla de carga, este uso del metro se convierte en una aut¨¦ntica secuencia de acci¨®n extrema en la que deberemos sobrevivir a un accidente a toda velocidad mientras eliminamos criaturas de diversa ¨ªndole. Y es que en Dead Space 2, el avance por los cap¨ªtulos es directo, tan solo marcado porque aparezca en un lado de la pantalla el cambio de cap¨ªtulo, pero todo perfectamente integrado en el movimiento del jugador por el escenario, sin ning¨²n tipo de pausa.

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El ritmo fren¨¦tico y la supervivencia en condiciones extremas (incluyendo visitas al vac¨ªo o a zonas de gravedad cero) ser¨¢n una constante que se repite en Dead Space 2, pero llevadas a extremos muy superiores y m¨¢s satisfactorios de los que se vieron en la primera entrega. Es decir, en gran medida estamos ante el mismo juego, pero con un cambio de ambientaci¨®n que le sienta muy, pero que muy bien y que potencia la creaci¨®n de un entorno m¨¢s intenso y cre¨ªble, en el que el jugador se siente parte del sufrimiento de la gente de a pie que le rodea y debe actuar haciendo gala de unos reflejos casi inhumanos. Afortunadamente, los cuatro niveles de dificultad permitir¨¢n que la experiencia se ajuste lo mejor posible a la habilidad de cada uno, de tal modo que cualquiera pueda disfrutar de la aventura sin demasiados problemas.

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