Victoria II
- PlataformaPC8
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorParadox Interactive
- Lanzamiento10/12/2010
- TextoEspa?ol, Ingl¨¦s
- EditorParadox Interactive
100 a?os de Victoria
Largo tiempo esperada por los usuarios, y un poco m¨¢s para los que han aguardado su localizaci¨®n en castellano, Victoria vuelve con las ideas de siempre pero inlcuyendo una gran cantidad de mejoras que har¨¢n las delicias de todos los seguidores de las series estrat¨¦gicas de Paradox. Prep¨¢rate para la estrategia m¨¢s realista.
La estrategia m¨¢s formal y realista vuelve a avanzar un paso. Victoria es una de las franquicias de Paradox m¨¢s queridas por el p¨²blico, y tras un intenso debate que pas¨® desde la comunidad de usuarios a la propia directiva de la compa?¨ªa, el grupo de desarrollo se puso a trabajar en una segunda entrega. Ahora, y a pesar de que el t¨ªtulo lleva un par de meses circulando por el resto del mundo, llega a nuestras fronteras la versi¨®n localizada del mismo. ?La espera habr¨¢ valido la pena? Averig¨¹¨¦moslo.
Ser¨ªa justo avisar de antemano a los que se dispongan a leer este an¨¢lisis: Victoria II no es un juego sencillo. Adentrarse en las complejidades de los productos de Paradox no es una tarea que deba hacerse con desgana, porque lo ¨²nico que obtendremos ser¨¢ desilusi¨®n. Cuando alguien se dispone a enfrentarse a una cualidad estrat¨¦gica tan detallada como la de Victoria o sus franquicias hermanas, tiene que tener bien claro que va a necesitar un pensamiento algo m¨¢s complejo que el de: 'Hacer tropas, hacer tropas, hacer tropas?' Si ten¨¦is previsto probar este juego, hacedlo con la mente despejada y preparaos para conocer lo que de verdad puede llegar a ofrecer un juego de estrategia.
Victoria II, o Vicky II, como es llamada por sus fans, nos ofrecer¨¢ la posibilidad de controlar el destino de una naci¨®n desde el a?o de nuestro Se?or de 1836 hasta el comienzo de la II Guerra Mundial. Se ponen a nuestra disposici¨®n m¨¢s de 200 pa¨ªses de todos los continentes, con lo que la elecci¨®n inicial es complicada. Los que hayan jugado alguna vez a Victoria, u otros t¨ªtulos de Paradox, sabr¨¢n que se caracterizan por la aparici¨®n de eventos hist¨®ricos reales adem¨¢s de contar con una amplia documentaci¨®n hist¨®rica para definir los estados y valores de cada estado. La elecci¨®n m¨¢s sencilla ser¨¢ un pa¨ªs poderoso o en expansi¨®n durante ese periodo de tiempo. La m¨¢s complicada, uno que vaya en declive durante esos a?os.
Una vez seleccionado un pa¨ªs, solamente nos queda actuar de la mejor manera posible para que, a ojos de la historia, seamos una de las grandes naciones de la ¨¦poca. ?La forma de hacerlo? Depende de muchos factores, tanto de los usuarios como correspondientes al propio pa¨ªs elegido. No existe una t¨¢ctica absoluta que os vaya a permitir haceros con el dominio del mundo, y la ¨²nica 'ganar' es hacerlo lo mejor posible. Cada naci¨®n se regir¨¢ por unos criterios distintos, y tendr¨¢ unos objetivos hist¨®ricos diferentes: controlar Espa?a no se parecer¨¢ en nada a controlar Estados Unidos, al menos no en los aspectos clave. Por supuesto, nuestro poder nos permitir¨¢ moldear ligeramente la naci¨®n, pero en Vicky II la cosa es bastante menos directa de lo que pueda parecer.
El principal cambio en la secuela es precisamente este, la imposibilidad de controlar directamente numerosos aspectos del desarrollo de nuestro pa¨ªs. Ya no bastar¨¢ con dar a un bot¨®n para cambiar la distribuci¨®n de los estratos sociales o fabricar varias unidades, ahora tendremos que intentar moldear el entorno para que los cambios a las necesidades surjan por s¨ª mismos. Para ello contamos con multitud de herramientas pol¨ªticas que nos permitir¨¢n ir realizando ligeras modificaciones sobre la distribuci¨®n de las clases sociales y las ideas de nuestra poblaci¨®n, lo que al final se traducir¨¢ en la producci¨®n de ciertos avances pol¨ªticos que terminar¨¢n por dar lugar a los cambios que necesitamos para continuar creciendo.
Desde la ventana que se abre podremos realizar algunas tareas directas, como construir un fuerte militar, l¨ªnea de ferrocarril o base naval, as¨ª como ordenar la formaci¨®n de nuevas unidades terrestres o navales. Cada naci¨®n tiene la posibilidad de realizar simult¨¢neamente una cantidad limitada de promociones en una provincia, que sirven para potenciar la evoluci¨®n de ciertos estratos sociales, producciones, inmigraci¨®n?. Esto nos permitir¨¢ moldear de cierta manera la distribuci¨®n de dicha provincia.
Por ¨²ltimo, la otra posibilidad que nos queda a nivel de mapa es la de las tropas. En Victoria II cada unidad est¨¢ formada por 3000 efectivos, a diferencia de Victoria donde eran 10000, y gracias a esta reducci¨®n podremos abaratar los costes de asignar tropas a zonas relativamente seguras dado que ten¨ªamos que desembolsar lo que ahora ser¨¢ el equivalente a m¨¢s de 3 unidades. Al seleccionar una unidad en el mapa veremos, en primer lugar, el nombre del general (o almirante en el caso de una tropa naval) y el listado de todos los destacamentos que forman el regimiento. Como es habitual podemos dividir varias unidades del regimiento en nuevos regimientos, a los que se les asignar¨¢ un nuevo general por defecto.
Si entramos en batalla, ya sea contra otro regimiento o contra las tropas que defienden apostadas en una provincia, el resultado se dar¨¢ de forma autom¨¢tica, aunque no directamente. Cada enfrentamiento llevar¨¢ un tiempo, y se solucionar¨¢ dependiendo de la cantidad de tropas, de la disposici¨®n de la geograf¨ªa, del desgaste? Mover tropas por el mapa o atacar no es gratuito, ya que el ¨ªndice de enfermedades o deserciones puede diezmar nuestros efectivos si no tenemos cuidado. Una peque?a ventana a la derecha de la interfaz muestra un listado de las confrontaciones abiertas, que podremos filtrar por distintas categor¨ªas (asedios, batallas campales, mar¨ªtimas?)
Aunque el mapa es la parte m¨¢s destacable de la interfaz de usuario, es imposible controlar todos los aspectos de nuestra naci¨®n desde el mismo. Los accesos a los diferentes men¨²s de informaci¨®n sobre pol¨ªtica, comercio, diplomacia,? son los que nos van a ayudar a moldear las caracter¨ªsticas de nuestra naci¨®n y definir su futuro. Para saber que tal lo estamos haciendo contaremos con tres valores clave: prestigio, poder militar y capacidad industrial. Cada uno de ellos conlleva una puntuaci¨®n, que tambi¨¦n nos servir¨¢ para clasificarnos dentro del ?ranking' internacional. El baremo de estas tres puntuaciones nos indicar¨¢ nuestro 'Lugar bajo el Sol', que es como se denomina a la clasificaci¨®n de los Estados en juego.
La poblaci¨®n se divide en estratos sociales (trabajadores no cualificados, arist¨®cratas, bur¨®cratas, militares?) y cada uno tendr¨¢ sus propias necesidades a suplir, religi¨®n, ideolog¨ªas y opiniones. Las necesidades son los elementos de producci¨®n necesarios tanto para subsistir (necesidades b¨¢sicas), vivir el d¨ªa a d¨ªa (necesidades diarias) o c¨®modamente (bienes de lujo). Estos bienes se adquieren ya sea mediante producci¨®n nacional o comercio internacional, y si un estrato social no puede acceder a ellos, no crecer¨¢ o incluso se reducir¨¢, derivando la poblaci¨®n perteneciente al mismo a otros estratos que s¨ª puedan cumplir con todas las necesidades de forma c¨®moda.
La ideolog¨ªa pol¨ªtica nos indicar¨¢ que tipo de ideas tiene la poblaci¨®n, y nos va a ayudar a conocer la intenci¨®n de voto, en el caso de que seamos un pa¨ªs democr¨¢tico. A¨²n as¨ª, las previsiones de voto dependen de la cantidad de habitantes que puedan votar, que no tienen porque ser todos. A menos que se haya instaurado el sufragio universal, veremos grandes cambios entre las ideolog¨ªas en la poblaci¨®n y los partidos pol¨ªticos que salen elegidos. El hecho de que un habitante se decida por una idea u otra depender¨¢ de sus preferencias en ciertos aspectos clave, como la disposici¨®n al mercado libre o al intervencionismo, a un r¨¦gimen militar o a uno desmilitarizado?
En el caso de una provincia colonial o que pertenezca a una regi¨®n nacionalista, encontraremos distintas nacionalidades entre la poblaci¨®n, lo que tambi¨¦n va a afectar a las ideolog¨ªas y pensamientos. Si tenemos una colonia en Filipinas veremos que los obreros espa?oles no piensan igual que sus compa?eros asi¨¢ticos, y lo mismo ocurre con todos los estratos sociales, dando lugar a una compleja mezcolanza de ideas, culturas y religiones. La utilidad de todo esto es simple: frente a la posibilidad de tomar ciertas decisiones, tendremos que tener en cuenta el posible apoyo o cr¨ªtica de la poblaci¨®n ante las mismas, si no queremos que se originen focos insurgentes en distintas provincias.
Otros aspectos importantes de la poblaci¨®n son su nivel econ¨®mico, su ¨ªndice de alfabetizaci¨®n y su 'conciencia de clase'. Este ¨²ltimo indica la evoluci¨®n del estrato social al que pertenece, de manera que cada segmente se comporte de manera arquet¨ªpica. Un ejemplo ser¨ªa un arist¨®crata con un bajo ¨ªndice en este valor, lo que indicar¨ªa que sus ideas son liberales. Conforme vaya evolucionando el estrato social, las ideas se ir¨¢n asemejando m¨¢s a lo que se espera del mismo, y en el ejemplo propuesto ver¨ªamos como la aristocracia se va tornando m¨¢s conservadora en sus ideas. Podemos utilizar esto a nuestro favor para tomar medidas que, de normal, ir¨ªan en contra de una posici¨®n social.
En la misma podemos observar los datos de todos los partidos pol¨ªticos existentes en nuestro pa¨ªs. Este listado var¨ªa con el tiempo, y seg¨²n pasen los a?os ir¨¢n apareciendo nuevas opciones, ya sean como evoluci¨®n de alguna de las existentes al principio o completamente nuevas. Las pol¨ªticas se pueden dividir, de forma m¨¢s b¨¢sica, entre liberales y conservadoras. Un pa¨ªs democr¨¢tico alternar¨¢ periodos de gobierno entre estos dos tipos, creando avances sociales en tiempos progresistas y estabilizando la econom¨ªa con los conservadores. En esa misma pantalla encontramos una lista de medidas sociales o pol¨ªticas a tomar, y que ser¨¢n llevadas a la c¨¢mara alta para someterse a votaci¨®n.
Algunas de estas medidas pueden ser establecer el m¨¢ximo de trabajo horas semanales, asignaciones al subsidio por desempleo, tasa de impuestos,? Las medidas pol¨ªticas incluyen la libertad de prensa, la legalidad de los sindicatos, derecho a voto,? Solamente se realizar¨¢n si la mayor¨ªa de la c¨¢mara est¨¢ a favor. Por ¨²ltimo, algunos pa¨ªses pueden acceder a decisiones hist¨®ricas que necesitan de haber cumplido algunos requisitos previos, y que nos otorgar¨¢n beneficios. Algunos ejemplos pueden ser la construcci¨®n del Canal de Suez o la fundaci¨®n de la Guardia Civil, entre otros. En ¨²ltimo lugar, veremos los porcentajes de rebeldes o independentistas que hay en nuestra naci¨®n.
La siguiente ventana es la de presupuesto, donde tendremos un control sobre los ingresos y gastos de nuestra naci¨®n. Aqu¨ª establecemos los impuestos por clase social, principal fuente de ingresos para el Estado. Los gastos los tendremos repartidos entre inversiones a la industria, gastos sociales, de educaci¨®n, militares y de administraci¨®n. Si cada a?o tenemos excedentes, el Banco Nacional tendr¨¢ sus propias reservas, y si alguna vez nos vemos necesitados podremos pedir un pr¨¦stamo. En el caso de que nuestro Banco no pueda hacer frente a dicho pr¨¦stamo, ser¨¢ otro pa¨ªs qui¨¦n nos lo otorgue, adquiriendo una deuda con el mismo y teniendo que pagar intereses. Otros pa¨ªses pueden adquirir deuda con nosotros.
La ventana de producci¨®n muestra la cantidad de industria que tenemos y a que se est¨¢ dedicando. Cada industria se define por su producci¨®n y sus trabajadores, divididos en 3 categor¨ªas: oficinistas, mano de obra y capitalistas. Estos ¨²ltimos son importantes para el desarrollo de la industria, puesto que de vez en cuando querr¨¢n iniciar proyectos en distintas zonas. En la pesta?a de proyectos podremos dar v¨ªa libre para que empiecen, y cuando cumplan los requisitos necesarios para hacerlo, se fundar¨¢ una nueva industria. La producci¨®n, sin embargo, es bastante autom¨¢tica, y se ajusta de forma aut¨®noma a las necesidades de la poblaci¨®n y de los mercados internacionales.
Acabando con las ventanas de informaci¨®n llegamos a la militar, y aqu¨ª hay nuevos cambios. Ya hemos hablado de la reducci¨®n de efectivos por unidad de 10000 a 3000, pero tambi¨¦n var¨ªa la forma de aplicarlos. Antes pod¨ªamos crear tropas en cada provincia, pero la poblaci¨®n se descontaba a nivel nacional, pero en la nueva versi¨®n no ser¨¢ as¨ª. Para crear una tropa en un territorio tendremos que esperar a que se cumplan los requisitos en esa provincia concreta, y hasta entonces no podremos disponer de sus efectivos. Existen distintos tipos de tropas y unidades navales, y cada una tiene su propio coste para nuestro pa¨ªs, tanto a nivel econ¨®mico como en la moral e ideolog¨ªas de sus habitantes.
En la ventana militar podremos repasar todas las unidades creadas y entrenar generales o almirantes. Los mandos creados de esta manera ser¨¢n mejores que los asignados por defecto en cada regimiento, lo que veremos reflejado en las habilidades de cada uno. Un mando recibe una serie de capacidades aleatorias que le ayudar¨¢n a que sus tropas sean m¨¢s efectivas, se muevan m¨¢s r¨¢pido,? o quiz¨¢s sean perjuicios, como que se desmoralicen m¨¢s frecuentemente o que sean m¨¢s caras de mantener. La ¨²ltima opci¨®n en esta ventana es la de movilizar a toda la naci¨®n, lo que nos va a permitir contar con unas cuantas unidades adicionales, aunque con un gran impacto al tener que prescindir de mucha mano de obra.
A nivel diplom¨¢tico, una ventana nos muestra el nombre de las 8 naciones que forman el grupo de las Grandes Potencias, y un listado de todos los pa¨ªses del mundo que podremos filtrar por continentes. Seleccionando un pa¨ªs, y si contamos con los puntos de diplomacia necesarios, podremos iniciar una acci¨®n con el mismo, como firmar una alianza o llegar a un acuerdo para que nuestras tropas puedan pasar por sus fronteras. Cada una lleva asociada un coste en puntos, de manera que si los gastamos tendremos que esperar a que volvamos a sumar diplomacia gracias a nuestro prestigio, lo que es muy realista ya que nadie tomar¨¢ en serio a un pa¨ªs que se dedica a pedir tratados a diestro y siniestro.
El efecto de las Grandes Potencias es ligeramente distinto. Cada pa¨ªs tendr¨¢ un grado de afinidad con una de las mismas, cuyo uso es similar al de los puntos de diplomacia. Si somos una gran potencia podemos sacrificar algunos de esos puntos de afinidad para realizar acciones exclusivas en dichas naciones, como desprestigiar a otra gran potencia para que su influencia sea menor o conseguir tratados para que expulsen a los embajadores de otra naci¨®n. El ritmo al que crece este grado de afinidad lo establecemos nosotros, otorgando una puntuaci¨®n de 0, nada, a 3, muy importante, las relaciones con dicho pa¨ªs. Si lo hacemos bien, podremos contar con muchos aliados por todo el mundo.
Con todo esto, Victoria II es un juego relativamente m¨¢s sencillo que su predecesor, puesto que ahora nos va a quedar mucho m¨¢s claro que cambios van a surgir con cada una de nuestras acciones. Tambi¨¦n perdemos la posibilidad de ciertos controles directos, y para evolucionar vamos a tener que medir las consecuencias de nuestras decisiones y poder pensar a largo plazo. La ¨²nica manera de mantener un mayor control sobre la poblaci¨®n es mediante un estado autoritario, pero esto tampoco se va a traducir en habitantes que se rindan ante nuestros designios de forma d¨®cil. Siempre tenemos que pensar en el poder del pueblo y sus diferentes estratos a la hora de prever el futuro.
A nivel t¨¦cnico, tanto gr¨¢fico como sonoro, muchas similitudes con los productos habituales de Paradox, aunque s¨ª que encontramos mayores detalles en el mapa y un gran dise?o de interfaz. De hecho, las provincias dibujadas en el mapa son mucho m¨¢s realistas que en Vicky, y con ello se ganan muchos puntos para representar un contexto hist¨®rico cre¨ªble. Lo mismo sucede con las decisiones que puede tomar cada naci¨®n y con los eventos hist¨®ricos, que completan una fant¨¢stica documentaci¨®n previa por parte de Paradox. A d¨ªa de hoy, y en lo que a estrategia hist¨®rica se refiere, muy pocos pueden rivalizar con esta compa?¨ªa. Crusader Kings, Europa Universalis y Hearts of Iron son ejemplos de esto.
Falta ver el resultado potencial de las modificaciones de los usuarios, que ya en la Victoria consiguieron crear un t¨ªtulo extremadamente m¨¢s completo y realista. De hecho, si nos paramos a evaluar la versi¨®n mejor modificada de Victoria puede que muchos la acaben considerando mejor que esta segunda entrega. A¨²n as¨ª, la base que se presenta con Victoria II es mucho m¨¢s completa, y las opciones que acabar¨¢n por incluir los usuarios seguramente sirvan para dar lugar a un t¨ªtulo complejo y fant¨¢stico. De igual manera, esperamos que lo establecido en muchos aspectos de este juego se torne en la nueva norma de Paradox para las versiones futuras de esta y otras series.
Si os gusta este tipo de estrategia, Victoria II es una de las mejores opciones presentes, y aunque no os atraiga demasiado es un t¨ªtulo que deber¨ªais probar. Solamente nos queda ver si Paradox, alg¨²n d¨ªa, unir¨¢ todos los periodos temporales de sus productos en un ¨²nico t¨ªtulo que nos vaya a permitir ir desde Roma hasta el presente, haciendo realidad el sue?o de muchos de sus seguidores. De momento, el paso del siglo XIX al XX no parece mala opci¨®n.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.