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Michael Jackson: The Experience
Experiencia musical
Era cuesti¨®n de tiempo que la imagen de Michael Jackson, tan unido a la industria de los videojuegos como siempre dijo estar, se aprovechase en forma de adaptaci¨®n de cualquier ¨ªndole. La inc¨®gnita pasaba por averiguar si la susodicha adaptaci¨®n ser¨ªa un mero sacacuartos o si se preocupar¨ªa por ofrecer a los aficionados el producto musical basado en el Rey del Pop que realmente se merece un icono de nuestra generaci¨®n, de la pasada y probablemente tambi¨¦n de la que est¨¢ por llegar. El resultado final de The Experience no sorprende, cierto es, pero al menos se toma en serio a s¨ª misma. Make it smoothly.
La sombra de Michael Jackson nunca desaparecer¨¢ de la faz de la Tierra. La afirmaci¨®n, tan rotunda como acient¨ªfica, se sustenta en el ¨¦xito atesorado por el cantante a lo largo de sus cincuenta a?os de vida, en una mete¨®rica carrera hacia el estrellato y posterior ca¨ªda, igual de mete¨®rica si cabe, hacia los abismos del exceso, la corrupci¨®n y el onanismo. Su m¨²sica ser¨¢ el rasgo que perdure con el paso del tiempo, como lo fue con Frank Sinatra (cuya vida privada comparte poco o nada del glamur que se otorga a su excelente carrera musical) o Elvis Presley, otro sujeto excesivamente condicionado por el descontrol en su vida de puertas adentro. Se suele decir que la carrera de un artista es lo que realmente le representa y no su apariencia individual, personal e intransferible. Verdad ¨¦sta que no siempre se aplica por motivos tan diversos como ultrajantes para la personalidad de verdaderos mitos atemporales de la historia de la m¨²sica.
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Curiosamente la vida personal de ?Jacko' cuenta con un detalle que le asocia ¨ªntimamente con la industria de los videojuegos: su peculiar forma de entender la infancia. No pretendemos desarrollar aqu¨ª una tesis en la que se explique el por qu¨¦ de su relativa cercan¨ªa hacia este mundo, pero lo cierto es que a lo largo de su vida expuso en m¨¢s de una ocasi¨®n el encanto que despertaba en ¨¦l tomar parte en producciones relacionadas con esta tem¨¢tica. Fue as¨ª como se forj¨® el mito de su colaboraci¨®n en Moonwalker, un t¨ªtulo que ha venido de menos a m¨¢s en los ¨²ltimos meses precisamente por aquello de rememorar la ¨¦poca dorada del mito, que seg¨²n los entendidos tuvo lugar entre el lapso que corresponde a finales de los ochenta y a principios de los noventa.
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Hay una gran diferencia entre el planteamiento de aquel t¨ªtulo de Sega y el de Ubisoft. El primero basaba su contenido en el estilo imperante por aquella ¨¦poca -el beat ?em up-, mientras que otro lo hace fij¨¢ndose en las convenciones modernas, esto es, en el g¨¦nero musical que parad¨®jicamente se encuentra en estado cr¨ªtico comercialmente hablando (otros dir¨¢n que tambi¨¦n est¨¢ en la UCI de la originalidad y creatividad). Ambos comparten un rasgo en com¨²n: aprovechan el tir¨®n que ofrece la figura de Michael Jackson, aprovech¨¢ndose de ella de forma respetuosa aunque en general poco destacable. Siguiendo el sendero marcado por t¨ªtulos de la casta de Just Dance, Ubisoft convierte los hitos del Rey del Pop en canciones de discoteca destinadas a ser bailadas entre varios jugadores, preferiblemente amantes del smooth criminal que da sentido a esta ?experiencia' musical.
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De experiencia, nada
La adaptaci¨®n que Ubisoft ha realizado de la vida y obra de Michael Jackson es bastante m¨¢s sencilla de lo que podr¨ªa aparentar la situaci¨®n. Si en otras ocasiones se ha visto c¨®mo una licencia adquirida a base de talonario cobra dimensi¨®n exacerbadas entre la comunidad de usuarios por las promesas de turno que se han realizado, en esta ocasi¨®n sucede m¨¢s bien todo lo contrario. The Experience no cuenta con una campa?a publicitaria especialmente llamativa a sus espaldas, ni tampoco hace gala de un concepto original, revolucionario o cualquier otro elemento similar. Nada m¨¢s lejos de la realidad, esta ?experiencia' es a grandes rasgos un spin-off del simulador de baile Just Dance que tan buenos resultados ha ofrecido a nivel comercial en la consola de Nintendo.
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De hecho parece que Ubisoft haya querido premiar a su n¨²cleo afincado en Francia con la creaci¨®n de un t¨ªtulo de esta envergadura. Para llevar a la pantalla la historia de Michael Jackson se ha optado por realizar una selecci¨®n de cuarenta canciones aproximadamente en las que se recorren los hitos de mayor calado de la estrella norteamericana. Algunos, como es el caso de Beat It o de Smooth Criminal, representaron un antes y un despu¨¦s en cuanto a escenograf¨ªa se refiere. Jacko fue caracter¨ªstico no s¨®lo por su inusual registro vocal, sino tambi¨¦n, y como bien es sabido, por su tremenda habilidad para moverse sobre los escenarios o para realizar coreograf¨ªas que nunca antes de su llegada se hab¨ªan podido siquiera imaginar.
The Experience aprovecha esa faceta del m¨²sico sin centrarse en ninguna otra: ni canto, ni instrumental, ni nada que se le parezca. Simple y sencillamente en el baile, como har¨ªa Just Dance en el pasado. La mec¨¢nica de juego es exactamente la misma que la de esta popular franquicia de baile: seleccionamos una canci¨®n del repertorio y, tras escoger un nivel de dificultad en funci¨®n de la coreograf¨ªa, comenzamos a imitar los movimientos que aparecen reflejados en pantalla. Cada canci¨®n se somete a un estilo de baile concreto establecido en funci¨®n de la ¨¦poca que representa, aunque en la pr¨¢ctica existe poca diferencia entre escoger ?Speed Demon' de ?Bad', por lo que b¨¢sicamente nos limitamos a imitar una serie de pasos que debemos realizar con precisi¨®n cl¨ªnica.??
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Por momentos tenemos la sensaci¨®n de ponernos en la piel de un mito, representando sus movimientos, su peculiar forma de entender la m¨²sica, pero s¨®lo eso: por momentos. La selecci¨®n de movimientos parece haber sido recogida directamente de Just Dance y adaptada a la selecci¨®n musical de Michael Jackson, aunque tambi¨¦n hacen acto de presencia algunas de sus coreograf¨ªas m¨¢s se?aladas, tal es el caso de Thriller. Resulta dif¨ªcil explicar sobre el papel qu¨¦ clase de impresi¨®n trasmite el juego en movimiento, en parte por la ca¨®tica forma que se emplea para representar el tutorial. Los jugadores que tengan algo de pr¨¢ctica en el g¨¦nero se introducir¨¢n r¨¢pidamente en el papel, pero los novatos se las ver¨¢n con un sistema poco amigable y cuya comprensi¨®n es m¨¢s compleja de lo que deber¨ªa.
En tanto la experiencia musical se limita a bailar, lo ¨²nico que debe preocuparnos es encajar el movimiento que representa nuestro alter-ego en la pantalla con el ritmo de juego que propone cada canci¨®n individualmente. Existen movimientos ?dorados' que ofrecen un extra de puntuaci¨®n para mejorar nuestro performance, as¨ª como otros especiales que requieren un movimiento espec¨ªfico del cuerpo y no s¨®lo de las manos. Cuando seleccionamos un nivel de dificultad elevado se nota la exigencia que se deposita sobre los jugadores, pero a niveles asequibles la experiencia resulta m¨¢s c¨®mica que otra cosa. Obtener una buena puntaci¨®n es una tarea mucho m¨¢s compleja de lo que aparenta en un principio, especialmente por los problemas que padece el sensor de movimientos a la hora de detectar los gestos que realizamos con el wiimote.
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Nulas facetas secundarias
La mayor parte de las canciones permiten que un segundo jugador se una a la partida como apoyo, lo que incita en parte a competitividad y en parte tambi¨¦n a la cooperaci¨®n entre dos usuarios. Esto, al igual que tantos otros conceptos que lleva por bandera esta Experiencia, luce bien sobre el papel pero no en la pr¨¢ctica: muchas veces nuestros movimientos no se reflejan en pantalla, aunque no se debe desmerecer el trabajo que el juego realiza en este sentido. No es todo lo bueno que debiese, pero al menos ofrece motivos a los aficionados para no limitarse a ver c¨®mo juega el compa?ero de turno. Recordamos que estamos ante un producto dise?ado claramente con un p¨²blico multijugador en mente, por lo que disfrutar en compa?¨ªa es esencial para sacar el m¨¢ximo provecho a su contenido.
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Por otro lado, los modos de juego secundarios son totalmente prescindibles y casi dir¨ªamos rid¨ªculos en comparaci¨®n a otros t¨ªtulos musicales. Donde la adaptaci¨®n de The Beatles es todo un espect¨¢culo en este sentido, Michael Jackson: The Experience apenas logra aprovechar no s¨®lo la vida del Rey del Pop, sino cualquier otro material extra que pueda haberse incluido en un t¨ªtulo que pretende homenajear su carrera. Los v¨ªdeos que aparecen en la denominada Dance School son tan pat¨¦ticos como prescindibles, especialmente aquellos en los que se dan consejos sobre c¨®mo calentar, d¨®nde hacerlo y dem¨¢s. Son nocivos estos v¨ªdeos para los jugadores que esperan encontrarse con una experiencia digna de ser valorada como un videojuego y no como una mera excusa para sacar tajada de la figura de Jackson.
Todo lo que no encaja en el sentido jugable parece querer destacar en el visual, donde s¨ª que se ha realizado un trabajo loable a la hora de caricaturizar a los personajes que aparecen en pantalla. Al igual que sucede con Just Dance, la idea de Ubisoft pasa no por emplear v¨ªdeos como trasfondo, sino a un personaje de carne y hueso pasado por diversos filtros para que sea su estela la ¨²nica referencia visual de peso con la que contamos en pantalla. Podemos emplear nuestro fantasma para ver qu¨¦ est¨¢ fallando durante las representaciones, pero los personajes que aparecen representando la coreograf¨ªa nunca cambian sus movimientos en funci¨®n de lo que el usuario est¨¦ haciendo en realidad. Algunos detalles contribuyen a mejorar el aspecto de un t¨ªtulo bastante simple en este sentido, pero al menos efectista.
Sobre la elecci¨®n de canciones, a decir verdad era dif¨ªcil realizar un trabajo fuera de lo com¨²n con el cat¨¢logo de una de las figuras m¨¢s destacadas en cuanto a la cantidad de n¨²meros 1 que ha colocado en las listas de los temas m¨¢s escuchados a lo largo de la historia. La lista de canciones que aparece a continuaci¨®n se encarga de poner este hecho de relieve, aunque se echa en falta cualquier contenido adicional que al menos ofrezca motivos para terminar el cat¨¢logo de canciones (al margen de los pat¨¦ticos v¨ªdeos ya comentados anteriormente).
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Lista de canciones
* 'Another Part of Me'
* 'Bad'
* 'Beat It'
* 'Billie Jean'
* 'Black Or White'
* 'Dirty Diana'
* 'Do Not Stop ?Till You Get Enough'
* 'Earth Song'
* 'Ghosts'
* 'In the Closet'
* 'Leave Me Alone'
* 'Money'
* 'Remember the Time'
* 'Rock With You'
* 'Smooth Criminal'
* 'Speed Demon'
* 'Street Walker'
* 'Sunset Driver'
* 'The Girl is Mine'
* 'The Way You Make Me Feel'
* 'They Do Not Care About Us'
* 'Thriller'
* 'Want to Be Startin' Something'
* 'Who Is It'
* 'Will You Be There'
* 'Workin' Day and Night'
Conclusi¨®n
Adolece Michael Jackson: The Experience de un mal end¨¦mico que Ubisoft parece no haber sido capaz de detectar en varios a?os: un videojuego podr¨¢ vender por el t¨ªtulo o la imagen que lo representa, pero nunca llegar¨¢ a impactar al p¨²blico si no se cuida el contenido. No decimos ya la base jugable, que en este caso no se ha creado espec¨ªficamente para la ocasi¨®n sino que bebe de las fuentes de Just Dance, ni tampoco un motor gr¨¢fico que pese a sus taras sabe presentarse con gracia. Hablamos ¨²nica y exclusivamente de la parte que ata?e a la jugabilidad, eso que generalmente hace que transcurridos unos meses tras la adquisici¨®n del producto en cuesti¨®n todav¨ªa apetezca sumergirse en la experiencia de juego que ¨¦ste ofrece, sea cual sea su g¨¦nero, plataforma o caracter¨ªsticas propias.
No se puede criticar la selecci¨®n de canciones ni tampoco la f¨®rmula que ya ha demostrado ser exitosa en el pasado. En ese sentido, The Experience cumple su cometido, sin m¨¢s. S¨ª se puede, y de hecho se debe, criticar la alarmante falta de contenido secundario o desbloqueable, que adem¨¢s de brillar por su ausencia empa?a la imagen que transmite el juego en el resto de aspectos. Tampoco hay rastro de modalidad Online alguna, otro de los aspectos que se descuidan sistem¨¢ticamente en el cat¨¢logo de Wii. No se puede seguir tolerando esta actitud por parte de las desarrolladoras por mucho que traten de justificarlo arguyendo que Nintendo no facilita nada las cosas o dem¨¢s zarandajas por el estilo.
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Deja tras de s¨ª sensaciones encontradas esta ?experiencia' que Ubisoft ha decidido lanzar en la sobremesa de Nintendo antes que en cualquier otra consola, en un movimiento claramente destinado a sacar partido de la campa?a navide?a que est¨¢ a la vuelta de la esquina. Este producto, ¨²nico y original seg¨²n rezaba su cartel promocional, pasar¨¢ a los anales de la historia por ser uno de los m¨¢s ins¨ªpidos y carentes de atractivo alguno que haya aparecido como ?homenaje' al Rey del Pop, uno que s¨®lo se centra en sus movimientos de baile y que deja cualquier otro elemento al margen. Divertido para jugar entre amigos o para pasar el rato, pero muy limitado si se le exige cualquier otra cosa que no figure entre estos dos elementos. Quiz¨¢s la cosa mejore en el resto de la sobremesa con el uso de los nuevos controles sensitivos.
- La selecci¨®n de canciones, aunque era dif¨ªcil estropearlo.
- La forma de retratar a Michael Jackson sobre el escenario.
- Bastante divertido cuando se domina la mec¨¢nica de juego.
- Jugar entre dos usuarios puede llevar a ser todo un ejercicio de compenetraci¨®n.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.