Dej¨¢ v¨´

Sin duda, CSI es una de las series de televisi¨®n que m¨¢s ¨¦xito han tenido en los ¨²ltimos a?os. Pese a no hacer tanto ruido como Perdidos, Galactica o Dexter, entre muchas otras, la serie de investigaci¨®n criminal se ha mantenido firme en las parrillas de las televisiones de todo el mundo durante once a?os, incluyendo diferentes spin-off simult¨¢neos. Es de elogiar esta longevidad, sobre todo si tenemos en cuenta las grandes complicaciones que deben superar pr¨¢cticamente todos los programas de televisi¨®n para sobrevivir en la parrilla. Como no pod¨ªa ser menos, el mundo de los videojuegos se hizo eco del ¨¦xito con lanzamientos de diversa ¨ªndole a lo largo de los ¨²ltimos siete a?os, siempre de la mano distribuidora de Ubisoft.

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La primera incursi¨®n tuvo lugar en el a?o 2003, con un t¨ªtulo que se convert¨ªa en el hom¨®logo de la serie, Crime Scene Investigation, obra de 369 Interactive, quienes tambi¨¦n trabajar¨ªan en Motivos Oscuros un a?o despu¨¦s, as¨ª como en la adaptaci¨®n de CSI: Miami (2004). A partir de ese momento, Ubisoft le pasar¨ªa la licencia a Telltale Games, una compa?¨ªa especializada en las aventuras gr¨¢ficas (famosos a d¨ªa de hoy por Tales of Monkey Island, las temporadas de Sam & Max o Strong Bad's Cool Game for Attractive People), quienes desarrollar¨ªan Las 3 dimensiones del asesinato (2006), Pruebas ocultas (2007), Determinaci¨®n Mortal (2009), y el que nos ocupa, La conspiraci¨®n (2010), acompa?ado de una entrega para DS titulada CSI: Unsolved. Todo esto sin olvidarnos de la adaptaci¨®n de CSI: NY a cargo de Legacy Interactive.

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Pero hoy debemos centrarnos en los chicos de CSI Las Vegas, los primeros y m¨¢s conocidos de todas las variaciones televisivas y sucesivas temporadas. Se trata de la sexta entrega jugable de este equipo de investigadores forenses, pero no solo eso, es adem¨¢s el cuarto cap¨ªtulo de un estudio que se ha ido profesionalizando a lo largo de los a?os, mejorando sobremanera su habilidad a la hora de crear aventuras gr¨¢ficas de la m¨¢s alta calidad. En parte, tal vez por eso esper¨¢bamos m¨¢s de este t¨ªtulo, pero no se pueden legar sus, a todas luces, excesivas limitaciones, ya que nos encontramos no con el mismo t¨ªtulo que en la entrega de 2009, sino que es pr¨¢cticamente el mismo juego que la entrega original de 2003, con apenas escasos retoques de mejora casi imperceptibles. Un estancamiento que no le hace ning¨²n bien a la franquicia en su versi¨®n digital.

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As¨ª pues, nos encontramos con un juego dividido en cinco casos, de forma similar a las anteriores entregas. Se trata de asesinatos independientes que deberemos investigar pormenorizadamente si deseamos resolverlos y poder avanzar en la aventura. Las situaciones son de lo m¨¢s variopintas, desde un edificio en llamas hasta un asesinato en un lavacoches, pero todas ellas intentan, sin mucho acierto hay que decir, dejar detalles que permitan hilar los acontecimientos no solo entre los cinco casos entre s¨ª, sino incluso con las anteriores adaptaciones jugables. El problema de esto es que, a diferencia de los cap¨ªtulos epis¨®dicos de Sam&Max, por ejemplo, aqu¨ª se nota que es algo que no se ha pensado desde el principio, por lo que las conexiones son vagas y no siempre convencen.

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Como es l¨®gico, junto a las caras nuevas aparecer¨¢n varios personajes de la serie de televisi¨®n, m¨¢s concretamente de la d¨¦cima temporada de la misma, con el regreso de Sara Sidle inclusive, con Catherine Willows, o con un nuevo agente del FBI, Gene Huntby, quien tiene el objetivo de derrotar a una matriarca del crimen mejicano. Al final de la no muy extensa ni compleja aventura, el usuario ver¨¢ c¨®mo las diferentes l¨ªneas argumentales de cada uno de los casos independientes confluyen en un final resumen que demuestra las conexiones de los mismos entre s¨ª. Un cambio de ritmo interesante pero que no est¨¢ realizado con toda la maestr¨ªa que cabr¨ªa esperar, de tal modo que lo que deber¨ªa ser un gran cl¨ªmax final acaba antoj¨¢ndose una peque?a curiosidad sin mayores repercusiones.

No obstante, hay que reconocerle al producto que, si bien se antoja algo descafeinado, consigue mantener el esp¨ªritu y la fidelidad a la serie de televisi¨®n que los puristas y los aficionados desean. El hecho de que Telltale haya contado con guionistas de la misma permite que el juego se mantenga al nivel de las anteriores entregas, por lo que aquellos que deseen m¨¢s de lo mismo a nivel t¨¦cnico y jugable, tan solo buscando un nuevo argumento, es posible que encuentren en este t¨ªtulo lo que buscan. Y es que pese a no estar del todo bien hilado y a pesar de las limitaciones que transmite en todo momento, su esp¨ªritu b¨¢sico se mantiene inalterado y centrado principalmente en unos aficionados que podr¨¢n perdonarle sus carencias.

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Aunque si nos salimos de esa piel de aficionados e intentamos ver m¨¢s all¨¢ de lo que ofrece el argumento, como decimos principal novedad del producto, no se puede negar desde un punto de vista objetivo la nula originalidad del mismo y su estructura altamente repetitiva y ya, hasta cierto punto, cansina. La mec¨¢nica de juego es directamente igual a entregas anteriores: deberemos visitar escenas del crimen, interrogar a sospechosos, resolver el crimen? El orden de los factores puede variar, pero la ecuaci¨®n b¨¢sica se mantiene inalterada y el resultado acaba siendo, pr¨¢cticamente, el mismo que hace siete a?os. Cierto es que el g¨¦nero de las aventuras gr¨¢ficas no permite mucha innovaci¨®n en su esquema de juego, pero el potencial de CSI deber¨ªa permitir la mejora en el terreno jugable y sorprender con din¨¢micas diferentes como lo consiguieron hacer los primeros cap¨ªtulos.

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De igual forma que en cap¨ªtulos anteriores, es el trabajo de doblaje, de gran calidad, el que salva un poco los muebles en el aspecto t¨¦cnico, al dotar de ciertos valores de producci¨®n al juego, pero poco m¨¢s. La jugabilidad, b¨¢sica en un grado extremo, cumple su cometido dentro del g¨¦nero y es lo que cualquier usuario podr¨ªa esperarse, pero le falta ese toque de querer llegar a algo m¨¢s que a ser un producto de r¨¢pida elaboraci¨®n y lanzamiento a¨²n m¨¢s r¨¢pido. Resolver casos es mera cuesti¨®n de paciencia, sin grandes complejidades ni dificultades propias del g¨¦nero, lo cual deja un sabor agridulce al ver que aquel potencial que se destilaba en las primeras entregas sigue sin explotarse, siete a?os despu¨¦s, y no hay visos de que esta din¨¢mica vaya a cambiar.

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