Siglo XIII: La Sangre de Europa
- PlataformaPC7
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorUnicorn Games Studio
- Lanzamiento25/10/2010
- Editor1C Company
Las heladas tierras del norte, en guerra.
Los chicos de Unicorn Games Studio vuelven a la carga con lo mejor que se les da, estrategia de batalla pura y dura que nos llevar¨¢ a la fr¨ªa frontera Rusa durante el Medievo.
En el 1162 despu¨¦s de Cristo, San Alexander Nevsky (era uno de esos santos que cuando estuvo en la tierra repart¨ªa a diestro y siniestro) m¨¢s conocido como el Pr¨ªncipe de Novgorod, y defensor a ultranza de las fronteras occidentales de la antigua Rusia, ya lleva algunos a?os muerto. La orden de los Caballeros Teutones se ha restablecido de su derrota sobre el lago helado de Peipus y ahora todas sus espadas se?alan a la joya del norte de Rusia, Pskov. La nueva esperanza de esas tierras se llama Dovmont, Pr¨ªncipe de Pskov. La lucha volver¨¢ a ser encarnizada sobre las fr¨ªas tierras del norte.
Con esta sugerente presentaci¨®n se nos descubre el juego, donde nos uniremos al ej¨¦rcito del Pr¨ªncipe. Unicorn Games Studio, los encargados del desarrollo ya hab¨ªan narrado la historia de Alexander Nevsky en su anterior t¨ªtulo Real Warfare : 1242 y que su siguiente juego fuera ponerse en la piel del Pr¨ªncipe de Pskov, parec¨ªa un relevo totalmente natural y algo previsible. Si bien la edad media no es un terreno desconocido para los juegos de estrategia en tiempo real, s¨ª que los conflictos de la frontera Rusa y la historia sobre el Pr¨ªncipe de Pskov aportan una cierta novedad, al menos en las formas que no en su conjunto.
Las comparaciones al ver por primera vez Siglo XIII: La sangre de Europa, son inevitables. A simple vista, el juego no dejar¨ªa de ser un clon de la famos¨ªsima serie de Creative Assembly, Total War, pero limitarse a eso ser¨ªa algo bastante injusto. Si bien es cierto que un fan de Total War, a primera vista, puede sentirse decepcionado con Siglo XIII, por muchos motivos como por ejemplo por no existir mapa estrat¨¦gico de Europa (o de la regi¨®n) ni construir ciudades ni pol¨ªtica de ning¨²n tipo. Siglo XIII es un poco lo que queda si quitamos todas esas caracter¨ªsticas y nos qued¨¢semos con s¨®lo las batallas (haciendo eso se puede uno imaginar lo grande que es un Total War).
Pero decir que Siglo XIII se queda en simples batallitas sin ning¨²n aliciente ser¨ªa faltar a la verdad. Las batallas no son nada f¨¢ciles y suponen un reto para cualquier aficionado a la estrategia. Eso se traduce en muchas horas delante de nuestra pantalla dise?ando la estrategia adecuada, y es que la IA de Siglo XIII es realmente digna de elogio. Si te tomas la batalla a la ligera el juego te castiga sin piedad. La IA espera pacientemente como har¨ªa un experto general a que cometas un m¨ªnimo fallo y a la que flaqueas un poco te muerde en la yugular. Ver como algunas de tus unidades que se han quedado algo aisladas son masacradas sin piedad pero con sentido, o que tu flanco m¨¢s d¨¦bil es donde recibe mayor castigo, te hace tomarte el asunto en serio.
Otra de las muestras de que se trata de batallas bien trabajadas, es la importancia que toma el terreno donde se desarrollan. Aqu¨ª es de vital importancia, al igual que en la vida real, el tener tus unidades en la cima de una colina, sobre todo si son arqueros. Es placentero ver que tus arqueros dirigen hacia la boca del lobo (normalmente tus caballeros escondidos en el bosque) a los enemigos que tratan de huir de tu lluvia de flechas. Los pantanos ralentizan la marcha de tus unidades y los r¨ªos pueden ser baluartes defensivos o trampas insalvables. Todo el terreno tiene que ser tenido en cuenta en la batalla, porque tu enemigo lo tendr¨¢ y lo aplicar¨¢ a su favor sin piedad.
El juego utiliza un interfaz que todos los amantes de Total War reconocer¨¢n y pr¨¢cticamente no necesitar¨¢n tutorial para aprender sus opciones. Encontramos los famosos botones de avance de tiempo (ideal para impacientes), marcha, agrupaci¨®n, ofensiva, aguantar posici¨®n, fuego a discreci¨®n, formaci¨®n abierta o compacta entre otros muchos. Uno de los aspectos destacables es la cantidad de informaci¨®n que se ofrece de las unidades, de sus caracter¨ªsticas b¨¢sicas o din¨¢micas, tipo bajas, o si tus flancos est¨¢n cubiertos o no, retaguardia o la habilidad de la unidad seleccionada.
El modo campa?a es relativamente corto, si no tenemos en cuenta las largas horas que nos puede costar derrotar a nuestro enemigo. Siglo XIII: La Sangre de Europa nos narra las cr¨®nicas del Pr¨ªncipe de Pskov a trav¨¦s de ocho batallas o misiones. No podemos evitar tener la sensaci¨®n de que se trata de un gran juego multijugador con un a?adido en modo campa?a que es m¨¢s largo por su dificultad que por su extensi¨®n. Por otro lado, la curva de aprendizaje es bastante alta para un no iniciado en esto de la estrategia, pero seguro que agradar¨¢ a los m¨¢s expertos.
El modo multijugador es sin duda uno de los puntos fuertes de Siglo XII: La Sangre de Europa. Como coment¨¢bamos con anterioridad, el terreno influye mucho en nuestras t¨¢cticas con lo que en una partida contra un amigo resulta muy divertido cuando luch¨¢is por un objetivo de fuerza. Nos permite crear partida en red, con o sin niebla de guerra (algo que tambi¨¦n se puede activar o desactivar en el modo campa?a para facilitar las cosas) y escoger uno de los 16 escenarios que te permite o si lo preferimos generar nuestro propio mapa aleatorio. Tambi¨¦n podemos crear una partida personalizada con las mismas opciones y posibilidad de limitar la batalla a un tiempo concreto. Otra opci¨®n es el multijugador online donde podremos unirnos a batallas creadas en la red y con la posibilidad de ser el espectador de alg¨²n combate sangriento. La posibilidad de escoger entre 24 naciones, desde mongoles a escoceses pasando por castellanos y m¨¢s de 170 variaciones de unidades, promete tenernos un buen rato planeando estrategias.
Mientras que en el apartado sonoro no hay mucho que destacar, tampoco encontramos un motivo de queja excepcional. Los sonidos de la batalla y ambientales ayudan a la inmersi¨®n, en todo caso como nos imaginamos que ser¨ªa en la realidad, se echan de menos m¨¢s gritos y forcejeos en la lucha hombre a hombre. Siguiendo la estela de cada uno de los juegos de estrategia en tiempo real, cada unidad te saluda cuando es seleccionada (se supone que el oficial de cada unidad). Hay que recordar que el juego est¨¢ en espa?ol y subtitulado cuando el narrador habla en ingl¨¦s.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.