Diversi¨®n garantizada

Cuando miramos al pasado y contemplamos la evoluci¨®n de Tetris a lo largo de las d¨¦cadas sorprende analizar la aceptaci¨®n con la que ha sido recibido por el gran p¨²blico. La esencia de la obra de Alexey Pajitnov se mantiene intacta desde tiempos inmemoriales, lo que a todas luces ha llevado a entender la franquicia como ?algo m¨¢s' que con ?simple' videojuego con el que aprovechar las horas muertas. Fue as¨ª como naci¨® su concepto original, con la ¨²nica idea de hacer que el jugador se encontrase ante un reto cuya superaci¨®n fuese una mezcla entre el razonamiento y la habilidad de cada jugador. Con el paso del tiempo, como decimos en esta introducci¨®n, la idea se ha reforzado. Varias han sido las compa?¨ªas que han tratado de renovar el concepto original, no siempre con ¨¦xito, a?adiendo nuevas bifurcaciones al camino impuesto por el genio ruso hace veinte a?os.

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A diferencia de otras ocasiones, el producto que llega esta semana a las estanter¨ªas de las tiendas espa?olas no aparece con motivo de una conmemoraci¨®n hist¨®rica o de alg¨²n sonado resurgimiento de la f¨®rmula primigenia. Tetris Party Deluxe es, en primer lugar, una ampliaci¨®n del arcade que aparec¨ªa en la tienda virtual de Nintendo hace poco menos de dos a?os, con una propuesta calcada a la de esta versi¨®n f¨ªsica. ?C¨®mo se justifica, por lo tanto, la compra de un videojuego que se puede conseguir a la mitad de precio en un bazar online? Majesco a?ade nuevas posibilidades para el aspecto multijugador, entre las que destaca precisamente la posibilidad de conectar ambas versiones entre s¨ª indistintamente de si se trata de la versi¨®n f¨ªsica o de la digital. A esto se le a?ade una interfaz m¨¢s trabajada, nuevos modos online y alguna que otra sorpresa con la que se aporta m¨¢s variedad al panorama que conocemos desde hace ya bastantes a?os.

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Siguiendo los pasos del modo Escalada, el denominado ?Sombra' propone un estilo en el que el jugador ha de utilizar la raz¨®n para decidir qu¨¦ bloque colocar en cada fragmento del mapa, de tal forma que sea posible construir una determinada figura geom¨¦trica. Ambas modalidades ofrecen un punto de vista poco habitual en la franquicia, destinado a aquellos jugadores que desean un reto que exija analizar la situaci¨®n, pensar y tomar las cosas con calma antes que el frenes¨ª al que nos somete el juego en la segunda tanda de novedades que pasamos a presentar a continuaci¨®n. En ellas es menester hacer acopio de los reflejos para solucionar distintos retos de habilidad que poco o nada recuerdan al estilo predeterminado que los jugadores suelen relacionar con Tetris en primera instancia.

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Precisamente este hecho ofrece un soplo de aire fresco al conjunto que ofrece el juego, en tanto los modos BomBliss y Stage Racer no s¨®lo fomentan -en el caso del primero- el juego competitivo, sino tambi¨¦n el buen manejo de los tetriminos (nombre que reciben las piezas que componen el universo de Tetris). Stage Racer propone superar todas clase de escenarios abri¨¦ndonos paso a trav¨¦s de peque?os huecos para recaer en la base de cada mapa, 400 l¨ªneas m¨¢s tarde. La aparente sencillez de estos nuevos modos de juego esconde una verdad mucho m¨¢s gratificante de lo que aparenta a primera vista, dado que a medida que transcurren los niveles aumenta el nivel de dificultad. Cada vez resulta m¨¢s dif¨ªcil superar los obst¨¢culos a los que nos enfrentamos, o elegir correctamente qu¨¦ bomba lanzar en el mapa para hacer desaparecer una hilera de tetriminos sin destrozar la estructura que tanto nos ha costado construir.

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Pese a que los modos aqu¨ª descritos componen la base de Tetris Party Deluxe en cuanto a novedades significativas se refiere, Majesco no ha querido perder la oportunidad de a?adir un nuevo perif¨¦rico que de paso ofrezca algo totalmente nuevo respecto a lo que hasta ahora se hab¨ªa dise?ado en anteriores itinerancias de Tetris. Esta novedad de la que hablamos pasa por el uso de la Tabla de Precisi¨®n o Balance Board para mover de izquierda a derecha los bloques que aparecen en pantalla, siempre con el objetivo de completar l¨ªneas para obtener puntos y de esta manera alcanzar una puntuaci¨®n excelsa. Pese a que valoramos la necesidad de a?adir alguna novedad propiamente dicha a la f¨®rmula de Pajitnov, a la hora de la verdad el uso del Balance Board es inc¨®modo y antinatural. Aunque esta premisa var¨ªa en funci¨®n del jugador, lo cierto es que no parece viable que el cuerpo sea quien determine con sus movimientos en qu¨¦ lugar ha de caer el tetrimino de turno.

Para m¨¢s inri, este es el ¨²nico modo de juego que no se puede disfrutar en compa?¨ªa de varios amigos, ya sea haciendo uso de la CPU o de otros jugadores. No se trata de un h¨¢ndicap de peso, pero desentona completamente respecto al planteamiento que se ha seguido como base para el juego. B¨¢sicamente todos los modos de juego ampl¨ªan sus miras cuando disfrutamos de ellos en modo competitivo o incluso en el cooperativo, en el que resulta indispensable que exista cierto entendimiento entre nuestros pensamientos y los del resto de compa?eros. La base de Tetris es la id¨®nea para que jugadores de cualquier edad o conocimiento en la materia puedan pasar un rato agradable a los mandos de la consola -dominar el control es cuesti¨®n de echar unas cuantas partidas-.

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Los modos multijugador se complementan con la aparici¨®n del cl¨¢sico estilo Batalla, que ahora se complementa gracias a la inclusi¨®n del denominado ?Modo Dual', en el que se ampl¨ªan las miras del versus entre dos jugadores con power-ups y toda clase de utensilios secundarios que ofrecen m¨¢s variedad si cabe a la premisa b¨¢sica de la franquicia. Con este panorama resulta complicado entender por qu¨¦ todo el trabajo que se ha volcado sobre el multijugador no se ve reflejado en la Infraestructura Online. Este problema se convierte en una de las carencias m¨¢s alarmantes de un producto que supuestamente deber¨ªa complementar todo aquello que ofrec¨ªa su hom¨®nimo en WiiWare. No obstante, Majesco ha optado por ofrecer el modo Batalla con la posibilidad de hacer uso del WiiSpeak durante las partidas para comunicarnos con otros compa?eros. El resto de modos de juego desaparece.

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Sobre la interfaz, basta con disputar algunas partidas para evidenciar la falta de fondos que aporten algo de variedad a la parte est¨¦tica, totalmente centrada en los tetriminos y en el Mii que cada usuario haya querido seleccionar como su representante virtual. A la poca variedad de fondos se suma la molesta ?melod¨ªa ¨²nica' que suena en cada modo de juego. Si a esto se le a?ade la imposibilidad de a?adir nuestras propias melod¨ªas o de descargar algo nuevo que aporte algo de variedad a la presentaci¨®n del juego, cae de maduro que Tetris Party Deluxe no es precisamente un t¨ªtulo a tener en cuenta por el buen uso que se le otorga a su parte gr¨¢fica. A decir verdad, poca evoluci¨®n se aprecia respecto al original descargable. Los dos puntos que aqu¨ª se exponen, especialmente el segundo, ser¨¢n irrelevantes para los jugadores que s¨®lo pretenden disfrutar de la jugabilidad pura y dura. En ese sentido, la obra de Majesco sigue la l¨ªnea a la que Tetris nos tiene acostumbrados.

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