Konami reinventa la saga Castlevania adapt¨¢ndola a un nuevo g¨¦nero: el multijugador cooperativo. Seis personas, cada una representando a uno de los h¨¦roes emblem¨¢ticos de la saga, deber¨¢n resolver varios niveles y vencer a un jefe final. ?C¨®mo? Apoy¨¢ndose entre ellos. Y en este punto, surgen los problemas...
La industria de los videojuegos es un poco injusta para los peque?os estudios. E incluso para los grandes. Los primeros intentan sacar adelante nuevas ideas, hacerse un hueco y arrojar un poco de luz al panorama general. Las grandes se ci?en a la creaci¨®n de secuelas y spin-offs de numerosas licencias ya instaladas en el mercado. Raro es el estudio de cierto renombre que prescinde de las 'marcas' para adentrarse en territorios inexplorados. Y cuando lo hacen (por poner un ejemplo, EA) los usuarios le dan la espalda (Mirror's Edge, Dead Space). Es un mercado injusto, pero como todo en esta vida, el tiempo acaba poniendo las cosas en su lugar. Sorprende pese a todo que algunas compa?¨ªas experimenten con lo que, por as¨ª decirlo, 'les da de comer', sin tener ninguna necesidad real de hacerlo.
Todo lo que se ve en pantalla es 100% Castlevania. Los escenarios, realizados con el estilo tradicional y los mismos gr¨¢ficos, por supuesto los enemigos, tanto normales como los finales, armas, objetos, los men¨²s o el dise?o gr¨¢fico. La m¨²sica, claro; todo recuerda a las ¨²ltimas entregas de la franquicia. Pero en cierto momento se rompe la magia, el hechizo, y lo que queda es la sensaci¨®n de que bajo todo esto, fant¨¢sticamente presentado, hay un vac¨ªo enorme imposible de suplir. Cada problema, al encontrarse una soluci¨®n, lleva a otro problema m¨¢s. De esta forma todo se queda cojo incluso cuando no deber¨ªa. El resultado es decepcionante, a fin de cuentas, y -una vez m¨¢s- desconcertante: hay un cuidado aspecto t¨¦cnico y la jugabilidad, de la que hablaremos a continuaci¨®n, no est¨¢ mal llevada. Los conceptos fallan en parte, por desgracia, al unirse.
No nos confundamos: no se trata de criticar el hecho de que Harmony of Dispair sea un t¨ªtulo multijugador. Nada m¨¢s lejos. El problema es que (bas¨¢ndonos en las partidas que pudimos jugar a lo largo del primer d¨ªa en el mercado del t¨ªtulo, ayer d¨ªa cuatro de agosto), es complicad¨ªsimo no s¨®lo encontrar partidas 'llenas' (seis jugadores, o al menos m¨¢s de tres) sino localizar a personas serias que est¨¦n dispuestas a jugar y no a perder el tiempo. Como en todo lo referente al online, un ejemplo es s¨®lo eso y cada experiencia puede ser radicalmente diferente. Lo que nos pueda haber pasado a nosotros no tiene porque pasarte a ti, o al de m¨¢s all¨¢. Pero creemos oportuno advertir que la falta de comunicaci¨®n enturbia bastante la experiencia de juego. Desde el bot¨®n Back podemos dar varias ¨®rdenes pero no son suficientes; por ejemplo, no existe ning¨²n cartel que ponga 'ayuda', pero si hay uno de 'ups?'.
7
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.