Acci¨®n singular

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Raven Software tienen en su haber bastantes juegos realizados esta generaci¨®n. Entre sus ¨²ltimos proyectos est¨¢ la colaboraci¨®n con Id Software en Wolfenstein o el juego dedicado a Lobezno. Diversos productos basados en X-Men y el m¨¢s que notable Marvel: Ultimate Alliance como carta de presentaci¨®n. El secretismo que ha imperado en Singularity estaba relacionado, seguramente, con la intenci¨®n de sacar a la luz un juego por encima de lo creado hasta el momento. Nueva franquicia, sin usar productos conocidos como lo que hemos mencionado anteriormente (o el ya m¨¢s antiguo Star Wars Jedi Knight: Jedi Academy) y buscando un toque distinto. Han pasado m¨¢s de dos a?os desde que tuvimos conocimiento del desarrollo de Singularity, tiempo suficiente para que el juego haya estado pulido al m¨¢ximo.

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El inicio del ¨²ltimo proyecto de Activision y Raven Software no es sencillo. Un v¨ªdeo de larga duraci¨®n intercala escenas hist¨®ricas y reales con hechos en los que se basa el videojuego. La trama nos muestra la lucha de los Estados Unidos y la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica en su camino para avanzar tecnol¨®gicamente m¨¢s que su rival. La guerra fr¨ªa que en la realidad acab¨® con los pa¨ªses sovi¨¦ticos esparcidos e independizados parece ser que tramaba, de manera m¨¢s que oscura, el cultivo de un elemento poderoso que podr¨ªa haber hecho cambiar el camino que tom¨® este conflicto mundial. Los estudios de este E99, como se llama el descubrimiento ruso, se llevan a cabo en la isla de Katorga 12. En la ¨¦poca actual, los norteamericanos deciden investigar a ver que se cuece.

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Aqu¨ª empiezan nuestros primeros pasos, que muestran a grandes rasgos lo que va a ofrecer Singularity. A modo de aprendizaje iremos equip¨¢ndonos con todo lo que necesitaremos para avanzar en esta aventura, de manera que no nos encontraremos abrumados desde un inicio con todo tipo de artilugios listos para usar. Aunque lo m¨¢s interesante se encuentra en la ambientaci¨®n. La comparaci¨®n con Metro 2033, por el ambiente post-apocal¨ªptico, es inevitable. Tampoco podemos olvidarnos de la obra maestra Bioshock, que puso encima de la mesa una narrativa visual brillante. Seguramente la mejor en esta generaci¨®n actual. Y Singularity bebe de este tipo de shooters en las que el entorno juega un papel fundamental a la hora de meterse dentro del personaje.

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Durante el desarrollo del juego Raven Software dio algunas pinceladas sobre lo que pretend¨ªan construir. Una conexi¨®n directa entre 1955 y 2010, en muchos casos intrigante -de hecho, el inicio del juego ya nos da una peque?a muestra de lo que se nos vendr¨¢ encima a posteriori, y el uso del tiempo como principal novedad. Lo que prometieron ya se puede avanzar que se ha cumplido. A nivel jugable los ejemplos dados en su momento ser¨¢n necesarios para seguir adelante. A pesar de todo esto, tambi¨¦n es cierto que hay algunos aspectos que podr¨ªan haberlo encumbrado en lo m¨¢s alto. Veamos.

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A diferencia de Bioshock, en esta isla rusa no nos llevamos las grabaciones de voz con nosotros, por lo que si nos apartamos del punto en el que la hemos encendido, la voz se ir¨¢ escuchando cada vez menos, algo que obliga a detenernos si no queremos perder el hilo de lo que nos cuentan. Tambi¨¦n es cierto que a nivel visual, Katorga no es tan rico en detalles como Rapture. Hay p¨®sters y elementos que van m¨¢s all¨¢ del mero decorado, pero no tienen el peso ni la importancia de estos mismos elementos en el juego de 2K, donde por s¨ª solos nos transmit¨ªan mucha m¨¢s informaci¨®n de la que pod¨ªa parecer a simple vista.

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Katorga 12 era una isla en la que los cient¨ªficos rusos experimentaban con el E99. Por lo visto, la cosa se fue de las manos en las pruebas, y a pesar de abandonar el proyecto, no qued¨® desierto. Encontraremos dos tipos de enemigos. Los mutantes, v¨ªctimas de estas radiaciones y pruebas cient¨ªficas, y un ej¨¦rcito ruso, que parece tener ganas de retomar el proyecto. Para hacer frente a estos dos bandos entre los que nos encontramos habr¨¢, tambi¨¦n, dos tipos de armas. Las convencionales y las m¨¢s innovadoras. Entre las primeras, un elenco limitado y gen¨¦rico conocido por todos (francotirador, pistola, metralleta, recortada, etc.) que cuenta, eso s¨ª, con un sistema de mejora de armas para potenciar distintos par¨¢metros. La cadencia, el da?o o la velocidad de recarga pueden mejorarse gracias a diversos objetos que vamos recolectando.

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Gracias al Dispositivo de Manipulaci¨®n del Tiempo se puede reconstruir o envejecer distintos elementos. En Prince of Persia: Forgotten Sands, una de las magias nos permit¨ªa construir plataformas que exist¨ªan anteriormente. Aqu¨ª pasa exactamente lo mismo. Una escalera rota en el 2010, gracias al DMT se reconstruir¨¢. Esto nos permite llegar a lugares donde no podr¨ªamos. Hay otros ejemplos, como carteles que vuelven a mostrar mensajes antiguos o cubos met¨¢licos que nos permiten llegar a puntos m¨¢s elevados. De paso, se nos a?ade un impacto cuerpo a cuerpo m¨¢s potente que el cuchillo con el que vamos equipados al principio.

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De la misma manera que podemos rejuvenecer objetos, tambi¨¦n podemos hacerlo a la inversa. Y aqu¨ª entra el factor combate. A los enemigos los podemos convertir en huesos y, por lo tanto, acabar con ellos en un santiam¨¦n gracias al DMT. Una arma poderosa que nos sirve para aniquilarlos. Las posibilidades, avanzando en la partida, son mayores, ya que podremos controlar objetos como si de Gordon Freeman se tratara (Half Life 2) o ralentizar el tiempo en ciertas partes del escenario. Sirve para casi todo? lo que Raven Software ten¨ªa preparado. Se echa en falta un uso algo m¨¢s libre del DMT, ya que sus acciones est¨¢n muy marcadas por el dise?o de niveles y una vez avanzado en el juego,  servir¨¢ para solventar cada vez los mismos detalles.

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El juego presenta una serie de retos m¨¢s all¨¢ de los tiroteos que son demasiado sencillos de superar. No hay atasco posible a la hora de intentar solucionar el c¨®mo avanzar en cada zona. La evidencia sobre qu¨¦ elementos manipular con el tiempo y el uso del DMT es tan claro no hay momentos en los que destaque el ingenio a la hora de dise?ar el puzzle de turno. Y es seguramente un peque?o lastre destacable en Singularity, ya que a pesar de contar con herramientas para hacer volar la imaginaci¨®n, la obra de Raven Software acaba algo encorsetada dentro de sus propias limitaciones.

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Parte de culpa, en este sentido, viene directamente de la estructura de las fases. Se ha desarrollado un juego que envuelve al jugador gracias a su puesta en escena y al uso de elementos diferenciales de las t¨ªpicas armas, pero la excesiva linealidad es una constante. Rara vez no sabremos hacia donde dirigirnos, ya que los pasillos y caminos ¨²nicos, a pesar de mostrar muchas veces zonas abiertas, est¨¢n a la orden del d¨ªa. Tampoco hay grandes elementos para explorar, salvo zonas a las que llegar con la reconstrucci¨®n de elementos y que guardan tras de s¨ª objetos tales como energ¨ªa, munici¨®n y dem¨¢s. Necesarios algunos de ellos sin duda, sobre todo el tema de los botiquines.

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Despu¨¦s de una tendencia a la autoregeneraci¨®n, cada vez m¨¢s shooters recuperan la barra de vida y los botiquines para curarla. Como se agradece que pase en Singularity. Pero estos, y archivos c¨®mo notas y v¨ªdeos, son lo m¨¢s interesante a la hora de intentar explorar, lo m¨ªnimo que el juego deja, Katorga 12. La sensaci¨®n es que se podr¨ªa haber aprovechado algo m¨¢s este banco de pruebas dentro de la isla, ya que todos los elementos acostumbran a estar a la vista. Sobre todo los m¨¢s importantes para poder avanzar en la trama principal, que a pesar de la sencillez en alguna de sus mec¨¢nicas, tiene sorpresas importantes de todo tipo.

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Y es que esa es uno de los factores importantes en Singularity. Tiene muchos elementos que combinar, desde peque?os puzzles reconstruyendo caminos, lo mismo pero a la inversa, flashbacks constantes, saltos temporales, tiroteos al m¨¢s puro estilo Modern Warfare ante soldados rusos o intentar zafarse del acoso de mutantes a corta distancia. Singularity mantiene alto el ritmo de juego gracias a que cada dos por tres se introducen sorpresas, ya sean jugables como las mencionadas anteriormente o en forma de impactos visuales. Sustos, scripts -los cu¨¢les abundan- o escenas cinem¨¢ticas. El argumento tiene giros interesantes, aunque est¨¢ basado en bastantes t¨®picos que, eso s¨ª, quedan solventados gracias a esta puesta en escena algo fr¨ªvola pero efectista a fin de cuentas.

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Las partidas se tornan en algo totalmente ca¨®tico y con cierto desequilibrio. Los jugadores como soldados, adem¨¢s de contar con todo su arsenal disponible para acabar con las criaturas, tienen distintos elementos en pantalla que les permiten jugar con ventaja gracias a poderes que de manera temporal se pueden conseguir y que permiten mejorar, por ejemplo, los escudos. Por su parte, las criaturas juegan desde una c¨¢mara en tercera persona, tienen las habilidades del monstruo que representan pero necesitan atacar de manera mucho m¨¢s estrat¨¦gica, y corriendo la mayor¨ªa de veces peor suerte que la otra facci¨®n. Se nota que el a?adido parece m¨¢s una obligaci¨®n por ser del g¨¦nero que es que no otra cosa, aunque puede interesar en las primeras partidas.

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Su principal problema, en este sentido, se encuentra en el uso de Unreal Engine 3. El motor gr¨¢fico de Epic que tanto ha dado en esta generaci¨®n no responde a la perfecci¨®n en Singularity. Se echa en falta, de primeras, unos personajes con m¨¢s detalles y una carga poligonal algo m¨¢s generosa. A esto se le a?aden texturas que si bien es cierto que en muchos casos participan de manera vital a la hora de generar un mundo putrefacto, en otros est¨¢n a bajas resoluciones. Por no hablar de un problema que parece no estar solventado y que, en este caso, se acent¨²a como es el de la carga tard¨ªa de texturas. Molesto porque empa?a durante ratos el apartado t¨¦cnico, que en t¨¦rminos generales es s¨®lido. Algunas sombras pixeladas son otro de los puntos negativos.

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A nivel de sonido, lo m¨¢s destacado es el trabajo de localizaci¨®n que Activision ha hecho con el juego. De esta manera nos llega doblado al castellano, ¨²til teniendo en cuenta que el sistema de narrativa muchas veces nos obligar¨¢ a ir escuchando distintas cintas mientras avanzamos y vamos a la nuestra. Voces en algunos casos sobreactuados, se echa en falta que no se haya dado un acento ruso en el doblaje de ciertas cintas y v¨ªdeos que vamos encontrando por la isla. Junto a ello hay efectos de disparos y dem¨¢s que pasan sin pena ni gloria y melod¨ªas que se ajustan a los momentos variados que nos presenta la acci¨®n. Los enemigos, desagradables a nivel visual, tambi¨¦n lo son por el o¨ªdo, con exabruptos dignos de los infectados m¨¢s especiales de Left 4 Dead.

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