Agua y arena

Ha pasado casi a?o y medio desde que Prince of Persia hizo acto de presencia en la actual generaci¨®n de consolas. Ubisoft cre¨® una nueva aventura de este m¨ªtico personaje que no ten¨ªa nada que ver con la trilog¨ªa vista en el tr¨ªo de consolas de sobremesa de la pasada hornada. Con un aspecto rompedor gracias a la t¨¦cnica del cel-shading y una compa?era de viaje inseparable, el nuevo pr¨ªncipe ten¨ªa un controvertido retorno marcado por una serie de puntos de fricci¨®n con la comunidad de usuarios. Ni la dificultad del t¨ªtulo, con la imposibilidad real de morir en nuestros actos, ni las ganas de la compa?¨ªa francesa de sacar tajada de la mejor manera posible -se vendi¨® el ep¨ªlogo a parte- jugaron a favor de un buen juego en t¨¦rminos generales.

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El anuncio de esta nueva entrega de uno de los nombres m¨¢s importantes que se pudo ver en los a?os noventa dentro de la industria sorprendi¨® a propios y extra?os. Ubisoft dio a conocer el desarrollo de las Arenas Olvidadas a finales del a?o pasado, cuando ya se sab¨ªa que en menos de seis meses estar¨ªa en la calle. Su promoci¨®n ven¨ªa acompa?ada del estreno del pr¨ªncipe con la pel¨ªcula preparada para asaltar los cines de todo el mundo. A pesar que saltaron algunas alarmas, lo cierto es que los temores a tener una nueva raci¨®n de juego basado en pel¨ªcula se esfumaron pronto. El nuevo Prince of Persia tal vez aproveche el fil¨®n cinematogr¨¢fico, pero no tienen nada que ver un producto y otro en este sentido. Algo que se agradece.

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El objetivo de la compa?¨ªa creadora de juegos contrastados como la saga Splinter Cell o el reciente Assassin's Creed 2 es dar un vuelco a lo visto anteriormente. A pesar que no consideran un fracaso el recibimiento que tuvo a finales de 2008 Prince of Persia, no se ha querido seguir por los mismos derroteros. A cambio se recupera la esencia de la trilog¨ªa aparecida en Pc, Playstation 2, Gamecube y Xbox. Las Arenas Olvidadas narran la historia del pr¨ªncipe entre la primera y la segunda entrega de las aventuras vistas la pasada generaci¨®n.  Por lo que Ubisoft recupera no s¨®lo un esquema jugable que vamos a desgranar poco a poco, sino que tambi¨¦n recupera un apartado gr¨¢fico y un dise?o que se han actualizado a la alta definici¨®n y al potencial de las nuevas consolas, en este caso que nos ocupa Playstation 3 y Xbox 360.

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Con este inicio da el pistoletazo de salida Prince of Persia: las Arenas Olvidadas. Nuestro objetivo ser¨¢ el de intentar acabar con el enorme ej¨¦rcito de muertos que ha sido despertado de su letargo mientras intentamos contener las ansias de poder de nuestro hermano. ?ste, que absorbe la energ¨ªa de los enemigos que va eliminando, cada vez se ve m¨¢s obsesionado por recabar todo el poder posible. Algo que supondr¨¢ m¨¢s problemas para el pr¨ªncipe y alg¨²n que otro giro, menor eso s¨ª, en la trama principal de la aventura que tiene como motivo principal acabar con el mal que acecha el reino persa que Ubisoft ha recuperado para la presente generaci¨®n de consolas.

El juego que nos ocupa coge como punto de partida la mejor versi¨®n del pr¨ªncipe. Aquel que estaba constantemente saltando de un lado a otro buscando la salida de la sala de turno. Y en esto se basa Las Arenas Olvidadas. La mayor parte jugable de esta nueva obra est¨¢ enfocada a las plataformas. Saltar de un lado para otro, correr por las paredes para superar barrancos, rebotar de muro en muro, buscar vigas y barras horizontales con las que apoyarnos para llegar a lugares imposibles o ir trepando por las estructuras como si Altair -Assassin's Creed- o Nathan Drake -Uncharted- se tratara. Ubisoft ha explotado al m¨¢ximo el toque m¨¢s aventurero de su trilog¨ªa y ha dise?ado todo tipo de caminos por los que s¨®lo el pr¨ªncipe puede pasar.

Es, sin lugar a dudas, el punto fuerte de este nuevo Prince of Persia. Aunque esto se debe, sobre todo, a los nuevos poderes con los que cuenta el protagonista. A lo largo de la aventura, una compa?era divina que quiere acabar con Ratash nos ir¨¢ dotando de mejores habilidades para poder avanzar en la trama. Y estas suponen un cambio de tercio jugable importante. La primera de ellas es conocida por todos, ya que nos permite rebobinar en el tiempo y evitar los errores que cometemos. Se facilita de nuevo el juego a los usuarios, aunque el uso de esta habilidad est¨¢ limitado y no supone un apoyo tan flagrante como el visto en Prince of Persia. Donde realmente radica la novedad es en el uso del agua. Gracias a un poder especial, podremos detener el agua de tal manera que parezca que est¨¢ congelada. Esto har¨¢ que los chorros de este l¨ªquido sirvan para cogerse a ellos o que las cascadas hagan de pared en la que apoyarse.

La compa?¨ªa desarrolladora ha creado un dise?o de niveles de una factura m¨¢s que destacada, algo que le da ritmo constante al avance y que tiene peque?as genialidades en forma de retos. Nada complicados pero s¨ª satisfactorios de hacer. Por ejemplo, poder paralizar el agua es una habilidad limitada por una barra que se gasta y debe recargarse. Una de las pruebas: con el gatillo paralizamos este elemento para cogernos a un chorro. Saltamos desde ah¨ª y dejamos de apretar el bot¨®n para que el tiempo vuelva a transcurrir. Esto nos permite que el chorro que tenemos delante que sale de manera intermitente tenga tiempo de salir, y a la m¨¢xima velocidad, podamos volver a apretar el bot¨®n para congelar esta plataforma improvisada. Una secuencia de medio segundo mientras estamos en el aire que le da tensi¨®n y ritmo a las secciones de plataformas. Otro caso puede ser el de saltar de un chorro a otro y tener que soltar el bot¨®n de paralizar el agua porque en medio hay una cascada que, con el tiempo detenido, es un muro que nos tumbar¨¢ hacia abajo.

Otro elemento que nos sirve para superar nuevos retos es el de la memoria. Este nos permite construir zonas que exist¨ªan anteriormente y que ahora est¨¢n destruidas. De esta manera podemos crear plataformas que no est¨¢n para llegar a otro punto. Son dos de los elementos que Ubisoft ha creado y que conforman todo tipo de situaciones variadas y entretenidas de realizar. Jugar con estas habilidades junto a las que el pr¨ªncipe ya tiene de por s¨ª hacen del transcurso de la partida un avance variado manteniendo la esencia del primer juego aparecido en las consolas de la pasada generaci¨®n: llegar a una sala, ver todo tipo de elementos y ponerse manos a la obra hasta dar con el camino correcto. Se trata m¨¢s de un ejercicio de habilidad que no de exploraci¨®n, ya que por norma s¨®lo hay un trazado posible.

Se han cuidado, tambi¨¦n, los puzzles de envergadura. A trav¨¦s de palancas que mueven grandes estructuras y nuestro propio avance por la pantalla tendremos que resolver m¨¢s de un rompecabezas con enormes estructuras de por medio. Si bien es cierto que no existen excesivos problemas en solucionarlos, s¨ª que har¨¢n que nos detengamos en m¨¢s de una ocasi¨®n para pensar exactamente qu¨¦ hacer. La ¨²nica pega en este sentido es que este tipo de pruebas que requieren reflexi¨®n y no s¨®lo habilidad escasean y se pueden contar con los dedos de una mano. A esto se le a?ade la escasa exploraci¨®n -algunas estatuas y poco m¨¢s- que hay a lo largo del reino de Las Arenas Olvidadas y que convierten el juego en un producto sin pocos a?adidos una vez terminado (m¨¢s all¨¢ del modo desaf¨ªo que se desbloquea y que permite hacer distintas pruebas sueltas).

En este sentido, la simplificaci¨®n es evidente. A diferencia de la segunda entrega de la subsaga que forma parte el juego, Las Arenas Olvidadas cuenta con un sistema de combate bastante simple. No ayuda, tampoco, la escasa variedad de enemigos que nos vamos a ir encontrando, ya que tanto los subjefes como los jefes de fase tambi¨¦n tendr¨¢n muchos parecidos entre s¨ª.  Contamos con un sistema de puntos por experiencia que nos permiten ganar nuevas habilidades, pero ¨¦stas no nos dan m¨¢s movimientos de combates. Sirven para potenciar cuatro magias (una protecci¨®n, un tornado, un proyectil helado y una estela de fuego) que podemos activar en cualquier momento mediante las ranuras de magia. S¨®lo mejorar estas habilidades o ampliar las barras de vida, hechizos y tiempo para congelar el agua. No hay nuevos combos para adquirir -salvo movimientos concretos que aprendemos en momentos puntuales- ni para mejorar el arma que, hasta cierta sorpresa muy avanzada la trama, nos acompa?ar¨¢ casi toda la partida.

Seguramente por la falta de herramientas y por lo gen¨¦rico de los encuentros, las batallas son la parte m¨¢s repetitiva de este nuevo juego. Los enfrentamientos acostumbran a ir intercalados con largas zonas de plataformas, y eso permite, al menos, que no se trate de ir masacrando enemigos constantemente como si se tratara de un beat'em up al uso. Ubisoft ha ido directo a las ra¨ªces del rejuvenecido pr¨ªncipe que vimos hace cinco a?os y ha apostado porlas secciones de plataformas, que se completan con todo tipo de obst¨¢culos como sierras que aparecen por las paredes, vigas de pinchos que intentan golpearnos y dem¨¢s trampas que hay activadas a lo largo del palacio y alrededores y que suponen un gui?o a los contratiempos de las aventuras y las plataformas de anta?o. El sistema de combate, que premia el machaque de botones y no motiva tampoco a la hora de mejorar las magias debido a su poca incidencia en las luchas acaba mermando la experiencia jugable completa.

A pesar de tener un ritmo elevado que no deja ni un momento de respiro y de contar con un dise?o de niveles de plataformas en muchos casos brillantes, lo cierto es que a lo largo de la aventura se van repitiendo una serie de retos que, despu¨¦s de hacerse m¨¢s de dos y tres veces, no s¨®lo acaban siendo mucho m¨¢s sencillos, sino que tambi¨¦n caen en cierta reiteraci¨®n. El cambio de emplazamientos y el a?adido de habilidades sirven para diluir la esta repetici¨®n y para hacer que el juego vaya increscendo. Aunque no se salva de ciertos momentos que una y otra vez asoman la cabeza. La aventura principal tiene una duraci¨®n algo inferior a las diez horas, y no hay extras que motiven a la hora de rejugarse otra vez la partida.

Saltos que van en una direcci¨®n que no era la deseada, correr paredes un instante antes de tiempo del que se necesita o movimientos a la hora de combatir que crean confusi¨®n son algunos de los peque?os problemas de control que podemos encontrarnos durante la aventura. Esto se debe principalmente a la falta de precisi¨®n en algunos movimientos y al control, algo duro, en otros. El pr¨ªncipe no siempre se mueve con la fluidez que s¨ª lo hac¨ªa en la trilog¨ªa original, y a veces nos puede jugar una mala pasada, oblig¨¢ndonos a gastar ranuras de magia con la arena del tiempo en zonas que a priori no tienen complicaci¨®n alguna. En momentos puntuales puede llegar a frustrar, aunque luego se avance durante todo tipo de fases sin tener ninguno de estos problemas de control.

El dise?o art¨ªstico, mucho m¨¢s oscuro y cercano a lo que vimos hace cinco a?os que no a la aventura cel-shading de Prince of Persia, es todo un acierto, ya que permite recuperar a un pr¨ªncipe que se gan¨® el cari?o de los usuarios en el pasado. La variedad de localizaciones, que van desde el castillo en runas a bellos lavabos interiores, jardines llenos de color o zonas ¨¢ridas y llenas de polvo, son un punto a favor en lo que apartado visual se refiere, y que sirve de contraste con alguno de los errores t¨¦cnicos comentados anteriormente. Y es que a pesar de todo, Las Arenas Olvidadas, en t¨¦rminos generales, luce bien art¨ªsticamente pero tiene demasiados borrones a la hora de aprovechar el motor gr¨¢fico.

La banda sonora pasa sin pena ni gloria. Melod¨ªas ¨¦picas y orquestadas que van animando los momentos de plataformas, los jefes de fase o la tensi¨®n cuando se hace un reto a contrarreloj pero que carecen de fuerza suficiente como para ser tenidas en cuenta. Acompa?an, sin m¨¢s, al ya cl¨¢sico doblaje que nos tiene acostumbrados Ubisoft -siendo una compa?¨ªa europea, la sensibilizaci¨®n con la localizaci¨®n en el viejo continente es una constante- que, eso s¨ª, se agradece pero tiene momentos que chirr¨ªa un poco, como la mayor¨ªa de comentarios sueltos del pr¨ªncipe. Poco acertados aunque su intenci¨®n sea la de dar un toque de humor y personalidad.