Again, Impresiones
Se ha escrito un crimen. Hace 19 a?os un misterioso asesino puso a Estados Unidos patas arriba llevando al desquicie a las unidades especiales de investigaci¨®n estatales. Una carta reabre el caso Providence, en el olvido para los ciudadanos, rememorando lo sucedido e invitando al FBI a tomar parte en el incidente. El encargado de sufrir las consecuencias del pasado es Jonathan Weaver, el cl¨¢sico estereotipo de detective que se ve aterrado por sus propias pesadillas, esta vez con tintes oscurantistas. Again es la ¨²ltima aventura de Cing, uno de los estudios m¨¢s reputados de esta generaci¨®n, creadores de Hotel Dusk, que pasar¨¢ a la historia con m¨¢s pena que gloria al ser el trabajo p¨®stumo de la compa?¨ªa.
A lo largo de los a?os hemos tenido ocasi¨®n de presenciar infinidad de casos en los que una buena compa?¨ªa acaba cerrando sus puertas por las pobres ventas de sus productos. Suced¨ªa esto con Clover, que por su testarudez se ha compuesto y descompuesto m¨¢s de una vez, y parece que Cing va camino de seguir el mismo futuro. Hace unos meses se recib¨ªa la noticia del cierre del estudio por ser incapaz de resistir la deuda que colgaba a sus espaldas, para muchos inexplicable: no suele suceder esto cuando se habla de un estudio que un¨ªa fuerzas con la Gran N en cuestiones de distribuci¨®n, ni mucho menos tras el ¨¦xito de Hotel Dusk o Little King Story en la sobremesa de Nintendo. Los dos ejemplos expuestos tienen algo en com¨²n: son t¨ªtulos de una gran calidad tanto art¨ªstica como jugable, pero no cuentan con la proyecci¨®n necesaria de cara al p¨²blico. No son t¨ªtulos mayoritarios, destinados a cualquier jugador.
Se dice que la especializaci¨®n es la ¨²nica v¨ªa para alcanzar el sumun creativo y Cing tiene motivos de sobra para reafirmar el dicho popular. En su asador se ha cocido una nueva vertiente jugable para las aventuras gr¨¢ficas en Nintendo DS, aquella que obliga al jugador a poner un ojo en cada pantalla mientras el stylus se lleva todo el protagonismo. Hotel Dusk es, como dec¨ªamos, el mejor exponente de una nueva vertiente a la que r¨¢pidamente se han sumado varias de las empresas m¨¢s importantes del sector. El cierre de la compa?¨ªa parece un hecho incontestable que deja a los ac¨¦rrimos sin uno de los estudios m¨¢s originales de la actualidad, aunque por suerte todav¨ªa existe la posibilidad de disfrutar de lo que los medios especializados de Norteam¨¦rica han denominado ?obra p¨®stuma'.
Tiene Again mucho de retrospectiva, tanto por su peculiar historia, que lleva al jugador a encarnar a un estereotipado detective del FBI, como por la est¨¦tica que le representa, a medio camino entre los convencionalismos del g¨¦nero y el foto-realismo que convierte a personajes de cart¨®n en seres de carne y hueso. A primera vista aparenta ser un clon de Hotel Dusk, sensaci¨®n que s¨®lo desaparece cuando comprobamos que el estilo jugable que propone el juego se aleja en demas¨ªa de las necesidades del jugador. Again se ampara en la investigaci¨®n con tintes detectivescos a la Hollywood, ambiente oscuro de por medio, asfixiante argumento para atrapar al jugador desde el primer minuto de juego. Para ello se desarrolla una mec¨¢nica en la que el h¨¦roe ha de combinar el pasado y presente. En una se descubre la realidad, en la otra, los sucesos acontecidos 19 a?os atr¨¢s en el tiempo.
El caso queda aparcado. Los asesinatos cesan y a la polic¨ªa le interesa tapar las evidencias de su fracaso, por lo que pronto se archiva. 19 a?os despu¨¦s, dos miembros del FBI se ven unidos de nuevo con los asesinatos por medio de una carta que el comisario Henry Mills recibe a altas horas de la madrugada, exigiendo a los dos oficiales que acudan de inmediato a su despacho. Los dos compa?eros conforman la t¨ªpica dupla dise?ada por los genios del g¨¦nero de la novela negra o g¨¦nero policiaco de la casta de Ed McBain. El protagonista, Jonathan Weaver, se erige como el cl¨¢sico detective serio, atrapado en sus propios pensamientos. Su compa?era, que rompiendo el clich¨¦ tiene m¨¢s bien poco de atractiva, se encarga de dar consejos y de servir como apoyo moral del h¨¦roe. Kate Hathaway tiene todo lo que un detective podr¨ªa desear a excepci¨®n de la necesaria experiencia de campo.
Cuando el comisario explica a los dos polic¨ªas el motivo de su urgente llamada (un tanto incoherente que se hable de primera hora de la ma?ana cuando el reloj marca las 12 de la noche), cada uno afronta la situaci¨®n desde un punto de vista bien distinto. Para el h¨¦roe se trata de una situaci¨®n angustiosa: ha recibido una carta con fecha de 1990 destinada a su persona, en la que se le encomienda volver al origen de los asesinatos. Para la hero¨ªna, de un momento como pocos para resolver uno de los casos m¨¢s importantes de la actualidad de un pa¨ªs que vive de esta clase de sucesos mal que pese a sus habitantes. No queda m¨¢s remedio que ponerse manos a la obra pese a la hora intempestiva a la que todo lo narrado tiene lugar, por lo que el primer punto de destino es el Hotel Miranda, punto donde tuvo lugar el primero de los cr¨ªmenes por resolver.
La introducci¨®n de Again comienza en este punto, haciendo uso del manido concepto ?push back' en el tiempo para distraer la atenci¨®n del jugador. La historia no se narra en un principio de forma cronol¨®gica, sino que la atenci¨®n se centra primero en el hotel para luego ofrecer las primeras pinceladas de la situaci¨®n personal de cada detective unos minutos m¨¢s tarde. Se hace quiz¨¢s para que el usuario centre su atenci¨®n en la mec¨¢nica y en el aspecto gr¨¢fico del que hace gala el juego, que nuevamente pone de relieve las ganas de Cing por ofrecer algo distinto a lo que ya conocido de antemano. Si en Hotel Dusk era el trazado a mano lo que caracterizaba a cada personaje, en Again se busca la sorpresa empleando escenarios tridimensionales en los que aparece la silueta de un personaje de carne y hueso que repite hasta la saciedad los mismos gestos.
Sigue la misma tendencia del t¨ªtulo ic¨®nico de Cing: existen momentos en los que el personaje principal interact¨²a por su cuenta con el escenario, escenificado por medio de una escena de v¨ªdeo en la que se aprecia a¨²n con mayor facilidad lo humano de los protagonistas. Es una l¨¢stima que se haya empleado un estilo tan poco personal en cada caso particular, lo que nos lleva a descubrir que tanto Jonathan como Kate son la representaci¨®n de la personalidad de los t¨ªpicos personajes del g¨¦nero. Lo mismo sucede con Henry Mills, el comisario, tanto por la jerga que emplea como por el trato que ofrece a sus empleados. Este concepto es el primero que levanta cierto escepticismo a la hora de comenzar a jugar, y posteriormente de conocer en profundidad lo que ofrece la mec¨¢nica de juego.
A medida que el detective avanza por la habitaci¨®n es posible revisar la cama, el armario y el resto de los decorados que se encuentran en esta zona. Sea cual sea el objeto analizado, la respuesta por parte del h¨¦roe es la misma, un concepto que acaba por desesperar a poco de comenzar a jugar. S¨®lo existe un camino para seguir con el desarrollo de la trama, que despu¨¦s de obligarnos a recoger unas cuantas pistas del suelo nos lleva directamente al ba?o, donde se sucede el acontecimiento que da sentido al resto de los cap¨ªtulos del juego. El h¨¦roe, tras recoger una de las pruebas de Providence, experimenta un intenso dolor abdominal que divide su vista en dos partes. En una puede observar el pasado, en la otra el presente. Combinar estos dos lapsos temporales es esencial para encontrar las pistas desperdigadas por los escenarios, aunque una vez m¨¢s la mec¨¢nica se encarga de estropear el buen trabajo que se ha realizado a nivel conceptual.
No es c¨®modo ni coherente el manejo del personaje principal. La ¨²nica posibilidad que ofrece la mec¨¢nica es la de vagar de un lado a otro tratando de encontrar la pista que da con la clave para resolver un caso que dif¨ªcilmente atrapar¨¢ a los jugadores por lo manido de su concepto, visto y vivido una y mil veces a lo largo de la historia. Para cambiar algo de lo que suced¨ªa en el pasado basta con fijar la atenci¨®n en un objeto en particular. Si hemos dado con la pista adecuada, se sucede una escena de v¨ªdeo en la que avanza la trama. De no ser as¨ª, el h¨¦roe pierde parte de su barra de concentraci¨®n, ¨²nica v¨ªa para dar con la resoluci¨®n del crimen que est¨¢ investigando en ese momento. El resto de opciones cl¨¢sicas del g¨¦nero, tales como conversar con personajes secundarios o pasar horas tratando de unir cabos, se omiten parcialmente salvo exigencias del gui¨®n.
El detective sufre un desvanecimiento en la habitaci¨®n del hotel para despertarse de la mano de su inseparable compa?era en un hospital. Poco m¨¢s tarde se abre un abanico (el ¨²nico que ver¨¢ el jugador en toda la partida) de opciones jugables. Desde aqu¨ª podemos viajar hasta distintas localizaciones del mapa donde es menester investigar a alg¨²n sospecho u objeto en particular (siempre guiados por las absurdas cartas que reciben los protagonistas), aunque generalmente no existe libertad de movimientos para que el jugador sea el que piense y no se limite a recorrer una l¨ªnea recta. Las opciones son insuficientes para garantizar un aspecto jugable comparable con otras obras de la misma compa?¨ªa que generalmente se ha mantenido a un gran nivel en este sentido. No es el caso en Again, que deja aspectos fundamentales del g¨¦nero para la imaginaci¨®n de los jugadores.
Es una l¨¢stima que Cing no haya tenido en cuenta este hecho como la pobreza de la trama, que est¨¢ a a?os luz de lo que ofrec¨ªa Hotel Dusk o del disfrute que supone leer un libro ambientado en una atm¨®sfera similar a la de este juego. Tanto por los personajes como por la p¨¦sima forma de hacer evolucionar el argumento. Luego no queda otro remedio que sufrir la mec¨¢nica de juego que, exactamente igual que sucede con el resto de aspectos comentados, no se puede catalogar como un estrepitoso fracaso ni tampoco como un ¨¦xito sin precedentes. Lo que resulta incomprensible se mire como se mire es el abandono de una mec¨¢nica que hab¨ªa probado su valor en Hotel Dusk y que aqu¨ª se abandona para emplear otra cuyo resultado poco o nada tiene que ver con el esperado.
Puede que este sea el motivo por el cual Again es una obra que finalmente distribuye Tecmo en Estados Unidos (sin fecha confirmada en Europa ni comentarios sobre un futuro lanzamiento) en vez de Nintendo, que nos tiene acostumbrados a apoyar esta clase de obras que en teor¨ªa explotan las posibilidades de su port¨¢til. Si realmente esta es la obra p¨®stuma de Cing, m¨¢s vale que el jugador se quede con exponentes anteriores que han ofrecido innumerables horas de divertimento sin necesidad de utilizar manidos conceptos con los que se llega a ninguna parte. Al menos no supondr¨¢ un dolor para los aficionados perder la posibilidad de disfrutar del t¨ªtulo por estos lares, de eso podemos estar bien seguros.
- Aventura gr¨¢fica