Regreso de Pesadilla

Hace pocos a?os, la oficina europea de la agencia contra el terrorismo biol¨®gico internacional conocida con las siglas BSAA recibi¨® un informe de inteligencia que revelaba el paradero del fundador de la compa?¨ªa farmac¨¦utica Umbrella, Ozwell E. Spencer, responsable ¨²ltimo del desarrollo de armas biol¨®gicas de destrucci¨®n masiva y cuya m¨¢s terrible creaci¨®n, el virus-T, desencaden¨® el exterminio de la pr¨¢ctica totalidad de seres vivos en la ciudad de Raccoon, una poblaci¨®n del medio oeste de los Estados Unidos. Los exagentes del cuerpo de seguridad de ¨¦lite S.T.A.R.S. Chris Redfield y Jill Valentine fueron enviados para investigar y apresar al anciano criminal. Sab¨ªamos hasta ahora que Jill desapareci¨® en el transcurso de la misi¨®n, al salvar la vida a su compa?ero en medio de un violento enfrentamiento con el superpoderoso villano Albert Wesker, pero no conoc¨ªamos con detalle qu¨¦ hab¨ªa sucedido en la mansi¨®n Spencer.

Capcom acaba de lanzar la respuesta a esa inc¨®gnita, en forma de episodio descargable extra para Resident Evil 5. Una aventura que tiene el atractivo de reunir de nuevo a la pareja protagonista de la historia que dio inicio a la celeb¨¦rrima saga zombi de la compa?¨ªa japonesa de desarrollo de videojuegos afincada en Osaka. No es la intenci¨®n de este texto de an¨¢lisis entrar a debatir las tendencias actuales del mercado, pero conviene contextualizar la publicaci¨®n de Perdido en un Mar de Pesadillas, y de Evasi¨®n a la Desesperada, el otro episodio in¨¦dito que le seguir¨¢, protagonizado por Josh Stone y la misma Jill Valentine. Nos encontramos ante un lanzamiento que llega precedido de la pol¨¦mica habitual, generada por la constataci¨®n recurrente de que las compa?¨ªas editoras de t¨ªtulos de ocio electr¨®nico no est¨¢n dispuestas a dejar pasar la oportunidad de tentar a sus seguidores con contenidos apetitosos cuya venta generar¨¢ beneficios, m¨¢s all¨¢ de la propia comercializaci¨®n del t¨ªtulo en cuesti¨®n.

Se trata, sin duda, de la publicaci¨®n de unos episodios que satisfar¨¢ en parte a quienes esperen ¨¢vidos a completar el juego principal con nuevas aventuras de sus personajes favoritos, y rebelar¨¢ a quienes irrita ser conscientes de que en el mismo proceso de desarrollo de un juego se contemple ya la posibilidad de seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro. Empieza a fraguarse la evidencia de que se ha convertido en algo relativamente popular el escindir o mutilar un segmento del juego, concebido originalmente como parte integrante del producto, y ponerlo a la venta por separado. Al menos, en el caso de Capcom y de esta adici¨®n a Resident Evil 5 la calidad est¨¢ contrastada. Durante el transcurso de Perdido en un Mar de Pesadillas revisitaremos unas escenas sobre las que en la aventura principal se nos hab¨ªa informado por medio de flashbacks.

Dentro del desarrollo de la aventura que narra Resident Evil 5, esta aventura supone la explicaci¨®n de una elipsis significativa que durante el juego supon¨ªa un factor clave de la determinaci¨®n de Chris Redfield, empe?ado en buscar respuestas a la desaparici¨®n de su compa?era, y nada conforme con el carpetazo que la BSAA habr¨ªa dado al suceso. El viaje a ?frica, desde su mismo inicio, es m¨¢s la b¨²squeda de Jill que una misi¨®n de rutina. Lo que o bien convierte el hecho de que este episodio no fuera el cap¨ªtulo con el que daba inicio Resident Evil 5 en  un fen¨®meno dif¨ªcilmente explicable, o bien justifica sobradamente su lanzamiento actual, seg¨²n el gusto del consumidor. En cualquier caso, no estamos hablando de una adici¨®n menor, sino de poco menos que de un punto de inflexi¨®n en la historia de toda la saga Resident Evil.

Dada su signficaci¨®n, Perdido en un Mar de Pesadillas irrumpe con fuerza en la tienda online de PlayStation Network y el bazar de Xbox Live, y pretende renovar el inter¨¦s de un t¨ªtulo aparecido hace pr¨¢cticamente un a?o. Junto a ¨¦l se a?ade tambi¨¦n un conjunto de trajes extra que conforma una segunda descarga a parte, gracias a la cual podremos rejugar la aventura principal con unos Chris y Sheva de aspecto muy distinto al que ten¨ªamos acostumbrado. Aunque este ¨²ltimo contenido no tiene, por supuesto, el peso argumental del nuevo episodio, Capcom ha puesto ya en pr¨¢ctica esta f¨®rmula de negocio en Street Fighter IV, con buen resultado de ventas.

Perdido en un Mar de Pesadillas da inicio con Chris Redfield y Jill Valentine a la puerta de la mansi¨®n europea de la familia Spencer, donde los informes de la BSAA apuntan que podr¨ªa encontrarse el patr¨®n de la desaparecida compa?¨ªa farmac¨¦utica Umbrella. Tan pronto como logremos acceder al interior de la mansi¨®n comprobaremos que nos invade una notable sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ v¨². De las paredes emanan resonancias de los primeros compases de la saga. La distribuci¨®n de la finca, los pasillos, estancias concretas como el comedor o el recibidor o la decoraci¨®n del inmueble nos retrotraer¨¢n a las primeras aventuras de Resident Evil. Probablemente, el mayor acierto de la aventura que tenemos por delante sea el de reproducir con exactitud parte de aquellos sentimientos de anta?o.

Chris y Jill deber¨¢n escudri?ar las dependencias de la casa a la b¨²squeda de pistas o llaves con las que desbloquear el acceso a nuevas zonas o abrir puertas que les permitan avanzar e internarse en la mansi¨®n. Los rompecabezas con los que iremos dando no son excesivamente numerosos ni entra?an excesiva complejidad. Un enfoque tradicional bastar¨¢ para superar estas fases. Insignias que se colocan en cavidades en relieve en las puertas para franquear el paso a los visitantes, muros que ocultan otras puertas y que descienden cuando Jill interpreta al piano una sonata, o notas escritas que contienen c¨®digos de acceso o contrase?as con las que acceder al ordenador de Spencer y abrir habitaciones en las que pueden ocultarse trampas mortales que aguardan a nuestros protagonistas para poner fin a su aventura.

Tambi¨¦n los diarios del mayordomo, o los fragmentos de texto que se ocultan entre los libros de la biblioteca del acaudalado Spencer se manifiestan como ejemplos de se?as de identidad cl¨¢sicas de la saga. A lo largo de nuestro paseo por la finca encontraremos insignias que podremos ir coleccionando, con el ¨²nico fin de obtener una mayor puntuaci¨®n al terminar el episodio o desbloquear un trofeo o logro espec¨ªfico, de los cinco que se han a?adido a la lista de trofeos o logros del juego. Una cifra que aunque no podemos considerar elevada s¨ª puede redundar en un incremento de la rejugabilidad del episodio, lo que es siempre de agradecer para quien disfruta llevando al l¨ªmite las posibilidades de un videojuego.

Concluida nuestra fase de exploraci¨®n inicial en la planta de la mansi¨®n (durante la cual s¨®lo habremos encontrado cad¨¢veres de los pobres infelices que nos hayan precedido y ni un solo monstruo ni muerto viviente al que disparar) descendermos a las h¨²medas y l¨²gubres catacumbas de la hacienda. La apariencia de este entorno, as¨ª como el cambio en la ambientaci¨®n sonora, nos pondr¨¢ inmediatamente en guardia. Pronto descubriremos una nueva amenaza de considerable envergadura, armada con una enorme ancla de nav¨ªo que usa de manera similar a como el ejecutor majini bland¨ªa su hacha, que conserva apenas retazos de apariencia antropom¨®rfica, y cuyos rasgos parecen inspirados en los de una estrella de mar. Al margen de esta monstruosidad, s¨®lo nos importunar¨¢n ocasionalmente zombis convencionales, de los que yacen inertes en el suelo y reaccionan s¨®lo ante la proximidad de alguno de nuestros protagonistas.

Durante el resto de la aventura s¨®lo deberemos enfrentarnos una y otra vez con estos seres de pesadilla, que nos atacar¨¢n solos o en pareja. Deberemos derrotar a alguno para conseguir fragmentos del emblema con el que abriremos una de las ¨²ltimas puertas antes del enfrentamiento final con el malvado Albert Wesker, pero en ocasiones nos bastar¨¢ con poner pies en polvorosa y dejar atr¨¢s a nuestros perseguidores. Durante el encuentro final deberemos esquivar los ataques de nuestro archienemigo, a sabiendas de que carecemos de la fuerza f¨ªsica necesaria para derrotarle, y conociendo incluso el desenlace de nuestro combate. Hemos echado en falta alguna cinem¨¢tica in¨¦dita que contextualice mejor el relato, y de hecho ni siquiera est¨¢ presente la charla final entre Ozwell. E. Spencer y Albert Wesker.

Ante este episodio a?adido a la ¨²ltima entrega de la saga zombi de Capcom experimentamos sentimientos encontrados. Porque es evidente que quien disfrutara del juego va a hacerlo de Perdido en un Mar de Pesadillas, y la calidad del producto es m¨¢s que evidente, pero m¨¢s que un ep¨ªlogo que viene a completar un vac¨ªo quiz¨¢s habr¨ªa sido interesante incorporar al juego original un pr¨®logo que hubiera colmado las expectativas de los grandes fans de Jill Valentine, que lamentaron no poder contar con ella como personaje jugable del modo historia y que vieron una compa?era sustituta para Chris que no era aquella junto a la cual hab¨ªan empezado a amar la saga. Adem¨¢s, la duraci¨®n de este cap¨ªtulo a?adido es bastante variable. Mientras que para descubrir todos los secretos, hallar todas las referencias veladas a personajes importantes de la franquicia, vencer a todos los enemigos (que de hecho son un mismo monstruo, todo el rato) y completar la historia con la m¨¢xima calificaci¨®n en el modo Veterano nos har¨¢n falta, como m¨ªnimo, un par de horas, si optamos, en cambio, por rehuir los enfrentamientos, recoger ¨²nicamente aquellos tesoros que nos vayamos encontrando y jugar la aventura en modo Aficionado, habremos terminado en poco m¨¢s de veinte minutos, lo que a todas luces se nos antoja, pese a lo intenso de la aventura, como una adici¨®n de extrema brevedad.

Es cierto, por supuesto, que este a?adido modesto al modo historia no llega solo, y que incorpora una variaci¨®n del modo Mercenarios, en la que vamos a encontrar a nuevos personajes. De momento han sido incorporados Excella Gione, de la compa?¨ªa farmac¨¦utica Tricell, y Barry Burton, del equipo de seguridad de ¨¦lite S.T.A.R.S. Pero conviene aclarar que mientras que su presencia revela un par de fichajes bastante interesantes con los que disfrutar de un modo tan trepidante en solitario como en modo cooperativo, por lo dem¨¢s, este modo es casi id¨¦ntico al que encontr¨¢bamos en el juego f¨ªsico. En algunos escenarios encontraremos enemigos que no estaban antes en ese nivel, pero ah¨ª terminan las novedades. Descubriremos tambi¨¦n que el fondo de armario de nuestros protagonistas es de lo m¨¢s pintoresco. Preparaos para conocer los trajes nuevos de Chris y Sheva: Veremos a Redfield caracterizado como un raro guerrero que parece salido de Mad Max III - M¨¢s All¨¢ de la C¨²pula del Trueno o con su equipamiento 'heavy metal', con protecciones defensivas, tatuajes y ametralladora gatling. Sheva lucir¨¢ tipo con su vestimenta de secretaria y su espectacular caperuza de cuento de hadas.

Con todo, justo es reconocer que estamos ante un producto muy disfrutable, que tiene el encanto de transportarnos a un entorno que recuerda poderosamente el escenario de las primeras aventuras de la franquicia, y protagonizado por la pareja protagonista de la primera entrega. Adem¨¢s, el precio de las descargas es bastante ajustado, por lo que el enojo que comporta habitualmente el lanzamiento de nuevos contenidos en forma de fasc¨ªculos coleccionables, previo paso por caja, en este caso no ser¨¢ excesivo... Siempre que obviemos que quien desee en Espa?a jugar estos episodios a?adidos deber¨¢, forzosamente, adquirirlos en su versi¨®n descargable, ya que Resident Evil: Gold Edition no ser¨¢ puesto a la venta en formato f¨ªsico, como s¨ª suceder¨¢ en otras latitudes. Lo que supone, sin duda, un agravio comparativo que cabe lamentar y que resulta inexplicable.