Drawn to Life: Reinventa tu mundo
Se creativo
El Libro del Creador ha desaparecido. Nadie sabe d¨®nde est¨¢. Con ¨¦l se pierde la posibilidad de crear nuevos objetivos en el mundo, mientras que se pierden otros robados por una figura desconocida para los habitantes de Raposa, el entra?able pueblo que debemos salvar de una amenaza invisible. Planet Moon trae por primera vez su peculiar sistema de juego a Wii en la secuela del exitoso Drawn to Life, que pese a su madurez no alcanza el nivel de calidad del que hac¨ªa gala su antecesor.
Cuando 5th Cell lanz¨® al mercado su primera obra de calibre en el panorama de las port¨¢tiles, de una forma u otra se acu?¨® una nueva forma de jugar que tantos otros t¨ªtulos ya hab¨ªan abordado en el pasado sin el mismo ¨¦xito. Todav¨ªa no se explica el ¨¦xito masivo que obtuvo el juego a nivel global, convirti¨¦ndose en una de las referencias m¨¢s visitadas por los lectores de esta revista. Decimos que no se explica no por la calidad que atesoraba el cartucho -que de sobra justifica cualquier atenci¨®n medi¨¢tica-, sino por la total ausencia de publicidad que le ha rodeado. THQ fue inteligente al vender el juego por unos m¨®dicos 10€ en la pasada campa?a navide?a junto a otro de la casa, Lock's Quest, igual de bueno pero esta vez centrado en una estrategia m¨¢s adulta.
Con el paso del tiempo, el Drawn to Life original que conocimos en Nintendo DS ha ido perdiendo fuelle, aunque conserva la esencia original. Son varias las propuestas que han buscado seguir los pasos de esta obra, l¨¦ase el caso de Max and the Magic Marker, que copia ¨ªntegramente el sistema de la franquicia invitando al jugador a dibujar los trazos de diversos objetos que nos deben ayudar a superar los obst¨¢culos que presenta un mundo ¨ªntegramente dise?ado en 2D. Explicar el mecanismo de un juego es hacerlo tambi¨¦n sobre el otro: as¨ª funciona esta industria, que al igual que tantas otras no tiene reparo alguno en mirar hacia la competencia para aprender? Y copiar si es necesario.
El caso es que despu¨¦s de varias aventuras el sumun de 5th Cell se ha alcanzado con el popular Scribblenauts lo m¨¢s coherente era tomarse un peque?o descanso. Lo han hecho a su manera, cediendo el testigo del desarrollo de la secuela de Drawn to Life, denominada Reinventa tu mundo, a la compa?¨ªa Planet Moon, que despu¨¦s de trabajar en Giants: Citizen Kabuto, Armed & Dangerous y en Infected hab¨ªa abandonado la palestra de la actualidad para seguir trabajando en proyectos que por causas diversas nunca han acabado de cuajar en el mercado. La versi¨®n de Nintendo DS sigue estando en las manos de 5th Cell, pero en la sobremesa de la Gran N las cosas son bien distintas. Como se puede apreciar por la nota otorgada, esta adaptaci¨®n sabe jugar sus bazas, aunque no alcanza de ninguna forma el nivel de calidad de su antecesor.
El argumento no requiere una explicaci¨®n en profundidad por su escasa complejidad. Despu¨¦s de tener lugar los sucesos del Drawn to Life original, el pueblo de Raposa se enfrente una vez m¨¢s ante un peligro desconocido, que encuentra sus ra¨ªces en la desaparici¨®n del Libro del Creador, sin el cual es imposible que la vida siga creciendo. Un h¨¦roe estereotipado al que pone vida el jugador a los mandos del pad se encarga de aparecer en escena enviado desde las altas esferas de la deidad suprema, que contesta de esta forma las plegarias de su pueblo. Al final resulta que Zsasha, uno de los aldeanos del pueblo, es el principal sospechoso de la debacle que se ha desatado por la zona. Nuestro objetivo primigenio es, por lo tanto, salir a la jungla para buscar su escondite.
No se puede criticar el argumento, que encaja perfectamente con el estilo gr¨¢fico de la aventura, natural y desenfadado. Llama la atenci¨®n el dise?o que se ha realizado de los personajes secundarios que tratan de dar un m¨ªnimo sentido a la trama (sin acabar de conseguirlo): peque?os y regordetes, con una personalidad extremadamente infantil, encajan a la perfecci¨®n en el peculiar universo de Drawn to Life. Pueden presumir incluso de contar con una personalidad bastante marcada, con toques humor¨ªsticos que de cuando en cuando sacan una sonrisa del jugador, siempre y cuando sigamos la historia en vez de ignorarla para disfrutar de la parte verdaderamente importante de la jugabilidad, que obviamente es la exploraci¨®n.
El pueblo de Raposa es grande, en ¨¦l encontramos los cuatro mundos donde nos toca explorar siguiendo siempre misiones que los aldeanos nos otorgan. Bien sea encontrar la puerta que le han robado al pobre Isaac, propietario de la tienda donde posteriormente podremos comprar un amplio abanico de dise?os para cambiar la apariencia de nuestro personaje, entre otras posibilidades que comentaremos en profundidad m¨¢s adelante, o sencillamente ir en busca de cualquier otro objeto perdido que sea menester hallar por los alrededores. Tambi¨¦n ser¨¢ menester ir completando los objetos que han desaparecido para acceder a los secretos que esconde, por poner un ejemplo, el establo de la zona.
No obstante, el punto ¨¢lgido de la jugabilidad radica en la posibilidad de dibujar determinados objetos que han desaparecido del entorno. Al comenzar la partida por primera vez tendremos que crear un sol y una luna, adem¨¢s del planeta en s¨ª en el que vivimos. Aqu¨ª conocemos por primera vez el Editor, uno de los puntos m¨¢s importantes de la aventura. Tenemos a nuestra disposici¨®n una serie de herramientas de creaci¨®n que nada tienen que envidiar al famoso Paint que acompa?a a Windows -y que todo lector deber¨ªa conocer-. En ¨¦l encontraremos las opciones cl¨¢sicas de los editores de dibujo elementales: posibilidad de crear l¨ªneas rectas, curvas, rect¨¢ngulos, c¨ªrculos; una brocha gruesa o fina seg¨²n nuestras necesidades, todo con la idea de crear el entorno siguiendo los impulsos de nuestra imaginaci¨®n.
Todo pese a la posibilidad de ajustar la sensibilidad del puntero, que por defecto no permite precisi¨®n alguna. Alcanzar el nivel que presentan las plantillas es poco menos que una utop¨ªa; dibujar es demasiado complicado, se antoja inc¨®modo y a la larga lo m¨¢s coherente es utilizar los dibujos que vienen por defecto (que, adem¨¢s, lucen un aspecto enternecedor que va muy acorde con el entramado gr¨¢fico que presenta el juego). El uso del Editor va sujeto a los intereses del jugador: no es imposible crear dibujos agradables a la vista, pero como ya decimos el uso que Planet Moon le pretende dar poco o nada tiene que ver con las facilidades a las que nos atenemos en la edici¨®n de Nintendo DS. Es una l¨¢stima: la idea, pese a ser buena, no se ha sabido llevar a la pr¨¢ctica.
Se mire como se mire el Editor no deja de ser una herramienta secundaria -dentro de lo que cabe- a la hora de disfrutar de la parte que verdaderamente interesa en el juego. Despu¨¦s de crear a nuestro personaje (tenemos 3 dise?os que podemos utilizar cuando nos venga en gana) toca comenzar a descubrir el pueblo, o m¨¢s concretamente los mundos a los que viajamos para encontrar el Libro del Creador. La principal novedades que encontramos en el plano del dibujo reside en los peque?os cub¨ªculos azules que aparecen de vez en cuando en los escenarios, invit¨¢ndonos a dibujar sobre la marcha varias l¨ªneas que nos permitan seguir avanzando en el escenario. A priori hay dos tipos: los ?normales', de color azul que se sujetan por s¨ª solos, y los rojos, a los que les pesa la gravedad.
Es un punto a favor la inclusi¨®n de estas plataformas pese a que su uso por regla general no supone ninguna clase de rompecabezas para el jugador. De hecho, a lo largo de la aventura hay muy pocas situaciones que requieran experiencia alguna o que deban preocupar a los jugadores primerizos en materia de plataformas. La aventura se rige ¨ªntegramente en 2D, por lo que nuestra principal meta consiste en superar a los enemigos que aparecen por los escenarios (que apenas suponen amenaza alguna para el h¨¦roe) a medida que obtenemos monedas y objetos ocultos. Todo ello tratando de superar los escenarios en el menor tiempo posible. La vida ¨²til de cada fase no supera te¨®ricamente los 10 minutos. Por seis escenarios que conocemos en el primer mundo (habiendo un total de cuatro), la regla de tres habla de una duraci¨®n bastante considerable si queremos exprimir el 100 % del producto.
No obstante nos encontramos aqu¨ª con el mismo problema que coment¨¢bamos p¨¢rrafos atr¨¢s: la duraci¨®n es considerable, pero el nivel de dificultad es nulo. Reinventa tu mundo acaba por convertirse en una grata aventura en la que nuestra mayor preocupaci¨®n ha de ser recoger todos los objetos desperdigados por el escenario (en forma de monedas de distinto dise?o, cada cual m¨¢s complicada de adquirir), buscando siempre esa v¨ªa alternativa que esconde suculentas recompensas. A medida que avanzamos adquirimos nuevas habilidades (una cola de mano, garfios para poder colgarnos del techo?) que ampl¨ªan las posibilidades del juego. De hecho las fases en 2D son sin duda alguna una muestra inequ¨ªvoca del potencial que esconde este Drawn to Life, aunque parece que no se ha sabido explotar propiamente.
No se entiende el porqu¨¦ de esta terrible espera que hemos de protagonizar cada par de minutos de juego, como tampoco el lamentable uso que se le ha dado a las opciones multijugador del t¨ªtulo. Habr¨¢ pensado Planet Moon que, en un juego de estas caracter¨ªsticas, hab¨ªa que inventar algo para justificar que un amigo pueda participar en la aventura. Son cuatro los minijuegos que podemos disputar en el pueblo de Raposa: f¨²tbol, hockey, basket y voleibol, todos ellos igual de lamentables. Si al menos se pudiese afirmar que como m¨ªnimo logran entretener al jugador comprender¨ªamos su utilidad en este juego, pero teniendo en cuenta la paup¨¦rrima imagen que ofrecen tanto gr¨¢fica como a nivel jugable, francamente hubi¨¦semos preferido que se omitiesen por el bien del producto en general.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.