Br¨¹tal Legend
- PlataformaPS38.5PC
- G¨¦neroAventura, Acci¨®n
- DesarrolladorDouble Fine Productions
- Lanzamiento15/10/2009
- EditorElectronic Arts
Dios del Metal
Tim Schafer, excelso contador de historias que logr¨® su c¨¦nit en los tiempos de Lucas Arts y el SCUMM, vuelve a la primera plana con un homenaje al mundo del Heavy Metal. Guitarras legendarias, hachas desmembradoras, hordas de demonios y un h¨¦roe accidental en un torbellino de rock, humor, gore y lenguaje soez. Hell yeah!
Puede que a algunos no les suene el nombre que se esconde detr¨¢s de Double Fine Productions. Se trata de Tim Schafer y es un viejo conocido de todos aquellos que tenemos la desgracia de sumar ya una cierta edad en esto de los videojuegos. Y ciertamente, el apellido Schafer es sin¨®nimo de calidad y buen saber hacer indiscutible. En su haber se encuentran obras atemporales tales como Monkey Island, El d¨ªa del Tent¨¢culo, Grim Fandango o Full Throtle -si no los has jugado, ya tienes algo que hacer en las pr¨®ximas vacaciones-. Tas varios a?os de inactividad y con un desagradable conflicto por los derechos por el medio, esta semana se suma a su lista de genialidades un nuevo t¨ªtulo que presume de ser distinto a todo lo disponible; rendir pleites¨ªa al mundo del Heavy Metal de la forma m¨¢s irreverente posible.
Si tuvi¨¦ramos que juzgarlo por su turbulenta -casi truculenta- historia, pensar¨ªamos que este que hoy tenemos el placer de disfrutar, era un proyecto lastrado, pr¨¢cticamente abocado al fracaso. Y es que empez¨® su desarrollo en Vivendi para posteriormente, con la fusi¨®n, ser descartado por Activision Blizzard, que no confiaba en el tir¨®n rockero originado por Guitar Hero como garant¨ªa para acercar esta excentricidad en forma de hack & slash protagonizada por un Roadie, un simple t¨¦cnico de mantenimiento. M¨¢s tarde Electronic Arts, valiente esta vez, abrazar¨ªa el proyecto bajo EA Games hasta llevarlo al final de su desarrollo. En total m¨¢s de cuatro a?os de trabajo intenso ha gestado Schafer para alumbrar a su nuevo hijo predilecto.
Y todo con un desarrollo que parte de una idea fundamental que deber¨ªa ser la base en la producci¨®n de videojuegos: lo primero es divertir. M¨¢s all¨¢ de artificios gr¨¢ficos -donde no destaca especialmente y casi se puede decir que es su tal¨®n de Aquiles- o vueltas de tuerca en el terreno jugable, lo principal aqu¨ª ha sido conseguir que una vez que con el mando en las manos, el tiempo pase m¨¢s deprisa y una extra?a sonrisa de felicidad se dibuje en nuestras caras. Gracias esto ¨²ltimo tambi¨¦n a la colaboraci¨®n de Jack Black, rockero confeso y practicante, y a Santiago Segura, que algo de su salero ha puesto en la edici¨®n espa?ola.
Brutal Legend alcanza su objetivo en primer momento con su historia y ambientaci¨®n, delirantes a m¨¢s no poder. No encarnamos a un virtuoso guitarrista, o al l¨ªder de una banda, ni siquiera a un cantante. Somos un ?pipa', un simple encargado de mantenimiento de un grupo emo-hippy rock moderno. De esos que a los buenos rockeros nos hacen rasgarnos las vestiduras. El nombre es Eddie Riggs y es uno de los de antes, de la vieja escuela. De los de brazaletes de tachuelas, chupas de cuero y largas melenas. Es el mejor en su trabajo y sabe vivir en un necesario segundo plano. Este hecho consigue dotar de una profundidad inesperada al argumento de Br¨¹tal Legend, dando un trasfondo sobre el sacrificio y la modest¨ªa.
Este hecho, m¨¢s all¨¢ de convertirse en una tragedia, es el inicio de una aventura alucinante en la que reina un humor -negro en muchos casos-, momentos delirantes que recuerdan al Schafer m¨¢s Fandangoniano y la acci¨®n m¨¢s salvaje. Las dosis de risas son responsabilidad, a partes iguales, del gui¨®n de Tim Schafer y de la interpretaci¨®n de Jack Black en el papel de Eddie. El actor norteamericano consigue dotar de una expresividad casi sin rival en esta industria al personaje principal, consiguiendo que incluso el m¨¢s leve arqueo de cejas logre arrancarnos una buena carcajada. En la versi¨®n espa?ola, Eddie sigue siendo el mismo actor en lo referente a su imagen, pero cuenta con la voz de Santiago Segura. Un movimiento sorprendente que a priori parece no ?pegar', pero acaba resultando una elecci¨®n adecuada. Tampoco debe olvid¨¢rsenos la incursi¨®n que con Isi/Disi Segura realiz¨® en el g¨¦nero metalero.
El mejor ejemplo es el toque de estrategia en tiempo real que se a?ade a pr¨¢cticamente todas las batallas. Y es que poco despu¨¦s de empezar la historia principal, tendremos que liberar a un peque?o ej¨¦rcito de grupies melenudos y descerebrados. Estos no dudar¨¢n un instante en acatar nuestras ¨®rdenes sea quien sea el enemigo. El control es solvente, dejando las limitadas (pero suficientes) posibilidades estrat¨¦gicas siendo controladas con el pad digital. Es un brillante giro, que adem¨¢s nos deja vivir las batallas desde dentro. Cosa que pocos juegos de estrategia pueden permitirse.
Pero tambi¨¦n hay solos de guitarra escondidos por el mundo. Nuevos poderes secundarios que har¨¢n nuestro camino m¨¢s f¨¢cil (habilidades para nuestros grupies, ataques derrite-caras?). La manera de realizar este tipo de habilidades es pulsar el gatillo izquierdo y seleccionar el solo que queremos tocar. Tras esto se despliega un minijuego casi al estilo Guitar Hero. Pulsar los botones en el momento apropiado conlleva la recompensa propia de la habilidad que hemos elegido. Y sobre los combos, Guitarra y Hacha son un buen complemento, pudiendo alternar golpes con rayos o fuego de la Guitarra, as¨ª como m¨¢s adelante, recibir la ayuda de la aut¨¦ntica 'maiden' de Riggs, para realizar movimientos especiales de forma cooperativa.
Todo esto suena fenomenal, y resulta de lo m¨¢s divertido. Pero por desgracia no es oro todo lo que reluce bajo las brillantes guitarras. El mayor punto negro que hemos observado es la imposibilidad de Eddie Riggs de saltar en cualquier direcci¨®n. Esto nos ha hecho que quedarnos atascados entre las rocas m¨¢s de una y dos veces, y adem¨¢s, limita ligeramente los combos -algunos de ellos tienen movimientos donde Riggs salta autom¨¢ticamente- y transmitir¨¢ incomodidad a algunos jugadores. Por suerte el sistema de guardado es tan eficiente que no hemos tenido que retroceder demasiado para llegar al punto en el que nos encontr¨¢bamos.
Otro lunar en su historial es cierta falta de claridad en las explicaciones de las misiones (23 principales y 30 secundarias), con lo que se puede llegar a dar momentos en los que consigamos acabar con el ej¨¦rcito enemigo, pero a¨²n con esas perdamos la batalla. Estos momentos no son demasiados, pero suficientes para empa?ar un m¨ªnimo un juego brillante, que se controla a las sin lastres y consigue divertir de principio a fin. Cierto es que no ser¨¢n un n¨²mero demasiado elevado de horas (sobre todo yendo al grano), pero son suficientes para sentirnos compensados por el desembolso realizado.
En el apartado sonoro no hay ninguna pega que ponerle. La ambientaci¨®n es pr¨¢cticamente perfecta y el doblaje, aunque inferior a la versi¨®n original, est¨¢ realizado con cierto gusto y buen hacer como pod¨¦is comprobar en el video aqu¨ª abajo. La banda sonora merece una menci¨®n aparte, sobre todo si somos fans del heavy metal. Incluye desde grupos como Megadeth, Manowar, Dragonforce, Kiss, o Judas Priest hasta completos desconocidos, sin olvidarnos del propio grupo de Jack Black, Tenacious D. Aqu¨ª pod¨¦is echar un ojo a la tracklist completa.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.