LostWinds: Winter of the Melodias
- PlataformaWii9
- G¨¦neroPlataformas
- DesarrolladorFrontier Developments
- Lanzamiento09/10/2009
- TextoEspa?ol
- EditorFrontier Developments
Divina melod¨ªa
Despu¨¦s de protagonizar una de las aventuras m¨¢s loadas que WiiWare ha parido hasta la fecha, Frontier regresa con una secuela que mejora pr¨¢cticamente en todos los aspectos a su antecesor sin menospreciar el aspecto art¨ªstico ni la jugabilidad. Lo probamos en Londres y las sensaciones no pudieron ser mejores: ahora aparece en Europa para que todos los usuarios puedan disfrutar, por un m¨®dico precio, de uno de los t¨ªtulos que mejor aprovecha los recursos del servicio digital de Nintendo.
Cansados de consumir siempre productos que apenas difieren entre s¨ª, en Frontier Development decidieron probar con un formato nuevo. El estudio afincado en Reino Unido cuenta con la suerte de haber desarrollado uno de los primeros t¨ªtulos destacados del servicio online de WiiWare, que hasta hace bien poco estaba a¨²n en plena fase de maduraci¨®n, as¨ª como tambi¨¦n el m¨¢s vendido en Estados Unidos y Europa. Al menos as¨ª lo afirmaba David Braben hace pocas semanas en Londres, durante la muestra del cat¨¢logo que el servicio de Nintendo lucir¨¢ en los pr¨®ximos meses. Fue precisamente en este privilegiado evento donde hubo ocasi¨®n de charlar con el productor sobre las novedades del juego, las propuestas que se hab¨ªan barajado para su continuaci¨®n, expectativas, etc¨¦tera.
Toda la informaci¨®n que se pudo extraer de esta escueta entrevista quedaba plasmada en las primeras impresiones que esta revista publicaba sobre LostWinds: Winter of the Melodias, donde fueron los propios usuarios los que reivindicaban por en¨¦sima vez la falta de publicidad que se le ha dado al t¨ªtulo original. Todo hac¨ªa pensar que la secuela iba a seguir los pasos de su antecesor en cuanto a la popularidad se refiere: es dif¨ªcil comprender c¨®mo un t¨ªtulo que atesora tal nivel de calidad nunca ha contado con un apoyo coherente por parte de la prensa especializada, pero ya conocemos el funcionamiento de la industria. Pese a quien pese, la obra de Frontier es, por su propia concepci¨®n, un buen ejemplo de c¨®mo el arte puede fusionarse con la diversi¨®n sin menospreciar otros aspectos esenciales en un videojuego.
As¨ª fue como LostWinds obtuvo calificaciones que todav¨ªa hoy muchos t¨ªtulos punteros del servicio no han logrado superar. Las mayores cr¨ªticas de la primera aventura del peque?o Toku ten¨ªan mucho que ver con la escasa duraci¨®n del la aventura y su nula capacidad rejugable, caracter¨ªsticas que desgraciadamente comparte en esta secuela, donde el protagonista tiene como principal objetivo encontrar a su madre, desaparecida sin motivo aparente, as¨ª como salvar al pueblo de Melod¨ªa de un invierno perpetuo . Riveren, el personaje que descubrimos en el pr¨®logo de la aventura, descubre un misterioso artefacto que sume en el hielo todo cuanto tiene (o ten¨ªa) valor en su vida.
Durante el pr¨®logo tenemos ocasi¨®n de conocer a Magmok, el coloso que nos acompa?a por las monta?as rocosas que a su vez sirven como introducci¨®n para hacernos con los fundamentos del sistema de control. Primero tendremos que volver a hacer uso de Enril, el peque?o esp¨ªritu del viento que da forma a la mec¨¢nica jugable y que de este momento en adelante se convierte en el aut¨¦ntico protagonista del cambio que est¨¢ a punto de experimentar el pueblo donde transcurre la historia. Esta vez LostWinds se centra m¨¢s en los puzles, que ahora cuentan con un nuevo aliado que engrandece el juego en todos los sentidos, tanto por la parte jugable (por las posibilidades que ofrece de cara a la aventura) como a nivel t¨¦cnico, donde Winter of the Melodias descubre su aut¨¦ntico potencial.
Hablamos, obviamente, de la posibilidad (o de la obligaci¨®n, mejor dicho) de alternar entre dos estaciones, verano e invierno, para solventar puzles y otros impedimentos que surgen en nuestro camino. Al margen de la historia, que ya se conoc¨ªa por la informaci¨®n que Frontier hab¨ªa desvelado como trasfondo para conocer m¨¢s sobre este Winter of the Melodias, las novedades que vemos en esta secuela apuntan directamente a la jugabilidad. En primer lugar, se han corregido algunas molestias en el sistema de control, que no permit¨ªan ser todo lo precisos que debi¨¦ramos a la hora de realizar los movimientos m¨¢s comprometidos. En segundo, nuevos movimientos debemos efectuar haciendo uso del sensor de movimiento de la consola.
Cuando abandonamos el preludio entramos de lleno en el mundo de Mistralis, que aparece retratado ¨ªntegramente como una villa sumida en el hielo. El hecho de encontrar a Enril nos permite realizar los movimientos b¨¢sicos de la aventura, que b¨¢sicamente pasan por saltar e impulsarnos de un lado a otro haciendo uso de los recursos que ofrece el viento. Desde mover objetos a derrotar enemigo, pr¨¢cticamente todo es posible siempre y cuando la situaci¨®n lo permita. Toku no soporta el fr¨ªo de la zona, motivo por el cual su energ¨ªa se va reduciendo paulatinamente a medida que transcurren los minutos. S¨®lo las torres prendidas con petr¨®leo garantizar algo de vitalidad hasta que, llegados a cierto punto, un compa?ero herrero nos otorga un traje con el que esta limitaci¨®n desaparece.
Puede que este sea el motivo principal por el que se ha a?adido un mapa con el que podemos orientarnos sin problemas, que adem¨¢s siempre indica el punto al que hemos de dirigirnos a continuaci¨®n. Esta faceta no estaba presente en el original, por lo que de un modo u otro se invitaba al jugador a protagonizar m¨¢s escenas basadas en la exploraci¨®n. En esta secuela se sigue la misma l¨ªnea salvando este punto. Explorar m¨¢s de la cuenta tampoco tiene recompensa alguna, por lo que b¨¢sicamente nos dedicamos a combatir a los enemigos que van apareciendo por doquier. Los nuevos dise?os nos obligan a estrujar la cabeza para averiguar c¨®mo sacarlos de en medio sin perder la vida en el intento.
Por lo dem¨¢s, la jugabilidad no abarca mucho m¨¢s terreno del anteriormente mentado. Lo m¨¢s interesante tiene relaci¨®n por lo tanto con el plano art¨ªstico, que se ha rejuvenecido para la ocasi¨®n, convirti¨¦ndose as¨ª en uno de los t¨ªtulos que mejor est¨¦tica lucen de cuantos hemos visto desfilar por la sobremesa de Nintendo. Como anotaci¨®n final, l¨¦ase la posibilidad de entablar conversaci¨®n con los personajes secundarios que aparecen dentro de las aldeas (siempre en sus respectivas chabolas), cada uno otorg¨¢ndonos una misi¨®n extra seg¨²n sus necesidades.
Ni con estas se alarga la duraci¨®n total del juego, que bien sea por motivos t¨¦cnicos (mucho se ha hablado de las limitaciones que Nintendo impone en este sentido) o sencillamente por falta de un argumento m¨¢s cohesionado apenas supera la de su antecesor. La dificultad tampoco ha aumentado, simplemente se ha aumentado el nivel de puzles que hemos de solventar, la gran mayor¨ªa basados exclusivamente en los cambios que se producen entre estaciones clim¨¢ticas. No nos podemos quejar de este aspecto teniendo en cuenta que pocos juegos son capaces de ofrecer m¨¢s en este sentido, aunque de igual manera echamos de menos disfrutar de la trama durante m¨¢s tiempo. Gran parte de culpa la tiene el incre¨ªble entramado gr¨¢fico, que ha jugado un papel esencial a la hora de diferenciar LostWinds de la competencia.
Es extremadamente sencillo describir un motor gr¨¢fico bidimensional que funciona tan bien con aparentemente tan poco material. Tanto los escenarios como el trabajo que se ha realizado en materia de personajes (principales y secundarios) como en cuanto se refiere a los efectos lum¨ªnicos que presenciamos a lo largo y ancho de la aventura son motivo suficiente para justificar acceder hasta las ¨²ltimas pantallas, donde el espect¨¢culo es a¨²n m¨¢s soberbio si cabe.
Hasta la m¨²sica comporta este buen hacer. Las melod¨ªas que nos acompa?an durante la aventura se amoldan a las circunstancias que estemos viviendo. Durante los combates cambia el registro, as¨ª como cada vez que tenemos que entablar una conversaci¨®n importante o durante los momentos m¨¢s emotivos del argumento. A nivel t¨¦cnico LostWinds: Winter of the Melodias es el juego m¨¢s trabajado de WiiWare sin discusi¨®n alguna. Se puede criticar la mec¨¢nica, que no ha de gustar a todos los jugadores por necesidad imperiosa, pero no el trabajo que Frontier ha realizado en el plano gr¨¢fico, donde han vuelto a poner de relieve la imaginaci¨®n y el buen hacer que de momento les ha caracterizado en todas sus obras.
Excelente
Un t¨ªtulo referente en su g¨¦nero, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutar¨¢s de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en cl¨¢sico con el paso de los a?os. C¨®mpralo sin pesta?ear.