Star Wars The Clone Wars: H¨¦roes de la Rep¨²blica
- Plataforma3605
- G¨¦neroAventura, Acci¨®n
- DesarrolladorKrome Studios
- Lanzamiento09/10/2009
- EditorLucasArts
Todav¨ªa un joven padawan
Las Guerras Clon vuelven al mundo de los videojuegos, con un cap¨ªtulo intermedio entre temporadas de la serie de animaci¨®n. Carisma, personajes cl¨¢sicos y algunos detalles interesantes que, desgraciadamente, no terminan de explotarse en el c¨®mputo general del juego.
De cuantas licencias hay en el mundo del entretenimiento, en todas sus vertientes posibles, pocas pueden presumir de contar con una longevidad semejante a la de Star Wars. Desde el estreno de la ya m¨ªtica pel¨ªcula de George Lucas, la leyenda no hizo m¨¢s que crecer con m¨¢s filmes, c¨®mics, novelas, series de animaci¨®n, videojuegos, merchandising? En los ¨²ltimos a?os, ha ido cobrando cada vez m¨¢s fuerza una subsaga del argumento, las llamadas Guerras Clon en las que se basaron las series de animaci¨®n del mismo nombre, al tiempo que ve¨ªan la luz las ¨²ltimas entregas cinematogr¨¢ficas. La aceptaci¨®n de dicha serie acab¨® impulsando el estreno de una pel¨ªcula de animaci¨®n por ordenador, y siguiendo la est¨¦tica de dicha encarnaci¨®n, nos llega ahora una nueva adaptaci¨®n jugable.
Star Wars: The Clone Wars: H¨¦roes de la Rep¨²blica no es la primera obra basada en esta sublicencia del universo Star Wars, pero tampoco destaca por haber aprendido de los errores del pasado y ofrecernos la experiencia definitiva de las Guerras Clon. No se le puede negar que tiene virtudes y una cierta capacidad de diversi¨®n, pero en Xbox 360 y PlayStation 3 no consigue estar al m¨ªnimo indispensable; Krome Studios sigue sufriendo con las consolas de alta definici¨®n, tal y como demostraron sus mejorables Viva Pi?ata: Party Animals y Hellboy: The Science of Evil. Al ser este un t¨ªtulo multiplataforma que ve la luz tambi¨¦n en PS2, PSP y Wii, el acabado en alta definici¨®n deja m¨¢s sombras que luces, ya que se antoja un t¨ªtulo de la generaci¨®n pasada.
Sin grandes alardes, no obstante, todo se reduce a que intentaremos detener las maquinaciones de un asesino tecnol¨®gico, enfrent¨¢ndonos al cazarrecompensas Cad Bane, a Kul Teska y al mism¨ªsimo Conde Dooku. Tendremos abundantes secuencias de v¨ªdeo, narr¨¢ndonos los entresijos de este complot, pero lo cierto es que se antojan un tanto intrascendentales, limit¨¢ndonos a curiosidades que, al intentar mantenerse siempre dentro del cuadro de las temporadas televisivas, no se arriesga y no va m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente necesario para cumplir su papel. En cierto modo, es un regreso a los videojuegos de anta?o: un argumento excusa a partir del cual divertirnos enfrent¨¢ndonos contra todo enemigo que salga en pantalla, atravesando complejas plataformas y procurando llegar con vida al final del nivel.
Esta teor¨ªa, si bien resulta prometedora sobre el papel y durante los primeros momentos de juego creemos que puede llegar a ser as¨ª, acaba cayendo un poco en saco roto, dado que el caos provoca que no resulte tan divertido como podr¨ªa. H¨¦roes de la Rep¨²blica est¨¢ pensado para ser un juego para toda la familia, y eso le hace bastante da?o: intenta ser Lego Star Wars, y se queda con una importante p¨¦rdida de identidad, a medio camino de ninguna parte. La base del juego es cooperativa, con dos personajes siempre en pantalla, ya sea controlados por dos jugadores o bien uno controlado por la m¨¢quina (aunque este bien podr¨ªa no estar presente, dado que no hace pr¨¢cticamente nada); en el primer caso, la colaboraci¨®n para superar los puzzles y combates es muy de agradecer, aunque en el segundo lo haremos todo nosotros mismo y resulta un poco desesperante.
Siguiendo la ideolog¨ªa Lego, de un cap¨ªtulo para el siguiente cambiaremos de personajes, seg¨²n el acontecimiento que se nos narre. Esto en Lego Star Wars funcionaba porque todos conoc¨ªamos tan bien el argumento en cuesti¨®n que no necesit¨¢bamos m¨¢s para saber qu¨¦ est¨¢bamos presenciando y haciendo; aqu¨ª no funciona, porque da una ligera sensaci¨®n de inconexi¨®n entre fases, y dado que hay personajes con distinta jugabilidad, durante casi la mitad del juego nos da la sensaci¨®n de que estamos ante un tutorial constante, que no parece tener fin. Y es que el bueno de Yoda no se cansa de darnos consejos sobre nuevos movimientos, t¨¢cticas de combate, ideas a tener en cuenta en el siguiente tramo de juego; para ello, detiene la acci¨®n, en ocasiones cuando estamos en medio de un combate.
En total son algo m¨¢s de 30 fases, ambientadas en entornos conocidos de la serie de televisi¨®n, como Ryloth o grandes naves de guerra de la Rep¨²blica. A lo largo de estos niveles, podremos seguir las andanzas de Anakin Skywalker, Obi-Wan Kenobi, Ahsoka Tano, Mace Windu, Kit Fisto, Aayla Secura, Luminara Unduli, Plo Koon, el capit¨¢n Rex, el comandante Cody, el comandande Gree, el comandande Bly, Ponds, el sargento Boomer, el Sargento Kano y el soldado Switch. No obstante, tambi¨¦n habr¨¢ otros personajes importantes que se dejar¨¢n ver, como Padme Amidala, Asajj Ventress o el General Grievous. No se puede negar la muy adecuada y precisa recreaci¨®n de todos estos personajes, de la cual hablaremos en el apartado t¨¦cnico del juego.
Seg¨²n el personaje que controlemos, la jugabilidad ser¨¢ diferente. Los Jedi tienen doble salto (as¨ª como movimientos r¨¢pidos de esquiva, o para deslizarse por aberturas), ataques con el sable l¨¢ser y uso de la fuerza. Podr¨¢n subirse a droides y controlarlos, un movimiento que requiere una precisi¨®n rid¨ªcula y que se vuelve pr¨¢cticamente obligatorio para poder avanzar; a cada poco tendremos que buscar un robot que pueda romper una pared que nos bloquea el paso. La fuerza, por su parte, se limita a activaci¨®n de palancas, apertura de puertas met¨¢licas y empujones, dej¨¢ndonos con la sensaci¨®n de que podr¨ªa haberse explotado mucho mejor esa habilidad Jedi. En algunas fases, los Jedi pueden montarse en artefactos droides voladores, debiendo jugar como si de un shoot'em up de la vieja escuela se tratase.
Por su parte, los clones tienen un sistema de juego radicalmente distinto. No saltan, pero pueden rodar para buscar una cobertura, agacharse para disparar, y cuentan con un completo arsenal de armas. Para disparar con el arma b¨¢sica, podremos utilizar el gatillo o bien el anal¨®gico derecho, determinando la direcci¨®n concreta en la que queremos disparar. Tambi¨¦n podremos lanzar granadas, marcando la trayectoria de la misma (bastante imprecisa por lo general, explotando al chocar ante cualquier cosa y siendo s¨®lo efectivas si aciertan de lleno), y con armas adicionales como lanzagranadas; tambi¨¦n tendr¨¢n niveles a bordo de AT-RT, y tendr¨¢n minijuegos a la hora de hackear ordenadores y paneles. Las primeras veces, el cambio radical de ritmo y din¨¢mica de juego resulta demasiado confusa, aunque con el tiempo nos acostumbraremos a todas las variantes.
A fin de cuentas, y pese a la variedad de din¨¢micas y personajes, los niveles acaban resultando pr¨¢cticamente siempre iguales, repetitivos y aburridos. Esto se debe a varios factores importantes; en primer lugar, que los enemigos son constantemente los mismos, con una variedad demasiado escasa. Tampoco ayuda el dise?o de niveles, demasiado ca¨®ticos y confusos, con giros de c¨¢mara inesperados y la inc¨®gnita en varias ocasiones de si ese camino ser¨¢ el que debemos seguir o no, ya que un giro brusco en el ¨²ltimo momento nos indica otra direcci¨®n. Por culpa de este dise?o, los momentos de plataformas son demasiado imprecisos, con toques de duda ante el qu¨¦ hacer llegados a un momento determinado.
La falta de precisi¨®n es clave de cara a todo momento en el que intentemos saltar, ya sea a una plataforma, un saliente o bien un droide. Deberemos ser milim¨¦tricos en nuestro salto, o fallaremos y caeremos al vac¨ªo; o peor a¨²n, en vez de balancearnos por los postes, nos subiremos a ellos, vi¨¦ndonos avocados a caernos en alg¨²n momento al no estar avanzando como se espera que lo hagamos. El hecho de no poder morir nunca convierte el juego en un paseo, ya que al igual que en los Lego volvemos a aparecer al lado de donde perecimos; el ¨²nico motivo para dejar la partida es el aburrimiento, nunca el quedarse atascados o el encontrarnos con una inexistente pantalla de Game Over. En los niveles deberemos recoger orbes azules que hacen las veces de monedas que luego podremos invertir para comprar mejoras de diverso tipo (combate, manejo de droides, o incluso la adquisici¨®n de m¨¢scaras para nuestro personaje); destacan los minijuegos que nos encontraremos en el mapa, una competici¨®n de puntos entre los personajes que no afecta al avance de la historia.
Las animaciones son indignas, y la c¨¢mara bastante mala, con la infame costumbre de situarse en el peor ¨¢ngulo posible para calcular nuestros saltos y comprender hacia d¨®nde debemos avanzar, incluso tap¨¢ndonos en ocasiones a los enemigos fuera de la pantalla. Afortunadamente, el apartado sonoro s¨ª que est¨¢ al m¨¢s alto nivel, como cabr¨ªa esperar de un t¨ªtulo basado en la franquicia Star Wars. Se reutilizan abundantes efectos de sonido y melod¨ªas, por lo que en todo momento nos sentimos dentro del universo en el que se ambienta el juego, logrando una gran inmersi¨®n. Adem¨¢s, est¨¢ perfectamente doblado al espa?ol, repitiendo las voces de la serie y pel¨ªcula que sirven como base a este H¨¦roes de la Rep¨²blica. Un gran trabajo de profesionales que se agradece mucho.
A nivel jugable, pese a que el mando de por s¨ª tiene un tiempo de respuesta adecuado, en pantalla todo resulta ca¨®tico e impreciso. Controlando artefactos voladores, nos perderemos constantemente por culpa del peque?o tama?o, la c¨¢mara y el constante fluir de enemigos id¨¦nticos a nosotros. Los momentos de plataformas est¨¢n descompensados, con algunas que atraen al personaje como un im¨¢n y otras que parecen de acceso imposible; del mismo modo, el control de los droides se antoja innecesario y complejo. Adem¨¢s, la din¨¢mica acaba resultando demasiado repetitiva y acaba aburriendo, sobre todo por el constante cambio de control seg¨²n los personajes que tengamos a nuestra disposici¨®n.
El juego es relativamente largo, y adem¨¢s cuenta con el juego cooperativo para darle una mayor longevidad; no obstante, tampoco ofrece grandes alternativas m¨¢s all¨¢ del modo de juego b¨¢sico. Es posible rejugar los niveles, y tenemos los peque?os enfrentamientos en medio de los mismos, as¨ª como la mejora de habilidad y el conseguir las mejores puntuaciones; pero no es nada que deje realmente satisfechos.
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejar¨¢ huella. S¨®lo recomendable en caso de sequ¨ªa de este g¨¦nero de juegos.