Mario y Luigi regresan a Nintendo DS con la tercera parte de la saga de RPGs que iniciaron con "Superstar Saga". Pero ahora las cosas hancambiado: no son los protagonistas. Atrapados en el cuerpo de Bowser, ser¨¢ ¨¦ste, el n¨¦mesis de Mario, el personaje principal de la aventura. Y con esta decisi¨®n encontramos uno de los mejores t¨ªtulos del sistema. Te lo descubrimos.
El secreto de su ¨¦xito resid¨ªa a una suma de factores, un equipo de trabajadores eficiente, enamorado de su trabajo, capaz de cuidar y mimar su obra hasta l¨ªmites obsesivos: la gente de Squaresoft recogi¨® lo sembrado por Miyamoto y le dio no vida, pero s¨ª alma. Profundidad, una tercera dimensi¨®n. Aquel juego, Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars, nunca lleg¨® a Europa (si bien desde hace meses se encuentra en la Consola Virtual de Wii). Los fans ped¨ªan (ped¨ªamos) otro m¨¢s, otra aventura de Mario profunda, que explotase un universo que parec¨ªa simple, pero que era en realidad profundo, apasionante. Tard¨® en llegar, pero en 2000 apareci¨® en Nintendo 64 el excelente Paper Mario. Tres a?os m¨¢s tarde, se presentar¨ªa la revoluci¨®n en formato port¨¢til: Mario & Luigi Superstar Saga.
Cuatro a?os ha tardado AlphaDream en proporcionarnos la tercera obra, la que cierra una trilog¨ªa maestra, de una calidad sin igual. Una que deja en evidencia a casi cualquier franquicia port¨¢til dentro del g¨¦nero (a la espera de ver si Golden Sun DS consigue arrebatarle este m¨¦rito), pues con Mario & Luigi: Viaje al centro de Bowser, lo que tenemos entre manos no es un simple 'm¨¢s de lo mismo', sino un t¨ªtulo que se graba con letras doradas en la historia de la consola, un producto tan cuidado y perfectamente dise?ado que casi da pena hablar de ¨¦l como 'un lanzamiento m¨¢s' en una semana en la que Nintendo DS recibe, el mismo d¨ªa (9 de octubre) dos juegazos de la talla de Scribblenauts y Kingdom Hearts 358/2 Days. Ninguno de los dos alcanza la calidad de la tercera obra de AlphaDream protagonizada por los Mario.
El gui¨®n del juego no deja de dar vueltas, presentando as¨ª una colaboraci¨®n forzada entre Mario, Luigi y Bowser, controlando a los tres personajes a lo largo de la aventura y dejando para el recuerdo momentos delirantes. La historia es excepcional, particularmente hilarante, todo un logro que hace que la de 'Compa?eros en el tiempo' s¨®lo sea un juego de ni?os. Las situaciones planteadas son al mismo tiempo de una brillantez inaudita, algo que evidentemente va m¨¢s all¨¢ de los simples cuadros de texto. Donde todo se explota y se lleva al infinito es en el apartado jugable?
Habr¨ªa que aclarar que 'Viaje al centro de Bowser' no sacrifica los aspectos b¨¢sicos introducidos en las dos entregas previas de la serie, a pesar de los cambios jugables que aporta la premisa argumental. Seguimos estando ante una mezcla de avance con plataformas y jugabilidad de RPG: subimos de nivel, nos equipamos objetos, adquirimos habilidades, hablamos con personajes secundarios, combates por turnos, tenemos un gui¨®n definido, que avanza a dos bandas, etc¨¦tera. Los que no hayan jugado a sus antecesores encontrar¨¢n cosas 'raras' en esta tercera parte, principalmente las referidas a la mezcla de g¨¦neros: Una de las m¨¢s importantes es el control, adaptado al uso de los tres personajes principales.
Este ejemplo de interacci¨®n y/o colaboraci¨®n es habitual. El principio del juego nos pone a los mandos de Mario, que debe buscar a su hermano por el est¨®mago del reptil. Una vez que lo encontramos, toca seguir avanzando hasta que se advierte un extra?o saliente: golpe¨¢ndolo varias veces, Bowser -que estaba inconsciente- se despierta, pasando as¨ª a controlarle a ¨¦l, dejando a los Mario a la espera en la zona t¨¢ctil, siendo la pantalla superior donde observamos la aventura desde el punto de vista del villano reconvertido, contra su propia voluntad, en improvisado h¨¦roe. Para superar determinados puzzles deberemos alternar entre los diferentes personajes, habi¨¦ndose explotado especialmente esta caracter¨ªstica para conformar una aventura variad¨ªsima.
Lo que se mantiene invariable, tanto para Bowser -en el exterior- como para los Mario -en el interior del reptil- es un desarrollo puramente aventurero: no hay fases en un sentido literal, todo es un enorme, gigantesco mapeado por el que vamos avanzando como en un Zelda o cualquier otro t¨ªtulo de esta ¨ªndole, de la misma forma que en los dem¨¢s t¨ªtulos de la saga. Sobra decir que los tres personajes se compenetran de maravilla: a la velocidad e inteligencia de los hermanos, se le une -en contraste- la brutalidad de Bowser, compensando as¨ª su falta de luces: ¨¦l ser¨¢ el encargado de avanzar por el mapeado real, de romper rocas o quemar ¨¢rboles para progresar, as¨ª como derrotar a jefes de final de nivel realmente duros. ?Se ha recuperado el sistema de combates tradicional? Afortunadamente, s¨ª. Nada ha cambiado para mal, sino que se han a?adido suficientes cosas como para que lo que antes era notable ahora no tenga igual.
La primera t¨¦cnica que aprender¨¢n los Mario es coger un caparaz¨®n de tortuga y hacerlo rebotar sobre su enemigo, pas¨¢ndose la concha varias veces. Para realizar esta t¨¦cnica tenemos que ir pulsando A y B r¨ªtmicamente, funcionando m¨¢s como un minijuego, en lugar de suceder lo tradicional en el g¨¦nero: quedarnos mirando una secuencia animada y esperar al siguiente turno. Con Bowser pasa lo mismo: avanzando en la aventura, podr¨¢ utilizar a un ej¨¦rcito de goombas para lanzarlos contra su enemigo, lo que implica una pulsaci¨®n de varios botones.
'Viaje al centro de Bowser' es un RPG largo, duradero, profundo y al mismo tiempo perfecto para cualquier tipo de jugado. Unas veinte horas separan el inicio del final del juego, encontr¨¢ndonos una curva de dificultad perfecta, un mont¨®n de momentos memorables, puzzles bien llevados y ante todo una trama divertida, con gran sentido del humor. Todo en perfecto castellano, por supuesto.
9
Excelente
Un t¨ªtulo referente en su g¨¦nero, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutar¨¢s de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en cl¨¢sico con el paso de los a?os. C¨®mpralo sin pesta?ear.