[TGS] Dead Rising 2, Impresiones Coop

Que la prensa haya tenido que desplazarse desde el Makuhari Messe hasta la capital para probar DR2 se debe a las escenas grotescas con las que se ha ganado la calificaci¨®n +18 y que, obviamente, hubieran obligado a jugarlo en el recinto ferial en cabinas cerradas individuales, con la conseguiente espera y sudoraci¨®n que el asunto conlleva. Capcom ha preferido, pues, montar una fiesta reservando un local que ha llenado de televisores, luz y sonido para la ocasi¨®n, dando forma a un show memorable.

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El escenario principal del bar se ha convertido por unos instantes en un plat¨® de televisi¨®n americano, donde un orondo y escandaloso presentador t¨ªpico de programas de lucha libre ha emulado, acompa?ado de dos azafatas que quitaban el hipo, las escenas de presentaci¨®n de cada una de las pruebas que compon¨ªan el modo multijugador, el cual ya explicar¨¦ en detalle mas adelante. Antes que eso es obligatorio destacar la aparici¨®n de Kenji Inafune sobre el escenario, dando su versi¨®n de lo que han sido estos dos d¨ªas de TGS dedicados exclusivamente a prensa y empresas. En palabras del padre de Megaman: 'Este TGS est¨¢ siendo aburrido a m¨¢s no poder. D¨¢ndome una vuelta y viendo los juegos presentados, me he dado cuenta de que la industria japonesa lo tiene crudo para salir adelante. De todos modos, estoy aqu¨ª para mostraros que no todo est¨¢ perdido; Dead Rising 2 va a ser un gran juego.'

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Casi nada. La verdad es que los presentes no est¨¢bamos muy emocionados con lo que se esperaba ver del juego, sobre todo despu¨¦s de que Inafune confirmara que ¨²nicamente se mostrar¨ªa durante la velada el arriba mentado Terror is Reality. Excepto el tradicional borracho brit¨¢nico al que nunca le falta acreditaci¨®n para este tipo de fiestas de c¨¢tering libre y que se emociona solo, el resto no encontr¨¢bamos motivo a tal ataque de euforia de Inafune. Entonces el juego dio comienzo y empez¨® el festival de sangre y risas, y m¨¢s de uno comprob¨® por qu¨¦ Inafune ten¨ªa tanta confianza en lo que presentaba.

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Los jugadores se agrupaban de cuatro en cuatro, n¨²mero m¨¢ximo de participantes simult¨¢neos que soporta el juego. La primera prueba, Ramsterball, pon¨ªa a cada uno de los participantes de la carnicer¨ªa dentro de bolas de h¨¢mster gigantes en un escenario que parec¨ªa una mesa de pinball. El objetivo era cargarse de energ¨ªa con la que arrasar con todos los zombis desperdigados por el ¨¢rea de juego y sumar puntuaci¨®n chocando contra los elementos de la mesa. Si otro jugador impactaba con el que estuviera electrificado, la energ¨ªa pasaba a ¨¦l, posibilit¨¢ndole elevar su puntuaci¨®n hasta que otro jugador le tocara. El juego se convert¨ªa pues en una mezcla de pilla-pilla con pinball sanguinoliento. Decir que era divertido es quedarse corto.

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La segunda prueba ser¨ªa a¨²n mejor. Se llamaba Headhache y su planteamiento era tan absurdo como hilarante: los jugadores han de poner sombreros dinamitados a zombis y, cuando lo consideren oportuno, detonarlos con unos botones dispuestos a ambos lados de la jaula donde tiene lugar la prueba. Gana quien m¨¢s cabezas vuele, y la gracia del asunto est¨¢ en que los jugadores pueden reventar zombis del rival para sumar puntos a la vez que se le fastidian los planes al contrincante.

La tercera prueba, Pounds of Flesh, era la menos divertida de todas porque no permite compartir escenario con los rivales; solo se ven las puntuaciones que el resto va consiguiendo por su cuenta en una esquina de la pantalla. El jugador lleva encasquetada una cornamenta de alce afilada, que corta m¨¢s que un serrucho, y con la que tiene que embestir a los zombis que se plantan enfrente suyo para encalarlos en una plataforma que ir¨¢ midiendo el peso de la carnaza que se consiga apilar all¨ª a base de cornadas salvajes. Se trata de otro magn¨ªfico minijuego, pero le resta fuerza el hecho de no jugarse con los oponentes en el mismo escenario, como se ha dicho arriba.

La ¨²ltima prueba era el colmo de la masacre y el desenfreno: Slicecicles, que ten¨ªa como protagonistas a unas motocicletas con sierras mec¨¢nicas a sus lados, ideales para ir rebanando a todos los zombis que se pon¨ªan por delante en un vel¨®dromo que, al acabar la partida, parec¨ªa una piscina de sangre. La posici¨®n alcanzada en este minijuego es determinante para decidir el ganador de las cuatro pruebas, ya que el primer clasificado de este ¨²ltimo reto doblaba puntuaci¨®n y el ¨²ltimo la divid¨ªa entre entre dos. De esta manera, la emoci¨®n y el pique est¨¢n servidos siempre hasta el ¨²ltimo segundo.

El ganador del torneo result¨® ser un japon¨¦s, para sorpresa de Inafune, quien pensaba que con todos los americanos all¨ª congregados alguno de ellos acabar¨ªa llev¨¢ndose el gato al agua. O m¨¢s que gato, un cazadora exlusiva dise?ada por una marca motera nipona cuyo valor de mercado puede ser mareante, ya que solo existen dos originales sobre las que se fabricar¨¢n r¨¦plicas. Una de ellas, c¨®mo no, era la que vest¨ªa el mismo Inafune esa noche.

Del modo de juego principal habr¨¢ que esperar m¨¢s para conocer nuevos datos y ver m¨¢s im¨¢genes. Inafune promete que el protagonista podr¨¢ utilizar m¨¢s armas que nunca, alguna de ellas tan bestia como la doble sierra mec¨¢nica unida por un m¨¢stil que hemos podido ver en alguna que otra captura. Inafune se responsabiliza de la calidad final del producto, en el que est¨¢ volcando todos sus esfuerzos para que consiga ser un superventas tanto en Xbox 360 como en Playstation 3.

Aunque el desarrollo lo est¨¢ llevando a cabo una empresa canadiense, Blue-Castle Games, el creativo japon¨¦s est¨¢ siguiendo su evoluci¨®n muy de cerca desde su posici¨®n de productor, y garantiza que el juego no perder¨¢ los signos de identidad de la primera entrega. ?Significar¨¢ eso, sin embargo, que los zombis de Dead Rising seguir¨¢n siendo los m¨¢s lerdos y ap¨¢ticos de la historia de los survival horror? Sea como fuere, el modo multijugador, que es al fin y al cabo el que se ha podido probar esta noche, justifica por s¨ª solo dejarse los cuartos en esta comedia gore.