Wolfenstein
- Plataforma3607PS37PC7
- G¨¦neroAcci¨®n
- Desarrolladorid Software
- Lanzamiento28/08/2009
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
Sieg! Mein F¨¹hrer!
El partido Nazi gobern¨® Alemania y parte del mundo con mano dura durante el siglo XX y fue capaz, seg¨²n dicen, de desarrollar avanzas tecnolog¨ªas en sus bases m¨¢s ocultas. Raven Software retoma este mito b¨¦lico con la nueva entrega Wolfenstein. Para los pies paranormales al r¨¦gimen antes de que sea demasiado tarde.
Se dice que el r¨¦gimen Nazi fue capaz de crear armas que el ser humano de la primera mitad del siglo 20 jam¨¢s hubiera podido asimilar, que el tercer Reich estaba a punto de conseguir la tecnolog¨ªa de combate definitiva momentos antes de su derrota a manos de las tropas aliadas. Lo que cuenta oficialmente la historia, esos combates tradicionales y con vencedores y vencidos, queda para series como Call of Duty o Brothers in Arms; toda esta amalgama de sucesos paranormales, estramb¨®ticos y qui¨¦n sabe si hasta ciertos, se reservan para una conocida franquicia: Wolfenstein.
A la espalda de id Software, y con John Romero y Tom Hall a la cabeza, se desarroll¨® Wolfenstein 3D, primera entrega de esta licencia que nos puso en la piel de un agente de las fuerzas especiales de Norteam¨¦rica llamado William J. Blazkowicz. Tu misi¨®n, en aquel juego de comienzos de los noventa, fue clara: mata a tantos nazis como puedas y evita que contin¨²en realizando desagradables experimentos para crear todo tipo de criaturas. La violencia expl¨ªcita, la jugabilidad y la frescura convirtieron aquel videojuego en todo un referente dentro de la acci¨®n.
Return to Castle Wolfenstein, Activision Blizzard se al¨ªa con Raven Software para desarrollar un nuevo videojuego basado en esta conocida licencia. Los militares germanos de la etapa nacional socialista y sus aberraciones con forma de experimentos nos esperan en este juego de acci¨®n en primera persona para PC, Xbox 360 y Playstation 3. ?C¨®mo encajar¨¢ la franquicia en los tiempos que corren?
III Reich y otra dimensi¨®n
A mediados de la d¨¦cada de los cuarenta llegan tiempos dif¨ªciles para el III Reich. El r¨¦gimen nazi, capitaneado y dirigido por Adolph Hitler, est¨¢ a punto de caer derrotado en la Segunda Guerra Mundial. Los aliados estrechan el cerco a los ej¨¦rcitos del pa¨ªs germano, que pasa a creer que todo est¨¢ perdido. La ¨²nica soluci¨®n posible para solventar esta complicada situaci¨®n es recurrir a las malas artes del esoterismo y a la investigaci¨®n cient¨ªfica. Combinando ambos caminos quiz¨¢s consigan abrirse paso en esta batalla perdida.
Como manda la tradici¨®n de esta serie de videojuegos, durante la partida interpretaremos el papel del agente encubierto William J. Blazkowicz de la Oficina de Asuntos Secretos (OSA), quien deber¨¢ infiltrarse en un pueblo perdido de Alemania donde, al parecer, se est¨¢n llevando a cabo experimentos paranormales. Antes de pasar a la acci¨®n, observaremos c¨®mo en una cinem¨¢tica J. B. destruir¨¢ un nav¨ªo alem¨¢n apoy¨¢ndose en un extra?o artilugio con poderes sobrenaturales, cuyo origen nos embarcar¨¢ en esta investigaci¨®n.
Llegamos a la villa despu¨¦s de cruzar Alemania en tren y se nos informa sobre la posici¨®n de una mina alemana de la que se extrae el mineral que da fuerza al medall¨®n que encontramos en aquel barco. Lo primero que destaca de Wolfenstein es que el jugador puede caminar libremente por los escenarios del juego cumpliendo los objetivos de las misiones. El t¨ªtulo presenta una l¨ªnea de misiones principales -su grueso- y otras secundarias que se pueden intercalar entre s¨ª. Aunque el objetivo de este sistema es acabar con cualquier atisbo de linealidad, su verdadera funci¨®n no consigue cumplir este reto, pues los jugadores s¨®lo tendr¨¢n libertad para elegir de vez en cuando alguna que otra misi¨®n alternativa que ser¨¢ igual de lineal que el resto.
Raven Software intenta abolir por esta v¨ªa la ley de linealidad extrema que impera, por lo general, en el g¨¦nero de la acci¨®n en primera persona, pero a pesar del correcto planteamiento, jugando nos dar¨¢ la sensaci¨®n de que la libertad de movimiento no es tal como se nos deja entrever en un comienzo. Durante la aventura principal recibiremos ¨®rdenes que nos obligar¨¢n a ir de un punto a otro de la ciudad para comenzar la misi¨®n. As¨ª, por ejemplo, tendremos que cruzar una zona determinada del pueblo para tomar un cami¨®n que nos traslade al aer¨®dromo, los graneros o el castillo.
Ya en la mina, descubrimos que el r¨¦gimen nazi est¨¢ desenterrando unas ruinas antiguas y extrayendo un mineral desconocido. Avanzamos por los t¨²neles esquivando trampas y eliminando fuerzas de la S. S. hasta que cae en nuestras manos a trav¨¦s de un contacto un artilugio de est¨¦tica similar al que nos salv¨® en el barco. Cuando este aparato est¨¦ provisto del cristal determinado, nos brindar¨¢ poderes sobrenaturales al conectar con una dimensi¨®n paralela llamada Sol Negro, y de donde los nazis esperan extraer el poder definitivo para acabar con la guerra.
Nuestro caminar por la aventura nos conceder¨¢ cuatro poderes diferentes que podremos activar utilizando el artilugio y siempre durante un tiempo limitado que estar¨¢ regido por nuestra energ¨ªa del Velo, que podremos recargar reposando sobre las fuentes que la emanan. Los poderes nos permitir¨¢n aumentar nuestra velocidad, nuestra resistencia, reducir la velocidad del tiempo o incrementar la potencia de nuestras balas. A pesar de que ser¨¢n ¨²tiles durante la partida -especialmente el ¨²ltimo citado-, la variedad de poderes se nos antoja demasiado previsible.
El grado de innovaci¨®n perder¨¢ todav¨ªa m¨¢s pretensiones cuando veamos c¨®mo Raven Software ha desaprovechado una de las mejores caracter¨ªsticas de su videojuego. Y es que el gas que desprende el mineral y que podremos utilizar explotando bidones, acabar¨¢ con la fuerza de la gravedad provocando momentos donde los elementos del escenario, enemigos y nosotros incluidos, flotar¨¢n como si estuviesen en el espacio. Pr¨¢cticamente podemos contar con los dedos de las manos el n¨²mero de veces que el juego saca partido a esta atractiva funcionalidad.
Pero este cuarteto de poderes paranormales de apoyo no ser¨¢ nuestro ¨²nico aliado durante la partida, ya que William J. Blazkowicz portar¨¢ en sus manos armas de fuego de todo tipo. La aventura comenzar¨¢ ofreci¨¦ndonos armamento tradicional y t¨ªpico de los juegos de acci¨®n b¨¦licos basados en la Segunda Guerra Mundial. Rifles de asalto, fusiles y metralletas dejar¨¢n paso a armas tradicionales m¨¢s pesadas como el lanzallamas Flammenwefer o el lanzacohetes Panzerchreck. Con nuestro devenir a trav¨¦s de las investigaciones nazis conseguiremos armas m¨¢s sofisticadas como el Ca?¨®n de Part¨ªculas o el Arma Tesla.
La gran virtud de las armas de Wolfenstein es que se pueden mejorar durante la partida previo pago de oro y desbloqueo de sus diferentes partes adicionales (bayoneta, cargador extra, culata de retroceso, etc.) completando misiones. Nuestros fondos econ¨®micos aumentar¨¢n cuando recolectemos los sacos de oro que est¨¢n ocultos por los escenarios, permiti¨¦ndonos comprar mejoras y munici¨®n para nuestras armas, y desarrollar nuestros cuatro poderes. La escasez de monedas har¨¢ que debamos ser selectivos a la hora de decidir qu¨¦ armas mejorar durante la aventura.
La fauna de enemigos tampoco es que sea tan amplia si la comparamos con los anteriores juegos de la licencia. En esta ocasi¨®n nos cruzaremos mayoritariamente con soldados de las S. S., aunque tampoco faltar¨¢n creaciones tecnol¨®gicamente cualificadas como los soldados armados con un ca?¨®n de rayos, las 'femme fatale' nazis o los invisibles y peque?os soldados provistos de afiliadas garras en sus extremidades. La presencia de jefes de nivel tambi¨¦n es m¨¢s reducida, con s¨®lo alg¨²n ejemplo destacable y una ausencia que echar¨¢n de menos los m¨¢s curtidos en la serie. No cabe duda de que con esta entrega los enemigos del juego ganan en espectacularidad, pero pierden parte de su carisma original.
Hablando de carisma, otro de los aspectos fundamentales de Wolfenstein siempre ha sido la est¨¦tica con la que se representan los escenarios. Esta batalla contra las tendencias paranormales de los nazis nos invitar¨¢ a recorrer lugares caracter¨ªsticos como el castillo, al que acudiremos en una misi¨®n casi fugaz, la iglesia o el hospital, donde encontraremos los ¨²nicos y escuetos momentos de tensi¨®n psicol¨®gica de todo el juego. El resto de escenarios funcionan sin brillar demasiado y estar¨¢n decorados con esv¨¢sticas a diestro y siniestro.
De Wolfenstein se puede esperar un acabado gr¨¢fico correcto, que no nos sorprende a estas alturas por la utilizaci¨®n de efectos innovadores o de explosiones espectaculares. Con unos modelados de personajes y armas que se podr¨ªan denominar como "est¨¢ndar" en el punto donde nos encontramos en la vigente generaci¨®n, este juego de acci¨®n no pasar¨¢ a la historia por ser un portento audiovisual, sobre todo si tenemos en cuenta que otros juegos del mismo g¨¦nero profundizan m¨¢s en el terreno art¨ªstico con motores gr¨¢ficos similares.
La partida transcurre, por tanto, bajo el estilo lineal caracter¨ªstico del g¨¦nero, a pesar de que podremos recolectar piezas de oro y documentos para profundizar m¨¢s durante el t¨ªtulo. Estos ¨ªtems adicionales estar¨¢n ocultos por los escenarios y nos servir¨¢n, como decimos, para desbloquear mejoras para las armas y otros extras. La duraci¨®n para completar la partida al 100 % puede variar seg¨²n nuestra destreza como investigadores. A nosotros, superando m¨¢s del 70 %, completar el modo historia nos cost¨® poco m¨¢s de cinco horas.
Aquellos que deseen una mayor cantidad de horas de juego siempre podr¨¢n agarrarse al modo multijugador a trav¨¦s de Internet, que sin ser el colmo de la innovaci¨®n y de la sorpresa, sirve para pasar el rato. De entrada, el juego ofrece poco menos de diez mapas y tres modos de juego: Deathmatch por equipos, Objetivos y StopWatch, de los que el m¨¢s interesante es el segundo por su car¨¢cter estrat¨¦gico. Cabe destacar que en este modo de juego online se han realizado cambios en aspectos como los poderes del velo -no se puede ralentizar el tiempo- para no crear situaciones de desventaja.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.