Perdidos en el espacio
Los chicos de Renegade Kid siguen trabajando con el motor gr¨¢fico que patentaban hace pocos meses en Dementium, solo que esta vez trasladando al jugador a un entorno completamente nuevo. En un hipot¨¦tico futuro no demasiado distante el hombre se dirige hacia la estrella m¨¢s cercana para seguir colonizando en universo. A solas en la profunda oscuridad del espacio, esta vez es momento de combatir criaturas alien¨ªgenas en una interesante aventura que mejora todo lo que no cuaj¨® en su antecesor.
Cuando se hace bien el trabajo no queda margen a error. Renegade Kid es consciente de sus propias posibilidades cuando se trata de desarrollar una aventura en primera persona para la port¨¢til de Nintendo, lo demostraba hace unos meses con Dementium: The Ward -una envolvente historia de terror psicol¨®gico que sorprend¨ªa al p¨²blico gracias a su frescura- para ahora hacer lo propio con su ¨²ltima producci¨®n. Ya coment¨¢bamos en su momento que esta obra se considera una secuela espiritual de la ¨®pera primera de la compa?¨ªa por seguir la misma l¨ªnea de trabajo, un hecho que aqu¨ª toma especial relevancia de cara a comprender los pormenores de este an¨¢lisis.
La historia que se esconde tras Moon no es, por fortuna, tan enrevesada como la de Dementium. El t¨ªtulo aparec¨ªa en el mercado norteamericano para recibir los elogios de una prensa especializada que no ha sabido ponerse de acuerdo a la hora de valorar su calidad. Para algunos es poco menos que una forma de explotar un buen motor gr¨¢fico sin poner demasiada atenci¨®n en el argumento, mientras que para otros es otra expresi¨®n de calidad que viene a confirmar el buen estado de este grupo de programaci¨®n. No cabe la menor duda que en todos los sentidos se ha realizado un trabajo que mejora todo lo que hab¨ªa realizado este estudio en el pasado -como bien podremos comprobar a continuaci¨®n- pero la sensaci¨®n que transmite la aventura no logra despuntar por encima de los grandes de la port¨¢til.
Se ha elegido un buen momento para el lanzamiento europeo -con su correspondiente traducci¨®n al castellano, que una vez m¨¢s deja un gustoso sabor de boca-, justo cuando se cumplen 40 a?os desde que el hombre pisara por primera vez la Luna. Tiempo suficiente para que la humanidad se cuestione si realmente ha valido la pena la carrera espacial, esa tremenda ansiedad por derribar fronteras que finalmente se ha convertido en un espect¨¢culo que los medios de comunicaci¨®n nunca se cansan de explotar. La pregunta que lleva por bandera esta historia ser¨ªa la siguiente; ?Qu¨¦ pasar¨ªa si, una vez explorada la Luna, se descubriese una enigm¨¢tica instalaci¨®n alien¨ªgena cuya procedencia genera en cuesti¨®n de horas m¨¢s de una docena de desaparecidos? S¨®lo un hombre tiene respuesta a esta pregunta.
Solo contra el mundo
El Mayor Kane afronta su misi¨®n m¨¢s complicada en a?os de servicio. Destinado a la misi¨®n espacial, un extra?o suceso ha tenido lugar en la superficie lunar, por lo que su equipo es obligado a acudir al lugar con el fin de averiguar de qu¨¦ se trata, qu¨¦ esconde en su interior o por qui¨¦n ha sido construido. 'Ahora sabemos que no estamos solos', reza el h¨¦roe en la introducci¨®n de la partida. Aunque su definici¨®n no podr¨ªa ser m¨¢s acertada, lo cierto es que dentro de las ruinas lunares encuentra una amalgama de tecnolog¨ªa secreta que curiosamente emplea m¨¦todos humanos para funcionar. Kane se encuentra en una dif¨ªcil tesitura; continuar o abandonar a sus hombres, que desaparec¨ªan bajo extra?as circunstancias. Las medidas de seguridad del local son muy elevadas, los enemigos no cesan de aparecer para crear una ambientaci¨®n opresiva.
El militar se adentra en un lugar del que probablemente nunca lograr¨¢ salir, si bien cuenta con el apoyo de dos unidades que le aconsejan desde el improvisado centro de mando. No hay nadie m¨¢s con vida, tan s¨®lo el comandante de la misi¨®n y un t¨¦cnico que ayuda a Kane a salir de las situaciones m¨¢s embarazosas. Su aventura transcurre con normalidad hasta que la aparici¨®n de enormes m¨¢quinas asesinas rompe el cl¨ªmax, generando un halo de preocupaci¨®n en los miembros de la misi¨®n. No hay marcha atr¨¢s, la ¨²nica v¨ªa para conocer qu¨¦ es exactamente lo que ha liquidado a los hombre de su pelot¨®n es continuar hacia adelante tratando de no perder la cabeza por el camino. Cuando la suerte le abandona s¨®lo queda el papel del jugador a los mandos de la consola para dirigir la situaci¨®n, momento que aprovechamos para echar un vistazo somero a los aspectos t¨¦cnicos del cartucho.
Conocer el contexto de la misi¨®n es enormemente ¨²til para saber con qu¨¦ clase de entorno se encontrar¨¢ el Mayor Kane tras aterrizar por primera vez en la superficie lunar. Varios astronautas les reciben en el lugar. La cinem¨¢tica es elocuente de cara a conocer la calidad gr¨¢fica que atesora este t¨ªtulo, sobradamente conocida gracias a la que ya mostraba en su d¨ªa Dementium. El motor gr¨¢fico es el mismo, pero la ambientaci¨®n ha cambiado por completo para ofrecer texturas m¨¢s n¨ªtidas, personajes mejor trabajados, etc¨¦tera. No se debe confundir la calidad gr¨¢fica con la variedad de efectos que encontramos durante los primeros compases de juego; la mec¨¢nica de juego obliga al jugador a dividir la jugabilidad en varios sectores donde cabr¨ªa destacar la exploraci¨®n, la acci¨®n y los momentos de sosiego.
Renegade Kid realizaba hace varios meses unas declaraciones en las que admit¨ªan haber desarrollado el t¨ªtulo como una experiencia m¨¢s compleja que la de Dementium, una historia en la que el jugador se vea envuelto de una forma u otra. Esta es la primera sensaci¨®n que transmite la aventura gracias a una mec¨¢nica que ciertamente recuerda a Metroid, si bien el sistema de juego prefiere ceder el protagonismo a la acci¨®n antes que que a las zonas de investigaci¨®n. Por suerte la apariencia que transmite en primera instancia deja tras de s¨ª muy buen sabor de boca; es interesante comprobar la recreaci¨®n de los exteriores de la Luna, c¨®mo todo el entorno es perfectamente capaz de coexistir dentro de una Nintendo DS sin generar una sola ralentizaci¨®n que estropee la puesta en escena.
Tambi¨¦n se aprecia un aumento considerable en la cantidad de armamento que maneja el personaje principal, as¨ª como una ristra de efectos lum¨ªnicos cuyo rol principal es el de mejorar la ambientaci¨®n del recinto donde transcurre la pr¨¢ctica totalidad de la aventura. La atm¨®sfera del juego es sin lugar a dudas uno de sus principales alicientes; sabe aprovechar los recursos de la consola -con alg¨²n que otro punto donde cae la tasa de frame, especialmente ante los enfrentamientos contra enemigos de proporciones considerables- sin menospreciar ninguno de los aspectos que por tradici¨®n nunca han tenido aceptaci¨®n en port¨¢til. Hay algunos problemas que tener en cuenta, no obstante, que tambi¨¦n tienen mucho que ver con el desarrollo del argumento y con la propia mec¨¢nica de juego.
Escasa variedad
Donde los dise?os son loables, las cargas entre escenarios inexistentes y la ambientaci¨®n poco menos que sublime, la escasa variedad de dise?os dificulta las fases de exploraci¨®n, entorpece la caza de enemigos e incluso consigue causar tedio por la monoton¨ªa de los elementos que decoran cada escenarios. El problema real de los escenarios reside en la falta de originalidad de pr¨¢cticamente todo el entorno, que rara vez se preocupa por variar reutilizando las mismas texturas que conoc¨ªamos al principio de la aventura para dar forma a la recta final. M¨¢quinas que realizan la misma operaci¨®n en circunstancias de la misi¨®n completamente opuestas, los mismos enemigos pululando por los alrededores sin descanso o incluso sistemas de vigilancia que se repiten hasta la saciedad.
Parte de culpa tiene la mec¨¢nica, que pese a las buenas perspectivas de las primeras horas cae en picado ante la incapacidad de la historia por llamar la atenci¨®n del jugador. Es un clich¨¦ demasiado masticado que a estas alturas podr¨ªa ofrecer mucho m¨¢s de s¨ª, exactamente el mismo problema del que adolec¨ªa Dementium. Una cosa lleva a la otra; si el argumento no est¨¢ a la altura de las circunstancias, tampoco la mec¨¢nica deber¨ªa ser capaz de ofrecer nada del otro mundo a los aficionados. Ciertamente el mayor requisito que hemos de cumplir durante la aventura pasa por acceder de un punto a otro para eliminar a un enemigo determinado, o simplemente para adquirir una determinada herramienta que nos permita acceder al siguiente cap¨ªtulo. La ambientaci¨®n espacial ya ha sido tratada por muchas compa?¨ªas antes que Renegade Kid en el pasado: en este sentido no se puede decir que se haya innovado precisamente en el g¨¦nero.
Durante su misi¨®n, Kane cuenta con el objetivo de conocer la verdad sobre los sucesos que tienen lugar en el recinto alien¨ªgena. En su camino se cruzar¨¢ con interminables obst¨¢culos que s¨®lo podr¨¢ sortear mediante un droide teledirigido -RAD, presumiblemente tecnolog¨ªa de otro universo- capacitado para lanzar cargas el¨¦ctricas que inmovilizan a los enemigos durante unos segundos, lo suficiente como para poder escapar lo antes posible. Este peque?o robotito ser¨¢ el encargado de desbloquear sistemas de seguridad, como tambi¨¦n de ayudarnos a atravesar puertas infranqueables o incluso capar la atenci¨®n de los enemigos para tomar buena cuenta de ellos cuando est¨¦n mirando hacia la direcci¨®n equivocada.
Ya coment¨¢bamos anteriormente que el sistema de juego es exactamente el mismo que en Dementium, lo que nos lleva a disparar con la L mientras que los movimientos de direcci¨®n se realizan con la cruceta. Cualquier enfoque que queramos tener desde la escafandra del personaje se dirige con el stylus, estando la acci¨®n en la pantalla superior, mientras que la inferior muestra o bien informaci¨®n adicional sobre la misi¨®n o un mapa -otro de los grandes ausentes de Dementium- que permitir¨¢ al jugador orientarse pr¨¢cticamente sin problema alguno. Un arma dibujada en el hud hace posible intercambiar objetos en apenas segundos, el resto de la informaci¨®n adicional cubre el nivel de salud del protagonista.
El nivel de detalle del juego es tambi¨¦n admirable, ya no s¨®lo por el interesante juego que se realiza con el visor del protagonista -limitando el campo visual como si de una escafandra aut¨¦ntica se tratase-, sino por la cantidad de gui?os que se prestan hacia pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n, as¨ª como a literatura o incluso a otros videojuegos del sector. Obviamente no es este el punto m¨¢s destacado del producto, pero es una de las virtudes que han caracterizado a Renegade Kid desde que comenzase a trabajar en esta port¨¢til; su obsesi¨®n por mimar al m¨¢ximo absolutamente todos los detalles que rodean a la ambientaci¨®n. Quiz¨¢s por esa tambi¨¦n se ha decidido incluir voces en el cartucho original que lamentablemente no se han doblado, aunque por suerte la traducci¨®n al castellano nada tiene que envidiar a su antecesor, muy destacado en este sentido.
Secretos ocultos
El peque?o robot posibilita a Kane acceder a peque?os recovecos donde encuentra fragmentos alien¨ªgenas que desbloquean episodios de entrenamiento adicionales para conocer m¨¢s datos sobre el argumento. A la hora de la verdad esta faceta se destapa como una mera excusa para obligar al jugador a explorar absolutamente todas las localizaciones que ofrece el t¨ªtulo, aunque tambi¨¦n es cierto que alarga la vida ¨²til del cartucho toda vez que aporta algo de variedad a su desarrollo. La aventura perece necesitar un empuj¨®n para arrancar, m¨¢s profundidad que haga sentir al jugador dentro de un First Person Shooter que realmente no pretende limitarse a la acci¨®n. Las fases de exploraci¨®n son poco menos que irrisorias, complejas por la monoton¨ªa de las localizaciones que el jugador se cansar¨¢ de contemplar a lo largo de esta epopeya espacial.
Quiz¨¢s esa profundidad de la que hablamos se hubiese obtenido ofreciendo m¨¢s protagonismo a los elementos accesorios de la aventura; m¨¢s posibilidades para el RAD o para el 4x4 que sirve como transporte para movilizar al h¨¦roe de un sector a otro de las instalaciones, siempre sobre terreno lunar. Nada cambia a los mandos de este veh¨ªculo salvo el pesado movimiento que realiza sobre la estepa lunar, a medida que aparecen hordas de enemigos a los que tambi¨¦n deber¨¢ derribar el usuario haciendo uso del arsenal con el que cuenta. Los propios enemigos se comportan de forma mucho m¨¢s coherente que en Dementium, ahora ya no vuelven a aparecer al abandonar una instalaci¨®n, e incluso se toman el lujo de soltar munici¨®n y vitalidad una vez hemos terminado con su vida. Incluso la cuesti¨®n de los puntos de guardado se ha solucionado; ahora encontramos terminales cada varios pasos, siempre en el preludio de un enfrentamiento o situaci¨®n importante.
