Rygar: The Battle of Argus
A m¨ª el escudo
Dentro del amplio cat¨¢logo de novedades que aparecen en Wii tambi¨¦n hay espacio para los ports, esas conversiones que respetando las virtudes de la nueva generaci¨®n trata de mejorar un producto que se alz¨® con ¨¦xito en el pasado. Hoy le toca el turno a Rygar, una historia greco-romana que recoge la aventura original trasladando el sistema de control sin perder demasiado tiempo mejorando el aspecto t¨¦cnico que luc¨ªa hace ya m¨¢s de seis a?os, cuando debutaba en PlayStation 2 el original que ha dado lugar a esta edici¨®n.
Hace m¨¢s de seis a?os que aparec¨ªa en PlayStation2 una original aventura que mezclaba la mitolog¨ªa con la acci¨®n desenfrenada. Un estilo de juego que se ha cultivado con la nueva generaci¨®n, del que proceden grandes franquicias en la actualidad gracias a God of War, Ninja Gaiden o el propio Devil May Cry, para muchos culpable ¨²ltimo de que la acci¨®n combinada con la exploraci¨®n tenga por definici¨®n aquello que se dibuja en nuestra mente al imaginarnos grandes combates contra infinidad de mastod¨®nticos enemigos. Por alg¨²n motivo dif¨ªcil de comprender muchas compa?¨ªas se han obcecado en entender Wii como una buena plataforma para recuperar proyectos que obtuvieron ¨¦xito en el pasado, sin preocuparse m¨¢s de la cuenta por a?adir novedades que justifiquen el gasto econ¨®mico de adquirir el juego.
Quiz¨¢s este es el motivo de que en ocasiones determinadas las distribuidoras piensen en el usuario, apostando por rebajar el precio de sus lanzamientos. La l¨ªnea econ¨®mica destaca por ofrecer t¨ªtulos que ya conocemos del pasado a precio asequible, sin conocer con demasiada exactitud si el resultado final de la adaptaci¨®n vale realmente la pena. En Rogue Trooper hubo que cubrir de gloria a los aficionados al insistir cien veces en la misma cuesti¨®n; es dif¨ªcil criticar un videojuego que en su d¨ªa cumpl¨ªa con todos los requisitos para ser considerado como un t¨ªtulo notable, pero desgraciadamente el paso del tiempo hace que la situaci¨®n cambie, que el g¨¦nero evolucione convirtiendo la originalidad es una monoton¨ªa que sigue todas las compa?¨ªas. Lo que ayer era innovar hoy es un requisito indispensable para estar a la ¨²ltima, y con ello se pierde inevitablemente parte de la magia del juego del que estamos disfrutando.
No a todos los jugadores les pasa lo mismo. Hay una serie de requisitos que se han de cumplir para considerar a un t¨ªtulo un ¨¦xito atemporal, dos palabros que se han puesto de moda en la actualidad con el boom de los textos retroactivos, esos que nos descubren el pasado para benepl¨¢cito de los jugadores que gustan de visitar sus recuerdos o para aquellos que nunca han podido disfrutar de ellos. El p¨²blico esperaba una reacci¨®n similar con Rygar: The Battle of Argus que con tantas adaptaciones que han aparecido en el mercado. Sin pena ni gloria, obteniendo unas ventas muy discretas, aunque ganando siempre un poco de aprecio por parte de los jugadores que s¨ª han sido capaces de apreciar sus virtudes. Se podr¨ªa decir que hasta Tecmo se ha mostrado sorprendida por la cantidad de varapalos que se ha llevado esta adaptaci¨®n de Wii, que apenas se molesta en variar un ¨¢pice a propuesta original.
Una vez m¨¢s controlamos al legendario guerrero Rygar, encargado de dar nombre a su propia aventura, que por los avatares del destino se ve obligado a volver a mundo de los mortales, en plena ¨¦poca de transici¨®n entre el imperio griego y el romano. La princesa de Argus ha desaparecido sin dejar ni rastro, a lo que se le suma la llegada de un temible ej¨¦rcito de colosos que parecen decididos a arrasar con todo aquello que se encuentre a su paso. Como suele ser habitual en las cr¨®nicas literarias de la ¨¦poca, Rygar es un h¨¦roe capacitado para luchar contra cualquier clase de enemigo gracias al arma que porta en todo momento, el Diskarmor, un escudo de punta afilada que rebana miembros gracias a la velocidad con el que se impulsa su lanzamiento. Esta herramienta, sumada a la fuerza descomunal del protagonista, hace posible que nadie se oponga a la fuerza tit¨¢nica de un Sans¨®n que se hace respetar all¨¢ por donde pasa.
Con esta tesitura hemos de ir superando misiones y fases de toda ¨ªndole hasta alcanzar al enemigo final de cada misi¨®n, lograr liberar a la princesa en apuros y, c¨®mo no, evitar la total destrucci¨®n del mundo a manos de la maldad personificada. El hilo argumental no s¨®lo no ha variado, sino que tambi¨¦n ha deca¨ªdo en pos de perder ese punto ¨¦pico que caracteriza a las aventuras que aparecen hoy d¨ªa en el mercado. Rygar es un personaje totalmente arquet¨ªpico, sin una personalidad lo suficientemente interesante como para prestarle m¨¢s atenci¨®n de la m¨ªnima que se exige en estos casos para comprender el argumento. Su apariencia, que cambia ligeramente respecto a la original, muestra ahora a un personaje peliblanco, totalmente entrenado para matar, repleto de tatuajes de tinta roja que misteriosamente desaparecen de la pantalla seg¨²n la acci¨®n lo requiere.
No hay que darle demasiadas vueltas a la mec¨¢nica de juego, que b¨¢sicamente propone exactamente el mismo sistema de la edici¨®n de PlayStation 2. El pad tradicional se sustituye por el binomio wiimote/nunchuk, el primero para manejar cualquier acci¨®n que no sea controlar la c¨¢mara o el movimiento del personaje principal. Nuestro elenco de movimientos tampoco es demasiado elevado, si bien es cierto que siguiendo la l¨ªnea tradicional del g¨¦nero tenemos a nuestra disposici¨®n la posibilidad de hacer que Rygar aprenda nuevas habilidades, recursos especiales que debemos dominar a la perfecci¨®n para avanzar por las ingentes hordas de enemigos que aparecen a nuestro paso por doquier.
Como bien t¨ªtulo de acci¨®n y aventura, el papel del jugador consiste en manejar al personaje soportando el nefasto sistema de c¨¢mara -que generalmente deja vendido al usuario en el momento menos indicado- a medida que encadena combos con saltos. Esta es la ¨²nica forma de obtener la suficiente experiencia como para percibir esa sensaci¨®n de que el t¨ªtulo tambi¨¦n combina la violencia con toques de RPG muy ocultos, casi anecd¨®ticos a la hora de la verdad. El jugador apenas tiene potestad para decidir c¨®mo hacer evolucionar al protagonista, exactamente en la misma l¨ªnea que los t¨ªtulos de acci¨®n de principios de siglo. El t¨ªtulo deja entrever sus taras no en los primeros compases, donde todav¨ªa se aprecia la calidad del original, sino a medida que se avanza en la aventura. La l¨ªnea evolutiva es demasiado escasa, cansa r¨¢pidamente al jugador pese a que la acci¨®n es bastante adictiva.
Sin traumas para ninguna clase de jugadores, el objetivo ¨²ltima de estas misiones no es conseguir objetos ocultos, tesoros o incluso alg¨²n extra que prolongue la vida ¨²til del t¨ªtulo, que por supuesto carece de cualquier opci¨®n relacionada con el juego online. Sencillamente se trata de obtener la mayor puntuaci¨®n posible para salir del paso, entretenernos un rato hasta la siguiente misi¨®n para luego volver a repetir el mismo mecanismo. Rygar es uno de esos t¨ªtulos que por su sencillo planteamiento no requieren grandes florituras para explotarlo al cien por cien, m¨¢s aun con el reducido precio al que aparece en el mercado espa?ol. Bien es cierto que siempre queda pendiente el apartado gr¨¢fico, otro de los puntos que menos han acabado por convencer de esta ¨¦pica historia de venganza. Al igual que hemos comprobado en casos anteriores, este es el principal problema a la hora de hablar de una adaptaci¨®n de PlayStation 2.
El principal problema de esta adaptaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de su concepto como beat ?em up al uso en tres dimensiones que no ofrece nada nuevo al g¨¦nero, es la escasa calidad del motor gr¨¢fico, que en ning¨²n momento se puede justificar por la calidad t¨¦cnica de la consola donde corre o en cualquier otro factor ajeno a la conversi¨®n en s¨ª. Lo ¨²nico cierto es que Tecmo ha descuidado por completo el juego en este sentido, con animaciones toscas, pesadas, que nada tienen que ver con las grandes obras que han aparecido en Wii hasta la fecha, principalmente en concepto de demostrar que tiene mucho potencia por exprimir por encima de los t¨ªtulos que han aparecido en el mercado hasta la fecha. Nadie podr¨ªa decir tampoco hasta qu¨¦ punto se han descuidado los parajes excesivamente poligonados, como tampoco la ausencia total de gracia con la que se realizan la mayor¨ªa de los movimientos especiales.
Los personajes se mueven sin gracia, los entornos no lucen lo que deber¨ªan; est¨¦ticamente Rygar tiene pocos elementos que se puedan destacar m¨¢s all¨¢ de la propia apariencia de la ¨¦poca que trata de retratar, sin profundizar en el dise?o de los enemigos -clones entre s¨ª-, como tampoco en los parajes en los que transcurre la aventura. Nada se debe esperar del juego en este sentido que no sea lo propio de una aventura de hace m¨¢s de un lustro, que en aquella ¨¦poca pasaba con nota la prueba sin obtener tampoco un sobresaliente. A falta de un estilo art¨ªstico que se pueda considerar espectacular queda hacer un breve an¨¢lisis de la parte sonora, tambi¨¦n crucial para que el jugador se sienta en situaci¨®n, un factor esencial para hacer m¨¢s grande la historia.
El problema es, nuevamente, que ninguno de los elementos logra destacar, ni tan siquiera rallar el nivel m¨ªnimo que se le puede exigir a un videojuego de nueva generaci¨®n. El t¨ªtulo se ha ido devaluando con el paso del tiempo pese al evidente nivel de adicci¨®n que ofrece por su sistema de juego. La diversi¨®n es un factor que podemos dar por sentado en Rygar, ya que pese a su escasa calidad a nivel t¨¦cnico s¨ª que sabe hacer que el jugador se entretenga al frente de la televisi¨®n. No es un t¨ªtulo especialmente largo -entre 8 o 10 horas seg¨²n la pericia del jugador-, tampoco cuenta con novedades a tener en cuenta, pero s¨ª que compensa el tiempo que pasamos tratando de terminar los ocho niveles que componen la historia. Entre las mejoras del arma principal, las inh¨®spitas plataformas y la est¨¦tica, no se puede negar que tiene un atractivo muy marcado para determinado estilo de jugador.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.