[E3] Modern Warfare 2, Impresiones

Infinity Ward contin¨²a brind¨¢ndonos la mejor guerra. Para ello se vale de todo lo que nos sorprendi¨® en Modern Warfare para elevarlo a la en¨¦sima potencia, tanto t¨¦cnica como l¨²dicamente. Su objetivo: hacernos sentir protagonistas de una pel¨ªcula de acci¨®n. Sin palabras t¨¦cnicas rimbombantes, sin anuncios de 'x m¨¢s armas'... vemos entera la demo que se ense?¨® en la conferencia de Microsoft durante este E3.

Infinity Ward es sin¨®nimo de muchas cosas, pero si hay algo sobre lo que destaque respecto a sus competidores es su fidelidad de principios. Indiferente es a las idas y venidas, a los dimes y diretes, y a cualquier vaiv¨¦n de la industria. Por supuesto, ajena a ellos no es; su trabajo hasta el momento siempre ha sabido mantenerse un paso por delante, pero bajo su principio de honestidad se han regido algunos de los mayores aciertos que ha dado el g¨¦nero del shooter en cuanto a lo que se refiere a inmersi¨®n y sentimiento b¨¦lico. El acercamiento de Modern Warfare reuni¨® todas estas caracter¨ªsticas. Sin mediar palabra, sin 'hype' desmedido, demostr¨® que la Segunda Guerra Mundial pod¨ªa ser apartada de la palestra. Modern Warfare 2 no es un cambio tan cualitativo, pero s¨ª que es una mejora m¨¢s que interesante de lo que fue uno de los juegos de esta generaci¨®n. Lo vemos en el E3 2009.

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Comenzamos escalando por una monta?a ayud¨¢ndonos de unas piquetas. Las animaciones, la calidad y el suavizado de los modelados, y sobre todo la expresividad facial de nuestros compa?eros, es espectacular. D¨¢bamos por hecho que no ¨ªbamos a notar el cambio de un a?o para otro respecto a World at War, pero nos equivoc¨¢bamos; ¨¦ste es perceptible, muy perceptible, conforme vamos pulsando los gatillos para escalar, a la vez que vamos viendo c¨®mo se nos introduce en la acci¨®n. La narrativa sigue siendo fant¨¢stica, muy cinematogr¨¢fica.

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Subimos hasta la superficie y notamos c¨®mo la espesa nieve merma nuestra capacidad de visi¨®n. Sin problema: un visor que detecta las transmisiones de calor cercanas nos dice en qu¨¦ direcci¨®n est¨¢n los enemigos. Aparte de eso y un poco de punter¨ªa, no se necesita nada para ir abri¨¦ndonos paso. En caso de que nos falle el sigilo, tendr¨ªamos que utilizar la fuerza bruta, s¨ªmbolo de la variedad de opciones que se nos presentar¨¢n puntualmente, contrastando con la naturaleza mucho m¨¢s 'guiada' de los anteriores t¨ªtulos de la saga. Continuamos hasta llegar a las cercan¨ªas de un hangar, donde ponemos unos explosivos de cara a hacer nuestra entrada mucho m¨¢s amistosa. Una vez all¨ª, vamos al ordenador de turno para conseguir los datos que necesitamos. L¨¢stima que a la vuelta nos espere una decena de hombres apunt¨¢ndonos.

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No pasa nada, "Soap" hace como que se rinde pero activamos el plan B, haciendo explotar una carga al otro lado de la zona que crea una distracci¨®n perfecta para poder abrir agujeros con nuestras armas. El caos reina en una secci¨®n muy cl¨¢sica de la saga, hasta que conseguimos huir hasta encontrarnos con las motos de nieve. Nos montamos en una y nos ponemos a disparar. Es realmente fren¨¦tico, y la sensaci¨®n de velocidad est¨¢ m¨¢s que conseguida. No es un tramo f¨¢cil, de todas formas: hay que andar con cuidado de nos ser disparado, y mucho menos de chocarnos contra cualquier ¨¢rbol o inclemencia durante el camino. Disparamos con una pistola autom¨¢tica bastante precisa y con una cadencia de disparo m¨¢s que considerable. Para no perder la costumbre.

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